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Por qué el teatro es esencial para la democracia – Charla TED2018

Charla «Por qué el teatro es esencial para la democracia» de TED2018 en español.

La verdad surge de la colisión de ideas diferentes. Aquí el teatro juega un rol esencial en mostrarnos esa verdad según el legendario director artístico Oskar Eustis. En esta intensa charla, Eustis describe su plan para ponerse en contacto con el pueblo de los Estados Unidos en donde el teatro, como muchas otras instituciones, les dan la espalda, como en el desindustrializado ‘cinturón de óxido’. “Nuestro trabajo es tratar de ofrecer una visión a Estados Unidos que muestre no solo quienes somos como individuos, sino también que nos consolide nuevamente en la comunidad que necesitamos ser”, explica Eustis. “Eso es lo que el teatro se supone que debe hacer”.

  • Autor/a de la charla: Oskar Eustis
  • Fecha de grabación: 2018-04-10
  • Fecha de publicación: 2018-06-04
  • Duración de «Por qué el teatro es esencial para la democracia»: 790 segundos

 

Traducción de «Por qué el teatro es esencial para la democracia» en español.

El teatro importa porque la democracia importa.

El teatro es la forma de arte esencial de la democracia, y sabemos esto porque ambas nacieron en la misma ciudad.

A fines del siglo VI a.C., nació la idea de democracia occidental.

Fue, por supuesto, una democracia muy parcial y defectuosa, pero la idea de que el poder debe surgir del consentimiento de los gobernados, que el poder debería fluir desde abajo hacia arriba, y no de la manera contraria, nació en esa década.

Y en esa misma década, alguien, según la leyenda, llamado Tespis, inventó la idea de diálogo.

¿Qué significa eso, inventar el diálogo?

Bueno, sabemos que el festival de Dionisio reunió a toda la población de Atenas.

bajo la Acrópolis, y ellos escuchaban música, miraban bailar, y contaban historias como parte del festival de Dionisio.

Y relatar es similar a esto que está pasando aquí: estoy parado aquí arriba, la autoridad unitaria y les estoy hablando a Uds.

Y Uds.

están sentados y reciben lo que tengo para decir.

Uds.

pueden disentir, pensar que soy un tonto insoportable o morir de aburrimiento, pero gran parte de ese diálogo ocurre dentro de sus cabezas.

Pero

¿qué pasa si, en vez de hablar con Uds.

—y Tespis pensó esto— yo solo giro 90 grados a mi izquierda, y hablo con otra persona en el escenario conmigo?

Todo cambia, en ese momento dejo de ser el poseedor de la verdad, solo soy un hombre con una opinión.

Y estoy hablando con alguien más,

¿Y saben algo?

Esa otra persona también tiene una opinión, y eso es drama, recuerden, conflicto…

ellos no están de acuerdo conmigo.

El conflicto existe entre dos puntos de vista.

La tesis de eso es que la verdad solamente puede emerger en el conflicto de diferentes puntos de vista.

No es posesión de ninguna persona.

Y si Uds.

creen en la democracia, tienen que creer en esto.

Si Uds.

no creen en esto, son autócratas, que están tolerando la democracia.

Pero esa es la tesis básica de democracia, que el conflicto entre diferentes puntos de vista lleven a la verdad.

¿Qué más pasa?

No les estoy pidiendo que se sienten y me escuchen.

Les pido que se inclinen hacia adelante e imaginen mi punto de vista, lo que esto parece y se siente para mí como un personaje.

Y luego les pido que cambien su manera de pensar e imaginen lo que siente la otra persona que habla.

Les pido que ejerciten la empatía.

Y la idea de que la verdad viene de la colisión de diferentes ideas y el músculo emocional de la empatía son las herramientas necesarias para la ciudadanía democrática.

¿Que más pasa?

La tercera cosa realmente son Uds., es la comunidad en sí misma, la audiencia.

Uds.

saben de su experiencia personal que cuando van al cine, entran a la sala y, si está vacía, se sienten contentos, porque nada va a estar entre Uds.

y la película.

Se pueden acomodar, estirar sus piernas, comer palomitas de maíz y solo disfrutar.

Pero, si entran a un teatro y ven que la sala esta medio vacía sus corazones se entristecen.

Inmediatamente se decepcionan porque lo sepan o no, fueron a ese teatro para ser parte de una audiencia.

Fueron para vivir la experiencia colectiva de reír juntos, llorar y aguantar la respiración juntos para ver que está por pasar.

Tal vez fueron a ese teatro como unos consumidores individuales, pero si el teatro cumple con su trabajo, saldrán de ahí sintiéndose parte de un todo, parte de una comunidad.

Eso está integrado dentro del ADN de mi forma de arte.

2500 años después, Joe Papp decidió que la cultura debe pertenecer a todos en los EE.

UU.

y era su obligación tratar de cumplir esa promesa.

Creó «Shakespeare gratis en el Parque».

Se basó en una idea muy simple, la idea de que el mejor teatro, el mejor arte que podemos producir debe llegar a todos y pertenecer a todos y hasta hoy, todas las noches de veranos en el Central Park, hacen fila 2000 personas para ver el mejor teatro que podemos ofrecer y gratis.

No es una transacción comercial.

En 1967, 13 años después de que él descubriera eso también descubrió algo más, que el círculo democrático no estaba completo solo dándoles a la gente los clásicos.

Nosotros teníamos que permitirles crear sus propios clásicos y apoderarse del escenario.

Y así fue que en 1967, Joe abrió el Teatro Público en el centro del Astor Place y el primer show que produjo fue el estreno de «Hair».

Esa fue su primer obra fuera de Shakespeare.

Clive Barnes del Times dijo fue como si el Sr.

Papp tomara una escoba y barriera todos los desechos de las calles de East Village desde el escenario hacia el público.


(Risas)
No lo dijo como un cumplido, pero Joe lo colgó en el vestíbulo, estaba muy orgulloso de eso.


(Risas)

(Aplausos)
El Teatro Público realizó durante años fabulosos espectáculos como: «Para nenas negras que han considerado el suicidio cuando el arcoíris es suficiente» «A Chorus Line,» y, el ejemplo más extraordinario que se me ocurre: el grito salvaje de furia de Larry Kramer sobre la crisis del SIDA, «Un corazón normal».

Porque cuando Joe produjo esa obra en 1985 había más información del SIDA en las críticas de Frank Rich en el New York Times que en todo lo que había publicado el New York Times esos 4 años previos.

Larry, de hecho, estaba cambiando el diálogo sobre SIDA a través de la escritura de esta obra, y Joe lo hizo al producirla.

Fui afortunado al trabajar en «Angels in America» de Tony Kushner y cuando estábamos haciendo esa obra junto con «Corazón normal» vimos como la cultura estaba cambiando y no fue causado por el teatro, pero el teatro hizo su parte para cambiar lo que significaba ser gay en los EE.

UU.

Y yo estoy muy orgulloso de eso.


(Aplausos)
Cuando me hice cargo del trabajo de Joe en el Teatro Público en 2005 me di cuenta de uno de nuestros problemas: fuimos víctimas de nuestro propio éxito, que es: «Shakespeare en el Parque» se fundó como un programa de acceso y ahora era la entrada más difícil de conseguir en Nueva York.

La gente dormía afuera por dos noches para conseguir las entradas.

¿Qué hacía eso?

Eso eliminaba al 98 % de la población de siquiera considerar ir al evento.

Entonces refundamos la unidad móvil y llevamos a Shakespeare a cárceles, a refugios, a todos los centros comunitarios de los 5 distritos, inclusive a Nueva Jersey y a Westchester County.

Ese programa nos probó algo que sabíamos intuitivamente: la necesidad de la gente por el teatro es tan fuerte como su deseo por comida o por agua.

Ha sido un éxito y todavía continuamos haciéndolo.

Luego nos dimos cuenta de que estábamos rompiendo otra barrera que era la barrera de la participación.

La idea que, dijimos, es:

¿Cómo podemos convertir al teatro de una mercancía, un objeto, de nuevo a lo que realmente es, un conjunto de relaciones entre personas?

Bajo la dirección de el maravilloso Lear deBessonet, empezamos el programa Public Works, que ahora, todos los veranos, produce esos grandes espectáculos musicales shakesperianos, en que actores y músicos ganadores de premios Tony actúan junto con niñeras, empleadas domésticas, veteranos militares, y prisioneros recientemente encarcelados, profesionales y amateurs, actúan juntos en el mismo escenario.

No solo es un gran programa social, también es el mejor arte que hacemos.

La tesis de esto es que la destreza artística no es algo que esté en posesión de unos pocos.

La habilidad es inherente en todos los seres humanos.

Algunos pasamos más tiempo de nuestras vidas entrenando.

Luego ocasionalmente…


(Aplausos)
obtenemos un milagro como «Hamilton», el extraordinario relato de Lin-Manuel de la historia fundacional de este país contado por el único Padre Fundador que era inmigrante huérfano y bastardo de las Indias Occidentales.

Lo que Lin estaba haciendo es exactamente lo que Shakespeare hacía.

Él tomaba la voz y el lenguaje de la gente, los elevaba en versos, y al hacerlo ennoblecía el lenguaje y ennoblecía a la gente que hablaba ese lenguaje.

Y, al seleccionar a todos afroamericanos y morenos para los papeles lo que Lin nos estaba diciendo es que él estaba recuperando nuestras aspiraciones para los EE.

UU.

nuestros mejores ángeles de los EE.

UU.

nuestro sentimiento de lo que este país puede ser, la inclusión que estaba en el corazón del sueño americano.

Eso desencadeno una ola de patriotismo en mí, y en nuestra audiencia apetito que probó ser insaciable.

Pero hay otra parte y es donde quiero terminar, y la última historia que quiero contar.

Algunos de Uds.

habrán escuchado que el vicepresidente Pence vino a ver «Hamilton» en Nueva York.

Cuando vino, algunos de mis compañeros lo abuchearon.

Maravillosamente, él dijo: «Así es como suena la libertad».

Al final del show, leímos, lo que para mí fue una declaración muy respetuosa del elenco y el Vice Presidente Pence la escucho, pero desato un poco de furia, una catarata de tweets, y también un boicot en internet para «Hamilton» de la furia de la gente que sintió que nosotros le faltamos el respeto.

Miré ese boicot y dije estamos haciendo algo mal aquí.

Toda esa gente que firmo la petición del boicot, nunca irían a ver «Hamilton» de todas maneras.

Nunca iría a una ciudad cerca de ellos.

Si fueran, no podrían comprar la entrada y si ellos pudieran hacerlo no tendrían las conexiones para obtener esa entrada.

No nos estaban boicoteando a nosotros nosotros los boicoteamos a ellos.

Si miran al mapa electoral rojo y azul de los EE.

UU., y si les dijera: «Oh, el azul indica todas las mayores instituciones culturales sin fines de lucro», les estaría diciendo la verdad.

Me creerían.

Nosotros en la cultura hicimos lo mismo que la economía lo que el sistema de educación y la tecnología hicieron que es darle la espalda a una gran parte del país.

Entonces esta idea de inclusión tiene que seguir.

El próximo otoño, mandaremos de gira la obra «Sweat» producida por Lyn Nottage ganador de un Premio Pulitzer.

Años de investigación en Reading, Pensilvania, la condujeron a escribir esta obra sobre la desindustrialización de Pensilvania: que pasó cuando se fue el acero, la ira que se desató, las tensiones que se desataron, el racismo que se desató por la pérdida de puestos de trabajos.

Vamos a tomar esa obra y vamos a hacer gira con ella en los condados rurales de Pensilvania Ohio, Michigan, Minnesota y Wisconsin.

Nos asociamos con organizaciones comunitarias allí para tratar de asegurar no solo llegar a la gente que tratamos de llegar, sino de encontrar maneras de escucharlos y decirles: «La cultura también esta aquí para Uds.» Porque…


(Aplausos)
nosotros en la industria cultural, nosotros en el teatro, no tenemos derecho a decir: no sabemos cuál es nuestro trabajo.

Está en el ADN de nuestra forma de arte.

Nuestro trabajo «…

es presentarle, por así decirlo, un espejo a la naturaleza, en que vea el vicio su propia imagen la virtud de sus propios rasgos, y cada edad su forma y caracteres».

Nuestro trabajo es ofrecer una visión a los EE.

UU.

que muestre no solo quienes somos individualmente, sino también que nos consolide nuevamente en la comunidad que necesitamos ser el sentido de unidad, el sentido de totalidad, el sentido de quienes somos como país.

Eso es lo que el teatro debe hacer, y eso es lo que tenemos que tratar de hacer lo mejor que podamos.

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/oskar_eustis_why_theater_is_essential_to_democracy/

 

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