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Nuestra concepción actual del mundo nos aleja del mundo de mañana – Charla TEDxNantes

Charla «Nuestra concepción actual del mundo nos aleja del mundo de mañana» de TEDxNantes en español.

Durante siglos el hombre afirmó que la Tierra era plana, que el sol giraba alrededor de la tierra… certezas absolutas que se hicieron añicos en el siglo XVI . ¿Y si estamos cometiendo de nuevo este tipo de errores de juicio? ¿Tendrá la humanidad a principios del siglo XXI una cita histórica con estas certezas?

Yannick Roudaut es un «desconfigurador intelectual.» Especialista en el mercado financiero durante 15 años ( BFM periodista , Bloomberg TV , BBC…), en 2007 dio un giro intelectual y profesional en plena crisis hipotecaria, al darse cuenta de la insostenibilidad de nuestro mundo y decidió concentrar su energía en la búsqueda de un modelo de economía sostenible . Hoy en día locutor y autor, el empresario Yannick crea puentes entre el mundo de las finanzas y de las ONG , la economía, la ecología, la filosofía y los temas sociales. Su enfoque complejo y transversal le permite considerar los modelos económicos alternativos sostenibles.

Durante seis años, Yannick recorrió Francia, Europa y el mundo para educar a ciudadanos y empresarios en la necesidad de considerar el futuro a través del prisma de la Economía Social – Ecología . Sus pensamientos fueron presentados recientemente en el Consejo Económico y Social Ambiental en el contexto de un trabajo sobre » La competitividad de Francia». El columnista de Le Monde , Yannick Roudaut , codirige la empresa Alternité Nantes, especializada en las empresas de vigilancia , sensibilización y apoyo en la construcción de una estrategia de negocio que sea sostenible y orientada hacia el futuro .

Esta charla tuvo lugar en un evento local TEDx, producido independientemente de las conferencias TED.

  • Autor/a de la charla: Yannick Roudaut
  • Fecha de grabación: 2013-01-22
  • Fecha de publicación: 2019-02-15
  • Duración de «Nuestra concepción actual del mundo nos aleja del mundo de mañana»: 808 segundos

 

Traducción de «Nuestra concepción actual del mundo nos aleja del mundo de mañana» en español.

Durante veinte años formé parte del mundo de las finanzas y conocía el mundo de la finanza con certeza, sabía cómo funcionaba la economía mundial porque era lo que hacía cada día, y todas las conversaciones acerca de ecología, el fin del mundo…

las dejaba pasar porque no creía mucho en eso.

Y en 2007 se produjo algo sorprendente que recordarán: la crisis hipotecaria, la caída de los grandes bancos norteamericanos.

Fue un electrochoque.

Tuve muchas discusiones acaloradas con mi esposa sobre ese tema, sobre mi trabajo, sobre los límites del modelo.

Eso, añadido a las hipotecas, me hizo entender que estaba completamente equivocado, que íbamos directos contra el muro.

Y la concepción del mundo que tenía, todas las certezas hasta entonces, se hicieron añicos en pocos meses.

Es por eso que estoy aquí hoy, porque me di cuenta de que todo esto no era tan grave, sino una oportunidad, porque tenemos la gran suerte de vivir un período excepcional en la historia de la humanidad: nosotros podemos cambiar el mundo.

Pero antes de cambiar el mundo — la parte entusiasmante— voy a pedirles que hagamos el duelo y pasemos página, pasar página del mundo en el que vivimos hoy en día.

Para hacerlo me voy a apoyar en la obra del norteamericano Jared Diamond, autor de «Colapso», y van a ver, en algunos minutos, que los 5 factores que provocan la caída de las civilizaciones se han producido.

Esa, es la mala noticia.

Jared Diamond identificó 5 factores que encontramos en la caída de los mayas, vikingos, de las grandes civilizaciones de Mesopotamia, y en todas ellas, se produjeron los 5 factores.

La mala noticia es que a principios del S.

XXI, se produjeron los 5 factores, pero no era una civilización la que estaba en peligro, sino el mundo, la humanidad, todos nosotros.

Por eso es tan importante ser conscientes.

El primer factor de extinción, como ya saben, es el factor medioambiental.

Hemos inflingido, desde hace 2 siglos, sobre los últimos cincuenta años, daños medioambientales, en ocasiones irreversibles.

El segundo factor es el cambio climático.

Toda gran civilización se ha enfrentado a cambios que debilitan los ecosistemas, lo que provoca escasez de recursos, la desestabilización de una sociedad y comporta consecuencias económicas, geopolíticas, sociales…

El resto ya lo conocen.

El tercer factor presente hoy en día, son los conflictos militares, a causa de los 2 primeros factores: si los ecosistemas se desestabilizan y la sociedad necesita recursos, ¿qué ocurre? Los conflictos se renuevan, tenemos guerra.

Y les recuerdo, que en la actualidad, Francia está en guerra en Malí.

No hay que olvidarlo.

Cuarto factor, tan importante como el anterior, es el debilitamiento de alianzas diplomáticas y comerciales.

Cuando peor estamos, más desaparecen las viejas alianzas.

Hoy, todos somos sabemos que el futuro de Europa es incierto.

No sabemos qué va a pasar.

El quinto factor, no menos inquietante, es la ceguera de nuestras élites.

En toda extinción de civilización, las élites son incapaces de evaluar el peligro, de cambiar el ángulo de análisis.

¿Y cuál es el resultado? Muy sencillo.

Las élites ejercen una política de castas que acentúa y precipita la caída de un mundo.

Después de todo lo que les he dicho, hay que entender que el fin de un mundo no significa el fin del mundo.

Y cuando dije que vivíamos un período excepcional en el sentido etimológico, es que vivimos una transición, sin duda alguna, entre dos mundos: el mundo de hoy, que estamos a punto de pasar página, y el mundo de mañana, el mundo del futuro, el mundo sostenible, que comienza a materializarse lentamente, pero no se ha concretado áun.

Y finalmente, ¿qué estamos viviendo? Un período histórico, muy emocionante, porque vamos a reinventar las cosas.

El período más cercano al nuestro en el que el hombre lo reinventó todo, Uds.

lo conocen, es el Renacimiento.

La pregunta que surge en el S.

XXI es: ¿Estamos viviendo un nuevo renacimiento? Vamos a ver si se producen los factores de un renacimiento.

El primer factor de un renacimiento es una nueva percepción del mundo.

En el S.

XV, Colón descubre América el hombre descubre la inmensidad del planeta, descubre la inmensidad del mundo.

¿Y qué ocurre en este momento, desde hace ya algunos años? Descubrimos la finitud del mundo.

El planeta es muy pequeño, en términos de recursos y de capacidad si continuamos con el modelo económico actual.

Una nueva percepción.

Segundo factor: el renacimiento es un período de gran creatividad.

Todos conocemos a Da Vinci, los pintores flamencos…

En 2012, 2013, ¿qué ocurre? Se produce una gran creatividad.

La impresión en 3D es un ejemplo, pero hay mucho más.

Tercer factor de renacimiento: el renacimiento, contrariamente a las ideas preconcebidas, no solo ha sido un período de creatividad, sino también de mucha violencia.

Guerras de religión, guerras civiles, exterminación de los nativos americanos, esclavitud.

En 2012, 2013, ¿qué vivimos? Violencia cotidiana permanente y niños asesinados a tiros en colegios.

Cuarto factor de un renacimiento.

En el Renacimiento, Gutenberg, con la invención de la imprenta, cambió radicalmente la difusión del conocimiento en el mundo europeo y en el resto del mundo.

Pues bien, hoy en día hay una nueva herramienta tecnológica que permite difundir conocimiento, de modificar todo.

La tenemos en nuestras manos.

El conocimiento es instantáneo.

Tenemos el conocimiento del mundo en la mano.

Esto, como veremos, lo va a cambiar todo.

Por último, un renacimiento —esto nos trae al tema de hoy— es el hecho de que todas las certezas de la humanidad se han hecho añicos.

Les recuerdo que, desde Aristóteles, pasando por Tolomeo en el S.

II, y hasta el renacimiento, la tierra era plana, el hombre era el centro del universo y los astros giraban a nuestro alrededor.

Y quien osaba cuestionar este pensamiento único, quien se atrevía a refutar esta verdad adquirida, no negociable, —Uds.

lo saben— era juzgado por la inquisición, lo quemaban en la hoguera o eran interrogados.

Copérnico y Galileo casi pagan con su vida porque osaron decir que la tierra no era plana y que la tierra no era el centro del mundo.

La pregunta que surge hoy para nosotros, en el S.

XXI, es: ¿Estamos cometiendo el mismo error que nuestros ancestros? ¿Estamos también equivocados? ¿Tenemos certezas que van a hacerse añicos en los próximos años? Una vez que nos hemos hecho esa pregunta, ¿cuáles son esas certezas? ¿Cuáles son los valores adquiridos no negociables que podrían desaparecer en 10 años, 15 años, 20 años, 50 años? Hay muchos.

Como economista, yo veo al menos 3 en el plano económico.

La primera verdad es que el crecimiento es el único motor de la economía.

Les recuerdo que, en griego, la palabra «economía» quiere decir gestión de recursos, gestión de los dominios, de la casa.

No quiere decir necesariamente crecimiento.

La segunda verdad que podría hacerse añicos es que el crecimiento es infinito —nuestro modelo de consumo— en un mundo limitado, más pequeño al haber más gente pero menos recursos.

No hay forma de poner en duda este dogma.

La tercera verdad adquirida, el tercer dogma, es que es necesario sacrificar la vida al servicio de ese crecimiento.

Nos hemos concedido el derecho a contaminar el derecho a envenenar, el derecho a intoxicar, ¿por qué? Porque el crecimiento lo exige.

La pregunta que surge hoy es: ¿Si seguimos así, si seguimos sacrificando la vida, será posible dialogar y debatir? La respuesta no está muy clara porque podemos cuestionar el hecho de que los que arremeten contra el dogma del crecimiento como motor de economía y del crecimiento infinito son quizás considerados hoy en día como los herejes de antaño.

Dudo mucho de que en este momento, a principios del S.

XXI, estemos actuando de forma sensata hacia quienes osan cuestionar un sistema que es ventajoso para todos.

Es esencial que abramos nuestras mentes.

Sin embargo, somos cada vez más —espero que Uds.

también— los que sabemos que el camino tomado desde hace siglos nos lleva directamente, como dice el filósofo Jonas, hacia un trágico callejón sin salida.

Nuestro modelo de desarollo económico nos lleva a un callejón sin salida.

Y Hans Jonas añade una bella frase: «De todas maneras, la naturaleza acabará por dar su veto definitivo».

Llegará a su fin.

Otra pregunta que surge —después de lo que acabo de decir—, y que más me preocupa a nivel personal, es ¿qué pensarán nuestros hijos, nuestros descendientes, de nuestro comportamiento, de nuestra terquedad, de nuestra obsesión por un modelo económico destructivo? Hay una gran posibilidad de que nos llamen bárbaros por nuestra actitud ante la vida, y tal vez sientan el mismo desprecio, la misma indignación que sentimos hoy hacia los que promovieron la esclavitud hace dos o tres siglos.

Con eso quiero decir que nuestro comportamiento actual no es más glorioso que el que hoy despreciamos.

¿Por qué? Porque hace 3 siglos la esclavitud no era negociable.

Todo el modelo económico europeo y americano se apoyaba en la esclavitud.

Y ahora, en el 2013, ¿qué sucede? ¿En qué se basa todo nuestro modelo económico? En la explotación, en el sacrificio de la vida.

La pregunta que surge hoy en día es ¿qué vamos a hacer? Y antes de averiguarlo, debemos saber cómo hemos llegado hasta aquí para no cometer los mismos errores en el mundo del mañana.

Y ¿cómo hemos llegado aquí? La respuesta es simple.

En pocas palabras, palabras del filósofo Descartes hace 4 siglos: «El hombre es el único dueño y posesor de la naturaleza».

Punto final.

Dominamos la naturaleza y hacemos con ella lo que queremos.

Y después de esta idea cartesiana, ¿qué sucede? Consideramos la naturaleza como un pozo sin fondo, como una mina de la cual extraemos y luego nos deshacemos.

El problema es que a esa naturaleza, ¿cómo la consideramos? Como algo externo al hombre.

Es nuestra exterioridad la que supone un problema.

Michel Serres, en 1990, hizo una reflexión muy acertada: «A fin de cuentas, la noción de «medio ambiente» nos trae problemas porque implica que el hombre está rodeado de un mundo vivo, como si estuviéramos desligados de la naturaleza».

Hasta que no resolvamos esto y nos reconciliemos con la naturaleza esto no va a funcionar.

No se trata de sacralizarla, de ponerla en un altar como diosa sagrada.

Se trata de trabajar con la naturaleza, no en contra de ella o sin ella.

¿Cómo vamos a hacerlo? La conclusión de mis últimos trabajos es que habrá que crear, sencillamente, una nueva polémica.

¿Qué es una polémica? Una discusión, un debate mundial.

¿Qué pasó en Valladolid en el S.

XVI, en 1550? Hubo una discusión para decidir si los nativos americanos eran seres vivos.

Porque si se podía explotar esa mano de obra dócil de forma gratuita, crearíamos un nuevo mundo, pero si eran hombres, la idea de hacerlos esclavos sería intolerable.

Así que discutieron sobre la humanidad de los nativos americanos.

En el S.

XXI, tendremos que crear una nueva polémica.

Pero esta polémica tendrá como objetivo determinar el nivel de tolerancia de la naturaleza en relación a la actividad humana.

¿Qué modelo económico puede soportar la naturaleza? ¿Tenemos derecho a contaminar, a destruir el futuro de nuestros hijos y el patrimonio común? Esta nueva polémica nos permitirá redactar la Declaración Universal de Deberes del Hombre hacia la Naturaleza.

Y digo deberes, ¿por qué? La Declaración de Derechos Humanos fue la piedra angular del mundo moderno, del mundo de hoy.

La Declaración Universal de Deberes del Hombre será la piedra angular del nuevo mundo de mañana.

Fijará límites a nuestra actividad.

¿Cómo vamos a lanzar esta nueva polémica? Vamos a tener que organizarnos.

Uds.

dirán que he fumado, que es una utopía, una fantasía.

Me remito a la historia nuevamente.

¿Quién habría pensado, antes de Constantino o Teodosio I, que el Imperio Romano sería destruido desde dentro por un puñado de hombres llamados cristianos? ¿Quién habría pensado, antes de la Revolución Francesa, que un puñado de hombres escribiría la Declaración Universal de Derechos Humanos? Quizás hoy, aquellos que reflexionan acerca de otro mundo, que aspiran a nuevos valores —tal vez Uds., tal vez yo— sean los primeros cristianos del Imperio romano.

Podemos cambiar las cosas desde dentro, solo por aspirar a otro mundo.

¿Cómo organizar esta nueva polémica? Es muy simple.

Porque frente al desafío sin precedentes, tenemos una herramienta sin precedentes: la conexión.

Estamos todos conectados y eso va a cambiarlo todo.

El hecho de estar conectados nos permite crear una polémica, de pensar en el mundo de mañana.

De hecho, voy a concluir esta conexión porque, desde ya, les propongo escribir el primer twitter sobre la nueva polémica.

Aquí y ahora, en Nantes.

Ya está.

Enviado.

Y les invito a continuar el debate, con o sin mí.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/yannick_roudaut_how_today_s_truths_shape_tomorrow_s_possibilities/

 

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