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Charla «Nicholas Christakis: La influencia oculta de las redes sociales» de TED2010 en español.
Todos estamos inmersos en enormes redes sociales de amigos, familiares, compañeros de trabajo y mucho más. Nicholas Christakis hace un seguimiento de una amplia variedad de rasgos (desde la felicidad hasta la obesidad) que pueden propagarse de persona a persona, mostrando cómo la ubicación en la red podría afectar la vida en formas que ni siquiera se conocen.
- Autor/a de la charla: Nicholas Christakis
- Fecha de grabación: 2010-02-12
- Fecha de publicación: 2010-05-10
- Duración de «Nicholas Christakis: La influencia oculta de las redes sociales»: 1259 segundos
Traducción de «Nicholas Christakis: La influencia oculta de las redes sociales» en español.
Para mí esta historia comienza hace 15 años cuando era médico de hospicio en la Universidad de Chicago.
Y cuidaba a gente moribunda y a sus familias en la parte sur de Chicago.
Observaba lo que le sucedía a la gente y a sus familias en el transcurso de su enfermedad terminal.
Y en mi laboratorio yo estudiaba el «efecto viuda» que es una idea muy antigua en las ciencias sociales se remonta a 150 años es conocida como «morir de corazón partido».
Así, si yo muero el riesgo de muerte de mi esposa puede duplicarse por ejemplo, en el primer año.
Y yo había ido a cuidar a una paciente en particular, una mujer que estaba muriendo de demencia.
Y en este caso, a diferencia de esta pareja, a ella la cuidaba su hija.
Y la hija estaba agotada de cuidar a su madre.
Y el marido de la hija también estaba cansado del agotamiento de su mujer.
Y yo estaba conduciendo camino a casa un día y me llamó el amigo del marido porque estaba deprimido por lo que le sucedía a su amigo.
Así que recibo esta llamada de un tipo al azar que atraviesa una experiencia que está influenciada por gente a cierta distancia social.
Y entonces me di cuenta de repente de dos cosas muy simples.
Primero, que el «efecto viudez» no se restringía a maridos y esposas.
Segundo, no se restringía a pares de personas.
Y comencé a ver el mundo de un modo totalmente nuevo de pares de personas mutuamente conectadas.
Y después me di cuenta que estos individuos se conectarían de a cuatro con otros pares de personas cercanas.
Y luego, de hecho, esta gente formaría parte de otras clases de relaciones como el matrimonio la amistad y otros tipos de vínculos.
Y que, de hecho, estas conexiones eran inmensas y que todos estábamos integrados en este amplio grupo de conexiones de unos con otros.
Así que comencé a ver el mundo de un modo totalmente diferente y comencé a obsesionarme con esto.
Comenzó a obsesionarme la idea de cómo podría ser que estuviésemos integrados en estas redes sociales y cómo éstas afectan nuestras vidas.
Así, las redes sociales son estas cosas de belleza intrincada tan elaboradas y tan complejas y tan ubicuas, de hecho, que uno tiene que preguntarse para qué sirven.
¿Por qué estamos integrados en las redes sociales?
Quiero decir,
¿cómo se forman?
¿Cómo funcionan?
¿Y cómo nos afecta?
Y así que mi primer tema, respecto de esto, no fue la muerte sino la obesidad.
Y, de repente, se había puesto de moda hablar de la epidemia de obesidad.
Y, junto con mi colaborador James Fowler, comenzamos a preguntarnos si la obesidad era realmente una epidemia y podría propagarse de persona a persona como las cuatro personas que discutimos anteriormente.
Esta es una diapositiva de algunos de nuestros resultados iniciales.
Son 2.200 personas en el año 2000.
Cada punto es una persona.
Hicimos el tamaño del punto proporcional al tamaño corporal de las personas.
Así que puntos más grandes son gente más grande.
Además, si el tamaño de tu cuerpo, si el IMC, el índice de masa corporal, es superior a 30 si es clínicamente obeso coloreamos los puntos de amarillo.
Si miramos esta imagen de inmediato podremos ver que hay grupos de obesos y no obesos en la imagen.
Pero la complejidad visual todavía es muy alta.
No es obvio lo que está pasando exactamente.
Además, surgen de inmediato algunas preguntas.
¿Cuánta afinidad hay?
¿Hay más de afinidad de la que habría debido al simple azar?
¿Cuán grandes son los grupos?
¿Hasta dónde llegan?
Y más importante:
¿qué es lo que causa los agrupamientos?
Así que hicimos algo de matemáticas para estudiar el tamaño de estos grupos.
Esto de aquí muestra, en el eje Y, el aumento de la probabilidad de que una persona sea obesa, dado que un contacto social suyo es obeso.
Y en el eje X, los grados de separación entre las dos personas.
Y en el extremo izquierdo se ve la línea púrpura.
Dice que si tus amigos son obesos tu riesgo de obesidad es 45% mayor.
Y la barra de al lado, la línea naranja, dice que si los amigos de tu amigo son obesos tu riesgo de obesidad es 25%.
Y luego, la próxima línea dice que si los amigos de los amigos de tu amigo, gente que probablemente no conozcas, son obesos tu riesgo de obesidad es 10%.
Y sólo cuando llegamos a los amigos de los amigos de los amigos de los amigos es que ya no existe una relación entre el tamaño corporal de esa persona y tu propio cuerpo.
Bien,
¿qué podría estar causando este agrupamiento?
Hay al menos tres posibilidades.
Una posibilidad es que dado que yo aumenté de peso eso hace que tu aumentes de peso una suerte de inducción, una especie de propagación de persona a persona.
Otra posibilidad, muy obvia, es la homofilia o Dios los cría y ellos se juntan.
Aquí, construyo mi vínculo contigo porque ambos compartimos un tamaño corporal similar.
Y la última posibilidad es lo que conocemos como confusión, porque confunde nuestra capacidad para entender lo que está pasando.
Y aquí, la idea no es que mi aumento de peso es la causa de tu aumento de peso ni que prefiero construir un vínculo contigo porque ambos compartimos el mismo tamaño corporal sino que compartimos una exposición común a algo así como un club de salud que nos hace bajar de peso, al mismo tiempo.
Y cuando estudiamos estos datos, encontramos evidencia de todas estas cosas, incluyendo la inducción.
Y encontramos que, si tu amigo se vuelve obeso, eso aumenta el riesgo de obesidad en alrededor de 57% en el mismo período de tiempo.
Y puede haber muchos mecanismos para este efecto.
Una posibilidad es que tus amigos digan algo como…
ya saben, se comporten de algún modo que se propaga y dicen algo como, «Vamos a comer los magdalenas con cerveza», que es una combinación terrible pero adoptas esa combinación y entonces comienzas a aumentar de peso como ellos.
Y otra posibilidad más sutil es que empiezan a aumentar de peso y eso cambia tus ideas de lo que es un tamaño corporal aceptable.
Y, aquí, lo que se está transmitiendo de persona a persona no es un comportamiento sino más bien una norma.
Una idea se está difundiendo.
Ahora, los redactores de titulares se harían un festín con nuestros estudios.
Creo que el titular en el New York Times fue «
¿Le ajusta la ropa?
Culpe a sus amigos gordos».
Lo interesante, para nosotros, fue que los titulares europeos tenían una mirada diferente, decían: «
¿Sus amigos aumentan de peso?
Quizá tu tienes la culpa».
(Risas)
Y pensamos que este era un comentario muy interesante en EE.UU.
del tipo autoservicio una suerte de fenómeno «no es mi responsabilidad».
Ahora quiero ser muy claro, no creo que nuestro trabajo debería o podría justificar los prejuicios contra personas de uno u otro tamaño corporal, en absoluto.
Ahora, nuestras siguientes preguntas son:
¿Podríamos visualizar realmente la propagación?
¿El aumento de peso de una persona realmente se propaga en el aumento de peso de otra persona?
Y esto era algo complicado porque teníamos que tener en cuenta el hecho de que la estructura de la red la arquitectura de los vínculos estaba cambiando con el tiempo.
Y, además, dado que la obesidad no es una epidemia con un solo centro, no existe un «paciente cero» de la epidemia de la obesidad, si encontramos a ese tipo existiría una propagación de obesidad a partir de él.
Es una epidemia multi-céntrica; muchas personas están haciendo cosas al mismo tiempo.
Y les voy a mostrar una animación en video de 30 segundos que nos llevó a James y a mí 5 años de nuestras vidas.
Así que, de nuevo, cada punto es una persona.
Cada vínculo entre ellos es una relación.
Y ahora lo vamos a poner en movimiento tomando cortes diarios de la red durante cerca de 30 años.
Los tamaños de los puntos van a ir creciendo.
Van a ver aparecer una marea amarilla.
Van a ver personas que nacen y mueren; los puntos aparecerán y desaparecerán.
Lazos que se forman y se rompen.
Matrimonios y divorcios amistades y enemistades mucha complejidad, están sucediendo muchas cosas sólo en este período de 30 años que incluye la epidemia de obesidad.
Y al final vamos a ver agrupamientos de individuos obesos y no obesos dentro de la red.
Ahora, cuando miramos esto, cambia la manera de ver las cosas porque esta cosa, esta red, que cambia con el tiempo tiene una memoria, se mueve, las cosas fluyen dentro de ella tiene una suerte de consistencia; la gente puede morir, pero no muere; sigue perdurando.
Y tiene capacidad de recuperación que le permite perdurar en el tiempo.
Y así, llegué a ver estos signos de las redes sociales como cosas vivientes cosas vivientes que podíamos poner bajo una especie de microscopio para estudiar, analizar y comprender.
Y usamos varias técnicas para hacerlo.
Comenzamos a explorar todo tipo de otros fenómenos.
Así, analizamos los hábitos de fumar y de beber el comportamiento electoral y el divorcio, que puede propagarse, y el altruismo.
Y, finalmente, nos interesaron las emociones.
Ahora, cuando tenemos emociones, las mostramos.
¿Por qué mostramos nuestras emociones?
Quiero decir, habría una ventaja en experimentar internamente nuestras emociones, ya saben, el enojo o la felicidad, pero no sólo las experimentamos, las mostramos.
Y no sólo las mostramos, sino que otros pueden interpretarlas.
Y no sólo que pueden interpretarlas, sino que las copian.
Hay un contagio emocional que se produce en las poblaciones humanas.
Y por eso esta función de las emociones sugiere que, además de cualquier otro propósito al que sirven, son una forma primitiva de comunicación.
Y que, de hecho, si realmente queremos comprender las emociones humanas tenemos que pensarlas de esta manera.
Ahora, estamos acostumbrados a pensar en las emociones de esta manera en simples, breves períodos de tiempo.
Así, por ejemplo, yo estaba dando esta charla recientemente en Nueva York y dije: «Ya saben, como cuando uno está en el metro y la persona de en frente nos sonríe y uno instintivamente devuelve la sonrisa».
Y me miraron y decían: «No hacemos eso en Nueva York».
Y yo les dije: «El resto del mundo lo hace es un comportamiento humano normal».
Hay una manera muy instintiva en la que, de manera breve, nos transmitimos emociones unos a otros.
De hecho, el contagio emocional puede ser más amplio aún como podríamos tener expresiones de ira acentuadas en las protestas.
La pregunta que queríamos hacernos era:
¿Podría propagarse la emoción de manera más sostenida en el tiempo que en las protestas e involucrar a grandes cantidades de gente y no sólo este par de individuos sonriendo mutuamente en el vagón de metro?
Quizá haya una especie de disturbio silencioso bajo la superficie que nos anima todo el tiempo.
Quizá hay estampidas emocionales que se propagan por las redes sociales.
Quizá, de hecho, las emociones tienen una existencia colectiva y no sólo una existencia individual.
Y esta es una de las primeras imágenes que hicimos para estudiar el fenómeno.
De nuevo, una red social pero ahora coloreamos a la gente de amarillo si están felices de azul si están tristes y verde para los intermedios.
Y si miran esta imagen se puede ver de inmediato grupos de gente feliz e infeliz nuevamente, propagado a tres niveles de separación.
Y uno podría intuir que la gente que no es feliz ocupa una ubicación en la estructura diferente dentro de la red.
De modo que hay un medio y unos extremos en esta red y los que no son felices parecen estar ubicados en los extremos.
Para emplear otra metáfora si imaginan las redes sociales como una especie de enorme tejido humano yo estoy conectado contigo y tú con ella, y así siguiendo indefinidamente ese tejido es en realidad como un edredón antiguo de EE.UU.
que tiene parches, parches de felicidad e infelicidad.
Y que uno esté feliz o no depende de si uno ocupa un parche feliz.
(Risas)
Así, este trabajo con emociones, que son tan fundamentales nos llevó a pensar en que, tal vez, las causas fundamentales de las redes sociales humanas estén de alguna manera codificadas en nuestros genes.
Porque las redes sociales humanas, cuando sea que se mapeen, siempre tienen este aspecto la imagen de la red pero nunca se ven de este modo.
¿Por qué no se ven así?
¿Por qué no formamos redes sociales humanas que tengan forma de red regular?
Bueno, los sorprendentes patrones de redes sociales humanas su ubicuidad y su propósito aparente piden que nos preguntemos si evolucionamos para tener redes sociales humanas en primer lugar y si evolucionamos para formar redes con una estructura en particular.
Y observen ante todo…
y así, para entenderlo, sin embargo primero tenemos que diseccionar la estructura de la red un poquito.
Y observen que cada persona de esta red tiene exactamente la misma ubicación en la estructura que cualquier otra.
Pero ese no es el caso de las redes reales.
Así, por ejemplo, aquí hay una red real de estudiantes universitarios en una universidad de la élite del noreste.
Y ahora estoy resaltando unos pocos puntos y si miran aquí los puntos comparen el nodo B, en la parte superior izquierda, con el nodo D, en el extremo derecho.
B tiene 4 amigos que salen de él.
Y D tiene 6 amigos que salen de él.
Entonces, estos dos individuos tiene distinta cantidad de amigos eso es muy obvio, todos lo sabemos.
Pero hay otros aspectos de la estructura de las redes sociales que no son tan obvios.
Comparen el nodo B del extremo izquierdo con el nodo A de la parte inferior izquierda.
Ahora, estas dos personas tienen ambos 4 amigos pero los amigos de A se conocen entre sí y los amigos de B no.
Así que los amigos de los amigos de A también son amigos de A mientras que un amigo de un amigo de B no es amigo de B está más lejos en la red.
Esto se conoce como transitividad en las redes.
Y, finalmente, comparen los nodos C y D.
C y D ambos tienen 6 amigos.
Si les preguntamos, les decimos, «
¿Cómo es tu vida social?
» dirán; «Tengo 6 amigos, esa es mi experiencia social».
Pero ahora nosotros a vista de pájaro, mirando esta red, podemos ver que ellos ocupan mundos sociales muy diferentes y puedo transmitirles esa intuición con sólo preguntarles:
¿Quién quisieras ser si un germen mortal se esparciera por la red?
¿Preferirías ser C o D?
Preferirías ser D, en el extremo de la red.
Y,
¿quién preferirías ser en cambio si hay un chisme jugoso, no sobre ti, que se difunde por la red?
Ahora, preferirías ser C.
Así, distintas ubicaciones en la estructura tienen diferentes implicaciones en la vida.
Y, de hecho, cuando hicimos algunos experimentos mirando esto encontramos que el 46% de la variación en la cantidad de amigos que uno tiene se explica por nuestros genes.
Y esto no es sorprendente.
Lo sabemos, algunas personas nacen tímidas y otras nacen sociables.
Eso es obvio.
Pero también encontramos algunas cosas que no son obvias.
Por ejemplo, el 47% de la variación en si nuestros amigos se conocen entre sí es atribuible a nuestros genes.
Que nuestros amigos se conozcan entre sí tiene que ver no sólo con sus genes sino con los nuestros.
Y pensamos que la razón de esto es que a alguna gente le gusta presentar a sus amigos entre sí, saben quiénes son, y otros los mantienen separados, no los presentas a unos con otros.
De ese modo algunas personas tejen juntos la red en torno a ellos creando una densa telaraña de vínculos en la que se encuentran cómodamente contenidos.
Y, finalmente, encontramos incluso que el 30% de la variación de si una persona se encuentra en el centro o en los extremos de la red puede atribuirse también a sus genes.
Así que el que uno se encuentre en el centro o en los extremos se debe en parte a la herencia.
Ahora,
¿qué sentido tiene esto?
¿Cómo ayuda esto a entender?
¿Cómo nos ayuda esto a descubrir algunos de los problemas que nos están afectando actualmente?
Bueno, el argumento que me gustaría plantear es que las redes tienen valor.
Son una especie de capital social.
Emergen nuevas propiedades debido a nuestra inserción en las redes sociales, estas propiedades aquí en la estructura de las redes, no sólo en los individuos dentro de ellas.
Piensen en estos dos objetos comunes.
Ambos están compuestos de carbón.
Uno de ellos tiene átomos de carbón organizados en una forma particular, a la izquierda, y se obtiene grafito, que es blando y oscuro.
Pero si uno toma los mismos átomos de carbón y los interconecta de diferente manera obtiene un diamante, que es claro y duro.
Y esas propiedades de suavidad, dureza, oscuridad y claridad no residen en los átomos de carbono.
Residen en las interconexiones entre los átomos de carbono, o por lo menos surgen debido a las interconexiones entre los átomos de carbono.
Así, del mismo modo, el patrón de conexiones entre las personas confiere a los grupos de personas diferentes propiedades.
Es el vínculo entre las personas lo que hace que el todo sea mayor que la suma de sus partes.
Y no es sólo lo que le pasa a estas personas si están adelgazando, engordando, enriqueciéndose o empobreciéndose siendo felices o no, lo que nos afecta.
Se trata también de la arquitectura real de los lazos que nos rodean.
Nuestra experiencia del mundo depende de la estructura real de las redes en las que residimos y del tipo de cosas que surgen y fluyen por la red.
Ahora, la razón por la que creo que esto es así es que los seres humanos se unen entre sí y forman una especie de súper organismo.
Ahora, un súper organismo es una especie de colección de individuos que muestran o evidencian comportamientos o fenómenos que no se pueden reducir al estudio de los individuos y deben ser entendidos en referencia a mediante el estudio del conjunto como, por ejemplo, una colmena de abejas que está en busca de un lugar para anidar o una bandada de pájaros que está evadiendo a un depredador, O una bandada de aves capaz de reunir su sabiduría, navegar y encontrar un pequeño punto una isla en medio del Pacífico.
o una manada de lobos que puede derribar presas de mayor tamaño.
Los súper organismos tienen propiedades que no pueden ser comprendidas mediante el estudio de los individuos.
Pienso que comprender las redes sociales y cómo se forman y funcionan nos puede ayudar a comprender, no sólo la salud y las emociones, sino todo tipo de fenómenos como el crimen y la guerra y los fenómenos económicos como las corridas bancarias y las caídas de los mercados y la adopción de la innovación y la propagación de la adopción de productos.
Ahora, miren esto.
Creo que formamos redes sociales porque los beneficios de una vida conectada son superiores a los costos.
Si siempre soy violento contigo o te doy información errónea o te pongo triste o te infecto con gérmenes mortales tú cortarías los lazos conmigo y la red se desintegraría.
Así que la propagación de cosas buenas y valiosas es necesaria para sostener y nutrir las redes sociales.
Del mismo modo, las redes sociales son necesarias para la difusión de cosas buenas y valiosas como el amor y la bondad la felicidad, el altruismo y las ideas.
De hecho, creo que si nos diéramos cuenta de lo valiosas que son las redes sociales pasaríamos mucho más tiempo alimentándolas porque pienso que las redes sociales se relaciona fundamentalmente con la bondad, y pienso que lo que el mundo necesita ahora son más conexiones.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/nicholas_christakis_the_hidden_influence_of_social_networks/