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¿Podría la Tierra ser absorbida por un agujero negro? – Fabio Pacucci – Charla TED-Ed

Charla «¿Podría la Tierra ser absorbida por un agujero negro? – Fabio Pacucci» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/could-the-earth-be-swallowed-by-a-black-hole-fabio-pacucci

Desde asteroides capaces de destruir especies enteras a supernovas que podrían exterminar la vida en la Tierra, las fuerzas del espacio exterior bien podrían causar estragos en nuestro planeta. Pero hay algo en el espacio que es aún más aterrador que todo esto — algo que hace desaparecer todo lo que se le acerca. Fabio Pacucci analiza la probabilidad de que la Tierra sea absorbida por un agujero negro.

Lección de Fabio Pacucci; dirección de Astroplastique.

  • Autor/a de la charla: Fabio Pacucci
  • Fecha de grabación: 2018-09-20
  • Fecha de publicación: 2018-09-20
  • Duración de «¿Podría la Tierra ser absorbida por un agujero negro? – Fabio Pacucci»: 298 segundos

 

Traducción de «¿Podría la Tierra ser absorbida por un agujero negro? – Fabio Pacucci» en español.

Desde asteroides capaces de destruir especies enteras a explosiones de rayos gama y supernovas que podrían exterminar la vida en la Tierra, las fuerzas del espacio exterior bien podrían destruir nuestro pequeño planeta.

Pero hay algo en el espacio que parece más aterrador que todo lo anterior, algo que hace desaparecer cualquier objeto que se acerque.

¿Es posible que la Tierra sea absorbida por un agujero negro? Un agujero negro es un cuerpo tan denso que el espacio y el tiempo circundantes se alteran inexorablemente, curvándose hasta un punto infinito.

Nada, ni siquiera la luz, puede moverse lo suficientemente rápido como para escapar a la atracción gravitatoria de un agujero negro una vez que atraviesa una frontera específica, llamada «horizonte de sucesos».

Un agujero negro es, por tanto, como una aspiradora cósmica de capacidad infinita que absorbe todo lo que hay en su camino y no permite que nada escape.

Para saber si la Tierra podría ser absorbida por un agujero negro, primero es necesario determinar dónde se encuentran.

Pero ¿cómo detectarlos si no emiten luz? Por suerte, es posible ver los efectos que producen en el espacio circundante.

Cuando la materia se acerca a un agujero negro, el inmenso campo gravitatorio la acelera a una alta velocidad.

Esto produce una enorme cantidad de luz.

Y los objetos que están demasiado lejos como para ser absorbidos sufren una alteración en sus órbitas a causa de la inmensa fuerza gravitatoria.

Si hay varias estrellas que orbitan alrededor de un punto aparentemente vacío, es que un agujero negro podría estar dirigiendo sus trayectorias.

De la misma manera, la luz que pasa cerca de un horizonte de sucesos es desviada por un fenómeno denominado «lente gravitatoria».

La mayoría de los agujeros negros conocidos se pueden dividir en dos grupos principales.

Los más pequeños, llamados «agujeros negros de masa estelar», tienen una masa de hasta 100 veces superior a la de nuestro Sol.

Se forman cuando una estrella gigante consume todo su combustible nuclear y su núcleo colapsa.

Varios objetos como estos han sido detectados a unos 3000 años luz, y podría haber hasta 100 millones de pequeños agujeros negros tan solo en la Vía Láctea.

¿Debería esto preocuparnos, entonces? Posiblemente no.

A pesar de su enorme masa, los agujeros negros estelares tienen un radio de tan solo unos 300 km o menos, reduciendo al mínimo la probabilidad de una colisión directa con la Tierra.

Sin embargo, sus campos gravitatorios pueden afectar a un planeta desde una distancia remota, y por eso pueden ser peligrosos, aunque no haya una colisión directa.

Si un agujero negro estelar típico pasara por la zona de Neptuno, la órbita de la Tierra se alteraría significativamente, con resultados nefastos.

Aun así, considerando su reducido tamaño con respecto a la vastedad de la galaxia, los agujeros negros estelares no deben ser motivo de preocupación.

Pero veamos ahora el segundo tipo: los agujeros negros supermasivos.

Tienen una masa que es millones o miles de millones de veces más grande que la del Sol y sus horizontes de sucesos pueden tener miles de millones de kilómetros.

Estos gigantes han crecido en inmensas proporciones por la materia que han absorbido y por fusionarse con otros agujeros negros.

A diferencia de sus parientes estelares, los agujeros negros supermasivos no viajan por el espacio.

Por el contrario, residen en el centro de las galaxias, incluyendo la nuestra.

Nuestro sistema solar está en una órbita estable alrededor de un agujero negro supermasivo que reside en el centro de la Vía Láctea, a una distancia segura de 25 000 años luz.

Pero eso podría cambiar.

Si nuestra galaxia colisionara con otra, la Tierra podría ser expulsada hacia el centro galáctico, suficientemente cerca del agujero negro supermasivo como para ser finalmente absorbida por él.

De hecho, se predice que habrá una colisión con la galaxia Andrómeda dentro de 4 mil millones de años, lo cual podría no ser una buena noticia para nuestro planeta.

Pero antes de juzgarlos tan duramente, los agujeros negros no siempre son agentes destructivos.

Desempeñaron un papel crucial en la formación de las galaxias, que son las piezas fundamentales de nuestro universo.

Lejos de ser personajes secundarios en la obra del teatro cósmico, los agujeros negros han hecho un aporte esencial para hacer del universo un sitio luminoso y maravilloso.

https://www.ted.com/talks/fabio_pacucci_could_the_earth_be_swallowed_by_a_black_hole/

 

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