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Pequeños riesgos para aumentar su suerte – Charla TED Salon Brightline Initiative

Charla «Pequeños riesgos para aumentar su suerte» de TED Salon Brightline Initiative en español.

La suerte raramente es un rayo, aislado y dramático: se parece mucho más al viento, que sopla constantemente. Captar más es fácil pero no obvio. En esta perspicaz charla, la profesora de la facultad de negocios de Stanford Tina Seelig comparte tres maneras inesperadas de aumentar su suerte y su capacidad para ver y aprovechar las oportunidades.

  • Autor/a de la charla: Tina Seelig
  • Fecha de grabación: 2018-06-07
  • Fecha de publicación: 2018-08-14
  • Duración de «Pequeños riesgos para aumentar su suerte»: 699 segundos

 

Traducción de «Pequeños riesgos para aumentar su suerte» en español.

He pasado casi dos décadas observando qué hace ser a ciertas personas más afortunadas que otras e intentando ayudar a las personas a aumentar su suerte.

Ya ven, enseño espíritu empresarial, y todos sabemos que la mayoría de las nuevas empresas fallan, y los innovadores y empresarios necesitan toda la suerte que puedan tener.

Así que,

¿qué es la suerte?

La suerte se define como el éxito o el fracaso aparentemente causado por el azar.

Aparentemente.

Esa es la palabra operativa.

Parece que fuera azar porque rara vez vemos todas las palancas que entran en juego para hacer que la gente tenga suerte.

Pero me he dado cuenta, al observar por tanto tiempo, que la suerte rara vez es un rayo, aislado y dramático.

Es mucho más como el viento, soplando constantemente.

A veces es tranquilo, y a veces sopla en ráfagas, y a veces proviene de direcciones que ni siquiera imaginaste.

¿Y cómo atrapas los vientos de la suerte?

Es fácil, pero no es obvio.

Así que voy a compartir tres cosas con Uds.

que pueden hacer para construir una vela para capturar los vientos de la suerte.

Lo primero que hay que hacer es cambiar su relación consigo mismo.

Estén dispuestos a tomar pequeños riesgos que los saquen de sus zonas de confort.

Cuando somos niños, hacemos esto todo el tiempo.

Tenemos que hacer esto si vamos a aprender a caminar o hablar o andar en bicicleta o incluso mecánica cuántica,

¿correcto?

Necesitamos pasar de alguien que una semana no anda en bicicleta a alguien que la siguiente lo hace.

Y esto requiere que salgamos de nuestra zona de confort y tomar algunos riesgos El problema es que a medida que envejecemos raramente hacemos esto Bloqueamos el sentido de quiénes somos y no estiramos más.

Con mis alumnos, paso mucho tiempo dándoles ánimo para salir de su zona de confort y tomar algunos riesgos.

¿Cómo hago esto?

Bueno, comienzo pidiéndoles que rellenen un «riesgómetro».

Es básicamente algo divertido que desarrollamos en clase que establece qué riesgos están dispuestos a tomar.

Y resulta muy claro para ellos que la toma de riesgos no es binaria.

Hay riesgos intelectuales y riesgos físicos y financieros y riesgos emocionales y riesgos sociales y riesgos éticos y riesgos políticos.

Y una vez que hacen esto, comparan sus perfiles de riesgo con otros, y rápidamente se dan cuenta de que todos son realmente diferentes.

Luego los animo a estirarlo, a tomar algunos riesgos que los saquen de su zona de confort.

Por ejemplo, podría pedirles que tomen un riesgo intelectual y traten de abordar un problema que no han intentado antes; o un riesgo social, hablar con alguien sentado junto a ellos en el tren; o un riesgo emocional, tal vez decirle a alguien que realmente se preocupan por cómo se siente.

Yo hago esto mismo todo el tiempo.

Hace unos doce años, estaba en un avión, temprano, vuelo temprano en la mañana camino a Ecuador.

Y normalmente, me pongo los auriculares y duermo, despierto, trabajo algo, pero decidí correr un pequeño riesgo, y comencé una conversación con el hombre sentado a mi lado.

Me presenté y supe que era editor.

Interesante.

Terminamos teniendo una conversación fascinante.

Aprendí todo sobre el futuro de la industria editorial.

Entonces, aproximadamente a tres cuartos del vuelo, decidí tomar otro riesgo, y abrí mi computadora portátil y compartí con él una propuesta de libro algo que reuní de lo que estaba haciendo en mi clase.

Y él fue muy cortés, lo leyó, y dijo: «Sabes qué, Tina, no es adecuado para nosotros, pero muchas gracias por compartirlo».

Está bien.

Ese riesgo no funcionó.

Cerré mi computadora.

Al final del vuelo, intercambiamos información de contacto.

Un par de meses después, lo contacté, y le dije: «Mark,

¿te gustaría venir a mi clase?

Estoy haciendo un proyecto para reinventar el libro, el futuro de la publicación».

Y él dijo: «Genial.

Me encantaría ir».

Vino a mi clase.

Tuvimos una gran experiencia.

Unos meses más tarde, le escribí de nuevo.

Esta vez, le envié un montón de videos de otro proyecto que mis alumnos habían hecho.

Estaba tan intrigado con uno de los proyectos de los estudiantes, pensó que podría haber un libro, y quería conocer a esos estudiantes.

Tengo que decirles que estaba un poco herida.


(Risas)
Es decir, él quería hacer un libro con mis alumnos y no conmigo, pero bien, está bien.

Así que lo invité a venir, y él y sus colegas llegaron a Stanford y nos reunimos con los estudiantes, y luego, almorzamos juntos.

Y uno de sus editores me dijo: «

¿Alguna vez has considerado escribir un libro?

«.

Le dije: «Es curioso que preguntes».

Y saqué la misma propuesta que le había mostrado a su jefe un año antes.

En dos semanas, tuve un contrato, y en dos años, el libro había vendido más de un millón de copias en todo el mundo.


(Aplausos)
Ahora, pueden decir, «Oh, eres muy afortunada».

Pero por supuesto tuve suerte, pero esa suerte fue el resultado de una serie de pequeños riesgos que tomé, empezando por decir hola.

Y cualquiera puede hacer esto, no importa dónde estés en tu vida, no importa dónde estés en el mundo, incluso si crees que eres la persona más desafortunada, puedes hacerlo tomando pequeños riesgos que te saquen de tu zona de confort.

Comienzas a construir una vela para capturar la suerte.

La segunda cosa que querrías hacer es cambiar tu relación con otras personas.

Debes entender que todos los que te ayudan en tu viaje juegan un papel muy importante para lograr tus objetivos.

Y si no muestras aprecio, no solo no estás cerrando el círculo, sino que estás perdiendo una oportunidad.

Cuando alguien hace algo por ti, están tomando ese tiempo que podrían estar gastando en ellos mismos o en alguien más, y debes reconocer lo que están haciendo.

Administro tres programas de becas en Stanford, y son muy competitivos para conseguirla, y cuando envío las cartas a esos estudiantes que no la consiguen, siempre sé que habrá gente decepcionada.

Algunos de los que están decepcionados me envían notas, quejándose.

Algunos envían notas diciendo

¿qué podría hacer para tener más éxito la próxima vez?

Y de vez en cuando, alguien me envía una nota dándome las gracias por la oportunidad.

Esto sucedió hace unos siete años.

Un joven llamado Brian me envió una hermosa nota: «Sé que he sido rechazado de este programa dos veces, pero quiero agradecerle por la oportunidad.

Aprendí mucho durante el proceso de solicitud».

Estaba tan impresionada por la amabilidad de su mensaje que lo invité a venir y conocerme.

Y pasamos un tiempo charlando y preparando una idea para un proyecto de estudio independiente.

Estaba en el equipo de fútbol en Stanford, y decidió hacer un proyecto sobre el liderazgo en ese contexto.

Nos conocimos increíblemente bien durante ese trimestre, y tomó el proyecto en el que comenzó a trabajar en el estudio independiente y lo convirtió, finalmente, en una compañía llamada Play for Tomorrow, donde enseña a niños de entornos desfavorecidos cómo, esencialmente, crear las vidas que sueñan vivir.

Ahora, lo importante de esta historia es que los dos terminamos atrapando los vientos de la suerte como resultado de su nota de agradecimiento.

Pero fueron vientos que no esperábamos en primer lugar.

En el transcurso de los últimos años, he ideado algunas tácticas para mi propia vida para ayudarme a fomentar el aprecio.

Mi favorito es que al final de cada día, miro mi calendario y reviso a todas las personas con las que me encontré, y envío notas de agradecimiento a cada persona.

Solo toma unos minutos, pero al final de cada día, me siento increíblemente agradecida y apreciativa y les prometo que ha aumentado mi suerte.

Entonces, primero deben arriesgarse y salir de su zona de confort.

En segundo lugar, deben mostrar agradecimiento.

Y tercero, querrán cambiar su relación con las ideas.

La mayoría de la gente observa las nuevas ideas que llegan y las juzga.

«Esa es una gran idea» o «Es una idea terrible».

Pero en realidad es mucho más matizado.

Las ideas no son ni buenas ni malas.

De hecho, las semillas de ideas terribles son a menudo algo realmente notable.

Uno de mis ejercicios favoritos en mis clases sobre creatividad es ayudar a los estudiantes a fomentar una actitud de mirar ideas terribles a través de la lente de posibilidades.

Así que les doy un desafío: crear una idea para un nuevo restaurante.

Tienen que lograr las mejores ideas para un nuevo restaurante y las peores ideas para un nuevo restaurante.

Las mejores ideas son cosas como un restaurante en la cima de una montaña con una hermosa puesta de sol, o un restaurante en un bote con una hermosa vista.

Y las ideas terribles son cosas como un restaurante en un basurero, o un restaurante con un servicio terrible realmente sucio, o un restaurante que sirve sushi de cucaracha.


(Risas)
Así que me dan todas las ideas, leo las grandes ideas en voz alta, y luego los rompo y los boto.

Luego tomo las ideas horribles y las redistribuyo.

Cada equipo ahora tiene una idea de otro equipo que pensó que era horrible, y su desafío es convertirla en algo brillante.

Esto es lo que sucede.

En unos 10 segundos, alguien dice: «Esta es una idea fabulosa».

Y tienen aproximadamente 3 minutos antes de lanzar la idea a la clase.

Entonces,

¿el restaurante en el basurero?

¿En qué se convierte eso?

Bueno, recogen toda la comida extra de restaurantes con estrellas Michelin que iba a ser desechada, y tienen otro restaurante a un precio mucho más bajo, con todas las sobras.

¿Genial?

¿O el restaurante que está sucio con un servicio terrible?

Bueno, se convierte en un restaurante que es un campo de entrenamiento para que futuros dueños descubran cómo evitar todos los obstáculos.

¿El restaurante con sushi de cucaracha?

Se convierte en un bar de sushi con todo tipo de ingredientes realmente interesantes y exóticos.

Si miran a las empresas, las empresas que son realmente innovadoras a su alrededor, las que ahora damos por hecho que han cambiado nuestra vida, bueno,

¿saben qué?

Todas comenzaron como ideas locas.

Comenzaron como ideas que cuando lanzaron otras personas, la mayoría de la gente decía: «Eso es una locura, nunca funcionará».

Entonces, sí, a veces las personas nacieron en circunstancias terribles, y a veces, la suerte es un rayo eso nos golpea con algo maravilloso o algo terrible.

Pero los vientos de la suerte siempre están ahí, y si estás dispuesto a correr algunos riesgos, si estás dispuesto a salir y mostrar aprecio y dispuesto a ver realmente las ideas, incluso si son locas, a través de la lente de posibilidades, puedes construir una vela cada vez más grande para atrapar los vientos de la suerte.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/tina_seelig_the_little_risks_you_can_take_to_increase_your_luck/

 

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