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Por qué creo que el maltrato a la mujer es el abuso de los derechos humanos más extendido – Charla TEDWomen 2015

Charla «Por qué creo que el maltrato a la mujer es el abuso de los derechos humanos más extendido» de TEDWomen 2015 en español.

Con su característica determinación, el expresidente estadounidense Jimmy Carter profundiza en tres razones inesperadas por las que el maltrato a las mujeres y a las niñas continúa manifestándose en tantas partes del mundo, tanto en países desarrollados, como en desarrollo. La razón última que expone es que «En general, a los hombres les importa un bledo».

  • Autor/a de la charla: Jimmy Carter
  • Fecha de grabación: 2015-05-29
  • Fecha de publicación: 2015-06-30
  • Duración de «Por qué creo que el maltrato a la mujer es el abuso de los derechos humanos más extendido»: 996 segundos

 

Traducción de «Por qué creo que el maltrato a la mujer es el abuso de los derechos humanos más extendido» en español.

De hecho, traté de pensar en mi trayectoria desde que salí de la Casa Blanca, y el mejor ejemplo que tengo es una caricatura en The New Yorker hace un par de años.

Este niño mira a su padre y le dice: «Papá, cuando sea mayor, quiero ser expresidente».


(Risas)
Bueno, tuve mucha suerte como expresidente, porque tuve la oportunidad que muy pocas personas tienen alguna vez de conocer a mucha gente por todo el mundo.

No solo estoy familiarizado con los 50 estados de EE.

UU., sino que también mi esposa y yo hemos visitado más de 145 países y el Centro Carter ha impulsado proyectos completos en 80 naciones de la Tierra.

Y muchas veces, cuando vamos a un país, no solo conocemos al rey o al presidente, sino también a los habitantes que viven en las zonas más remotas de África.

Nuestro compromiso general en el Centro Carter es promover los derechos humanos, y conociendo el mundo como lo conozco, les puedo decir con toda certeza que el abuso principal de los DD.HH.

en el planeta, que por alguna extraña razón no se aborda a menudo, es el maltrato a mujeres y a niñas.


(Aplausos)
Para empezar, mencionaré un par de razones.

Ante todo, la mala interpretación de las escrituras religiosas, las sagradas escrituras, de la Biblia, del Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, el Corán, etc., que han sido malinterpretadas por hombres en cargos de responsabilidad en sinagogas, iglesias y mezquitas.

Y ellos interpretan estas normas para asegurarse de que las mujeres sean habitualmente relegadas a una posición menos importante que los hombres ante los ojos de Dios.

Este es un problema muy serio.

Normalmente no se aborda.

Hace unos años, en el año 2000, cumplí 70 años como pastor de la Iglesia Bautista del sur —bueno, todavía predico en la escuela dominical cada domingo, predicaré este domingo también— pero la Convención Bautista del Sur decidió en el año 2000 que las mujeres debían desempeñar una posición secundaria, subordinada a los hombres.

Así que emitieron un edicto, vigente, que impide a las mujeres ser sacerdotes, pastores, diáconos en la iglesia o capellanes en el ejército, y si una mujer enseña en un aula en un seminario bautista del sur, no puede enseñar si hay un niño en el aula, porque hay versículos de la Biblia, hay más de 30 000 versículos en la Biblia, que dicen que una mujer no debe enseñar a un hombre, etc.

Pero, básicamente, se trata de una malinterpretación de las escrituras para mantener a los hombres en una posición dominante.

Ese es un problema omnipresente, porque los hombres pueden ejercer ese poder y si un marido abusivo o un empleador, por ejemplo, quiere engañar a las mujeres, puede plantear la cuestión de que si las mujeres no son iguales a los ojos de Dios,

¿por qué deberían ellos tratarlas como iguales?

¿Por qué debo pagarles igual salario por hacer el mismo tipo de trabajo?

La otra plaga muy grave que causa este problema es el uso excesivo de la violencia, que va en aumento enormemente en todo el mundo.

En EE.

UU, por ejemplo, hemos experimentado un enorme aumento en el abuso a los pobres, en su mayoría de raza negra y minorías, encarcelándolos.

Cuando era gobernador de Georgia, 1 de cada 1000 estadounidenses estaba en la cárcel.

Hoy, 7,3 personas de cada 1000 están en prisión.

Esto es un aumento de siete veces.

Y desde que salí de la Casa Blanca, ha habido un aumento del 800 % en el número de mujeres negras en prisión.

Nosotros somos también el único país del planeta que todavía tiene la pena de muerte y es un país desarrollado.

Figuramos en la misma lista de los países con más infracciones contra los DD.HH.

y que fomentan la pena de muerte.

Estamos en California ahora, y me di cuenta el otro día de que California ha gastado USD 4000 millones para condenar a 13 personas a la pena de muerte.

Haciendo cuentas, a California le costó USD 307 millones ejecutar a cada persona.

Nebraska acaba de aprobar una ley esta semana para abolir la pena de muerte, porque cuesta mucho.


(Aplausos)
El recurso a la violencia y el abuso a los pobres e indefensos es otra de las causas del aumento en el abuso a las mujeres.

Detallaré algunos otros abusos a mujeres que me preocupan más y seré muy breve porque tengo un tiempo limitado, como saben.

Una es la mutilación genital.

La mutilación genital es horrible, algo que las estadounidenses desconocen pero en algunos países, muchos países, cuando nace una niña, temprano en su vida, un cortador le mutila los genitales con una hoja de afeitar sin esterilizar eliminando las partes exteriores de los genitales femeninos.

Y a veces, en casos más extremos, aunque no muy raros, cosen el orificio para que la niña solo pueda orinar o menstruar.

Y más tarde, cuando se casa, el mismo cortador le abre el orificio para que pueda tener relaciones sexuales.

Esto no es raro, aunque va en contra de la ley en la mayoría de los países.

En Egipto, por ejemplo, el 91 % de las mujeres que viven hoy en Egipto han sido mutiladas sexualmente de esa manera.

En algunos países, es más del 98 % de las mujeres que son mutiladas antes de llegar a la madurez.

Esta es una aflicción terrible para todas las mujeres que viven en esos países.

Otra cosa muy seria son los crímenes de honor, donde una familia malinterpretando de nuevo, una escritura sagrada —no hay nada en el Corán que mande esto— ejecutará a una niña en su familia si ella es violada o si se casa con un hombre que su padre no aprueba, o, a veces, incluso si ella viste ropa inapropiada.

Y esto es practicado por los miembros de su propia familia, por lo que sus familiares se convierten en asesinos cuando la niña trae la así llamada deshonra para la familia.

Naciones Unidas no hace mucho hizo un estudio en Egipto y mostró que el 75 % de estos asesinatos de una niña son perpetrados por el padre, el tío o el hermano, pero el 25 % de los asesinatos son cometidos por mujeres.

Otro de los problemas del mundo en relación a las mujeres es la esclavitud, o la trata de personas como se llama hoy en día.

Unos 12,5 millones de africanos fueron vendidos como esclavos en el Nuevo Mundo entre los siglos XVIII y XIX.

Hoy viven en esclavitud 30 millones de personas.

El Departamento de Estado de EE.UU.

ahora tiene un mandato del Congreso para hacer un informe cada año, y el Departamento de Estado informa que se venden 800 000 personas a través de las fronteras internacionales todos los años como esclavos, y que el 80 % de los que se venden son mujeres, como esclavas sexuales.

En EE.UU.

en este momento, 60 000 personas viven en esclavitud humana.

En Atlanta, Georgia, donde se encuentra el Centro Carter y donde doy clases en la Universidad de Emory, son vendidas como esclavas entre 200 y 300 mujeres cada mes.

Es el lugar número uno de la nación en este aspecto.

Atlanta tiene el aeropuerto más activo del mundo, y también un alto número de pasajeros que provienen del hemisferio sur.

Si el propietario de un burdel quiere comprar una niña que tiene la piel de color marrón o negro, pueden hacerlo por USD 1000.

Una chica de piel blanca cuesta varias veces más que eso, y el propietario medio de burdel en Atlanta y en los Estados Unidos ahora puede ganar alrededor de USD 35 000 por esclavo.

El comercio sexual supera al tráfico de drogas en Atlanta, Georgia.

Este es otro problema muy grave, y el problema de fondo es la prostitución, porque no hay prostíbulo en EE.UU.

del que no sepan las autoridades locales, los policías locales, o el jefe de la policía, o el alcalde y demás.

Y esto crea uno de los peores problemas que es que se compran cada vez más mujeres como esclavas sexuales en todos los países del mundo.

Suecia tiene un buen enfoque al respecto.

Hace unos 15 a 20 años, Suecia decidió cambiar la ley, y las mujeres ya no son enjuiciadas si se encuentran en esclavitud sexual, sino que son procesados los dueños de los burdeles, los proxenetas y los clientes —
(Aplausos)
— y la prostitución ha bajado.

En EE.

UU.

contamos con el método opuesto.

Por cada hombre detenido por comercio sexual ilegal, se arrestan 25 mujeres en EE.

UU.

Canadá, Irlanda, ya mencioné a Suecia, Francia, y otros países se dirigen hacia el llamado modelo sueco.

Esa es otra cosa que se puede hacer.

Tenemos dos grandes instituciones en este país que todos admiramos: nuestro ejército y nuestro gran sistema universitario.

Ahora están investigando cuántas agresiones sexuales ocurren en el ejército.

En el último informe que tengo, un total de 26 000 agresiones sexuales tuvieron lugar en el ejército…

26 000.

Solo 3000, un poco más de un 1 %, son procesados en realidad, y la razón reside en que el oficial al mando de cualquiera de estas —una nave como mi submarino, o un batallón del Ejército o una compañía de la Marina— el oficial al mando tiene derecho por ley a decidir si se debe procesar a un violador o no, y, por supuesto, lo último que quiere que se sepa es que bajo su mando, ocurren agresiones sexuales, por lo que no los procesan.

Esa ley tiene que cambiarse.

Cerca de 1 de cada 4 chicas que ingresan a universidades en EE.

UU.

serán agredidas sexualmente antes de graduarse, y esto ahora tiene mucha publicidad, en parte debido a mi libro, entre otras cosas, por eso ahora, 89 universidades de EE.UU.

han sido condenadas por el Departamento de Educación bajo el Título IX porque los funcionarios universitarios no están cuidando de las mujeres y protegiéndolas de la agresión sexual.

El Departamento de Justicia afirma que más de la mitad de las violaciones en los campus universitarios son perpetradas por violadores en serie, porque fuera del sistema universitario, si violan a alguien serán procesados, pero en un campus universitario pueden violar con impunidad.

No los procesan.

Ese es el tipo de cosas que ocurren en nuestra sociedad.

Otra cosa muy grave relacionada con el abuso de mujeres y niñas es la falta de igualdad de retribución para un mismo trabajo, como saben.


(Aplausos)
Y esto es a veces mal interpretado, pero para un empleo a tiempo completo, una mujer en EE.

UU.

ahora gana un 23 % menos que un hombre.

Cuando fui presidente, la diferencia era del 39 %.

Así que hemos progresado, en parte porque yo fui presidente, etc.


(Aplausos)

(Risas)
pero en los últimos 15 años no ha habido avances, la diferencia ha sido de 23 o 24 % en los últimos 15 años.

Estas son cosas que suceden.

Si nos fijamos en el top de las primeras 500 compañías de la revista Fortune, solo 23 tienen CEOs mujeres entre las 500, y esas CEOs, no hace falta que les diga, ganan menos en promedio que los otros CEOs.

Bueno, eso es lo que pasa en nuestro país.

Otro problema con EE.

UU.

es que somos la nación más belicosa del planeta.

Hemos estado en guerra con cerca de 25 países desde la Segunda Guerra Mundial.

A veces hemos tenido soldados luchando en tierra.

Otras veces, ha sido por aire arrojando bombas sobre la gente.

Otras veces, por supuesto, ahora, tenemos drones que atacan a las personas, etc.

Hemos estado en guerra con 25 países o más desde la Segunda Guerra Mundial.

Hubo cuatro años, no voy a decir cuáles, en los que no lo hicimos…


(Aplausos)
no tiramos una bomba, no lanzamos ni un misil, no disparamos ni una bala.

Pero de todos modos, ese tipo de cosas, recurrir a la violencia y la mala interpretación de las Sagradas Escrituras son la causa principal del abuso a mujeres y niñas.

Y hay una causa última que no hace falta mencionar, y es que, en general, a los hombres no les importa un bledo.


(Aplausos)
Es verdad.

El hombre medio que piensa levantarse en contra del maltrato a las mujeres y niñas acepta en silencio los privilegios que le brinda la posición que ocupa, y esto se parece mucho a lo que yo sabía de niño, cuando existía la idea de separados pero iguales.

La discriminación racial existió 100 años y fue legal, desde 1865, desde el final de la Guerra entre Estados, la Guerra Civil, hasta los años 60, cuando Lyndon Johnson consiguió aprobar los proyectos de ley para la igualdad de derechos.

Pero durante ese tiempo, aunque hubo muchos blancos que no creyeron en la discriminación racial se quedaron callados, porque gozaban de privilegios como mejores puestos de trabajo, acceso exclusivo a los jurados, mejores escuelas y todo lo demás, y lo mismo ocurre hoy en día, porque al hombre promedio no le importa en absoluto.

Aunque dicen: «Estoy en contra de la discriminación contra niñas y mujeres», gozan de una posición privilegiada.

Y es muy difícil eliminarla, dada la mayoría de hombres que controla el sistema universitario, el sistema militar, los gobiernos del mundo y la mayoría de hombres que controla las grandes religiones.

Entonces,

¿qué es lo fundamental que tenemos que hacer hoy?

Yo diría que lo mejor que podemos hacer hoy es que las mujeres en naciones poderosas como la nuestra, o de donde vienen Uds., Europa, etc., que tienen influencia y tienen la libertad de hablar y actuar, asuman la responsabilidad y exijan con contundencia que se ponga fin a la discriminación racial contra niñas y mujeres en todo el mundo.

La mujer promedio en Egipto no puede decidir mucho sobre la mutilación genital de sus hijas, etc.

Ni siquiera quiero entrar en detalles.

Pero espero que a raíz de esta conferencia, cada mujer aquí presente obre para que su marido entienda que existen esos abusos en los campus universitarios y en el ejército, etc.

y en el futuro mercado de trabajo, y que tiene que proteger a sus hijas y nietas.

Tengo 12 nietos, 4 hijos, y 10 bisnietos, y pienso a menudo en ellos y en la difícil situación a la cual se enfrentarán en EE.UU.

también, y no solo si vivieran en Egipto o en un país extranjero, en la igualdad de derechos, y espero que todos se sumen a mí en ser defensores de mujeres y niñas del mundo y en proteger sus derechos humanos.

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/jimmy_carter_why_i_believe_the_mistreatment_of_women_is_the_number_one_human_rights_abuse/

 

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