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Por qué África debe volver a ser un centro de conocimiento – Charla TEDGlobal 2017

Charla «Por qué África debe volver a ser un centro de conocimiento» de TEDGlobal 2017 en español.

¿Cómo puede decirse que África, el hogar de algunos de los mayores recursos de agua del mundo, tiene una crisis de agua? No es así, dice Olúfẹmi Táíwò, tiene una crisis del conocimiento. Táíwò sugiere que la falta de conocimiento sobre temas importantes como el agua y el alimento es lo que se interpone entre el estado actual de África y un futuro de prosperidad. En una charla poderosa, hace un llamamiento a África para que la producción de conocimiento dentro del continente sea gratificante y reclama su posición como lugar de aprendizaje en nombre de la humanidad.

  • Autor/a de la charla: Olúfẹ́mi Táíwò
  • Fecha de grabación: 2017-08-27
  • Fecha de publicación: 2017-09-19
  • Duración de «Por qué África debe volver a ser un centro de conocimiento»: 810 segundos

 

Traducción de «Por qué África debe volver a ser un centro de conocimiento» en español.

¿Qué hay entre la postración actual de África y un futuro de prosperidad y abundancia para su población sufriente ? Una palabra: conocimiento.

Si África va a ser un continente que ofrece mejor vida para los humanos, debe convertirse en una sociedad del conocimiento inmediatamente.

Esto es lo que he llamado «el conocimiento imperativo de África».

Nuestras universidades deben reducir el énfasis en producir mano de obra para gobernar nuestra sociedad civil, nuestra economía y nuestras instituciones políticas.

Deberían dedicarse principalmente a la producción de conocimiento.

¿Qué sentido tiene producir ingenieros civiles sin apoyo de científicos y geólogos, que hacen su negocio creando conocimiento sobre nuestro suelo y nuestras rocas? ¿De qué sirve producir abogados sin jurados que producen conocimiento de los fundamentos filosóficos subyacentes del sistema legal? Debemos buscar conocimiento.

Debemos acercarnos a la cuestión del conocimiento con un compromiso maniático, sin cesar ante obstáculos.

Aunque debemos buscar conocimiento para resolver problemas que conocemos, también debemos buscar el conocimiento cuando no hay ningún problema a la vista.

Especialmente cuando no hay ningún problema a la vista.

Debemos tratar de saber todo lo que hay que saber de todas las cosas, limitado solo por la insuficiencia de nuestra naturaleza humana, y no solo cuando surge la necesidad.

Aquellos que no buscan conocimiento cuando no es necesario no lo tendrán cuando necesitan tenerlo.

La mayor crisis en África hoy es la crisis del conocimiento: cómo producirlo, cómo administrarlo, y cómo implementarlo de manera efectiva.

Por ejemplo, África no tiene una crisis de agua.

Tiene una crisis de conocimiento con respecto a su agua, dónde y de qué tipo es, cómo se puede aprovechar y poner a disposición donde y cuando sea necesario para todos.

¿Cómo es posible que un continente con los recursos de agua más grandes del mundo, el Nilo, el Níger, el Congo, el Zambezi y los ríos Orange , tiene una crisis de agua, incluso en países donde están esos ríos? Y eso es solo agua de la superficie.

Mientras gastamos nuestra energía luchando contra crisis equivocadas, todos los que invierten en conocimiento sobre nosotros se ocupan de averiguar cómo extraer agua de los acuíferos de Libia para saciar la sed de Europa.

Tan malo es nuestro conocimiento de nuestros recursos hídricos que muchos de nuestros países han abandonado hacer que el agua potable sea una presencia rutinaria en la vida de los africanos, ricos o pobres, altos y bajos, rurales y urbanos.

Aceptamos con entusiasmo lo que los mercaderes de la miseria y los catedráticos de estudios globales africanos y sus confusos ayudantes, lacayos africanos temerosos de la autonomía en el gobierno, las universidades y la sociedad civil nos dicen cómo la naturaleza ataca África cuando se trata de la distribución de los recursos hídricos en el mundo.

Nos contentamos en dirigir nuestras ciudades y viviendas rurales de igual forma como en los pozos.

¿Cómo se administra una metrópolis de pozos y fuentes? ¿África tiene una crisis alimentaria? De nuevo, la respuesta es no.

Es otra crisis de conocimiento relativo a los recursos agrícolas de África, sobre qué son y dónde están, y cómo administrase mejor para hacer que los africanos vivan una vida que valga la pena vivir.

De lo contrario, ¿cómo se explica el hecho de que la geografía pone el nacimiento del río Nilo en Etiopía, y su gente no tiene agua para vivir? Y la misma geografía coloca a California en el desierto, pero es un granero.

La diferencia, obviamente, no es la geografía, sino el conocimiento.

Los acuíferos de Colorado ayudan a cultivar los pistachos de California ¿Por qué no pueden los acuíferos de Libia cultivar sorgo en el norte de Nigeria? ¿Por qué Nigeria no aspira a alimentar al mundo, no solo a sí misma? Si la tierra de África es tan pobre, como a menudo se nos dice, ¿por qué los de afuera, desde Emiratos Árabes Unidos hasta Corea del Sur, compran vastas extensiones de nuestra tierra, para cultivar alimentos, nada menos, y alimentar a su población en tierras que son realmente geográficamente más limitadas? Los nuevos propietarios no planean importar nueva tierra de cultivo para hacer sus adquisiciones africanas más cultivables.

De nuevo, una instancia singular de deficiencia de conocimiento.

En el siglo XIX nuestros predecesores, a solo años de los estragos de la esclavitud y la trata de esclavos, exploraban los ríos Níger y Congo para convertir los recursos de África en una ventaja para su gente y para el resto de la humanidad, y sus sucesores del siglo XX soñaban con el aprovechamiento los poderes del río Congo para iluminar todo el continente.

Ahora solo capitalistas piratas de Europa están maquinando hacer lo mismo, pero para las exportaciones a Europa y Sudáfrica.

E incluso están sugiriendo que los congoleños no pueden beneficiarse de este esquema, porque, según ellos, las comunidades congoleñas son demasiado pequeñas para que les den electricidad una preocupación viable.

¿La solución? África debe convertirse en una sociedad del conocimiento, una característica definitoria de la era moderna.

Nosotros ni somos ni estamos en camino de convertirnos en una sociedad del conocimiento Las cosas no siempre han sido así cuando se habla de producción de conocimiento y África.

En la antigüedad, el mundo venía a África para el enriquecimiento intelectual.

Hubo célebres centros de aprendizaje, atrayendo buscadores de todas las partes del mundo conocido, buscando conocimiento sobre ese mundo.

Lo que sucedió entonces tiene implicaciones para nuestro presente.

Por ejemplo, la forma cómo la África romana manejó la relación entre colonos y nativos entre los siglos II y IV de nuestra era, podría tener algo que enseñarnos cuando se trata de confrontar problemas no muy diferentes de la actualidad.

Pero, ¿cuántos departamentos clásicos tenemos en nuestras universidades? Porque no invertimos en conocimiento, la gente viene a África ahora no como un lugar de enriquecimiento intelectual, sino como un lugar donde saciar su sed de exotismo.

Sin embargo, durante el último medio milenio, África se ha ido desangrando y exportando conocimiento al resto del mundo.

Independientemente de la descripción popular como trata de cuerpos, el comercio de esclavos transatlántico europeo y la esclavitud fue uno de los programas más radicales y más largos de exportación de cerebros africanos de la historia.

Los dueños de esclavos en EE.UU.

decían que los africanos eran brutos, bestias de carga, casi tan inertes y tontos como otros aperos de labranza que los clasificaban en sus libros de registro.

Y eso es lo que hicieron.

Los africanos esclavizados, por otro lado, sabían que eran encarnaciones del conocimiento.

Eran herreros, eran poetas, consejeros políticos, príncipes y princesas, mitólogos, eran herbólogos, eran chefs.

La lista es interminable.

Ellos, por mencionar tan solo un ejemplo, llevaron el conocimiento del cultivo de arroz al sur de EE.UU.

Crearon algunos de los elementos de civilización más originales por lo que ahora EE.UU.

es famoso.

Desplegaron sus conocimientos, en su mayor parte, sin compensación.

Durante el último medio milenio, comenzando con la trata de esclavos, África ha estado exportando cerebros y simultáneamente ha roto las cadenas de transmisión de conocimiento en el propio continente, con graves consecuencias para los sistemas de producción de conocimiento en África.

Las sucesivas generaciones están aisladas de la producción intelectual de sus predecesores.

Seguimos produciendo para mercados externos mientras mendigamos nuestras propias necesidades internas.

En el presente gran parte del mejor conocimiento sobre África no se produce ni se aloja allí, incluso cuando es producido por africanos.

Porque estamos dominados por las necesidades inmediatas y soluciones relevantes cuando se trata de lo que deberíamos saber, estamos felices de entregar a otros la responsabilidad de producir conocimiento, incluido el conocimiento sobre, de y para nosotros, y hacerlo muy lejos de nosotros.

Estamos ansiosos por consumir el conocimiento y solo tiene una mera porción sin ningún tipo de ambición sobre su propiedad y su ubicación.

Las universidades africanas ahora están demasiado contentas de tener conexiones electrónicas con bibliotecas en otros lugares, habiendo renunciado a la ambición de construir bibliotecas a las que el mundo vendría para su edificación intelectual.

Controlar quién decide qué almacenar en nuestras estanterías y cómo determinarse el acceso a las colecciones se basan en nuestra confianza en la buena fe de nuestros socios que no nos abandonarán en el camino.

Esto debe cambiar.

África debe convertirse en un lugar de conocimiento nuevamente.

La producción de conocimiento en realidad expande la economía.

Pongamos las excavaciones arqueológicas como ejemplo y su impacto en el turismo.

Nuestros deseos de descubrir nuestra antigüedad, especialmente tiempos remotos de los cuales no tenemos registros escritos, requiere inversión en arqueología y disciplinas relacionadas, por ejemplo, paleoantropología.

Sin embargo, aunque es nuestro pasado, buscamos saber, por pura casualidad, la arqueología puede arrojar luz sobre la experiencia humana global y rinde pagos económicos que no formaban parte de las razones originales para excavar.

Debemos encontrar cómo hacer que el conocimiento y su producción sean atractivas y gratificantes; gratificante, no en el sentido craso de hacer dinero sino en el sentido de que valga la pena centrase en la búsqueda del conocimiento, apoyar la existencia de grupos e intelectuales productores de conocimiento, asegurando que el continente se convierta en el lugar inmediato de la producción de conocimiento, distribución y consumo, y que en lugar de tener sus depositarios más allá de los límites de África, la gente nuevamente venga del resto del mundo, incluso en el espacio virtual, para aprender de nosotros.

Todo esto lo hacemos como custodios en nombre de la humanidad común.

Crear una sociedad del conocimiento en África, para mí, sería una forma de celebrar y simultáneamente mejorar la diversidad enriqueciéndola infinitamente con material y artefactos adicionales: artefactos proporcionados por nuestros esfuerzos en el campo del conocimiento.

Muchas gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/oluf_mi_taiwo_why_africa_must_become_a_center_of_knowledge_again/

 

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