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Charla «Michael Sandel: El arte perdido del debate democrático» de TED2010 en español.
Michael Sander dice que la democracia prospera en el debate cívico… pero estamos vergonzosamente fuera de práctica. Con algunos TEDsters como contrincantes, realiza un divertido repaso sobre un reciente caso de la Corte Suprema (PGA Tour, Inc. vs Martin) cuyo resultado revela los componentes críticos de la justicia.
- Autor/a de la charla: Michael Sandel
- Fecha de grabación: 2010-02-11
- Fecha de publicación: 2010-06-07
- Duración de «Michael Sandel: El arte perdido del debate democrático»: 1182 segundos
Traducción de «Michael Sandel: El arte perdido del debate democrático» en español.
Algo que el mundo necesita, algo que este país necesita desesperadamente es una forma mejor de articular nuestros debates políticos.
Necesitamos redescubrir el arte perdido del debate democrático.
(Aplausos)
Si piensan en las discusiones que tenemos, la mayoría de la veces son gritos en la televisión por cable, discusiones ideológicas en el Congreso.
Tengo una sugerencia.
Observen las discusiones que tenemos actualmente sobre la reforma de salud, los bonos, y el salvataje a Wall Street, sobre la brecha entre ricos y pobres, la discriminación positiva y el matrimonio del mismo sexo.
Bajo de la superficie de esas discusiones, con fervientes pasiones por todos lados, hay grandes interrogantes de filosofía moral, grandes interrogantes de justicia.
Pero muy pocas veces articulamos y defendemos y discutimos aquellos grandes interrogantes morales en nuestra política.
Así que lo que me gustaría hacer hoy es discutir un poco.
Primero, déjenme mencionar a un filósofo famoso que escribió sobre esas cuestiones de justicia y moralidad, y darles una pequeña lección sobre Aristóteles de la Antigua Grecia, la teoría aristotélica de justicia, y luego discutiremos para ver si las ideas de Aristóteles en realidad guían la forma en que pensamos y debatimos hoy diferentes cuestiones.
Entonces,
¿Están listos para la lección?
Según Aristóteles la justicia significa dar a cada cual lo que se merece.
Eso es todo, esa es la lección.
(Risas)
Ahora, ustedes pueden decir, bien, eso es muy obvio.
El problema comienza cuando hay que discutir quién merece «qué» y «por qué».
Tomemos el ejemplo de las flautas.
Supongamos que estamos repartiendo flautas.
¿Quiénes deberían tener las mejores flautas?
Veamos lo que dice la gente:
¿Qué diría usted?
¿Quién debería tener la mejor flauta?
Pueden contestar.
(Audiencia: al azar) Michael Sandel: al azar.
Harían una lotería.
O la primera persona que corra al salón para tenerla.
¿Quién más?
(Audiencia: los mejores flautistas) MS: Los mejores flautistas.
(Audiencia: Los peores flautistas) MS: Los peores flautistas.
¿Cuántos dicen los mejores flautistas?
¿Por qué?
En realidad, esa fue también la respuesta de Aristóteles.
(Risas)
Pero ahora una pregunta más difícil.
¿Por qué creen, los que votaron de esta forma, que las mejores flautas deberían ir a los mejores flautistas?
Peter: El mayor beneficio para todos.
MS: El mayor beneficio para todos.
Vamos a escuchar una música mejor si las mejores flautas van a los mejores flautistas.
¿Eres Peter?
(Audiencia: Peter) MS: Está bien.
Bien, es una buena razón.
Todos estaremos mejor si se escucha buena música en vez de música mala.
Pero Peter, Aristóteles no está de acuerdo contigo en que esa es la razón.
Todo está bien.
Aristóteles tenía una razón diferente para decir que las mejores flautas debían ir a los mejores flautistas.
Él dijo: para eso son las flautas, para ser bien tocadas.
Él dice que para pensar en la distribución de algo, debemos razonar sobre, y a veces a discutir sobre, el propósito de algo, o la actividad social, en este caso, la interpretación musical.
Y la naturaleza fundamental de la interpretación musical es producir una música excelente.
Será una consecuencia feliz que todos nos beneficiemos.
Pero cuando pensamos en la justicia, Aristóteles dice que realmente necesitamos pensar en la naturaleza esencial de la actividad en cuestión y las cualidades que son valiosas de honrar, admirar y reconocer.
Una de las razones por la que los mejores flautistas deben tener las mejores flautas es que la interpretación musical no es sólo para hacernos felices al resto de nosotros, sino también para honrar y reconocer la excelencia de los mejores músicos.
Bien, las flautas pueden parecer…
la distribución de flautas puede parecer un caso insignificante.
Tomemos un ejemplo contemporáneo de entredicho en la justicia.
Tuvo que ver con el golf.
Casey Martin…
hace unos pocos años, Casel Martin…
¿Alguno escuchó hablar de él?
Fue un golfista muy bueno, pero tenía una incapacidad, un problema circulatorio en una de las piernas, que le hacía muy doloroso caminar el campo de golf.
De hecho, implicaba riesgo de lesión.
Él pidió permiso a la PGA, la Asociación Profesional de Golfistas, para usar un carrito de golf en los torneos de la PGA.
Ellos dijeron: «No.
Eso te daría una ventaja injusta».
Él presentó una demanda, y, aunque no lo crean, su caso llegó hasta la Corte Suprema, el caso sobre el carrito de golf.
Porque la ley dice que la discapacidad debe ser considerada, brindar facilidades no cambia la naturaleza esencial de la actividad.
Él dice: «Soy un gran jugador.
Quiero competir.
Pero necesito un carrito de golf para ir de un hoyo al siguiente».
Supongamos que ustedes estaban en la Corte Suprema.
Ustedes estaban impartiendo justicia en este caso.
¿Cuántos de ustedes aquí dirían que Casey Martin sí tiene derecho a usar un carrito de golf?
¿Y cuántos dirían que no tiene derecho?
Muy bien, hagamos una encuesta, a mano alzada.
¿Cuántos dictaminarían en favor de Casey Martin?
¿Y cuántos en contra?
¿Cuántos dirían que no tiene derecho?
Muy bien, tenemos una buena división de opiniones.
Alguien que no otorgaría a Casey Martin el derecho al carrito de golf:
¿Cuál sería su razón?
Levante la mano, y trataremos de acercarle un micrófono.
¿Cuál sería su razón?
(Audiencia: Sería una ventaja injusta) MS: Sería una ventaja injusta si él se moviliza en un carrito de golf.
Muy bien, aquellos de ustedes, imagino que a la mayoría de los que no le darían el carrito de golf les preocupa una ventaja injusta.
¿Y aquellos que dicen que se le debe dar un carrito de golf?
¿Cómo responderían a la objeción?
Si, está bien.
Audiencia: El carrito no es parte del juego.
MS:
¿Cuál es tu nombre?
(Audiencia: Charlie) MS: Charlie dice: le alcanzamos un micrófono a Charlie, en caso que alguien quiera responder.
Cuéntanos Charlie,
¿por qué dirías que él debería usar el carrito de golf?
Charlie: El carrito no es parte del juego.
MS: Pero
¿Qué pasa con el caminar de un hoyo al otro?
Charlie: No importa, no es parte del juego.
MS:
¿Caminar por el campo de golf no es parte del juego?
Charlie: No en mi libro, no lo es.
MS: Está bien.
Quédate ahí, Charlie.
(Risas)
¿Quién tiene una respuesta para Charlie?
Está bien,
¿Quién tiene una respuesta para Charlie?
¿Qué le diría?
Audiencia: La resistencia es una parte muy importante del juego, caminar todos los hoyos.
MS:
¿Caminar todos los hoyos?
¿Eso es parte del juego de golf?
(Audiencia: Absolutamente) MS:
¿Cuál es tu nombre?
(Audiencia: Warren) MS: Warren.
Charlie,
¿Qué le dices a Warren?
Charlie: Me quedo con mi planteo original.
(Risas)
MS: Warren,
¿Eres golfista?
Warren: No soy golfista.
Charlie: Y yo sí soy.
(MS: Bueno)
(Risas)
(Aplausos)
Saben, es interesante.
En el caso, en el juzgado de primera instancia, trajeron a grandes golfistas para testificar en este punto.
¿Caminar por el campo de golf es esencial para el juego?
Y trajeron a Jack Nicklaus y a Arnold Palmer.
¿Y qué se imaginan que dijeron?
Sí.
Ellos estuvieron de acuerdo con Warren.
Ellos dijeron, sí, caminar por el campo de golf es un ejercicio físico agotador.
El factor fatiga es una parte importante del golf.
Y por lo tanto esto cambiaría la naturaleza fundamental del juego darle el carrito del golf.
Ahora, observen, algo interesante…
Bueno, primero debería decirles la decisión de la Corte Suprema.
La Corte Suprema se expidió.
¿Qué se imaginan que dijeron?
Ellos dijeron sí, sí se le debe dar a Casey Martin un carrito de golf.
El fallo fue 7 a 2.
Lo interesante del dictamen y de la discusión que recién tuvimos es que la discusión sobre el derecho y la justicia de este asunto depende de comprender cuál es la naturaleza esencial del golf.
Y los jueces de la Corte Suprema batallaron con ese interrogante.
Y el juez Stevens, representando la mayoría, dijo que había leído todo sobre la historia del golf, y la esencia del juego es llevar una pelotita desde un lugar hasta un hoyo con la menor cantidad de golpes posible, y que caminar no es esencial, es algo secundario.
Hubo dos oposiciones, uno de ellos era el juez Scalia.
Él no habría concedido el carrito, y él tuvo un disenso muy interesante.
Es interesante porque rechazó la premisa aristotélica subyacente en la opinión de la mayoría.
Él dijo que no es posible determinar la naturaleza esencial de un juego como el golf.
Así es como lo dijo: «Decir que algo es esencial es decir que es necesario para el logro de cierto objetivo.
Pero como la naturaleza misma de un juego es la diversión, no tiene objetivo,
(Risas)
eso es lo que distingue a los juegos de una actividad productiva,
(Risas)
es bastante imposible decir que cualquiera de las reglas arbitrarias de un juego es esencial».
Así que ahí lo tienen al juez Scalia enfrentando la premisa aristotélica de la opinión mayoritaria.
La opinión del juez Scalia es cuestionable por dos razones.
Primero, ningún fanático de los deportes hablaría de esa forma.
(Risas)
Si pensáramos que las reglas de los deportes que nos interesan son simplemente arbitrarias, en vez de ideadas para reconocer las virtudes y excelencias que pensamos son valiosas de admirar, no nos importaría el resultado de un partido.
También es objetable por un segundo motivo.
A primera vista, pareciera ser — este debate sobre el carrito de golf — un debate sobre la equidad, lo que es una ventaja injusta.
Pero si la equidad fuese lo único en juego, habría sido una solución fácil y obvia.
¿Qué sería?
(Audiencia: Dejemos a todos usar el carrito) Dejemos a todos andar en un carrito de golf si así lo quieren.
Entonces la objeción de la equidad desaparece.
Pero dejar a todo el mundo andar en un carrito habría sido, me imagino, más una aberración para los grandes del golf y para la PGA, que una excepción para Casey Martin.
¿Por qué?
Porque lo que estaba en cuestión en la disputa por el carrito de golf no era sólo la naturaleza esencial del golf, sino también la pregunta:
¿Qué habilidades vale la pena honrar y reconocer como talentos atléticos?
Déjenme explicar este punto lo más delicadamente posible: los golfistas son poco sensibles al estado atlético de su juego.
(Risas)
Después de todo, no se corre, no se salta, y la pelotita permanece quieta.
(Risas)
Entonces, si el golf es la clase de juego que puede jugarse mientras se da vueltas en un carrito de golf, sería difícil otorgar a los grandes del golf el prestigio que otorgamos, el honor y reconocimiento que va para los atletas realmente grandes.
Esto pone de manifiesto que tanto para el golf como para las flautas, es difícil decidir lo que necesita la justicia sin resolver la pregunta: «
¿Cuál es la naturaleza esencial de la actividad en cuestión, y qué cualidades, qué excelencias, conectadas con esa actividad, son valiosas de honrar y reconocer?
» Veamos un último ejemplo que se destaca en el debate político actual: el matrimonio del mismo sexo.
Hay quienes están a favor de que el Estado reconozca sólo el matrimonio tradicional entre un hombre y una mujer, y hay quienes están a favor de que el Estado reconozca el matrimonio del mismo sexo.
¿Cuántos aquí están a favor de la primera política: que el Estado sólo debe reconocer el matrimonio tradicional?
¿Y cuántos están a favor de la segunda, el matrimonio del mismo sexo?
Ahora, digámoslo de esta manera,
¿Cuál es el razonamiento sobre la justicia y la moralidad que subyace en la discusión que tenemos sobre el matrimonio?
Quienes se oponen al matrimonio del mismo sexo dicen que el propósito del matrimonio, fundamentalmente, es la procreación, y eso es valioso de honrar, reconocer y alentar.
Y los defensores del matrimonio del mismo sexo dicen que no, la procreación no es el único propósito del matrimonio.
¿Qué hay del compromiso de amor mutuo y para toda la vida?
De eso se trata realmente el matrimonio.
Entonces con las flautas, con los carritos de golf, y aún con una cuestión sumamente reñida como es el matrimonio del mismo sexo, Aristóteles tiene razón.
Es muy difícil discutir sobre la justicia sin antes discutir sobre el propósito de las instituciones sociales y sobre las cualidades que vale la pena honrar y reconocer.
Entonces, tomemos distancia de estos casos y veamos cómo pueden alumbrar el camino en el que pudiésemos mejorar y elevar, los términos del discurso político en los Estados Unidos, y, de hecho, en todo el mundo.
Existe una tendencia de pensar que si nos comprometemos muy directamente con las cuestiones morales en política, es una receta para la discrepancia, y aún más, una receta para la intolerancia y la coerción.
Así que mejor alejarse de esto, ignorar, las convicciones morales y religiosas que la gente trae a la vida cívica.
Me parece que nuestra discusión refleja lo contrario, que la mejor forma de respeto mutuo es comprometerse directamente con las convicciones morales que los ciudadanos traen a la vida pública, en vez de exigirles que dejen sus convicciones morales más profundas fuera de la política antes de entrar en ella.
Me parece que ese es el camino para empezar a restablecer el arte del debate democrático.
Muchas gracias.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
Muchas gracias.
Gracias.
Gracias.
Chris.
Gracias, Chris.
Chris Anderson: De las flautas a los campos de golf y al matrimonio del mismo sexo.
Esa fue una relación genial.
Tu eres un pionero de la educación abierta.
Tu serie de conferencias fueron de las primeras en hacerlo grande.
¿Cuál es tu visión de la siguiente fase de esto?
MS: Bueno, creo que es posible.
En el aula, tenemos discusiones sobre algunas convicciones morales que los estudiantes defienden más firmemente sobre grandes cuestiones públicas.
Y creo que en general, podemos hacer eso en la vida pública.
Y también mi gran sueño sería tomar las series para la televisión pública que hemos creado del curso — ahora está disponible online, de forma gratuita para todo el mundo — y ver si podemos asociarnos con instituciones, universidades en China, India, África, en todo el mundo, para tratar de promover la educación cívica y también enriquecer el debate democrático.
CA: Entonces tu idea, próximamente, sería en vivo, en tiempo real, poder tener este tipo de conversación, con preguntas tentadoras, pero con gente de China e India?
MS: Correcto.
Hicimos un poco de esto aquí con 1.500 personas en Long Beach, y lo hacemos en un aula en Harvard con unos 1.000 estudiantes.
No sería interesante adoptar esta forma para pensar y debatir, comprometiéndonos seriamente con las grandes cuestiones morales, explorando las diferencias culturales y unir a través de una conexión de video en vivo, a estudiantes en Beijing y Mumbai y en Cambridge, Massachusetts, y crear un aula mundial.
Eso es lo que me encantaría hacer.
(Aplausos)
CA: Me imagino que hay muchas personas a las que les encantaría participar en ese esfuerzo.
Michael Sandel.
Muchas gracias.
(MS: Muchas gracias)
https://www.ted.com/talks/michael_sandel_the_lost_art_of_democratic_debate/