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Charla «Mi complot subversivo en el jardín» de TEDxDirigo en español.
Un jardín de vegetales puede hacer más que ahorrarnos dinero: puede salvar al mundo. En esta charla, Roger Doiron muestra cómo los jardines pueden relocalizar nuestra comida y alimentar a nuestra creciente población.
- Autor/a de la charla: Roger Doiron
- Fecha de grabación: 2011-09-10
- Fecha de publicación: 2011-12-17
- Duración de «Mi complot subversivo en el jardín»: 1129 segundos
Traducción de «Mi complot subversivo en el jardín» en español.
Me llamo Roger Doiron, y dirijo un complot subversivo.
(Risas)
(Aplausos)
Es tan subversivo, de hecho, que tiene el potencial de alterar radicalmente el equilibrio del poder, no solo en sus países, sino en el mundo entero.
Veo que estoy rodeado…
(Risas)
un poco como el Dr.
Malito.
Lo entiendo.
Pero créanme, tenemos muy muy poco en común.
Sus complots son solo acerca de destrucción y secreto, mientras que los míos son acerca de creación y franqueza.
De hecho, mi complot solo funciona si se comparte con el mayor número de personas posible.
Así que voy a compartirlo con Uds., pero a cambio deben prometerme que lo compartirán.
Así que aquí está.
¡Bah! No es tan bueno,
¿o sí?
No hay nada particularmente radical o revolucionario en un pedazo de césped.
Lo que comienza a ponerse interesante es cuando esto se convierte.
Me gustaría que todos supieran que la jardinería es una actividad subversiva.
(Risas)
Piensen en lo siguiente: la comida es una forma de energía.
Es el combustible de nuestro cuerpo, pero también es una forma de poder.
Y cuando animamos a la gente a cultivar algo de su propia comida, les estamos animando a tomar el poder en sus manos, poder sobre su dieta, poder sobre su salud y algo de poder sobre sus carteras.
Por eso creo que es muy subversivo, porque algo de lo que necesariamente estamos hablando es de quitarle poder a alguien, a otros actores de la sociedad que actualmente tienen poder sobre el alimento y la salud.
Pueden preguntarse quiénes son esos actores.
También veo la jardinería como un tipo de droga para escapar, dirían Uds., hacia otras formas de libertad alimentaria.
No mucho después de haber plantado un jardín comenzarán a decir, «necesito comenzar a aprender a cocinar».
(Risas)
«Sabes, quisiera investigar cómo preservar la comida o buscar dónde se encuentra el mercado local en mi pueblo».
Claro, otra cosa al sembrar un jardín, especialmente un jardín frente a una casa blanca en un soleado césped sureño, es que nunca se sabe a quién puede influir uno.
(Risas)
No estoy seguro de que mi jardín de casa blanca influya a la Primera Dama, pero puedo decirles esto: ella tuvo una gran influencia en mí desde que plantó el suyo.
No ha sido…
(Risas)
No ha sido en el área de la moda.
Comprendo que ella está en un nivel completamente diferente en eso, ni siquiera estoy tratando de competir.
Pero ella me ha inspirado a pensar de manera más audaz acerca del rol que quiero tener en el movimiento jardinero.
Así que esto es más o menos a lo que aspiro.
(Risas)
Muy modesto,
¿no?
Me gusta esta foto.
Creo que me representa bien, no es que tenga alguna conexión divina en absoluto pero me gusta mi expresión facial ahí, porque, si ven preocupación en mi cara, no es únicamente porque tenga 9 kg de calabacín encima de mi cabeza, sino porque tengo asuntos muy densos en mi mente.
Y quiero compartir algunos de esos con Uds.
ahorita, comenzando con uno en forma de video que he producido para Uds, el cual es mi mayor esfuerzo para resumir la historia de la gastronomía en unos 15 segundos.
(Canción de «Así habló Zarathustra»)
(Risas)
Así que aquí estamos.
(Aplausos)
Es un videoclip corto y gracioso pero sería más graciosos si no fuese tan trágico y si no fuese tan cierto.
La realidad es que estamos en medio de una epidemia de obesidad, y no solo se limita a nuestro país.
Se está extendiendo a todo el mundo ahora.
Y en un tipo de universo paralelo, también vemos que el hambre está en alza.
Más de 900 millones de personas están afectadas por ella.
Eso es tres veces la población de EE.
UU.
Pero al mismo tiempo, los precios de la comida están subiendo en el mundo y la población está aumentando y se estima que alcanzará los 10 millones a final de siglo.
Otra cosa sobre la población es que sabemos que está creciendo pero muchos de nosotros no vemos que está cambiando también.
Está ocurriendo un cambio fundamental.
En 2007 cambiamos de ser un planeta primordialmente rural a ser uno primordialmente urbano, y eso tiene implicaciones sobre cómo vamos a alimentar a la gente, cómo haremos que la comida llegue a la gente en las ciudades.
Imagino que hay algunos admiradores de Stephen King en la audienca hoy, yo soy uno de ellos.
Pero puedo decirles que no he leído nada más aterrador que esta estadística.
Para estar a la altura de la población creciente, deberemos cultivar más alimento en el transcurso de los siguientes 50 años de lo que hayamos cultivado en los últimos 10 000 años juntos.
Lo que hace esto aún más desafiante es que necesitaremos cultivar toda esa comida con menos, y cuando digo menos, me refiero a varias cosas.
Menos petróleo, por ejemplo.
Los geólogos más respetables creen que hemos alcanzado la máxima producción de petróleo en el mundo.
Quizá no sepan que hay una conexión entre el petróleo y la comida pero hay una y muy fuerte, de hecho.
Se necesitan 10 calorías de energía de combustible fósil en este sistema de comida tan industrializado para poder producir una caloría de energía de comida.
También necesitaremos cultivar más alimento con menos agua.
Estas tres imágenes vienen de tres partes muy distintas del planeta, pero todas cuentan la misma historia de una sequía catastrófica.
También necesitaremos cultivar más comida con menos tierra.
Aquí, la presión difiere de un lugar a otro.
En en Sur Global vemos desertificación, mientras que en el norte, vemos una expansión suburbana.
También tendremos que cultivar más comida con menor estabilidad climática y menor diversidad genética.
Esto es muy importante.
Necesitamos de las variedades genéticas porque son un tipo de póliza de seguro contra el cambio climático.
Escuchamos aquí antes «no hay que poner todos los huevos en una canasta».
Tampoco lo deberíamos hacer con los tomates.
También necesitaremos cultivar más comida en menos tiempo.
No solo estoy hablando de una bomba de tiempo que sería la población creciente.
Hablo de la cantidad de tiempo que tenemos para poner una comida decente en la mesa.
Y que el número «31» no es algo arbitrario.
Esa es la cantidad de tiempo que una familia estadounidense pasa al día preparando, comiendo y limpiando después de la comida.
31 minutos.
Algo cercano a eso, necesitaremos conseguir en el cultivo de comida.
¿Bien?
Y creo que sí necesitamos hacerlo, pero eso también va a significar que en algún momento, algo también va a ceder.
Así que nos hace sentir así.
(Risas)
¿Saben?
Es hora de irse del pueblo o quizá de los planetas.
Pero,
¿a dónde ir?
¿A dónde vamos si solo tenemos un planeta?
¿A dónde ir cuando las cosas se ponen duras?
Bueno, si escucháramos lo que muchos líderes políticos nos han dicho por años, simplemente iríamos de compras.
¿Cierto?
Porque tenemos una creencia inquebrantable en la cultura política de EE.
UU.
de que salir de compras es la salida a casi cualquier problema.
Pero la realidad es algo diferente.
No vamos a resolver los problemas de comida y de salud simplemente cambiando de Coca-cola normal a alguna iteración futura de lo mismo de color verde .
Y aunque a las grandes compañías de alimentos les gustaría que creyéramos que podemos darle a nuestros hijos todas las vitaminas, minerales y sustancias para el sistema inmune que requieren, sin salir del pasillo de cereal chocolatoso,
(Risas)
la verdad es algo muy diferente.
Lo que últimamente se ha vuelto incluso más problemático es que incluso los alimentos que debían ser saludables no siempre lo son, y comenzamos a perder confianza en el sistema alimenticio, creo.
Entre más grande se vuelve más complejo.
Hemos visto esto una y otra vez.
Esta es una imagen del último brote de E.
coli.
En este caso, fue en Europa, y creemos que comenzó con el germinado de frijol, entre todas las cosas.
Así que tenemos un dilema de consumidor en este momento.
Tenemos todos estos alimentos distintos —30 000 alimentos en un supermercado grande promedio— pero tenemos menos confianza a esos alimentos, y tenemos menos confianza a los actores que ponen esos alimentos en los estantes.
Creo que necesitamos redefinir qué es la buena comida.
Esta es una imagen interesante de Berlín, Alemania.
Alguien empezó a sembrar en carritos de compras y los dejó por ahí.
Eso son papas, por cierto.
Pero además de redefinir qué es la buena comida, creo que necesitamos redefinir los espacios de vida.
En vez de ver un patio aquí, necesitamos verlo más como un servicio completo de verduras.
De hecho, ese es mi patio, y así es como lo veo.
En eso transformamos nuestro patio, y creo que un mensaje clave es este: en los jardines se cultiva buena comida.
Y cuando digo buena comida, me refiero a varias cosas.
Me refiero a comida sana, a comida saludable, comida absolutamente hermosa y deliciosa.
Otro mensaje importante es este: los jardines crían niños y familias sanas.
Esos son mis dos hijos menores, se ven sanos, están sanos.
y creo que tiene que ver con el hecho de que crecieron en los jardines y saben de dónde viene la buena comida.
De hecho, ellos mismos saben cultivar algunas cosas.
Pero con la economía actual, creo que es clave difundir este mensaje, los jardines también producen ahorros importantes para las familias.
Y pueden creerme completamente lo siguiente, porque además de comer vegetales hace un par de años, mi esposa y yo también hicimos las cuentas y descubrimos que al final, habíamos ahorrado más de USD 2000 cultivando nuestra comida.
Así que podrían preguntarse lo siguiente: Si los jardines producen cosas grandiosas,
¿cómo cultivamos más jardines?
De hecho, esa es la pregunta que mi organización, «Kitchen Gardeners International» hace y responde.
Y nuestra respuesta es escencialmente esta: necesitaremos aumentar los recursos y poder que tenemos, los jardines y jardineros que tenemos, para cultivar e inspirar a más gente.
Y como dije antes, uno nunca sabe a quién puede uno inspirar.
(Risas)
Si esta campaña triunfó, no fue simplemente porque tengamos una Primera Dama visionaria haciendo de la Casa Blanca su residencia, —ciertamente fue en gran parte por ello— y no fue porque simplemente tengamos unos chefs célebres y autores diciendo que hacer esto es buena idea.
Creo que básicamente fue posible por el hecho de que hubo mucha gente que quería que pasara.
Hubo un movimiento que hizo que pasara.
Y mi organización trató de canalizar un poco de esa energía del movimiento y dirigirla hacia la Casa Blanca.
Y tuvimos mucha suerte en cuanto que nuestro mensaje llegó a los medios.
Tuvimos una petición en Facebook, de 110 000 firmas.
Tuvimos imágenes y videos virales, e hicimos cosas locas como simbólicamente poner el césped de la Casa Blanca en venta por eBay.
Pero necesitamos hacer aún más, en mi organización estamos tratando de conectar gente en línea, y también de conectarlas en persona.
Esta es una imagen de un día festivo que inventamos llamado «Día mundial del jardín de cocina».
Es a finales de agosto cada año, y se trata de juntar gente en los jardines para aprender unos de otros, para hacer del jardín una experiencia comunitaria.
Necesitamos formar a la próxima generación de jardineros, y lo estamos haciendo en EE.
UU.
y fuera.
Pero aún hay mucho por hacer, y creo que esta diapositiva nos dice a dónde debemos llegar.
Necesitamos una ruta, elegí esta diapositiva por una razón.
Tenemos un jardín bicicleta a la izquierda y un mapa de Holanda a la derecha.
Fui a Holanda a principios de este año y me sorprendió la cantidad de bicicletas en el camino.
El 26 % de todos los viajes que se hacen en Holanda son en bicicleta, y me hizo pensar:
¿Cómo hacer que eso pase en términos de alimento y jardín?
¿Cómo hacer que el 26 % de la producción venga de jardines caseros?
Quizá suene a mucho, porque probablemente estemos cerca de un 2 % ahora mismo.
Pero si consideran que en el pico del movimiento jardinero el siglo pasado el 40 % de toda la producción venía de jardines.
Podemos llegar a eso otra vez.
Y creo que este es un buen comienzo.
El jardín de la Casa Blanca es ciertamente inspirador.
Es de hecho un panorama de cómo lucía el jardín cuando fue plantado esta primavera, —mucha diversidad, muchos cultivos sanos.
Sin embargo, esta no es una buena representación de nuestra política federal agraria.
(Risas)
Si tomáramos el modelo aquí, el diagrama de ese jardín en particular, y lo transpusiéramos en nuestra política federal de agricultura obtendríamos esto: billones de billones de dólares sostendrían solo unos cuantos de los cultivos de materia prima con solo unos pocos para frutas y vegetales.
Esto es escandaloso.
Es escandaloso.
Necesitamos hacer algo al respecto.
Creo que un lugar donde empezar es revisando el código fiscal.
Ya estamos usando el código fiscal para promover el transporte ecológico y la vivienda ecológica.
¿Por qué no la comida ecológica?
Estamos justamente hablando de otro paquete de estímulos.
¿Por qué no un paquete jardinero de estímulos?
¿Por qué no?
(Aplausos)
Refiriendo a otras cosas que debemos hacer, necesitamos regresar al nivel local y asegurarnos de que los jardines son legales.
Este es un jardín ilegal, al menos lo era.
Es de Michigan de este año.
Fue plantado por una mujer, madre de cuatro niños, y casi fue sentenciada a 93 días de cárcel por haberlo plantado en la parte frontal.
Aun tenemos césped del siglo XX.
Necesitamos emparentar los códigos con las realidades que enfrentamos ahora.
También necesitamos encontrar nuevas formas de acercar gente a los jardines, gente que no tiene patios.
También creo que necesitamos liberar el emprendimiento jardinero, y estoy feliz de decir, como mainés, somos líderes en el área.
A principios de este año, varios pueblos maineses aprobaron leyes locales de soberanía alimenticia que permiten a los residentes no solo cultivar alimentos donde quieran hacerlo, sino también venderlos como quieran a la gente que quieran vendérselos.
Creo que es un incentivo.
Hay muchos jardineros allí afuera a quienes les interesaría ampliar su producción de ser posible, si tuvieran un incentivo financiero.
También creo que necesitamos examinar la composición del movimiento actualmente.
(Risas)
Si el movimiento fuera una película de playa de los 60s, sería «Donde no estan los chicos».
(Risas)
Así que les voy a criticar, amigos.
No es correcto y no es justo que la carga de esta responsabilidad —alimentar a nuestro país y al mundo— sea de las mujeres.
¿De acuerdo?
(Aplausos)
Y voy a desafiar a las mujeres a que propongan maneras creativas y realmente astutas de involucrar a los hombres en esto.
(Risas)
¿Y si portaran un traje de baño?
(Risas)
Más allá de eso, creo que necesitamos reexaminar la infraestructura que tenemos para los jardines.
Creo que necesitamos crear nueva infraestructura.
Mi organización está trabajando en esto actualmente, algo así como la infraestructura de las comunicaciones locales, que le permite a le gente en la misma área conectarse entre sí y ayudarse entre sí.
Creo que nos falta esto en este momento,
(Risas)
pero podemos lograrlo.
La tecnología está allí, ciertamente.
Además de eso, creo que necesitamos otro tipo de infraestructura.
Sería bueno si pudiéramos unirnos.
Creo que si hemos aprendido algo a través de la experiencia TED, es que hay poder allí donde la gente se une, creo que también necesitamos unir a la gente en el nivel local.
Y creo que podemos inspirarnos de un movimiento previo, el movimiento de la granja, un movimiento que unió granjeros en un solo edificio para recrear y aprender a volverse mejores granjeros.
Creo que necesitamos una red de granjas suburbanas actualmente.
Creo que otra de las cosas que necesitamos es no perder el gusto por la comida.
La comida es mejor cuando es deliciosa y cuando se comparte con una comunidad, creo que los jardines pueden traer de vuelta ese espíritu de comunidad.
Voy a despedirme con un último video, y repasaré el videoclip que les mostré antes, pero voy a sugerir un fin alternativo.
Y creo que este final está a nuestro alcance, pero va a requerir que todos nos unamos.
Así que, aquí está la nueva historia de la gastronomía.
(Canción de «Así habló Zarathustra»)
(Aplausos)
(Aplausos y aclamación) Muchas gracias.
Gracias a todos.
Gracias.
https://www.ted.com/talks/roger_doiron_my_subversive_garden_plot/