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Michael Norton: Cómo comprar la felicidad – Charla TEDxCambridge

Charla «Michael Norton: Cómo comprar la felicidad» de TEDxCambridge en español.

En TEDxCambridge, Michael Norton muestra los resultados de una investigación fascinante sobre cómo el dinero puede, en efecto, comprar la felicidad, cuando no lo gastamos en nosotros mismos. Prestemos atención a los datos sorprendentes sobre las muchas maneras en que los gastos en bien social pueden ser beneficiosos para nosotros mismos, nuestro trabajo, y (por supuesto) otras personas.

  • Autor/a de la charla: Michael Norton
  • Fecha de grabación: 2011-11-18
  • Fecha de publicación: 2012-04-24
  • Duración de «Michael Norton: Cómo comprar la felicidad»: 658 segundos

 

Traducción de «Michael Norton: Cómo comprar la felicidad» en español.

Hoy quiero hablarles del dinero y la felicidad, que son dos cosas en las que muchos de nosotros pensamos bastante, ya sea para ganarlas o tratar de aumentarlas.

Y muchos de nosotros estamos de acuerdo con esta frase, porque la hemos visto en religiones y libros de autoayuda, que el dinero no puede comprar la felicidad.

Hoy quiero mostrarles que eso es falso.


(Risas)
Trabajo en una escuela de negocios y sé que esto es falso.

De hecho, si lo creemos, es porque simplemente no lo estamos gastando bien.

Así que en vez de gastarlo de la forma en que usualmente lo hacemos, probemos hacerlo de manera diferente, podría funcionar un poco mejor.

Y antes de que les diga las formas en que podemos gastar el dinero para ser más felices, vamos a pensar en las formas en que generalmente lo gastamos, y que en realidad, no nos hacen más felices.

Hicimos un pequeño y simple experimento.

Hace un tiempo, la CNN, escribió este interesante artículo sobre lo que le sucede a la gente cuando gana la lotería.

Resulta que piensan que si ganan la lotería sus vidas van a ser increíbles.

Este artículo trata de cómo sus vidas se arruinan.

Entonces,

¿qué sucede cuando la gente gana la lotería?

En primer lugar, gastan todo el dinero y se endeudan, y en segundo lugar, todos sus amigos y los que alguna vez los conocieron, vienen a fastidiarlos para pedirles dinero.

Y, de hecho, sus relaciones sociales se arruinan.

Así que tienen más deudas y menos amistades de las que tenían antes de haber ganado la lotería.

Lo interesante de este artículo es que los lectores empezaron a comentar el artículo.

Y en vez de hablar de cómo les había hecho darse cuenta de que el dinero no lleva a la felicidad, todo el mundo al instante empezó a decir: “

¿Sabes lo que haría si gano la lotería?

” Y a fantasear sobre lo que harían.

Quiero leerles dos comentarios que me parecieron muy interesantes.

Una persona escribió en: “Si yo gano, voy a comprar mi propia colina y sobre ella pondré una casita”.


(Risas)
Y otra persona escribió: “Yo llenaría una bañera grande con el dinero y entraría en ella a fumarme un cigarro grande y a beber una copa de champán”.

Y lo que sigue es peor: “Después, me haría fotografiar y haría decenas de copias.

Todos los que me pidiesen dinero o tratasen de extorsionarme recibirían una copia de la foto y nada más.”
(Risas)
Y así, muchos de los comentarios eran exactamente de este tipo, en que la gente tiene dinero y los hace antisociales.

Ya les he dicho que arruina la vida de la gente y sus amigos los fastidian.

El dinero, a menudo, nos vuelve muy egoístas y hacemos cosas solo para nosotros mismos.

Bueno, tal vez la razón por la que el dinero no nos hace felices es porque siempre lo gastamos en cosas equivocadas, y, en particular, en nosotros mismos.

Y nos preguntamos qué pasaría si hiciésemos que la gente gastase más dinero en otras personas.

Si en vez de ser antisociales, fuésemos un poco más prosociales con el dinero.

Y dijimos, hagamos que la gente lo gaste así y veamos qué pasa.

Pidamos a un grupo de personas que hagan lo que suelen hacer, gastar dinero en ellos mismos, y pidamos a otro grupo que lo gaste en otros, y midamos su felicidad y veamos si, en verdad, llegan a ser más felices.

Primero lo hicimos así: en una mañana, en Vancouver, fuimos al campus de la Universidad de Columbia Británica y nos acercamos a la gente y les preguntamos: “

¿Quieres participar en un estudio?

” Ellos dijeron: “Sí”.

Les preguntamos qué tan felices eran, y luego les dimos un sobre.

Y uno de los sobres tenían una nota que decía: “De aquí a las 5 p.m.

de hoy, gasten este dinero en sí mismos”.

Y les dimos algunos ejemplos de cómo podían gastarlo.

A las personas del otro grupo, por la mañana, les dimos un papelito que decía: “De aquí a las 5 p.m.

de hoy, gasten este dinero en otros”.

En el interior del sobre también había dinero.

Y jugamos un poco con la cantidad de dinero que les dimos.

Así que algunas personas recibieron esa nota y USD 5, mientras que otras recibieron la nota y USD 20.

Se tomaron el día e hicieron lo que querían hacer.

Constatamos que realmente gastaron el dinero de la manera que se lo pedimos.

Los llamamos por la noche y les preguntamos en qué lo gastaron y qué tan felices eran ahora.

¿En qué lo gastaron?

Bueno, eran universitarias, así que lo gastaron en cosas para sí mismas como pendientes y maquillaje.

Una joven dijo que compró un muñeco de peluche para su sobrina.

Otros dieron dinero a personas sin hogar.

Vimos una gran influencia de Starbucks.


(Risas)
Así que si les dan USD 5 a universitarios, eso les parece un café y corren a Starbucks a gastarlo lo más rápido posible.

Algunos se compraron un café, como siempre, pero otros dijeron que compraron un café para alguien más.

Así que fue la misma compra, para sí mismos o para otra persona.

¿Qué encontramos cuando los llamamos al final del día?

Los que gastaron el dinero en otras personas estaban más felices.

No ocurrió nada con los que lo gastaron en sí mismos.

No estaban menos felices, simplemente no hizo mucho por ellos.

Y la otra cosa que vimos es que la cantidad de dinero no importa tanto.

La gente pensaba que USD 20 eran mucho mejor que USD 5.

Pero en realidad, no importa la cantidad de dinero que gastaron.

Lo que realmente importa es que lo gastaron en otra persona y no en sí mismos.

Vemos esto una y otra vez cuando damos dinero a la gente para que lo gaste en otras personas y no en sí mismas.

Por supuesto, se trata de universitarios en Canadá, no de la población más representativa del mundo.

Pertenecen a un grupo acomodado.

Entonces, quisimos ver si esto era cierto en todas partes del mundo o solo en los países ricos.

Así que nos fuimos a Uganda y realizamos un estudio muy similar.

Así que imagínense, en lugar de lo que pedimos a los canadienses, les dijimos: “Mencione la última vez que gastó dinero en usted u otras personas y díganos:

¿qué tan feliz se sintió?

” O, en Uganda: “Mencione la última vez que gastó dinero en sí mismo o en otras personas y descríbalo”.

Y entonces les preguntamos una vez más hasta qué punto los había hecho felices.

Y lo que vemos es realmente sorprendente, porque hay características universales humanas sobre lo que se hace con el dinero y también grandes diferencias culturales en lo que se hace.

Así, por ejemplo, un chico de Uganda dice esto: “Llamé a una chica a la que quería enamorar”.

En suma tuvieron una cita, y nos dijo que hasta ahora no había “alcanzado su objetivo”.

Aquí hay un tipo de Canadá.

Un caso muy similar.

“Llevé a mi novia a cenar.

Fuimos a ver una película, salimos temprano, y luego fuimos a su habitación para…” Solo pastel, solo un pedazo de la torta.

Constante humana universal: si vamos a gastar dinero en otras personas, también hay que ser amable con ellas.

Tal vez ustedes tienen algo en mente, tal vez no.

Pero entonces vemos las diferencias extraordinarias.

Veamos estas dos.

Se trata de una canadiense.

Le preguntamos: “Nombre una vez en que haya gastado dinero en alguien”.

Ella dijo: “Compré un regalo para mi mamá.

Fui a un centro comercial en mi auto, compré un regalo y se lo di a mi mamá”.

Hecho perfectamente agradable.

Es bueno hacer regalos a la gente que conocemos.

Compárenlo con lo que hizo esta mujer de Uganda.

“Mientras caminaba, me encontré con un viejo amigo, cuyo hijo estaba enfermo de malaria.

No tenían dinero, fueron a una clínica y les di el dinero”.

“No fueron USD 10 000, sino la moneda local.

De hecho, una cantidad muy pequeña de dinero.

Pero notamos que motivaciones extremamente diferentes.

Esta es una necesidad médica real, literalmente, una donación para salvar vidas.

Y aquí más arriba, es simplemente: compré un regalo para mi madre.

Lo que vemos una vez más sin embargo es que la forma específica en que gastamos en otras personas no es tan importante como el hecho de gastar en otras personas con el fin de ser felices, que sí es realmente importante.

Así que para ser felices no tenemos que hacer cosas increíbles con el dinero.

Podemos hacer cosas pequeñas, triviales y aún así obtener estos beneficios.

Estos son solo dos países.

También quisimos ampliar la experiencia e ir más lejos, a todos los países del mundo, si fuese posible para ver cuál es la relación entre dinero y felicidad.

Tenemos datos de la Organización Gallup, que ustedes conocen por todas las encuestas políticas recientes.

Preguntaron: “

¿Ha donado dinero para obras de caridad últimamente?

¿Qué tan feliz es en su vida en general?

” Y podemos ver cuál es la relación entre esas dos cosas.

¿Existe una correlación positiva?

¿Dar dinero nos hace felices?

¿O la correlación es negativa?

En este mapa, el verde significa que hay una correlación positiva y el rojo, que la correlación es negativa.

Y como vemos, el mundo está locamente verde.

Así que en casi todos los países del mundo de los que tenemos estos datos, las personas que dan dinero para obras de caridad son más felices que las que no lo dan.

Sé que todos estamos viendo ese país rojo en el centro.

Sería un idiota si no les dijera de qué se trata, pero en realidad, es la República Centroafricana.

Podemos inventar historias.

Tal vez es diferente allí por alguna razón u otra.

Justo debajo, a la derecha, está Ruanda, que es sorprendentemente verde.

Así que en casi todas partes que miramos vemos que dar dinero nos hace más felices que guardarlo para nosotros mismos.

¿Qué pasa en los centros de trabajo, donde pasamos el resto de nuestro tiempo cuando no estamos con la gente que conocemos?

Decidimos infiltrarnos en algunas empresas y hacer algo muy similar.

Aquí tenemos personal de ventas en Bélgica.

Trabajan en equipos y venden a médicos y tratar de persuadirlos para que compren medicinas.

Podemos ver lo bien que venden en función del equipo al que pertenecen.

A ciertos equipos, les dimos dinero para ellos mismos y les dijimos que lo gastaran en sí mismos a su antojo, tal como lo hicimos con los estudiantes canadienses.

Pero a otros equipos les dimos EUR 15 para que los gastaran en alguno de sus compañeros de equipo esa semana, que compraran un regalo y se lo dieran.

Y entonces podemos ver los equipos que gastan en ellos mismos y los equipos prosociales que dan dinero para mejorar un poco el equipo.

La razón por la que tenemos esta imagen ridícula de una piñata es porque en uno de los equipos juntaron su dinero y compraron una piñata, y se reunieron, le dieron vueltas y la rompieron, todos los dulces cayeron, etc.

Algo muy tonto y trivial, pero piensen en la diferencia entre un equipo que no hizo nada de eso en absoluto, que consiguió EUR 15, lo puso en su bolsillo, tal vez se compró un café, y los equipos que tuvieron esta experiencia prosocial en la que todos se unen para comprar algo y hacer una actividad de grupo.

Lo que vemos es que, de hecho, los equipos que son prosociales venden más que los que tienen el dinero para ellos mismos.

Y una manera de verlo es que por cada EUR 15 que le dan a la gente para sí misma, se lo echan al bolsillo y no hacen nada diferente que antes.

No ganan nada con ese dinero.

De hecho pierden dinero porque no les motiva a ser mejores.

Pero cuando les damos EUR15 para gastar en sus compañeros de equipo, les van tan bien en sus equipos que se obtiene realmente una enorme ganancia con este tipo de inversión.

Y me doy cuenta de que estarán pensando que probablemente todo esto está bien, pero hay un contexto que es de gran importancia para las normas públicas y no puedo imaginar que pueda funcionar allí.

En resumen, si no nos demuestran que funciona aquí, no creemos nada de lo que se ha dicho.

Y sé que todos están pensando en los equipos de dodgeball.


(Risas)
Recibimos una dura crítica que decía que si no se podía demostrar que funcionara con los equipos de dodgeball, todo esto era estúpido.

Así que fuimos a buscar equipos de dodgeball, nos infiltramos en ellos e hicimos exactamente lo mismo que antes.

A ciertos equipos les dimos dinero para que lo gastaran en sí mismos.

A otros, les dimos dinero para gastar en sus compañeros de juego.

Los equipos que gastaron el dinero en sí mismos jugaron igual que siempre.

Los que gastaron en los demás, se convirtieron en equipos diferentes y, de hecho, todavía no lo han gastado todo y ya dominan en la liga.

A través de todos estos diferentes contextos de la vida personal, profesional y aun de las cosas más simples como los deportes en los colegios, vemos que gastar dinero en otras personas tiene un mayor retorno que gastarlo en nosotros mismos.

Si piensan que el dinero no puede comprar la felicidad no lo están empleando bien.

Esto no quiere decir que debemos comprar este producto en vez de este otro y que esa es la manera de hacernos más felices.

Se trata de dejar de pensar en qué producto comprar para nosotros mismos y, por el contrario, tratar de dar algo a otras personas.

Por suerte, podemos ofrecerles una oportunidad.

DonorsChoose.org es una organización sin fines de lucro que ayuda principalmente a maestros de escuelas públicas de bajos ingresos.

Tienen proyectos en línea, y dicen, por ejemplo: “Quiero enseñar Huckleberry Finn en mi clase, pero no tenemos los libros”, o “quiero un microscopio para enseñar ciencias en mi escuela, pero no lo tenemos”.

Y nosotros se lo compramos.

El maestro y los niños nos escriben notas de agradecimiento.

A veces mandan fotos de ellos utilizando el microscopio.

Es algo extraordinario.

Visiten la página web y participen, piensen menos en cómo gastar dinero en sí mismos y más en lo que pueden hacer para beneficiar a otras personas si tienen USD 5 o USD 15.

Porque al hacer esto, al final, se darán cuenta de que se beneficiarán mucho más.

Gracias
(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/michael_norton_how_to_buy_happiness/

 

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