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Por qué ha de terminar la era de los orfanatos – Charla TEDxSydney

Charla «Por qué ha de terminar la era de los orfanatos» de TEDxSydney en español.

¿Podría ser un error ayudar a niños necesitados creando un orfanato? En esta charla sobre las malas consecuencias de las buenas intenciones, Tara Winkler habla en contra de la propagación de los orfanatos en los países en desarrollo, causada en parte por donantes extranjeros. Ella detalla el daño infringido a los niños al ser separados de sus familias y dejados al cuidado de instituciones.

  • Autor/a de la charla: Tara Winkler
  • Fecha de grabación: 2016-05-24
  • Fecha de publicación: 2017-08-29
  • Duración de «Por qué ha de terminar la era de los orfanatos»: 791 segundos

 

Traducción de «Por qué ha de terminar la era de los orfanatos» en español.

Aquí algunas fotos de mi voluntariado en un orfanato camboyano en 2006.

Cuando se tomaron estas fotos, pensé que estaba haciendo una cosa realmente buena y que realmente ayudaba a esos niños.

Tenía mucho que aprender.

Todo comenzó para mí cuando tenía 19 años al irme de mochilera por el sudeste asiático.

Cuando llegué a Camboya, me sentía incómoda estando de vacaciones rodeada de tanta pobreza y quería hacer algo para contribuir.

Así que visité algunos orfanatos y doné ropa, libros y algo de dinero para ayudar a los niños que conocí.

Pero uno de los orfanatos que visité era desesperadamente pobre.

Nunca había encontrado esa pobreza antes en mi vida.

No tenían fondos para comida suficiente, agua limpia, o tratamiento médico, y los rostros tristes en esos niños eran desgarradores.

Así que me sentí obligada a hacer algo más para ayudar.

Recaudé fondos en Australia y regresé a Camboya al año siguiente para ser voluntaria en el orfanato unos meses.

Enseñé inglés y compré filtros de agua y comida y llevó a todos los niños al dentista por primera vez en sus vidas.

Pero a lo largo del siguiente año, vi que este orfanato al que había estado apoyando era terriblemente corrupto.

El director había estado desviando cada centavo donado al orfanato, Y en mi ausencia, los niños sufrían una negligencia tan grave que se vieron obligados a atrapar ratones para alimentarse.

También me enteré más tarde que el director había abusado física y sexualmente de los niños.

No podía dar la espalda a los niños que conocía y por los que me preocupaba y volver a mi vida en Australia.

Así que trabajé con un equipo local y las autoridades locales para organizar un nuevo orfanato y rescatar a los niños para darles un nuevo hogar seguro.

Pero aquí es donde mi historia toma un giro inesperado.

Mientras me adaptaba a mi nueva vida dirigiendo un orfanato en Camboya, (En jemer) aprendí a hablar jemer con fluidez, que en español significa que aprendí a hablar jemer con fluidez.

Y cuando pude comunicarme correctamente con los niños, comencé a descubrir cosas extrañas.

La mayoría de los niños que habíamos sacado del orfanato no eran, de hecho, huérfanos en absoluto.

Tenían padres, y los pocos huérfanos tenían otros parientes vivos, como abuelos y tías y tíos y otros hermanos.

Entonces, ¿por qué estos niños vivían en un orfanato si no eran huérfanos? Desde 2005 el número de orfanatos en Camboya ha aumentado en un 75 %, y el número de niños que viven en orfanatos camboyanos casi se ha duplicado, a pesar del hecho de que la inmensa mayoría de los niños que viven en estos orfanatos no son huérfanos en el sentido tradicional.

Son niños de familias pobres.

Así que si la gran mayoría de los niños que viven en orfanatos no son huérfanos, entonces el término «orfanato» es realmente un eufemismo para una institución de cuidado residencial.

A estas instituciones se las llaman también «refugios», «casas seguras», «casas de niños», «pueblos de niños», incluso «internados».

Y este problema no se limita solo a Camboya.

Este mapa muestra algunos de los países donde se ha visto un aumento dramático del número de instituciones de cuidado residencial y del número de niños que están siendo institucionalizados.

En Uganda, por ejemplo, el número de niños que viven en instituciones ha aumentado en más de 1600 % desde 1992.

Y los problemas que plantea internar a los niños en instituciones no solo se vinculan a las instituciones corruptas y abusivas como de las que rescaté a los niños.

Los problemas son de atención residencial de todo tipo.

Más de 60 años de investigación internacional nos han demostrado que los niños que crecen en instituciones, incluso las mejores instituciones, están en grave riesgo de desarrollar enfermedades mentales, trastornos del vinculo afectivo, retrasos de crecimiento y del habla, y muchos lucharán contra su incapacidad para reintegrarse en la sociedad más adelante en la vida y formar relaciones saludables como adultos.

Estos niños crecen sin ningún modelo de familia o de lo que pudiera ser una buena educación para que puedan luchar para ser padres de sus propios hijos.

Así que si se institucionaliza un gran número de niños, afectará no solo a esta generación, sino también a generaciones venideras.

Hemos aprendido estas lecciones antes en Australia.

Es lo que pasó con nuestras «Generaciones Robadas».

Los niños indígenas que fueron separados de sus familias con la creencia de que podríamos hacer un mejor trabajo al educar a sus hijos.

Imaginen por un momento cómo sería el cuidado residencial para un niño.

En primer lugar, el niño tiene un flujo constante de cuidadores, con alguien nuevo en turnos cada ocho horas.

Y además hay un flujo constante de visitantes y de voluntarios que entran, dando amor y afecto que necesitan los niños para luego irse de nuevo, evocando todos esos sentimientos de abandono, que les muestran una y otra vez no ser digno de ser amado.

Ya no tenemos orfanatos en Australia, EE.UU.

y Reino Unido y por una muy buena razón: Un estudio ha demostrado que los adultos jóvenes criados en instituciones son 10 veces más susceptibles de caer en el trabajo sexual que sus pares, 40 veces más susceptibles de tener antecedentes penales, y 500 veces más susceptibles de suicidarse.

Se estima que hay ocho millones de niños alrededor del mundo viviendo en instituciones como orfanatos, a pesar de que alrededor del 80 % de ellos no son huérfanos.

La mayoría tiene familias que podrían cuidar de ellos si tuvieran el apoyo adecuado.

Pero para mí, lo más impactante de todo es darse cuenta de que lo que contribuye a este auge en la innecesaria institucionalización de tantos niños: Somos nosotros…

Los turistas, los voluntarios y los donantes.

Es el apoyo bien intencionado de personas como yo en 2006, que visitan a estos niños y se ofrecen voluntariamente y donan, que involuntariamente alimentan una industria que explora a los niños y desgarra a las familias.

Realmente no es casualidad que estas instituciones estén en las zonas donde los turistas pueden ser más tentados a visitar y ser voluntario a cambio de donaciones.

De los 600 llamados orfanatos en Nepal, más del 90 % de ellos se encuentran en los puntos turísticos más populares.

La verdad fría y dura es que cuanto más dinero inunda en apoyo de estas instituciones, más instituciones se abren.

Y a más niños los separan de sus familias para llenar sus camas.

Son solo las leyes de la oferta y demanda.

Tuve que aprender todas estas lecciones de la manera más difícil, después de que ya había establecido un orfanato en Camboya.

Tuve que hacer un ejercicio de humildad y admitir que había cometido un error y sin darme cuenta me convertí en una parte del problema.

Yo había sido un turista de orfanatos, un volunturista.

Luego instalé mi propio orfanato y di acceso al turismo de orfanato para recoger fondos para mi orfanato, antes de saberlo hacer mejor.

Lo que aprendí es que no importa lo bueno que fuera mi orfanato, nunca iba a dar a esos niños lo que realmente necesitaban: sus familias.

Sé que puede parecer increíblemente deprimente para aprender que ayudar a los niños vulnerables y superar la pobreza no es tan simple como todos habíamos creído que era.

Pero afortunadamente, hay una solución.

Estos problemas son reversibles y prevenibles, y al saber más, podemos hacerlo mejor.

La organización que dirijo hoy, la Fundación de los Niños de Camboya, ya no es un orfanato.

En 2012 cambiamos el modelo a favor de la atención familiar.

Ahora dirijo un asombroso equipo de trabajadores sociales camboyanos, enfermeras y maestros.

Juntos, trabajamos dentro de las comunidades para desentrañar una compleja red de temas sociales y ayudar a las familias camboyanas a escapar de la pobreza.

Nuestro enfoque principal es la prevención de las familias más vulnerables en nuestra comunidad de ser separados en primer lugar.

Pero en aquellos casos donde no es posible para que un niño vivir con su familia biológica, los apoyamos en hogares de cuidado tutelar.

El cuidado familiar siempre es mejor que colocar a un niño en una institución.

¿Se acuerdan de esa primera foto que te mostré antes? ¿Ven a esa chica que está a punto de atrapar la pelota? Su nombre es Torn.

Es una chica fuerte, valiente y tremendamente inteligente.

Pero en 2006 cuando la conocí viviendo en ese orfanato corrupto y abusivo, ella nunca había ido a la escuela.

Ella sufría una terrible negligencia, y ella anhelaba desesperadamente el calor y el amor de su madre.

Pero esta es una foto de Torn hoy con su familia.

Su madre ahora tiene un trabajo seguro, Sus hermanos van bien en la escuela secundaria y ella está a punto de terminar su grado de enfermería en la universidad.

Para la familia de Torn…

(Aplausos) Para la familia de Torn, el ciclo de la pobreza se ha roto.

El modelo de atención familiar que hemos desarrollado en CCT ha tenido tanto éxito, que ahora lo ha presentado UNICEF Camboya y el gobierno camboyano como una solución nacional para mantener a los niños en las familias.

Y las mejores…

(Aplausos) Y una de las mejores maneras para ayudar a resolver este problema es dar a estos ocho millones de niños una voz y convertirse en un defensor de la atención familiar.

Si trabajamos juntos para crear conciencia, podemos asegurarnos de que el mundo sabe que necesitamos poner fin a la institucionalización innecesaria para niños vulnerables.

¿Cómo lograr eso? Reorientando nuestro apoyo y nuestras donaciones lejos de orfanatos e instituciones de cuidado residencial hacia organizaciones comprometidas a mantener a los niños en sus familias.

Creo que podemos hacer que esto suceda, y como resultado, veremos que las comunidades en desarrollo prosperan y garantizan que los niños vulnerables de todo el mundo tienen lo que todos los niños necesitan y merecen: una familia.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/tara_winkler_why_we_need_to_end_the_era_of_orphanages/

 

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