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Por qué con frecuencia la medicina tiene efectos secundarios en las mujeres – Charla TEDxProvidence

Charla «Por qué con frecuencia la medicina tiene efectos secundarios en las mujeres» de TEDxProvidence en español.

Durante la mayor parte del siglo pasado, los medicamentos aprobados y lanzados al mercado han sido probados solamente en pacientes masculinos, llevando a la incorrecta dosificación y efectos secundarios inaceptables en las mujeres. Las diferencias fisiológicas importantes entre hombres y mujeres solo recientemente se han tenido en cuenta en la investigación médica. La médica de urgencias Alyson McGregor estudia estas diferencias, y en esta fascinante charla discute la historia de cómo el modelo masculino se convirtió en nuestro marco para la investigación médica y cómo las diferencias de comprensión entre los hombres y las mujeres pueden conducir a tratamientos más efectivos para ambos sexos.

  • Autor/a de la charla: Alyson McGregor
  • Fecha de grabación: 2014-09-20
  • Fecha de publicación: 2015-10-14
  • Duración de «Por qué con frecuencia la medicina tiene efectos secundarios en las mujeres»: 929 segundos

 

Traducción de «Por qué con frecuencia la medicina tiene efectos secundarios en las mujeres» en español.

Todos vamos a los médicos.

Y lo hacemos con la confianza y la fe ciega de que la prueba que se están ordenando y los medicamentos que están prescribiendo están basados ​​en la evidencia, evidencia que está diseñada para ayudarnos.

Sin embargo, la realidad es que no siempre ha sido el caso para todos.

¿Qué pasa si les digo que la ciencia médica descubierta en el siglo pasado se ha basado en solo la mitad de la población? Soy doctora en medicina de emergencia.

Fui formada para afrontar emergencias médicas.

Se trata de salvar vidas.

¿Cuán genial es eso? OK, una gran cantidad de secreciones de nariz y pies tropezados, pero no importa que entra por la puerta de la sala de emergencia, ordenamos las mismas pruebas, prescribimos la misma medicación, sin tener que pensar en el sexo o el género de nuestros pacientes.

¿Por qué lo hacemos? Nunca nos enseñaron que había diferencias entre hombres y mujeres.

Un estudio reciente de Responsabilidad del Gobierno reveló que el 80 % de los medicamentos retirados del mercado lo fueron por los efectos secundarios en las mujeres.

Así que vamos a pensar en eso por un minuto.

¿Por qué estamos descubriendo efectos secundarios en las mujeres solo después de que un medicamento ha sido lanzado al mercado? ¿Saben que se necesitan años para que una droga pase de una idea probada en células en un laboratorio, a estudios en animales, a ensayos clínicos en seres humanos, para finalmente pasar por un proceso de aprobación regulatoria, a estar disponible para su médico para prescribírselo a Uds.? Por no hablar de los millones y miles de millones de dólares de fondos que se necesitan para pasar por ese proceso.

Así que ¿por qué estamos descubriendo efectos secundarios inaceptables en la mitad de la población después de que ha pasado por esto? ¿Qué está sucediendo? Bueno, resulta que esas células utilizadas en ese laboratorio, son células masculinas, y los animales utilizados en los estudios con animales eran machos, y los ensayos clínicos se han realizado casi exclusivamente en hombres.

¿Cómo el modelo masculino se convirtió en referencia en investigación médica? Veamos un ejemplo que se ha popularizado en los medios de comunicación, y tiene que ver con la ayuda para dormir, Ambien.

Ambien fue lanzado al mercado hace más de 20 años, y desde entonces, se han escrito cientos de millones de prescripciones, principalmente a mujeres, pues sufren más trastornos del sueño que los hombres.

Pero solo el año pasado, la FDA recomendó bajar la dosis a la mitad solo para mujeres, porque vieron que las mujeres metabolizan el fármaco a un ritmo menor que los hombres, haciendo que se despierten en la mañana con más del fármaco activo en su sistema.

Y luego están somnolientas y van a estar al volante del auto, y tienen riesgo de accidentes con vehículos de motor.

Y no puedo dejar de pensar, como médica de urgencias, cómo muchos de los pacientes que he atendido en los últimos años estuvieron involucrados en un accidente de tráfico que podrían haberse evitado si este tipo de análisis hubiera realizado y actuado hace 20 años cuando este fármaco se lanzó por primera vez.

¿Cuántas otras cosas tienen que ser analizadas por género? ¿Qué más nos estamos perdiendo? La Segunda Guerra Mundial cambió muchas cosas, y una fue la necesidad de proteger a las personas de ser víctimas de la investigación médica sin consentimiento informado.

Se establecieron algunas pautas o reglas muy necesarias y parte de eso fue el deseo de proteger a las mujeres en edad fértil de entrar en cualquier estudio de investigación médica.

Había miedo: ¿y si algo le ocurre al feto durante el estudio? ¿Quién sería el responsable? Los científicos en este momento pensaron en realidad que era una bendición disfrazada, porque seamos sinceros, los cuerpos de los hombres son bastante homogéneos.

No tienen niveles constantemente fluctuantes de hormonas que podrían alterar los datos limpios que obtenían si tenían solo hombres.

Era más fácil.

Era más barato.

Por no hablar, en este momento, de la suposición general de que los hombres y las mujeres eran iguales en todos los sentidos, salvo sus órganos reproductores y hormonas sexuales.

Así que se decidió: la investigación médica se realizará en los hombres, y los resultados posteriormente se aplican a mujeres.

¿Qué hizo esto a la noción de salud de la mujer? La salud de la mujer se convirtió en sinónimo de reproducción: pechos, ovarios, útero, embarazo.

Es este término que hoy conocemos como «medicina bikini».

Y quedó así hasta aproximadamente la década de 1980, cuando este concepto fue cuestionado por la comunidad médica y por los encargados de formular políticas de salud pública al darse cuenta de que al excluir a las mujeres de todos los estudios de investigación médica en realidad les hicimos un mal servicio, aparte de los temas reproductivos, prácticamente nada se sabe de las necesidades únicas de la paciente femenina.

Desde entonces, una abrumadora cantidad de evidencia ha salido a la luz que muestra cuán diferentes son hombres y mujeres en todos los sentidos.

Tenemos este dicho en medicina: los niños no son adultos pequeños.

Y lo decimos para recordarnos que los niños tienen una fisiología diferente a la de los adultos normales.

Y es por esto que la especialidad médica de pediatría salió a la luz.

Y ahora investigamos sobre niños con el fin de mejorar sus vidas.

Y sé que lo mismo se puede decir de las mujeres.

Las mujeres no son solo hombres con tetas y tubos.

Tienen su propia anatomía y fisiología que merece ser estudiada con la misma intensidad.

Tomemos el sistema cardiovascular, por ejemplo.

Esta área de la medicina es la que más ha hecho por tratar de averiguar por qué parece que hombres y mujeres tienen ataques al corazón muy diferentes.

La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en hombres y mujeres, pero más mujeres mueren durante el primer año de un ataque al corazón.

Los hombres se quejan de dolor opresivo en el pecho —un elefante está sentado en su pecho—.

Y llamamos a esto típico.

Las mujeres tienen dolor en el pecho, también.

Pero más mujeres que hombres se quejan de «simplemente no me siento bien», «parece que no tengo suficiente aire», «estoy cansada últimamente».

Y por alguna razón llamamos a este atípico, a pesar de que las mujeres constituyen la mitad de la población.

¿Qué parte de la evidencia ayuda a explicar algunas de estas diferencias? Si nos fijamos en la anatomía, los vasos sanguíneos del corazón son más pequeños mujeres que en hombres, y la forma en que estos vasos sanguíneos desarrollan la enfermedad es diferente en las mujeres comparadas con los hombres.

La prueba que utilizamos para determinar si se está en riesgo de ataque cardiaco, bueno, se ha diseñado y probado y perfeccionados en hombres, y así no son tan buena en la determinación de ello en mujeres.

Y luego, si pensamos en los medicamentos —medicamentos comunes que usamos, como la aspirina—.

Damos aspirina a los hombres sanos para ayudar a evitar ataques al corazón, pero ¿saben que si le dan aspirina a una mujer sana, en realidad es perjudicial? Lo que esto hace es simplemente decirnos que estamos arañando la superficie.

La medicina de emergencia es una empresa de ritmo rápido.

¿En cuántas áreas de salvamento de vidas en la medicina, como cáncer y accidentes cerebrovasculares, existen diferencias importantes entre hombres y mujeres que podríamos usar? O incluso, ¿por qué es que algunas personas tienen secreciones nasales más que otras, o por qué el analgésico que le damos a los pies golpeados trabaja en algunos sí y en otros no? El Instituto de Medicina ha dicho que cada célula tiene un sexo.

¿Qué significa esto? El sexo es el ADN.

El género es cómo alguien presenta a sí mismos en la sociedad.

Y estos dos pueden no siempre coincidir, como podemos ver con nuestra población transexual.

Pero es importante tener en cuenta que desde el momento de la concepción, cada célula de nuestro cuerpo —pelo, piel, corazón y los pulmones— tiene nuestro propio ADN único, y que el ADN contiene los cromosomas que determinan si llegamos a ser hombre o mujer, hombre o mujer.

Antes se pensaba que esos cromosomas determinantes del sexo dibujados aquí —XY si eres hombre, XX si eres mujer— simplemente determinaban si nacería con ovarios o los testículos, y era las hormonas sexuales que producen esos órganos eran las responsables de las diferencias que vemos en el sexo opuesto.

Pero ahora sabemos que esa teoría estaba equivocada —o es al menos un poco incompleta—.

Y por suerte, científicos como el Dr.

Page del Instituto Whitehead, que trabaja en el cromosoma Y, y el doctor Yang de UCLA, han encontrado pruebas que nos dicen que esos cromosomas determinantes del sexo que se encuentran en todas nuestras células permanecen activos durante toda la vida y podría ser lo que es responsable de las diferencias que vemos en la dosificación de fármacos, o por qué hay diferencias entre hombres y mujeres en la susceptibilidad y gravedad de las enfermedades.

Este nuevo conocimiento es un cambio de juego, y depende de esos científicos que continúan encontrando evidencia, pero les toca a los médicos empezar a traducir estos datos junto a la cama, hoy.

Ahora mismo.

Para hacer esto, soy fundadora de la organización nacional Colaboración Sexo y Género para la Salud de las Mujeres y recogemos todos estos datos disponibles para la enseñanza y el cuidado del paciente.

Y estamos trabajando para reunir a los educadores médicos.

Eso es un gran trabajo.

Está cambiando cómo se hace la formación médica se ha hecho desde siempre.

Pero creo en ellos.

Sé que van a ver el valor de la incorporación de la perspectiva de género en el currículo actual.

Se trata de formar correctamente a los futuros profesionales de la salud.

Y a nivel regional, Soy un co-creadora de una división del Departamento de Medicina de Emergencia aquí en la Universidad Brown, llamada Sexo y Género en Medicina de Emergencia, y llevamos a cabo la investigaciones sobre las diferencias entre hombres y mujeres en condiciones de emergencia, como enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, sepsis y abuso de drogas, pero también creemos que la educación es primordial.

Hemos creado un modelo de 360 ​​grados de la educación.

Tenemos programas para doctores, enfermeras, estudiantes y pacientes.

Porque esto no puede simplemente dejarse a los líderes de atención médica.

Todos tenemos un papel en hacer una diferencia.

Pero debo advertirles: esto no es fácil.

De hecho, es difícil.

Está cambiando fundamentalmente la manera en que pensamos sobre medicina salud e investigación.

Está cambiando nuestra relación con el sistema de atención en salud.

Pero no hay vuelta atrás.

Ahora sabemos lo suficiente para saber que no estábamos haciendo las cosas bien.

Martin Luther King, Jr., dijo, «El cambio no rueda en las ruedas de la inevitabilidad, sino que viene a través de la lucha continua».

Y el primer paso hacia el cambio es la conciencia.

No se trata solo de mejorar la atención médica para las mujeres.

Esto es sobre personalización, atención sanitaria individualizada para cada uno.

Es concienciarse del poder de transformar la atención médica para hombres y mujeres.

Y de ahora en adelante, quiero que Uds.

pregunten a sus médicos si los tratamientos que están recibiendo son específicos para su sexo y género.

Puede que no sepan la respuesta…

aún.

Pero la conversación ha comenzado, y juntos todos podemos aprender.

Recuerden, para mí y para mis colegas en este campo, su sexo y género importa.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/alyson_mcgregor_why_medicine_often_has_dangerous_side_effects_for_women/

 

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