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Charla «Michael Specter: El peligro de negar a la ciencia» de TED2010 en español.
Demandas por vacunas ligadas a autismo, prohibición de alimentos «Frankestein», el frenesí de la curación con hierbas: Todo apunta al miedo público creciente (y, a veces, directa negación) a la ciencia y la razón, dice Michael Specter. El advierte que esta tendencia impacta desastrosamente en el progreso humano.
- Autor/a de la charla: Michael Specter
- Fecha de grabación: 2010-02-11
- Fecha de publicación: 2010-04-12
- Duración de «Michael Specter: El peligro de negar a la ciencia»: 1141 segundos
Traducción de «Michael Specter: El peligro de negar a la ciencia» en español.
Hagamos de cuenta que aquí mismo tenemos una máquina, una máquina grande, una máquina super, estilo TED, y es una máquina del tiempo.
Y que cada uno en este recinto debe meterse en ella.
Y puedes ir para atrás, puedes ir para delante; no puedes quedarte donde estás.
Y me pregunto qué elegirían, porque estuve haciendo a mis amigos esta pregunta bastante últimamente, y todos ellos quieren retroceder.
No sé.
Quieren volver a antes de que hubiera automóviles.
o Twitter, o «American Idol».
No sé.
Estoy convencido de que hay algún tipo de inclinación hacia la nostalgia, hacia el pensamiento mágico.
Y entiendo eso.
No soy parte de ese grupo, debo decir.
No quiero volver al pasado, y no es porque soy un aventurero — es porque las posibilidades en este planeta, no van hacia atrás, van hacia delante.
Así que quiero meterme en la máquina y quiero ir hacia delante.
Este es el mejor momento que jamás haya pasado en este planeta bajo cualquier criterio que quieras usar: salud, riqueza, movilidad, oportunidad, tasas de enfermedad en descenso.
Nunca ha habido un tiempo como éste.
Mis bisabuelos murieron, todos ellos para cuando llegaron a los 60.
Mis abuelos estiraron ese número a 70.
Mis padres están cerrando en 80.
Así que es mejor que haya un 9 en el comienzo de mi número de muerte.
Pero no es siquiera sobre gente como nosotros porque esto es mucho más grande que eso.
Un niño nacido en Nueva Delhi hoy puede esperar vivir tanto como el hombre más rico del mundo hace 100 años.
Piensen en eso.
Es un hecho increible.
Y, por qué es esto cierto?
Viruela.
La viruela mató millones de personas en este planeta.
Reformuló la demografía del globo de una forma en que ninguna guerra lo ha hecho.
Se ha ido.
Desapareció.
La derrotamos.
Puff.
En el mundo rico, enfermedades que amenzaban a millones de nosotros sólo una generación atrás no existen más, casi.
Difteria, rubéola, polio…
alguien siquiera sabe que son esas cosas?
Vacunas, medicina moderna, nuestra habilidad para alimentar miles de millones de personas, esos son triunfos del método científico.
Y en mi mente, el método científico, probar cosas, ver si funciona, cambiarlo cuando no funciona, es uno de los grandes logros de la humanidad.
Así que esa es la buena noticia Desafortunadamente, esa es la única buena noticia porque hay otros problemas, y han sido mencionados muchas veces, y uno de ellos es que, a pesar de todos nuestros logros, mil millones de personas se van a la cama con hambre en este mundo, todos los días.
Ese número está creciendo, y muy rápido, y es una desgracia.
Y no sólo eso, hemos usado nuestra imaginación para destrozar a fondo este mundo.
Agua potable, tierra cultivable, selvas, petróleo, gas: se están acabando, y se están acabando pronto, y a menos que innovemos en una solución a este desastre, nos acabaremos nosotros también.
Entonces, la pregunta es: Podemos hacerlo?
Yo creo que podemos.
Creo que es claro que podemos hacer comida que alimentará a miles de millones de personas sin diezmar la tierra en la que vivimos.
Creo que podemos alimentar este mundo con energía que no lo destroce a la vez.
Realmente creo esto, y, no, no es pensamiento mágico.
Pero hay una cosa que no me deja dormir — una de las cosas que me mantiene despierto.
Nunca hemos necesitado el progreso de la ciencia más que ahora, nunca, y nunca hemos estado en una posición para desarrollarlo correctamente, como podemos hoy.
Estamos al borde de sucesos sorprendentes en muchos campos.
Y sin embargo, ciertamente creo que deberíamos volver cientos, 300 años, antes de la Ilustración, para encontrar un tiempo en el que combatíamos el progreso, en el que peleabamos sobre estas cosas más vigorosamente, en más frentes, de lo que lo hacemos ahora.
La gente se envuelve en sus creencias, y lo hacen tan apretadamente que no puedes liberarlos.
Ni siquiera la verdad los hará libres.
Y, escuchen, todos tienen derecho a tener su opinión; tienen derecho a tener su opinión sobre el progreso, pero sabes a qué no tienes derecho?
No tienes derecho a tener tus propios hechos.
Disculpa, pero no lo tienes.
Y darme cuenta de esto me llevó un tiempo.
Hace una década, escribí una historia sobre vacunas para «The New Yorker», una historia corta.
Y me sorprendí de encontrar oposición, oposición a lo que es, después de todo, la medida de salud pública más efectiva en la historia humana.
No supe qué hacer, así que sólo hice lo que hago, escribí un artículo y seguí adelante.
Y pronto después de eso, escribí un artículo sobre alimentos genéticamente modificados.
Pasó lo mismo, sólo que peor.
La gente enloquecía.
Así que escrbí un artículo sobre eso también, y no pude entender por qué la gente pensó que esto era «alimentos Frankenstein», porqué pensarón que mover de lugar las móleculas de manera específica, más que descuidada, era invadir terreno de la naturaleza.
Pero, saben, hago lo que hago.
Escribí el artículo y seguí adelante.
Es decir, soy sólo un periodista; tecleamos, archivamos, vamos a cenar, está bien.
( Risas ) Pero estas historias me molestaban, y no podía entender porqué, y finalmente entendí.
Y eso pasó porque los fanáticos que me estaban volviendo loco no eran realmente fanáticos.
Era gente pensante, gente educada, gente decente.
Eran exactamente como la gente en este recinto.
Y eso me preocupaba tanto…
pero después pensé, saben, seamos honestos: Estamos en un punto en este mundo en el que no tenemos la misma relación con el progreso que solíamos tener.
Hablamos de él ambiguamente.
Hablamos de él en términos irónicos, entre comillas: «Progreso» Okey, hay razones para ello, y creo que sabemos cuáles son esas razones.
Hemos perdido la fe en las instituciones, en la autoridad, y a veces en la ciencia misma, y no hay razón para que no lo hayamos hecho.
Puedes decir sólo unos pocos nombres y la gente entenderá.
Chernobil, Bhopal, el Challenger, Vioxx, armas de destrucción masiva, boletas electorales alteradas Digo, saben, pueden elegir su propia lista.
Hay preguntas y problemas con las personas que solíamos creer que siempre tenían razón.
Así que sean escépticos.
Pregunten, exijan pruebas, exijan evidencia.
No den nada por sentado.
Pero he aquí la cosa: Cuando reciban pruebas, deben aceptar la evidencia, y no somos buenos en hacer eso.
Y la razón por la que puedo decir esto es porque estamos ahora en una epidemia de miedo como nunca he visto antes y espero nunca ver de nuevo.
Hace unos 12 años, se publicó una historía, una historia horrible, que ligaba la epidemia de autismo a recibir la vacuna contra el sarampión, la rubéola y las paperas.
Muy aterrador.
Montones de estudios se hicieron para ver si esto era verdad.
Montones de estudios debían hacerse, es un asunto serio.
Los resultados llegaron.
Los resultados llegaron desde Estados Unidos, Inglaterra, desde Suecia, desde Canadá, y todo era lo mismo, ninguna correlación, ninguna conexión, nada.
Eso no importa.
No importa porque creemos en las anécdotas, creemos en lo que vemos, en lo que pensamos que vemos, en lo que nos hace sentir reales.
No creemos en un montón de documentos de un oficial del gobierno dándonos información, y entiendo eso, creo que todos entendemos.
Pero saben qué?
El resultado de ello ha sido desastroso, desastroso por este hecho: Los Estados Unidos es uno de los pocos países en el mundo en el que la tasa de vacunación contra el sarampión está bajando.
Esto es lamentable, y deberíamos estar avergonzados de nosotros mismos.
Es horrible.
Qué clase de cosa pasó para que pudiéramos hacer eso.
Ahora, lo entiendo.
Ciertamente lo entiendo.
Porque aquí,
¿alguno de ustedes tiene sarampión?
¿Alguna persona en la audiencia ha visto alguna vez a alguien morir de sarampión?
No pasa mucho.
No pasa en este país en absoluto, pero pasó 160.000 veces en el mundo el año pasado.
Eso es un montón de muertes por sarampión.
20 por hora.
Pero como no pasó aquí, podemos sacarlo de nuestras mentes, y gente como Jenny McCarthy puede pasearse sermoneando mensajes de miedo y analfabetismo desde plataformas como Oprah y Larry Kind Live.
Y pueden hacerlo porque no relacionan causalidad y correlación.
No entienden que estas dos cosas parecen lo mismo, pero que casi nunca son lo mismo.
Y es algo que debemos aprender, y necesitamos aprenderlo muy pronto.
Este tipo fue un héroe, Jonas Salk.
El alejó de nosotros una de las peores plagas de la humanidad.
Sin miedo, sin agonía: polio, puff, no más.
Ese tipo en el medio, no tanto.
Su nombre es Paul Offit.
El sólo desarrolló una vacuna contra rotavirus con un grupo de gente.
Salva la vida de 400.000 a 500.000 niños por año, en el mundo subdesarollado.
Bastante bien, no?
Bueno, está bien, excepto porque Paul va por ahí hablando de vacunas y dice cuán valiosas son y que la gente debería simplemente parar de quejarse.
Y realmente, lo dice de esa forma.
Entonces, Paul es un terrorista.
Cuando Paul habla en una audiencia pública, no puede testificar sin guardias armados.
Recibe llamadas en su casa porque a la gente le gusta decirle que recuerdan a dónde van sus hijos al colegio.
Y
¿porqué?
Porque Paul hizo una vacuna.
Y no necesito decir esto, pero las vacunas son esenciales.
Las sacas, y las enfermedades vuelven, enfermedades horribles, y eso está pasando.
Tenemos sarampión en este país ahora.
Y está poniéndose peor, y muy pronto los niños van a morir de eso nuevamente porque es sólo un juego de números.
Y no van a morir sólo de sarampión.
Qué de la polio?
Tengamos eso.
Por qué no?
Una compañera mía del colegio me escribió hace unas semanas y dijo que pensaba que yo era un poco escandaloso.
Nunca antes alguien había dicho eso.
Ella no iba a vacunar a su hijo contra la polio.
De ninguna manera.
Bien.
¿Por qué?
Porque no tenemos polio.
Y
¿saben qué?
No tuvimos polio en este país ayer.
Hoy, no sé, quizás un tipo tomó un avión en Lagos esta mañana, y está volando a Los Angeles, ahora mismo está sobre Ohio.
Y va a aterrizar en un par de horas, va a alquilar un auto, y va a venir a Long Beach, y va a asistir a una de estas fabulosas cenas de TED esta noche.
Y él no sabe que está infectado con una enfermedad paralízadora, y nosotros tampoco lo sabemos, porque así funciona el mundo.
Este es el planeta en el que vivimos.
No hagamos como que no.
Ahora, nos encanta envolvernos en mentiras.
Amamos hacerlo.
Todos tomaron sus vitaminas esta mañana?
Equinácea, un pequeño antioxidante para mantenerte joven.
Sé que lo hicieron porque la mitad de los americanos lo hace todos los días.
Toman esas cosas, y toman medicinas alternativas, y no importa cuán seguido encontramos que no sirven para nada.
Los datos lo dicen todo el tiempo.
Oscurecen tu orina.
Casi nunca hacen más que eso.
(Risas)
Está bien, quieren pagar 28 mil millones de dólares por orina oscura, estoy totalmente con ustedes.
(Risas)
Orina Oscura.
Oscura.
¿Porqué hacemos esto?
¿Porqué hacemos esto?
Bueno, creo que entiendo, odiamos a las Grandes Farmacéuticas.
Odiamos a los grandes gobiernos.
No cremos en el tipo.
Y no deberíamos.
Nuestro sistema de salud apesta.
Es cruel con millones de personas.
Es absoluta y sorprendentemente frío y demoralizador incluso para aquellos que podemos pagarlo.
Así que huimos de él, y hacia dónde corremos?
Saltamos a los brazos del Gran Placebo.
(Risas)
Es fantástico.
Amo el Gran Placebo.
(Aplausos)
Pero, saben, es una cosa realmente seria porque estas cosas son basura, y gastamos miles de millones de dólares en ellas.
Y tengo todo tipo de pequeños suplementos aquí.
Ninguno de ellos — ginko, fraude, equinacea, fraude, «acai», no sé ni siquiera que es pero estamos gastando miles de millones de dólares en esto, es un fraude.
Y saben qué?
Cuando digo esto la gente me grita, y dice «Qué te importa?
Deja a la gente hacer lo que quieran.
Los hace sentir bien.» Y saben qué?
Están equivocados.
Porque a mí no me importa.
si es el Ministro de Salud quien dice «Uhm, no voy a hacer caso de la evidencia de mis expertos en mamografías» o algún cuasi oncólogo que quiere tratar a su paciente con enemas de café.
Cuando empiezas el caminio donde creencia y magia reemplazan a evidencia y ciencia, terminas en un lugar donde no quieres estar.
Terminas en Thabo Mbeki, Sudáfrica.
El mató a 400.000 de su gente por insistir que la remolacha el ajo y aceite de limón eran mucho más efectivos que las drogas anti-retrovirales que sabemos que pueden disminuir el avance del SIDA.
Cientos de miles de muertes innecesarias en un país que ha estado plagado más que ningún otro por esta enfermedad.
Por favor no me digan que no hay consecuencias a estas cosas.
Las hay.
Siempre las hay.
Ahora, la epidemia más absurda en la que estamos metidos ahora mismo es esta batalla absurda entre los que proponen alimentos modificados genéticamente y la élite orgánica.
Es un debate idota.
Tiene que terminar.
Es un debate sobre palabras, sobre metáforas.
Es ideología, no es ciencia.
Cada cosa que comemos, cada grano de arroz, cada espiga de perejil, cada repollo de Bruselas, ha sido modificado por el hombre.
Saben, no había mandarinas en el Jardín del Edén.
No había ningún melón.
No había árboles de Navidad.
Lo hicimos todo.
Lo hicimos en los últimos 11.000 años.
Y algunas cosas funcionaron y otras no.
Nos deshicimos de lo que no funcionó.
Ahora podemos hacerlo de manera más precisa.
Y hay riesgos, absolutamente.
Pero podemos poner un poco de vitamina A en el arroz, y eso puede ayudar a millones de personas, millones de personas, a prolongar sus vidas.
No quieren hacer eso?
Debo decir, no lo entiendo.
Nos oponemos a los alimentos modificados genéticamente.
Por qué hacemos eso?
Bueno, las cosas que constantemente escucho son: Demasiados químicos, pesticidas, hormonas, monocultivos, no queremos campos gigantes de la misma cosa, eso está mal.
No queremos compañías patentando la vida.
No queremos compañías dueñas de semillas.
Y saben cuál es mi respuesta a todo eso?
Sí, tienen razón.
Arreglémoslo.
Es verdad, tenemos un problema muy grande de alimentación, pero esto no es ciencia.
No tiene nada que ver con la ciencia.
Es la ley, es la moral, es el tema de las patentes.
Saben que la ciencia no es una compañía.
No es un país.
No es siquiera una idea.
Es un proceso.
Es un proceso, y a veces funciona y a veces no, pero la idea de que no deberíamos permitir que la ciencia haga su trabajo porque tenemos miedo, es realmente fatal, y esta evitando que millones de personas puedan prosperar.
Saben, en los próximos 50 años vamos a tener que producir 70 por ciento más de alimentos que hoy, 70 por ciento.
Esta inversión en Africa en los últimos 30 años.
Lamentable.
Desgraciado.
Lo necesitan, y no vamos a dárselos.
Y por qué?
Alimentos modificados genéticamente.
No queremos alentar a la gente a comer esas cosas podridas, como la mandioca por ejemplo.
La Mandioca es algo que 500 millones de personas comen.
Es como una papa.
Es sólo un montón de calorías.
Apesta.
Y no tiene nutrientes, no tiene proteínas, y los científicos están modificando todo esto en ella ahora mismo.
Y entonces la gente podría comerla y podrían evitar quedar ciegos.
No se morirían de hambre, y saben qué?
Eso sería lindo.
No sería «Chez Panisse», pero estaría lindo.
Y todo lo que puedo decir sobre esto es: Por qué estamos combatiéndolo?
Digo, preguntémonos: Por qué estamos combatiéndolo?
Porque no queremos mover de lugar los genes?
Se trata sobre mover genes de lugar.
No se trata de químicos.
No se trata de nuestra ridícula pasión por las hormonas, nuestra insistencia en tener alimentos más grandes, mejores alimentos, únicos.
Esto no es sobre los «Rice Krispies», esto es sobre mantener a la gente viva, y es tiempo de que empecemos a entender lo que eso significa.
Porque, saben algo?
Si no lo hacemos, si continuamos actuando como ahora, somos culpables de algo que no creo que querramos ser culpables, colonialismo «High-Tech» No hay otra manera de describir lo que está sucediendo aquí.
Es egoísta, es feo, está más allá de nosotros, y realmente debemos pararlo.
Así que, luego de esta genialmente divertida conversación,
(Risas)
quizás quieran decir: «Entonces, todavía quieres meterte en esta ridícula máquina del tiempo e ir para delante?
» Absolutamente.
Absolutamente quiero.
Está detenida en el presente ahora, pero tenemos una impresionante oportunidad.
Podemos programar esa máquina del tiempo en lo que queramos.
Podemos moverla a donde queramos, y vamos a moverla a donde queremos moverla.
Debemos tener estas conversaciones, y debemos pensar, pero cuando nos metamos en la máquina y vayamos adelante, vamos a estar contentos de hacerlo.
Sé que podemos, y, hasta donde a mi concierne, eso es algo que el mundo necesita ahora mismo.
Gracias.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/michael_specter_the_danger_of_science_denial/