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No sufras tu depresión en silencio – Charla TED Residency

Charla «No sufras tu depresión en silencio» de TED Residency en español.

Tener sentimientos no es un signo de debilidad, significa que somos humanos, dice la productora y activista Nikki Webber Allen. Incluso después de que le diagnosticaran ansiedad y depresión, Webber Allen se sintió demasiado avergonzada como para decírselo a alguien, manteniendo su enfermedad en secreto hasta que una tragedia familiar reveló que otras personas cercanas a ella también sufrían. En esta importante charla sobre salud mental, habla abiertamente sobre su lucha y por qué las comunidades de color deben deshacer el estigma que interpreta erróneamente la depresión como debilidad y que evita que los pacientes obtengan ayuda.

  • Autor/a de la charla: Nikki Webber Allen
  • Fecha de grabación: 2017-06-06
  • Fecha de publicación: 2017-10-05
  • Duración de «No sufras tu depresión en silencio»: 395 segundos

 

Traducción de «No sufras tu depresión en silencio» en español.

¿Qué estás haciendo en este escenario frente a todas estas personas?


(Risas)
¡Corre!
(Risas)
Corre ahora.

Esa es la voz de mi ansiedad.

Incluso si no hay absolutamente nada malo, a veces tengo esa abrumadora sensación de fatalidad, como si el peligro acechara a la vuelta de la esquina.

Saben, hace unos años me diagnosticaron ansiedad generalizada y depresión.

Dos condiciones que a menudo van de la mano.

Hubo un tiempo que no se lo habría dicho a nadie, especialmente ante una gran audiencia.

Como mujer negra, tuve que desarrollar una capacidad de resiliencia notable para tener éxito.

Y, como la mayoría de las personas en mi comunidad, tenía el falso concepto de que la depresión era un signo de debilidad, un defecto de carácter.

Pero no era débil, era una gran triunfadora.

Obtuve una maestría en Estudios de Medios y experiencia en trabajos de alto perfil en la industria del cine y la televisión.

Incluso había ganado dos Premios Emmy por mi arduo trabajo.

Claro, estaba totalmente agotada, me faltaba interés por las cosas que solía disfrutar, apenas comía, luchaba contra el insomnio y me sentía aislada y exhausta.

Pero,

¿deprimida?

No, yo no.

Pasaron semanas antes de poder admitirlo, pero el médico tenía razón, estaba deprimida.

Aun así, no le conté a nadie sobre mi diagnóstico.

Estaba muy avergonzada.

No pensé que tuviera derecho a estar deprimida.

Tenía una vida privilegiada con una familia amorosa y una carrera exitosa.

Y cuando pensaba en los horrores indescriptibles que mis antepasados ​​ habían sufrido en este país para que me fuera mejor, mi vergüenza se hacía aún más profunda.

Yo me apoyaba sobre sus hombros.

¿Cómo podía decepcionarlos?

Yo debía levantar cabeza, dibujar una sonrisa en mi rostro, y nunca contárselo a nadie.

El 4 de julio de 2013 mi mundo se me cayó estrepitosamente.

Ese fue el día que recibí una llamada telefónica de mi madre diciéndome que mi sobrino de 22 años, Paul, había terminado con su vida, tras años de luchar contra la depresión y la ansiedad.

No hay palabras que puedan describir la devastación que sentí.

Paul y yo estábamos muy unidos, pero no tenía idea de que estuviera sufriendo tanto.

Ninguno de nosotros había hablado con el otro sobre nuestras luchas.

La vergüenza y el estigma nos mantuvieron a ambos en silencio.

Ahora mi forma de enfrentar la adversidad es encarándola de frente, así que pasé los siguientes dos años investigando la depresión y la ansiedad, y encontré algo alucinante.

La Organización Mundial de la Salud dice que la depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad en el mundo.

Si bien la causa exacta de la depresión no está clara, la investigación sugiere que la mayoría de los trastornos mentales se desarrollan, al menos en parte, debido a un desequilibrio químico en el cerebro, y/o debido a una predisposición genética subyacente.

Así que no puedes quitártela.

Para los estadounidenses negros, factores estresantes como el racismo y las disparidades socioeconómicas suponen un 20 % más de riesgo de desarrollar un trastorno mental, sin embargo, solo buscan servicios de salud mental la mitad con respecto a la tasa de estadounidenses blancos.

Una razón es el estigma, con el 63 % de los estadounidenses negros que confunden depresión con debilidad.

Lamentablemente, la tasa de suicidio entre los niños negros se ha duplicado en los últimos 20 años.

Pero hay una buena noticia: el 70 % de las personas que luchan contra la depresión mejorará con terapia, tratamiento y medicación.

Armada con esta información, tomé una decisión.

Ya no iba a estar en silencio nunca más.

Con la bendición de mi familia, yo iba a compartir nuestra historia esperando provocar una conversación nacional.

Una amiga, Kelly Pierre-Louis, dijo: «Ser fuerte nos está matando».

Ella está en lo correcto.

Tenemos que abandonar esas viejas narraciones cansinas sobre la fortaleza de la mujer negra y sobre el hombre negro súper masculino, que, sin importar cuántas veces son derribados, con solo agitarlos, son soldados al servicio.

Tener sentimientos no es un signo de debilidad.

Los sentimientos significan que somos humanos.

Y negar nuestra humanidad, nos deja vacíos por dentro, buscando formas de automedicarnos para llenar el vacío.

Mi droga fue un gran logro.

En estos días comparto mi historia abiertamente y pido a los demás que también compartan las suyas.

Creo que eso es lo que se necesita para ayudar a las personas que pueden estar sufriendo en silencio, saber que no están solas, y saber que con ayuda, ellas pueden recuperarse.

Todavía sigo teniendo mis dificultades, particularmente con la ansiedad, pero puedo gestionarla con mediación diaria, yoga y una dieta relativamente saludable.


(Risas)
Si siento que las cosas comienzan a girar en espiral, pido cita para ver a mi terapeuta, una mujer negra dinámica llamada Dawn Armstrong, con un gran sentido del humor y una familiaridad que encuentro reconfortante.

Siempre me arrepentiré de no haber estado allí para mi sobrino.

Pero mi más sincera esperanza es que puedo inspirar a otros con la lección que aprendí.

La vida es bella.

A veces desordenada, y siempre impredecible.

Pero todo saldrá bien si uno tiene el sistema de soporte para superarlo.

Espero que si su carga se vuelve muy pesada, también pidan ayuda.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/nikki_webber_allen_don_t_suffer_from_your_depression_in_silence/

 

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