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Necesitamos dinero para ayudar, imprimámoslo. – Charla TED@State Street Boston

Charla «Necesitamos dinero para ayudar, imprimámoslo.» de TED@State Street Boston en español.

Durante la crisis financiera, los bancos centrales de Estados Unidos, el Reino Unido y Japón crearon 3,7 billones de dólares para comprar activos e impulsar a los inversores a hacer los mismo. Michael Metcalfe nos ofrece una idea impactante: ¿podrían los mismos bancos centrales imprimir dinero para asegurar los objetivos para ayuda internacional? ¿Sin riesgo de Inflación?

  • Autor/a de la charla: Michael Metcalfe
  • Fecha de grabación: 2013-11-06
  • Fecha de publicación: 2014-02-26
  • Duración de «Necesitamos dinero para ayudar, imprimámoslo.»: 864 segundos

 

Traducción de «Necesitamos dinero para ayudar, imprimámoslo.» en español.

Hace 13 años, nos fijamos el objetivo de terminar con la pobreza.

Después de algunos éxitos, tropezamos con un gran obstáculo.

Las secuelas de la crisis financiera habían empezado a golpear las contribuciones para ayuda, que han caído durante 2 años consecutivos.

Mi pregunta es si las lecciones aprendidas sobre salvar el sistema financiero pueden usarse para ayudarnos a superar ese obstáculo y ayudar a millones.

¿Podemos simplemente imprimir dinero para ayuda?

«Por supuesto que no».

Es una reacción común.


(Risas)
Palabrerías.

Otros se enojan, como John McEnroe.

«No puedes decir eso en serio».

No puedo imitar el acento, pero lo digo en serio, gracias a estos 2 niños, que, como verán, están muy en el corazón de mi charla.

A la izquierda, tenemos a Pia.

Vive en Inglaterra.

Tiene padres amorosos, uno de los cuales está justo aquí.

Dorothy, a la derecha, vive en una zona rural de Kenia.

Es una de los 13 000 niños huérfanos y vulnerables que asiste una organización benéfica que apoyo.

Lo hago porque creo que Dorothy, como Pia, se merecen las mejores oportunidades de vida que podamos darle.

Todos convendrán conmigo, estoy seguro.

La ONU también está de acuerdo.

Su objetivo primordial para la ayuda internacional es luchar por una vida digna para todos.

Pero, aquí está el problema:

¿podemos pagar nuestras aspiraciones de ayuda?

La historia nos dice que no.

En 1970, los gobiernos se fijaron un objetivo aumentar los pagos para ayuda en el extranjero a un 0,7 % de su ingreso nacional.

Como pueden ver, hay una gran brecha entre la ayuda real y lo esperado.

Pero luego vienen los Objetivos de Desarrollo del Milenio, 8 objetivos ambiciosos a cumplirse para el año 2015.

Si les digo que solo uno de esos objetivos es erradicar el hambre y la pobreza extrema, pueden darse una idea de la ambición.

También ha habido algunos éxitos.

La cantidad de personas que vive con menos de USD 1,25 al día se redujo a la mitad.

Pero queda mucho por hacer en 2 años.

1 de cada 8 aún están hambrientos.

En el contexto de este auditorio, las 2 primeras filas no van a tener qué comer.

No podemos conformarnos con eso, es por eso que la preocupación por el octavo objetivo, que se refiere a la financiación, que he dicho al principio está cayendo, es muy preocupante.

¿Qué se puede hacer?

Bueno, yo trabajo en los mercados financieros, no en el desarrollo.

Estudio el comportamiento de los inversores, cómo reaccionan a la política y la economía.

Me da un ángulo diferente sobre el tema de la ayuda.

Pero bastó una pregunta inocente de mi hija, de entonces 4 años, para entenderlo.

Pia y yo íbamos a una cafetería y pasamos por un hombre que pedía para la caridad.

No tenía cambio para darle y ella estaba decepcionada.

Ya en el café, Pia saca su libro para colorear y comienza a garabatear.

Después de un rato, le pregunto qué está haciendo, y me enseña un dibujo de un billete de 5 libras para dar al hombre afuera.

Es tan dulce, y más generosa de lo que había sido papá.

Pero por supuesto le expliqué: «No puedes hacer eso; no está permitido».

Y me salió con la clásica respuesta de los 4 años: «

¿Por qué no?

» Estoy emocionado, creo que en realidad puedo responder esta vez.

Así que me lancé en una explicación de cómo un suministro ilimitado de dinero con un número limitado de bienes subía los precios a la luna.

Algo sobre esto me sorprendió no por la mirada de alivio de Pia cuando finalmente terminé, sino porque se relaciona con la santidad de la oferta de dinero, una santidad que había sido impugnada y cuestionada por la reacción de los bancos centrales a la crisis financiera.

Para tranquilizar a los inversores, los bancos centrales empezaron a comprar activos para tratar de animar a los inversores a hacer lo mismo.

Financiaron estas compras con el dinero que ellos mismos crearon.

El dinero no estaba impreso físicamente.

Está confinado en el sistema bancario hoy en día.

Pero la cantidad creada fue sin precedentes.

Juntos, los bancos centrales de Estados Unidos, Reino Unido y Japón aumentaron la reserva de dinero en sus economías en USD 3,7 billones.

Eso es de hecho más de 3 veces el total de dólares físicos en circulación.

¡Tres veces! Antes de la crisis esto habría sido totalmente impensable, sin embargo, fue aceptado muy rápidamente.

El precio del oro, un activo que se creía protegido contra la inflación, se disparó.

Pero los inversores compraron otros activos que ofrecen poca protección contra la inflación.

Compraron títulos de renta fija, bonos.

También compraron acciones.

Como las historias de terror, las acciones reales de los inversores hablaban de una aceptación rápida y de confianza.

Esa confianza se basaba en 2 pilares.

El primero fue, después de años de mantener la inflación bajo control, a los bancos centrales se les confió retirar dinero impreso de la circulación si la inflación se convertía en una amenaza.

En segundo lugar, la inflación simplemente nunca se convirtió en una amenaza.

Como pueden ver, en Estados Unidos, la inflación durante la mayor parte de este período se mantuvo por debajo de la media.

Ocurrió lo mismo en otros lugares.

¿Cómo se relaciona todo esto con ayudar?

Bueno, aquí es donde Dorothy y el árbol de mango de la caridad que apoya entra en escena.

Estaba en un evento para recaudar fondos a principios de este año, y me inspiré para dar una donación puntual cuando me acordé de que mi empresa ofrece la contabilidad de las contribuciones caritativas de sus empleados.

Piensen en esto: En lugar de simplemente ayudar a Dorothy y a 4 de sus compañeros de clase a ir a la escuela por unos años, pude duplicar mi contribución.

Brillante.

Así que después de esa conversación con mi hija y viendo la ausencia de inflación ante la impresión de dinero y sabiendo que las contribuciones para ayuda internacional estaban bajando en un momento inoportuno, me hizo preguntarme:

¿podríamos contribuir pero en una escala mucho más grande?

Llamemos a este esquema «acuñar ayuda».

Y así es cómo podría funcionar.

Ya que se vio que hay poco riesgo al hacerlo, se podría mandar al banco central para contribuir con los pagos de ayuda exterior del gobierno hasta un cierto límite.

Los gobiernos han tratado de elevar la ayuda a 0,7 % durante años, así que vamos a establecer el límite en la mitad de eso, 0,35 % de sus ingresos.

Funcionaría así: si en un año determinado el gobierno dio 0,2 % de sus ingresos a la ayuda exterior, el banco central podría simplemente completarla con un 0,2 % más.

Hasta aquí, todo bien.

¿Qué tan riesgoso es esto?

Bueno, esto implica la creación de dinero para comprar mercancías, no activos, suena más inflacionaria, pero no es así.

Pero hay dos factores atenuantes importantes aquí.

El primero es que, por definición, este dinero impreso se gastaría en el extranjero.

No es obvio cómo conllevaría inflación en el país que hace la impresión real a menos que lleve a una depreciación de la moneda de ese país.

Eso es poco probable por la segunda razón: el volumen de dinero que sería impreso bajo este esquema.

Así que pensemos en un ejemplo en el que la ayuda se haya acuñado en Estados Unidos, Reino Unido y Japón.

Para apalancar las contribuciones para ayuda de esos gobiernos en los últimos 4 años, la impresión de ayuda habría generado USD 200 000 millones de ayuda extra.

Cómo impactaría en el contexto del aumento de reservas de dinero que ya ha ocurrido en esos países para salvar el sistema financiero.

¿Están listos para esto?

Tal vez no vean bien en la parte de atrás porque la diferencia es muy pequeña.

Así que lo que estamos diciendo aquí es que hicimos una apuesta de USD 3,7 billones para salvar nuestros sistemas financieros, y saben qué, valió la pena.

No hubo inflación.

¿Realmente estamos diciendo que no vale la pena el riesgo de imprimir unos 200 000 millones adicionales para ayuda?

¿Realmente los riesgos serían tan distintos?

Para mí, no son tan claros.

Lo que está claro es el impacto en la ayuda.

Aunque esta sea la acuñación de tan solo 3 bancos centrales, la ayuda global dada en este período se incrementa en casi un 40 %.

La ayuda como proporción del ingreso nacional de repente está en su nivel más alto en 40 años.

No alcanzamos el 0,7 %.

Los gobiernos todavía están incentivados para dar.

Pero, saben qué, ese es la idea del esquema.

Así que creo que hemos aprendido que los riesgos de este plan de creación de dinero son bastante moderados, pero los beneficios son potencialmente enormes.

Imaginen lo que podríamos hacer con una financiación de 40 % más.

Podríamos alimentar a la primera fila.

Lo que temo, lo único que temo, aparte de que me he quedado sin tiempo, es que la ventana de oportunidad para esta idea es pequeña.

Hoy, la creación de dinero por los bancos centrales es una herramienta política aceptada.

Eso no puede ser siempre el caso.

Hoy en día hay objetivos universalmente aceptados para la ayuda internacional.

Eso no puede ser siempre el caso.

Hoy podría ser la única vez que estas 2 situaciones coinciden, de tal modo que podemos permitirnos dar la ayuda que siempre hemos aspirado a dar.

¿Entonces, podemos imprimir dinero para ayuda internacional?

Realmente creo que la pregunta debería ser,

¿por qué no?

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/michael_metcalfe_we_need_money_for_aid_so_let_s_print_it/

 

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