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Los oscuros secretos de un estado vigilante – Charla TEDSalon Berlin 2014

Charla «Los oscuros secretos de un estado vigilante» de TEDSalon Berlin 2014 en español.

Paseémonos por el oscuro mundo de la agencia de seguridad de estado de la Alemania Oriental conocida como la Stasi. Poderosa como nadie en el espionaje de sus ciudadanos hasta la caída del muro de Berlín en 1989, la Stasi ingenió un sistema de vigilancia y presión psicológica que mantuvo al país bajo control por décadas. Hubertus Knabe estudia la Stasi, y fue espiado por ellos. Knabe habla con extraordinarios detalles acerca de la desaparición del estado vigilante y nos muestra lo sencillo que era para un vecino delatar a otro.

  • Autor/a de la charla: Hubertus Knabe
  • Fecha de grabación: 2014-06-09
  • Fecha de publicación: 2014-08-06
  • Duración de «Los oscuros secretos de un estado vigilante»: 1174 segundos

 

Traducción de «Los oscuros secretos de un estado vigilante» en español.

Este año Alemania celebra el 25º aniversario de la revolución pacífica en Alemania Oriental.

En 1989 se terminó el régimen comunista, cayó el muro de Berlín y un año más tarde la República Democrática de Alemania, RDA, en el este se unificó a la República Federal de Alemania en el oeste para crear la Alemania de hoy.

Alemania heredó, entre otras cosas, los archivos de la policía secreta de la Alemania Oriental, conocida como la Stasi.

En apenas 2 años luego de la disolución, sus documentos se hicieron públicos e historiadores como yo comenzaron a estudiar estos documentos para conocer más acerca del funcionamiento del estado vigilante de la RDA.

Quizás hayan visto la película «La vida de los otros».

Le película dio a conocer la Stasi en todo el mundo, y mientras vivamos en un mundo donde frases como «vigilancia» y «espionaje telefónico» sigan en las portadas de los periódicos, me gustaría hablarles sobre cómo la Stasi funcionaba.

Para comenzar veamos brevemente la historia de la Stasi porque es importante entender su autoconcepción.

Sus orígenes se remontan a Rusia.

En 1917 los comunistas en Rusia crearon la Comisión Extraordinaria para combatir la Contrarrevolución y el Sabotaje, o Checa.

Estaba dirigida por Felix Dzerzhinsky.

La Checa era un instrumento de los comunistas para establecer su régimen con el uso del terror contra la población y la ejecución de sus enemigos.

Más tarde se convertiría en la famosa KGB.

La Checa era el ídolo de los oficiales de la Stasi.

Se hacían llamar chequistas e incluso el emblema era muy parecido, como pueden ver aquí.

De hecho, la policía secreta rusa fue la creadora y la entrenadora de la Stasi.

Cuando el Ejército Rojo ocupó la Alemania Oriental en 1945, inmediatamente se expandió allí, y pronto comenzaron a entrenar a los comunistas alemanes para crear su policía secreta.

Por cierto que en este auditorio donde estamos ahora se fundó el partido de gobierno de la RDA en 1946.

Cinco años más tarde se creó la Stasi, y poco a poco se le fue asignando el trabajo sucio de la opresión.

Por ejemplo, la cárcel principal para los prisioneros políticos, que fue creada por los rusos, pasó al mando de la Stasi y fue utilizada hasta el fin del comunismo.

La pueden ver aquí.

Al comienzo, toda decisión importante se hizo bajo la supervisión de los rusos.

Pero los alemanes son famosos por su eficacia, así que la Stasi creció muy rápidamente y en 1953 ya tenía más empleados que la Gestapo, la policía secreta de la Alemania nazi.

El número se duplicaba cada década.

En 1989 más de 90 000 empleados trabajaban para la Stasi.

Esto significaba que cada empleado era responsable de 180 habitantes, algo realmente único en el mundo.

A la cabeza de este aparato extraordinario estaba un hombre, Erich Mielke, encargado del Ministerio de la Seguridad Estatal por más de 30 años.

Era un funcionario escrupuloso —en el pasado había matado dos policías, no muy lejos de aquí— que llegó a personalizar la Stasi.

Pero ¿qué es lo tan excepcional sobre la Stasi? Antes que todo, estaba su enorme poder porque unificaba diferentes funciones en una organización.

Primero, la Stasi era un servicio de inteligencia.

Usaba todo tipo de instrumentos imaginables para obtener información de forma secreta, como informantes o espionaje telefónico, como pueden ver aquí.

Y esto no ocurría solo en la Alemania Oriental, sino en todo el mundo.

Segundo, la Stasi era una policía secreta que podía detener gente en la calle y arrestarla en sus propias prisiones.

Tercero, la Stasi hacía las veces de fiscal público.

Tenía el derecho de abrir investigaciones preliminares e interrogar a la gente de forma oficial.

Por último pero no menos, la Stasi tenía sus propias fuerzas armadas.

Más de 11 000 soldados servían en el llamado Regimiento de Guardias.

Se creó para aplacar las protestas y los levantamientos.

Gracias a esta concentración de poder a la Stasi se la llamaba un Estado dentro del Estado.

Pero veamos con más detalle las herramientas de la Stasi.

Tengan en cuenta que en esa época la Web y los teléfonos inteligentes aún no habían sido inventados.

Claro que la Stasi usaba todo tipo de instrumento técnico para vigilar a la gente.

Los teléfonos eran interceptados, incluyendo el teléfono del Canciller alemán del Oeste, y con frecuencia también los apartamentos.

90 000 cartas eran abiertas a diario por estas máquinas.

La Stasi también vigilaba a decenas de miles de personas con agentes especialmente entrenados y cámaras secretas para documentar cada paso que daban.

En esta foto pueden verme cuando era joven en frente de este edificio en donde estamos ahora, fotografiado por un agente de la Stasi.

La Stasi incluso recolectaba el olor de la gente.

Guardaba muestras en frascos cerrados que conseguimos luego de la revolución pacífica.

Departamentos altamente especializados se encargaban de estas tareas.

El encargado del espionaje telefónico estaba completamente separado del que abría las cartas, y por buenas razones, ya que si algún agente dejaba la Stasi lo que sabía era muy limitado.

En contraste con Snowden, por ejemplo.

Pero la especialización vertical también era importante para prevenir todo tipo de empatía con los sujetos que vigilaban.

Los agentes que me seguían no sabían quién era o por qué me vigilaban.

De hecho, contrabandeaba libros prohibidos de la Alemania Occidental a la Oriental.

Pero lo que era más común para la Stasi era el uso de inteligencia humana, gente que reportaba a la Stasi en secreto.

Para el Ministerio de la Seguridad Estatal estos empleados «no oficiales» eran las herramientas más importantes.

Desde 1975, casi 200 000 personas colaboraron regularmente con la Stasi, más del 1 % de la población.

De alguna forma el ministro tenía razón porque los instrumentos técnicos solo pueden registrar lo que hace la gente, pero los agentes y los espías pueden reportar lo que la gente planea hacer y lo que piensan.

Por eso la Stasi reclutó a tantos informantes.

El sistema para reclutarlos y educarlos, como decían, era muy sofisticado.

La Stasi tenía su propia universidad, no muy lejos de aquí, donde se exploraban los métodos y se enseñaban a los oficiales.

Estos lineamientos dan una descripción detallada de todos los pasos a seguir si querías convencer a una persona a traicionar a sus conciudadanos.

A veces se decía que los informantes eran presionados para convertirse en uno, pero esto en su mayor parte no es verdad, porque aquellos que eran forzados eran malos informantes.

Solo el que quiere darte la información que necesitas es un denunciante efectivo.

Las principales razones por las que la gente cooperaba con la Stasi eran convicción política y beneficios materiales.

Los oficiales también intentaron crear un vínculo personal entre ellos y los informantes, y para ser honestos, el ejemplo de Stasi muestra que no es tan difícil de convencer a alguien para que traicione a otros.

Incluso algunos de los disidentes más famosos de la Alemania Oriental colaboraron con la Stasi, por ejemplo Ibrahim Böhme.

En 1989 era el líder de la revolución pacífica y casi es el primer Primer Ministro elegido democráticamente de la RDA sino es porque se descubre que había sido un informante.

La red de espías era muy vasta.

En casi todas las instituciones, hasta en las iglesias, o en la Alemania Occidental, había muchos de ellos.

Recuerdo que le dije a un importante oficial de la Stasi: «Si me hubiera mandado un informante, de seguro lo habría reconocido».

Su respuesta fue: «No le mandamos a nadie.

Usamos a los que estaban a su alrededor».

De hecho, dos de mis mejores amigos me reportaban a la Stasi.

No solo en mi caso los informantes era muy allegados.

Por ejemplo, para Vera Lengsfeld, otra disidente famosa, su esposo era el que la espiaba.

Un escritor famoso fue traicionado por su hermano.

Esto me recuerda la novela «1984» de George Orwell, en la que la única persona aparentemente confiable era un informante.

Pero ¿por qué la Stasi recolectaba toda esta información en sus archivos? Su propósito principal era controlar la sociedad.

En casi todos sus discursos, el ministro de la Stasi daba órdenes de averiguar quién era quién, o quién pensaba qué.

No quería esperar hasta que alguien intentara actuar contra el régimen.

Quería saber por adelantado lo que la gente pensaba y planeaba.

Los alemanes del este sabían que estaban rodeados de informantes, en un régimen totalitario que creaba desconfianza y en un estado de terror colectivo, la herramienta más importante para oprimir a la gente en cualquier dictadura.

Por eso no muchos alemanes del este trataron de luchar contra el régimen comunista.

Si así fuera, la Stasi usaba un método que era realmente diabólico.

Se llamaba Zersetzung, y está descrito en otro lineamiento.

La palabra es difícil de traducir porque originalmente significa «biodegradación».

Pero es una descripción muy precisa.

La meta era destruir secretamente la autoestima de la gente, al dañar su reputación, crear fallas en su trabajo, y destruir sus relaciones personales.

Consideren esto, Alemania Oriental, era una dictadura moderna.

La Stasi no trató de arrestar a todos los disidentes.

Prefería neutralizarlos, y podía hacerlo porque tenía mucho acceso a información personal y a muchas instituciones.

Detener a alguien solo se hacía en última instancia.

Para ello, la Stasi tenía 17 prisiones preventivas, una en cada distrito.

La Stasi había creado unos métodos de detención muy modernos.

Normalmente el oficial que interrogaba no torturaba al prisionero.

En su lugar se usaba un sofisticado sistema de presión psicológica, donde lo principal era el aislamiento.

Casi ningún prisionero se resistía a no dar testimonio.

Si tienen la oportunidad, visiten una prisión de la antigua Stasi en Berlín y tomen un tour guiado por un antiguo prisionero político que les explicará cómo funcionaba eso.

Hay que responder a otra pregunta: Si la Stasi estaba tan bien organizada, ¿por qué colapsó el régimen comunista? Primero, en 1989, los líderes de la Alemania Oriental no sabían qué hacer contra las crecientes protestas de la gente.

Era especialmente confuso porque en la «patria madre» del socialismo, la Unión Soviética, se habían instaurado políticas más liberales.

Además, el régimen dependía de los préstamos del Occidente.

Por eso no se le dio ninguna orden a la Stasi para aplacar estos levantamientos.

Segundo, en la ideología comunista no hay lugar para la crítica.

Más bien los líderes estaban convencidos de que el socialismo era un sistema perfecto y que la Stasi tenía que confirmarlo.

La consecuencia fue que a pesar de toda la información, el régimen no podía analizar sus problemas verdaderos y por ende, no podía resolverlos.

Al final la Stasi dejó de existir gracias a las estructuras que estaba encargada de proteger.

El final de la Stasi fue algo trágico porque los oficiales se mantuvieron ocupados durante la revolución pacífica con una sola tarea: destruir los documentos que habían producido por décadas.

Afortunadamente, activistas de derechos humanos los detuvieron.

Por eso hoy en día podemos usar esos archivos para lograr un mejor entendimiento de cómo funciona el estado de vigilancia.

Gracias.

(Aplausos) Bruno Giussani: Gracias.

Muchas gracias.

Hubertus, quiero hacerte un par de preguntas porque aquí tengo el Der Spiegel de la semana pasada.

«Mein Nachbar NSA».

Mi vecino, la NSA (Agencia de Supervisión Nacional) Y tú nos acabas de hablar acerca de mi vecino, los espías e informantes de la Alemania Oriental.

¿Hay alguna relación directa entre estas dos historias o no? ¿Cuál fue tu reacción como historiador al ver esto? HK: Creo que hay que mencionar varios aspectos.

Primero, creo que hay una diferencia en la razón por la que Uds.

recogen estos datos.

¿Lo hacen para proteger a su gente contra los ataques terroristas, o lo hacen para oprimir a su gente? Allí está la diferencia fundamental.

Pero por otra parte, incluso en una democracia se puede abusar de estas herramientas, y esto es algo por lo que tenemos que estar alerta para pararlo, y para que los servicios de inteligencia respeten las reglas que existen.

El tercer punto, probablemente, es que realmente tenemos que apreciar que vivimos en democracia porque puedes estar seguro de que en Rusia y en China se está haciendo lo mismo, pero nadie habla de eso porque nadie puede.

(Aplausos) BG: Cuando la historia apareció por primera vez en julio del año pasado, presentaste una demanda criminal ante un tribunal alemán.

¿Por qué? HK: Sí, lo hice por el segundo punto que mencioné, que creo que, especialmente en una democracia, las reglas son para todos.

Están creadas para todos, así que no está permitido que ninguna institución no respecte las reglas.

En el código criminal alemán está establecido que no se puede espiar a nadie sin el permiso de un juez.

Afortunadamente, está establecido en el código criminal alemán así que si no se respecta, creo que es necesaria una investigación.

Y tomó mucho tiempo antes de que un fiscal público alemán lo hiciera, y comenzó solo en el caso de Angela Merkel, y no en el caso de todos los habitantes en Alemania.

BG: Eso no me sorprende porque —(Aplausos) — por la historia que contaste.

Visto desde afuera, vivo fuera de Alemania, esperaba que Alemania reaccionara más fuertemente, inmediatamente.

Sin embargo, la reacción vino solo cuando la Canciller Merkel reveló que la estaban espiando.

¿Por qué? HK: Lo tomo como una buena señal porque la gente se siente segura en esta democracia.

No temen ser arrestados, y si sales de este auditorio luego de la conferencia, nadie teme que la policía secreta esté afuera y que te vaya a arrestar.

Creo que esa es una buena señal.

La gente no está realmente atemorizada como pudieran estarlo.

Pero por supuesto que creo que las instituciones son responsable de detener las acciones ilegales en Alemania o donde sea que ocurran.

BG: Una pregunta personal, y esta es la última.

Ha habido un debate en Alemania acerca de darle asilo a Edward Snowden.

¿Estás a favor o en contra? HK: Oh, esa es una pregunta difícil, pero si me preguntas y te respondo honestamente, le daría asilo porque creo que lo que hizo fue muy valiente, y que destruyó toda su vida, su familia, todo.

Creo que debemos hacer algo por estos individuos.

Especialmente si ves la historia alemana, donde tanta gente tuvo que escapar, y pidió asilo en otros países y no lo obtuvieron, creo que sería una buena señal darle asilo.

(Aplausos) BG: Hubertus, muchas gracias.

https://www.ted.com/talks/hubertus_knabe_the_dark_secrets_of_a_surveillance_state/

 

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