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Pearl Arredondo: Mi historia, de hija del hampa a profesora ejemplar – Charla TED Talks Education

Charla «Pearl Arredondo: Mi historia, de hija del hampa a profesora ejemplar» de TED Talks Education en español.

Pearl Arredondo creció en el Este de Los Ángeles como hija de un célebre pandillero quien pasaba sus días entrando y saliendo de la cárcel. Muchos profesores la descartaron pensando que tenía problemas con la autoridad. Ahora que ella misma es profesora, está creando un tipo diferente de escuela y les cuenta a los estudiantes su historia para que sepan que está bien si a veces la tarea no es lo primero en sus mentes.

  • Autor/a de la charla: Pearl Arredondo
  • Fecha de grabación: 2013-05-07
  • Fecha de publicación: 2013-05-08
  • Duración de «Pearl Arredondo: Mi historia, de hija del hampa a profesora ejemplar»: 483 segundos

 

Traducción de «Pearl Arredondo: Mi historia, de hija del hampa a profesora ejemplar» en español.

Crecí en el Este de Los Ángeles, sin siquiera darme cuenta de que era pobre.

Mi padre era un pandillero conocido en las calles.

Todo el mundo sabía quién era yo, así que pensé que era importante, y que estaba protegida.

Y a pesar de que mi padre pasó la mayor parte de mi vida entrando y saliendo de la cárcel, tuve una madre increíble que era muy independiente.

Ella trabajaba en la preparatoria local como secretaria de dirección, por eso veía a todos los niños que echaban de la clase, por alguna razón, quienes esperaban ser disciplinados.

Hombre, su despacho estaba lleno.

Vean, los niños como nosotros, tenemos un montón de cosas que enfrentar fuera de la escuela, y a veces simplemente no estamos listos para enfocarnos.

Pero eso no significa que no seamos capaces.

Sino que nos lleva un poco más.

Como el día que encontré a mi papá con convulsiones, echando espuma por la boca, con una sobredosis en el piso del baño.

¿Creen que esa noche la tarea encabezaba mi lista de prioridades? No tanto.

Realmente necesitaba una red de apoyo, un grupo de personas que me ayudaran a asegurarme de que no iba a ser víctima de mi propia circunstancia; que me iban a empujar más allá de lo que pensaba que podía hacer.

Necesitaba profesores, en el aula, cada día, que me dijeran: «Puedes superar eso».

Por desgracia, la secundaria local no me ofrecería eso.

Estaba repleta de pandillas y con alta rotación de profesores.

Por eso mamá dijo: «Irás en autobús», «cada día a una hora y media de distancia de donde vivimos.» Eso hice durante los siguientes dos años.

Tomé un autobús escolar hasta el lado elegante de la ciudad.

Y, finalmente, terminé en una escuela donde había una mezcla.

Había pandilleros, y también estábamos los que realmente intentábamos llegar a la preparatoria.

Tratar de mantenerse alejado de los problemas era un poco inevitable.

Teníamos que sobrevivir.

A veces simplemente teníamos que hacer cosas.

Por eso había muchos profesores que decían: «Ella nunca lo va a lograr.

Tiene un problema con la autoridad.

No llegará a ningún lugar».

Algunos profesores me descartaron como una causa perdida.

Pero luego se sorprendieron mucho cuando me gradué de la preparatoria.

Fui aceptada en la Universidad Pepperdine y volví a la misma escuela a la que asistí para ser asistente de educación especial.

Y luego les dije: «Quiero ser profesora».

Y decían: «¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué quieres hacer eso?» Así que empecé mi carrera docente en exactamente la misma escuela secundaria a la que asistí, y realmente quería tratar de salvar a más niños que estaban igual que yo.

Y así, cada año, comparto mi experiencia con los niños, porque necesitan saber que todo el mundo tiene una historia, todo el mundo tiene una lucha, y todos necesitamos ayuda en el camino.

Y yo voy a ser su ayuda en el camino.

Como profesora novata creé oportunidades.

Un día vino un niño a mi clase que fue apuñalado la noche anterior.

Le dije: «Tienes que ir a un hospital, a la enfermera de la escuela, algo».

Me dijo: «No, señorita, no iré.

Tengo que estar en clase porque necesito graduarme».

Sabía que yo no iba a dejar que él fuera una víctima de su circunstancia, pero nosotros íbamos a seguir adelante y seguir avanzando.

Y esta idea de crear un refugio seguro para nuestros hijos y llegar a saber exactamente lo que están enfrentando, a conocer a sus familias…

yo quería eso, pero no podía hacerlo en una escuela con 1600 alumnos, y profesores que cambian año, tras año, tras año.

¿Cómo se llegan a construir esas relaciones? Así que creamos una nueva escuela.

Creamos el Instituto San Fernando de Medios Aplicados.

Y nos aseguramos de estar todavía apegados a nuestro distrito escolar por financiamiento y apoyo.

Pero con eso, ganaríamos libertad: libertad para contratar a los profesores que sabíamos serían efectivos; libertad de controlar el plan de estudios, para no tener que hacer la lección 1.2, de la página 5; y libertad para controlar el presupuesto, para gastar dinero donde más importa y no donde un distrito o estado dice que lo hagas.

Queríamos esas libertades.

Pero cambiar todo un paradigma no ha sido un camino fácil, y ni siquiera completo.

Pero teníamos que hacerlo.

Nuestra comunidad merecía una nueva forma de hacer las cosas.

Y como la primera secundaria piloto de todo el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, créanme que hubo oposición.

Y fue por temor…

temor a, bueno, ¿y si se equivocan? Sí, ¿y si nos equivocamos? ¿Y qué tal si acertamos? Y acertamos.

Así que a pesar de que los profesores estaban en contra porque contratamos por año…

si no puedes enseñar, o no quieres enseñar, no puedes estar en mi escuela con mis niños.

(Aplausos) ¿Cómo nos fue en nuestro tercer año? Bueno, hacemos que valga la pena venir a la escuela cada día.

Hacemos que los niños sientan que son importantes para nosotros.

Hacemos que nuestro plan de estudios sea riguroso y relevante para ellos, y ellos usan toda la tecnología a la que están acostumbrados.

Portátiles, computadoras, tabletas…

lo que sea, lo tienen.

Animación, programas para hacer películas, todo.

Y conectamos todo a lo que están haciendo.

Por ejemplo, hicieron anuncios de servicio público para la Sociedad del Cáncer que se anunciaron en el sistema de tranvías local.

Enseñamos elementos de persuasión, no hay nada más real que eso.

Nuestros resultados en las pruebas estatales han mejorado más de 80 puntos desde que nos convertimos en nuestra propia escuela.

Pero todos los interesados han tenido que trabajar juntos: profesores y directores en contratos de un año, dedicando muchas más horas al trabajo que las del contrato sin compensación.

Y se necesita un miembro del consejo escolar que vaya a presionar en nombre de uno y diga: «Sabes, el distrito trata de imponer esto, pero tienes la libertad de hacer otra cosa».

Y se necesita un centro activo de padres de familia que no solo esté allí, mostrando su presencia a diario, sino que sea parte de nuestro gobierno, tomando decisiones por sus niños, nuestros niños.

Porque, ¿por qué tienen los estudiantes que alejarse tanto de sus hogares? Se merecen una escuela de calidad en su barrio, una escuela a la que puedan sentirse orgullosos de asistir, y una escuela de la que también la comunidad pueda estar orgullosa, y los alumnos necesitan profesores que luchen por ellos a diario y les den el poder para sobreponerse a sus circunstancias.

Porque es hora de que niños y niñas como yo dejen de ser la excepción, y sean la regla.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/pearl_arredondo_my_story_from_gangland_daughter_to_star_teacher/

 

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