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Por qué debemos luchar contra la desinformación sobre las vacunas – Charla TEDxMidAtlantic

Charla «Por qué debemos luchar contra la desinformación sobre las vacunas» de TEDxMidAtlantic en español.

Ethan Lindenberger never got vaccinated as a kid. So one day, he went on Reddit and asked a simple question: «Where do I go to get vaccinated?»

  • Autor/a de la charla: Ethan Lindenberger
  • Fecha de grabación: 2019-04-22
  • Fecha de publicación: 2019-06-25
  • Duración de «Por qué debemos luchar contra la desinformación sobre las vacunas»: 441 segundos

 

Traducción de «Por qué debemos luchar contra la desinformación sobre las vacunas» en español.

Para empezar, quiero contarles de mi ciudad natal, Norwalk, Ohio.

Como decía en el video, soy de Norwalk, un pueblo muy pequeño, con unas 15 000 personas.

De verdad, si quieren hacer algo divertido en Norwalk, van a Walmart o conducen hora y media a algún lugar más divertido.

He vivido en Norwalk toda mi vida, y estoy por graduarme de la escuela secundaria local.

La verdad es que me gusta vivir en mi pueblo.

Soy un chico normal, estoy en clubes de debate, soy voluntario en mi iglesia.

Y en noviembre del 2018, publiqué algo en Reddit para pedir consejo sobre algo que me inquietaba y que necesitaba aclarar.

El tema, como se vio en la introducción, era sobre las vacunas y que yo no estaba vacunado contra varias enfermedades, como la polio, el sarampión, la influenza, el VPH, la hepatitis, etc., las típicas vacunas que tendría alguien de mi edad.

La pregunta que hice fue sencilla pero algo extraña, pues, como dije, quería vacunarme.

Es raro, pero sucedió y se convirtió en una historia pública porque quería vacunarme.

Eso fue extraño, pero luego estalló, empecé a dar entrevistas y a hablar con muchas personas, y de nuevo, soy un chico normal, no un científico.

No dirijo asociaciones sin fines de lucro.

Soy informal, uso sudaderas con capucha.


(Risas)
Debido a esta pregunta y su historia, que quería vacunarme y a la situación en la que estaba, de pronto me vi involucrado en una controversia y un debate sumamente importantes.

La mayoría de las historias y titulares fueron muy acertados, como: «Tras desafiar a su mamá antivacunas, un joven de Ohio explica por qué decidió vacunarse».

Muy preciso y cierto.

Como dijeronantes, declaré frente al Senado, y allí dijeron: «Joven decidió vacunarse y desafió las creencias antivacunas de su madre frente al Congreso».

Bueno, no fue lo que hice en realidad, pero está bien.

Y algunos noticieros llegaron un poco más lejos.

«‘Dios sabe cómo es que sigo vivo’: joven de 18 al fin se vacuna y ataca a sus padres antivacunas».

No ataqué a mis padres; no es para nada acertado.

En realidad, mi historia era más bien una controversia, la historia de una madre mala y un chico bueno como yo, y de cómo la atacaba.

Falso.

No era lo que sucedía.

Nunca fui grosero con ella, e incluso cuando decía en público que estaba malinformada, decía que era una madre cariñosa, y eso es importante de entender.

Creo que mucha gente de la comunidad científica, que sabe por qué las vacunas son tan importantes, no entienden a las personas que no se vacunan.

Podríamos compararlo con alguien que no lleva a su hijo a emergencias.

Es una situación muy peligrosa y muestra la falta de empatía hacía un hijo, de alguna manera.

Y de verdad que puedo entenderlo.

Pero mi mamá fue malinformada y engañada por fuentes que la convencieron de que si quería a su hijo, no lo debía vacunar.

Cuando me enfrenté a esto y hablé con mi mamá, evidentemente, al principio no resultó porque, para ella, lo que yo quería hacer podría causarme autismo o mutilarme por el resto de mi vida, y decirle lo que quería hacer no resultó muy bien.

Pero lo que me pareció interesante fue que cuando empecé con esto y daba las entrevistas, hice una pregunta.

No era muy positiva.

¿En qué rayos me metí?

Me lo preguntaba constantemente, porque, de nuevo, no soy un experto, sino un chico normal y me vi hablando con la CNN y Fox News de cuestiones científicas, cuestiones sobre las cuales,

¿de verdad debía comentar?

Muchas personas se lo cuestionaron, y con razón.

Pero nunca hablé de cosas que no entendía, sino de mi experiencia.

Incluso en la sesión del Senado solo hablé de lo peligrosa que es la desinformación.

Mi mamá tomó información de las redes sociales, Facebook y organizaciones que permitían a sus plataformas publicar mentiras que eran muy peligrosas.

También noté que al exponer esto, de la manera más respetuosa y precisa posible, recibía muchas críticas de personas muy molestas.

Cuando estuve en Washington para dar ese testimonio, mientras observaba el edificio, tres mujeres entraron conmigo al elevador y dijeron que por mi culpa se mutilaban y asesinaban niños y que básicamente era Hitler.

Fue divertido.


(Risas)
La mayoría de las veces, cuando a los jóvenes y la gente en general se los critica, empiezan a dudar.

Y esa duda los hace cuestionarse, y el cuestionarse los hace renunciar.

Porque, si hay un tema que te interesa, o un movimiento del que quieres formar parte, y tomas una postura y dices la verdad, no hay que evitar la crítica.

Especialmente los jóvenes, a quienes les cuesta lidiar con eso, y estos importantes debates donde los jóvenes deben participar requieren de mucho compromiso.

No digo que yo sea fantástico, pero esto es lo que importa: al sumarme a este movimiento y a este importante debate científico, ocurrió lo siguiente: Facebook cambió su plataforma para monitorear el contenido antivacunas.

Amazon eliminó libros malinformados sobre las vacunas y el autismo.

Y, hace poco, «GoFundMe» eliminó sus campañas antivacunas.

Vemos que estos movimientos están generando un cambio, con un verdadero impacto en la forma de actuar y en la desinformación que le miente a la gente y la convence de ideas muy peligrosas.

Antes de irme, pues tengo poco tiempo, quiero que recuerden algo importante.

Una moraleja.

Lo que pueden hacer y lo que yo hice.

No hice investigaciones ni estudios para llevarle información a la gente.

No participé en debates científicos profundos e intelectuales.

Solo compartí mi historia.

Y para la mayoría es suficiente con solo entender las anécdotas, a las personas reales detrás de los datos.

Los datos no van con la gente.

La gente va con la gente.

Y es algo que deben recordar, pues cuando hablen de algún tema, y compartan su historia, y compartan lo que importa, serán auténticos.

Sean auténticos con los datos, con la información, con la importancia del tema.

Si alguien me preguntaba por qué son importantes las vacunas, no tenía más que una respuesta, no decía nada que no fuera: «La gente muere, y eso es lo importante».

Mueren niños, y eso es lo importante.

Y hay brotes de enfermedades que no deberían existir.

Yo creo, como dijo John Boyle, que estas enfermedades deberían estar en libros de historia, no en comunidades.

Por eso, deben tomar la decisión de defender la verdad.

Deben tomar la decisión de decir: «Esto es acertado, esto es real y estas son mentiras».

Empezó conmigo de manera personal.

No pasé de mi pueblo al Senado en un día.

No es que me fui a dormir, desperté y ahí estaba el senador Isakson preguntándome sobre vacunas.

Fue un proceso lento que comenzó cuando dije: «Esto es cierto, mi mamá no lo cree, pero está bien».

Porque eso no cambia la verdad, no cambia lo acertado y lo importante.

Y, sinceramente, lo más importante es que lo inquebrantable siga siendo inquebrantable.

Si defienden la verdad, si reciben críticas, y si tratan de crear un movimiento, no se dejen convencer.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/ethan_lindenberger_why_we_need_to_fight_misinformation_about_vaccines/

 

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