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Penelope Boston afirma que podría haber vida en Marte. – Charla TED2006

Charla «Penelope Boston afirma que podría haber vida en Marte.» de TED2006 en español.

Los Mars Rovers no encontraron formas de vida alienígenas. La cientista Penelope Boston cree que hay una buena probabilidad – de hecho, de un 25 a un 50% – de que pueda existir vida en Marte, en las profundidades de las cavernas del planeta. Ella explica cómo deberíamos buscar y por qué.

  • Autor/a de la charla: Penelope Boston
  • Fecha de grabación: 2006-02-02
  • Fecha de publicación: 2008-12-17
  • Duración de «Penelope Boston afirma que podría haber vida en Marte.»: 1109 segundos

 

Traducción de «Penelope Boston afirma que podría haber vida en Marte.» en español.

La carrera que inicié tempranamente en mi vida fue la búsqueda de vida exótica en lugares exóticos, y en ese tiempo trabajaba en la Antártida y en el Artico, y en desiertos altos y bajos.

Hasta hace unos doce años, cuando me cautivaron las cavernas, y realmente re-enfoqué la mayoría de mis investigaciones en esa dirección.

Así que tengo un trabajo fantástico – me toca hacer cosas realmente increíbles.

Trabajo en algunos de los ambientes cavernarios más extremos del planeta.

Muchos de ellos intentan matarnos desde el momento en que entramos en ellos, y sin embargo, son absolutamente cautivantes, y contienen maravillas biológicas increíbles que son muy, muy distintas a las que tenemos en la superficie.

Además del valor intrínseco de la biología, mineralogía y geo-microbiología que practicamos en ellas, también las usamos como matrices para determinar cómo buscar vida en otros planetas.

En especial Marte, pero también Europa, la pequeña, congelada luna de Jupiter.

Y quizás, algun día, mucho más allá del sistema solar.

Estoy apasionadamente interesada en el futuro de la humanidad, especialmente en la Luna y en Marte, y en otras partes del sistema solar.

Me parece que es tiempo de que pasemos a ser una civilización y especie que sale al sistema solar.

Y entonces, como resultado de todo esto, me pregunto si podremos, y si siquiera debiéramos, pensar en transportar vida terrestre a otros planetas.

Y en especial y como primer ejemplo, a Marte.

Algo de lo que nunca hablo en reuniones científicas es concretamente cómo llegué a este estado y por qué hago lo que hago.

¿Por qué no tengo un trabajo normal, sensato? Y luego, claro, culpo a la Unión Soviética.

Porque a mediados de la década del ’50 cuando era una pequeña niña, tuvieron la osadía de lanzar un satélite pequeño y bastante primitivo llamado Sputnik, lo que lanzó al mundo occidental a un torbellino histérico.

Y una enorme cantidad de dinero se usó para financiar las habilidades científicas y matemáticas para niños.

Y soy un producto de esa generación, como tantos otros de mis colegas.

Realmente nos agarró, y se expandió y sería fantástico que pudieramos reproducir eso ahora.

Además claro, el rehusarse a crecer – a pesar de que personifico a un adulto en mi vida diaria, y lo hago bastante bien- el retener esa cualidad infantil de no importarte lo que piensen los otros sobre lo que te interesa, es realmente esencial.

El elemento siguiente es el hecho de que he aplicado un juicio de valor y mi juicio de valor es que la presencia de vida es mejor a que no haya vida.

Por lo tanto, la vida es más valiosa que la ausencia de vida.

Y pienso que ello es lo que aglutina una gran cantidad del trabajo cercano a la gente de esta audiencia.

Estoy, por supuesto, muy interesada en Marte y ello es el producto de haber sido una estudiante muy joven cuando los Viking Landers aterrizaron en Marte.

Y ello tomó lo que había sido un minúsculo objeto astronómico en el cielo, que ustedes verían como un punto, y lo convirtió íntegramente en un paisaje, a medida que aquella primitiva primera imagen fue entramada en la pantalla.

Y cuando se convirtió en un paisaje, también se convirtió en un destino, y realmente alteró el curso de mi vida.

En mi años de estudios de graduada trabajé con mi colega, mentor y amigo, Steve Schneider, en el Centro Nacional de Investigación Atmosférica, investigando temas de cambio global.

Hemos escrito varias cosas sobre el rol de la hipotésis de Gaia – si podemos o no considerar a la Tierra como una sola entidad en cualquier forma que tenga significado científico, y luego, a partir de ello, trabajé en las consecuencias ambientales de la guerra nuclear.

Entonces, cosas maravillosas y sombrías.

Pero me enseñó a mirar a la Tierra como un planeta con una perspectiva externa, no sólo como nuestro hogar.

Y ello es un alejamiento de perspectiva maravilloso, el tratar de pensar en la forma como se comporta nuestro planeta, como planeta, y con la vida que hay en él.

Y me parece que todo ello es un punto saliente en la historia.

Nos estamos preparando para iniciar el proceso de dejar nuestro planeta de origen y salir al más amplio sistema solar y más allá.

Volvamos a Marte.

¿Qué tan difícil será encontrar vida en Marte? Bueno, a veces es realmente difícil para nosotros encontrarnos unos a otros, incluso en este planeta.

Por lo tanto, encontrar vida en otro planeta es una vocación no trivial y gastamos mucho tiempo tratando de pensar en ello.

Si piensan o no que podríamos tener éxito, de alguna forma depende en qué es lo que piensan sobre la posibilidad de que haya vida en el universo.

Personalmente, yo creo que la vida es una consecuencia natural de la progresiva complejización de la materia con el paso del tiempo.

Empiezas con el Big Bang y obtienes hidrógeno, y luego helio, y luego la materia más compleja, y luego se forman los planetas y en mi opinión, la vida es un fenómeno planetario común.

Ciertamente, en los últimos 15 años, hemos visto un número creciente de planetas cuya existencia fuera del sistema solar está confirmada, y recién el mes pasado, hace un par de semanas, un planeta en la clase-tamaño de la Tierra fue descubierto.

Lo que es una noticia muy excitante.

Por lo tanto, mi primera osada predicción es que, en el universo, habrá vida en todas partes.

Estará donde sea que busquemos — donde haya sistemas planetarios que puedan soportar vida.

Y esos sistemas planetarios serán muy comunes.

Entonces, ¿qué hay con la vida en Marte? Bueno, si alguien me hubiera preguntado hace doce años sobre las posibilidades de que haya vida en Marte, Probablemente hubiera dicho, un 2% Incluso eso era considerado en la época como desmedido.

Una vez fui despectivamente presentada por un ex oficial de la NASA, como la única persona en el planeta que aún creía que había vida en Marte.

Claro, ese oficial ahora está muerto, y yo no, así que hay algo de gloria en sobrevivir a tus adversarios.

Pero las cosas han cambiado enormemente en los últimos doce años.

Y la razón por la que han cambiado es porque ahora tenemos nueva información.

La sorprendente misión Pathfinder que viajó en el ’97, y las misiones MER Rover que están en Marte mientras hablamos y el Mars Express de la Agencia Espacial Europea, nos han enseñado una cantidad de cosas sorprendentes.

Existe hielo bajo la superficie del planeta.

Por lo que, donde hay agua, hay una alta probabilidad de que exista nuestro tipo de vida.

Hay rocas sedimentarias por todos lados – uno de los landers está situado en el centro de una antiguo fondo marino, y existen estas estructuras increíbles llamadas arándanos, que son estas pequeñas concreciones rocosas que ahora estamos desarrollando biológicamente en mi laboratorio.

Entonces, con todas estas cosas reunidas, creo que las posibilidades de que haya vida son mucho más grandes de los que jamás hubiera pensado.

Creo que la posibilidad de que haya surgido vida en Marte, en su pasado, es probablemente una en cuatro o quizás hasta 50% Esta es una afirmación muy osada.

Creo que está ahí, y creo que necesitamos salir a buscarla, y creo que está bajo tierra.

Así que el juego comienza, y este es el juego que jugamos en astro-biología.

¿Cómo intentamos tener una idea sobre vida extraterrestre? ¿Cómo planeamos para buscarla? ¿Cómo saber cuándo la hemos encontrado? Porque si es grande y obvia, ya la habríamos encontrado – ya nos habría mordido el pié, y ello no ha sucedido.

Entonces, sabemos que es algo bastante críptico.

Y críticamente hablando, ¿cómo la protegemos, si la encontramos, para no contaminarla? Y además, y quizás más importante, porque este es el único planeta hogar que tenemos, ¿cómo nos protegemos nosotros de ella, mientras la estudiamos? Entonces ¿por qué es tan difícil de encontrar? Bueno, es probablemente microscópica, y nunca es fácil estudiar cosas microscópicas, aunque las maravillosas herramientas que ahora tenemos nos permiten estudiar cosas con mucho mayor detalle, en escalas mucho menores que antes.

Pero probablemente está escondida, porque si sales a recoger recursos de tu ambiente, eso te hace apetecible, y otras cosas podrían querer comerte, o consumirte.

Y por lo tanto, hay un juego de depredador – presa que será real y esencialmente, universal, en cualquier sistema biológico.

También puede tener características fundamentales muy distintas – su composición química, o su tamaño.

Decimos que sería pequeña, pero ¿qué significa eso? ¿Del tamaño de un virus? ¿Aún más pequeña que eso? ¿Es mayor que las bacterias más grandes? No lo sabemos.

Y la velocidad de su actividad, que es algo que enfrentamos en nuestro trabajo con organismos subterráneos.

porque crecen de forma muy, muy lenta.

Si tomara una muestra de tus dientes y lo pusiera en un plato de petri, en unos cuatro o cinco horas, ya vería crecimiento.

Pero los organismos con los que trabajamos, en la subsuperficie de la Tierra, muchas veces pasan meses -y en algunos casos años- hasta que podemos ver algún tipo de crecimiento.

Por lo que son, intrinsecamente, una forma de vida más lenta.

Pero el problema de fondo es que estamos guiados por nuestra experiencia limitada, y mientras no podamos trascender nuestro cráneo y lo que conocemos, no podremos reconocer lo que estamos buscando, o como planear para encontrarlo.

Así que, la perspectiva lo es todo y, debido a la historia que les relaté someramente, he aprendido a pensar en la Tierra como un planeta extraterrestre.

Y ello ha sido inestimable en la forma en que intentamos estudiar estas cosas.

Este es mi juego favorito cuando viajo en avión: cuando estás en un avión y miras por la ventanilla, ves el horizonte.

Siempre inclino mi cabeza en su costado, y ese sencillo cambio me permite partir viendo este planeta como mi hogar, a poder verlo como un planeta.

Es un truco sencillo, nunca me olvido de hacerlo cuando me siento en asiento de ventanilla.

Bueno, eso es lo que aplicamos a nuestro trabajo.

Esto muestra una de la cavernas más extremas en las que trabajamos.

Se llama Cueva de Villa Luz, en Tabasco, México, y esta cueva está saturada de ácido sulfúrico.

Hay grandes cantidades de sulfuro de hidrógeno que penetran esta cueva desde fuentes volcánicas.

y por la descomposición de evaporita – minerales bajo los carbonatos en los que se formó esta caverna – se crea un ambiente muy hostil para nosotros.

Es necesario entrar con trajes protectores y equipo de respiración, porque 30 partes por millón de sulfuro de hidrógeno te matará.

Normalmente es de varios cientos por millón.

Así que es un ambiente muy peligroso, tanto con monóxido de carbono como con otros gases.

Estos parámetros físicos y químicos extremos hacen de la biología que se desarrolla en estos lugares algo muy especial.

Porque, contrariamente a lo que puedan pensar, no está desprovista de vida.

Esta es una de las cavernas más ricas que hemos encontrado en el planeta, en cualquier parte.

Está llena de vida.

Los extremos en la Tierra son interesantes en sí mismos, pero una de las razones por las cuales nos interesan es porque realmente ellos representan las condiciones promedio que podríamos esperar encontrar en otros planetas.

Por lo tanto, esta es parte de una capacidad que tenemos para intentar ampliar nuestra imaginación, respecto de lo que podemos encontrar en el futuro.

Hay tanta vida en esta cueva y ni siquiera puedo empezar a rasgar su superficie con ustedes.

Pero uno de los objetos más famosos que hemos sacado de ella son lo que llamamos Snottites, por razones obvias.

Esta cosa se asemeja a lo que sale la nariz de tu niño de 2 años cuando está resfriado.

Y esto es producido por bacterias que de hecho están haciendo más ácido sulfúrico, y viviendo en PH cercano a cero.

Por lo que esto es como ácido de batería.

Y sin embargo, todo en esta caverna se ha adaptado a ella.

De hecho, hay tanta energía disponible para biología en esta cueva, que hay una gran cantidad de Peces de Caverna.

Y los Zoque, los indios lugareños, la cosechan dos veces al año, como parte de sus celebraciones de Pascua y Semana Santa.

Para las cavernas, esto es muy inusual.

En algunas de las otras increíbles cavernas en las que trabajamos esta es la caverna Lechuguilla, en Nuevo México, cerca de Carlsbad, y esta es una de las cavernas más famosas del mundo.

115 millas de pasajes registrados en un mapa, está intocada, no tiene una entrada natural y es laboratorio biológico, geo-microbiológico gigantesco.

En esta caverna, grandes areas están cubiertas por este material rojizo que pueden ver, así como estos cristales gigantescos de selenita que cuelgan hacia abajo.

Esta sustancia es producida biológicamente.

Es el resultado de la descomposición de la piedra, que los organismos ocupadamente consumen.

Toman el hierro y el manganeso en la capa de roca y los oxidan.

Y cada vez que lo hacen, obtienen un pequeño paquete de energía.

Y luego, ese pequeño paquete de enería lo usan para impulsar sus procesos de vida.

Interesantemente, también hacen lo mismo con uranio, cromo y varios otros metales tóxicos.

Por lo tanto, el canal obvio para la bio-remediación viene de organismos como estos.

Actualmente traemos estos organismos al laboratorio, y pueden ver algunos de ellos creciendo en platos de petri, y logramos hacer que reproduzcan los mismos bíominerales que encontramos en las paredes de estas cuevas.

Entonces, estas son las huellas que dejan en el registro rocoso.

Bueno, incluso en las superficies de basalto de cavernas de tubos volcánicos que son un subproducto de la actividad volcánica, encontramos estas paredes, en muchos casos, totalmente cubiertas, por estas bellas y brillantes paredes plateadas, o rosadas, rojizas o doradas, todas brillantes.

Y estos son los depósitos de minerales que también están hechos por bacterias.

Y como pueden ver en estas imágenes al centro Al escanearlas con un microscopio electrónico de barrido, vemos que son jardínes de estas bacterias.

Una de las cosas interesantes de estos tipos es que están en los géneros de bacterias Actinomyces y Streptomyces que son la matriz de la cual obtenemos la mayoría de nuestros antibióticos.

La subsuperficie de la Tierra contiene una vasta biodiversidad.

Y estos organismos, debido a que son muy distintos de aquellos en la superficie, crean una gran variedad de compuestos novedosos.

Por lo tanto, su potencial para aprovecharlos para usos farmacéuticos y químico-industriales está totalmente sin aprovechar, pero probablemente excede a la mayoría del resto de la biodiversidad del planeta.

Volviendo a las cavernas de tubos volcánicos— Recién les conté sobre los organismos que viven en este planeta.

Sabemos que en Marte y la Luna existe un gran número de estas estructuras.

Las podemos ver.

A la izquierda pueden ver un tubo volcánico formándose en una erupción reciente – El Monte Etna, en Sicilia – y así es como se forman estos tubos.

Y cuando se vacían, entonces se convierten en habitats para organismos.

Estos están por todas partes en Marte, y actualmente los estamos catalogando.

Por lo tanto, existe una interesante extensión de cavernas en Marte, por lo menos de ese tipo.

Para tener acceso a estos ambientes subterráneos que nos interesan, estamos muy interesados en desarrollar las herramientas para lograrlo.

Saben, no es fácil entrar a estas cuevas.

Se requiere arrastrarse, escalar, trabajo técnico con cuerdas, y muchos otros movimientos humanos complejos para entrar en ellas.

Nos enfrentamos al problema de ¿cómo hacerlo robóticamente? ¿Por qué querríamos hacerlo robóticamente? Bueno, porque enviaremos misiones robóticas a Marte mucho antes que misiones humanas.

Y luego, en segundo lugar y volviendo a mi punto anterior sobre el carácter invaluable de cualquier vida que podamos encontrar en Marte, no queremos contaminarla.

Y una de las mejores formas de estudiar algo sin contaminarlo es a través de un intermediario.

Y en este caso, pensamos en aparatos robóticos intermediarios que puedan efectivamente hacer algo de ese trabajo anticipado por nosotros para proteger toda potencial vida que encontremos.

Ahora no entraré en el detalle de estos proyectos, pero estamos trabajando en media docena de proyectos de desarrollo robótico, en colaboración con varios grupos distintos.

Quiero referirme específicamente al sistema que ven más arriba.

Estos son enjambres de microbots saltantes.

Estoy trabajando en ellos con el Laboratorio Field and Space Robotics y con mi amigo Steve Dubowsky en el MIT, y hemos ideado tener estos robots pequeños, nodulares y saltantes impulsados por un músculo artificial una de las especialidades del laboratorio de Dubowsky – los EPAMS, o musculos artificiales.

Y estos les permiten brincar.

Tienen un comportamiento de enjambre, en que se relacionan unos con otros, pues se modelan a partir del comportamiento de enjambres de insectos, y pueden fabricarse en grandes números.

Y por tanto, si podemos enviar unos mil de ellos, como pueden ver en la imagen superior izquierda, Mil podrían caber en el compartimento de carga que fue usado para uno de los actuales MER Rovers.

Y podríamos perder muchos de estos pequeñitos.

Sí envías unos mil, probablemente podrías perder el 90% de ellos y aún así tener una misión.

En consecuencia, ello te permite la flexibilidad para ir a terrenos muy desafiantes y de hecho poder llegar adonde quieres ir.

Ahora, para terminar, quiero referirme brevemente a las cavernas y la expansión humana fuera de la Tierra como la consecuencia natural del trabajo que hacemos en las cavernas.

Hace algunos años notamos que las cavernas tienen muchas cualidades que en el pasado las personas y otros organismos han usado como habitat.

Y quizás es momento de empezar a explorarlas, en el contexto de una futura misión de exploración a Marte y la Luna.

Así, recientemente terminamos un estudio Fase II del NASA Institute for Advanced Concepts buscando un conjunto irreducible de tecnologías necesarias para concretamente permitir que las personas habiten tubos volcánicos en la Luna o Marte.

Resultó ser una lista sencilla y corta, y hemos ido en la dirección de tecnologías relativamente primitivas.

Estamos hablando de cosas como revestimientos inflables que se pueden ajustar a las formas topológicas complejas del interior de una cueva, esclusas de aire instaladas con espuma para lidiar con esta topología compleja, varias formas de obtener gases respirables hechos de los materiales intrínsecos de estos cuerpos.

Y el futuro está ahí para que podamos usar estos tubos volcánicos en Marte.

Y ahora mismo, estamos haciendo ciencia y recreación en estas cavernas, pero creo que en el futuro las usaremos para vivir y experimentar en estos otros cuerpos.

Ahora, mi opinión respecto de la posibilidad actual de que pudiera haber vida en Marte que probablemente ha estado en el planeta, es de un 50%.

La pregunta de si la vida en Marte se relaciona con la vida en la Tierra ha sido enredada, porque ahora sabemos, de meteoritos marcianos que han alcanzando la Tierra, que existe material que puede intercambiarse entre ambos planetas.

Y por supuesto, una de las preguntas candentes es que si vamos a Marte y encontrarmos vida en su subsuperficie, como yo espero firmemente que así sea, ¿es esa la segunda genesis de la vida? La vida, ¿empezó acá y fue transportada allá? ¿Empezó allá y fue transportada acá? Este será un rompecabezas fascinante al entrar en el próximo medio siglo, y en el cual yo espero que tendremos muchas y muchas más misiones a Marte para responder a estas interrogantes.

Gracias.

https://www.ted.com/talks/penelope_boston_there_might_just_be_life_on_mars/

 

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