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Por qué las abejas están desapareciendo – Charla TEDGlobal 2013

Charla «Por qué las abejas están desapareciendo» de TEDGlobal 2013 en español.

Las abejas han prosperado durante 50 millones de años, en colonias de 40 a 50.000 individuos coordinadas en sorprendente armonía. ¿Por qué, desde hace siete años, las colonias comenzaron a morir en masa? Marla Spivak revela cuatro razones que están interactuando con consecuencias trágicas. No es un problema sencillo, puesto que las abejas polinizan un tercio de los cultivos del mundo. ¿Podría esta increíble especie mostrar nuestra reflexión en el espejo?

  • Autor/a de la charla: Marla Spivak
  • Fecha de grabación: 2013-06-12
  • Fecha de publicación: 2013-09-17
  • Duración de «Por qué las abejas están desapareciendo»: 957 segundos

 

Traducción de «Por qué las abejas están desapareciendo» en español.

Esta es nuestra vida con las abejas, y esta es nuestra vida sin abejas.

Las abejas son los polinizadores más importantes de nuestras frutas, verduras y flores y cultivos como la alfalfa que alimentan a los animales de granja.

Más de un tercio de la producción agrícola del mundo depende de la polinización de las abejas.

Pero lo irónico es que las abejas no están ahí fuera polinizando nuestros alimentos intencionadamente.

Están ahí porque tienen que comer.

Las abejas obtienen toda la proteína que necesitan de su dieta del polen y todos los carbohidratos que necesitan del néctar.

Ellas alimentan a las flores, y como se mueven de flor en flor, básicamente en un viaje de compras en el centro comercial floral local, terminan con la prestación de este valioso servicio de polinización.

En algunas partes del mundo donde no hay abejas, o donde las variedades de plantas no son atractivas para ellas, se les paga a personas para hacer el oficio de polinización a mano.

Estas personas trasladan el polen de flor en flor con un pincel.

Ahora, este oficio de la polinización manual no es en realidad tan poco común.

Los productores de tomate a menudo polinizan sus flores de tomate con un vibrador de mano.

Éste es el estimulador de tomates.


(Risas)
Esto se debe a que el polen en una flor de tomate se mantiene muy seguro dentro de la parte masculina de la flor, la antera, y la única manera de liberar este polen es agitándola.

Así, los abejorros son unos de los pocos tipos de abejas en el mundo capaces de aferrarse a la flor y vibrar, y lo hacen agitando sus músculos de vuelo a una frecuencia similar a la nota musical Do.

Entonces, agitan la flor, la someten a ultrasonidos, y se libera el polen con este eficiente silbido, y el polen se esparce por todo el cuerpo velloso de la abeja, y ésta se lo lleva a casa como alimento.

Los productores de tomate ahora ponen colonias de abejorros dentro del invernadero para polinizar los tomates porque tienen una polinización mucho más eficiente cuando se hace naturalmente y se consiguen tomates de mejor calidad.

Hay otras razones, tal vez más personales, para preocuparse por las abejas.

Hay más de 20.000 especies de abejas en el mundo, y son absolutamente maravillosas.

Estas abejas pasan la mayor parte de su ciclo vital escondidas en el suelo o en un tallo hueco y muy pocas de estas hermosas especies desarrollaron un comportamiento altamente social, como las productoras de miel.

Las abejas melíferas tienden a ser las representantes carismáticas para otras más de 19.900 especies porque hay algo en ellas que atrae a la gente hacia su mundo.

Los seres humanos se han sentido atraídos por las abejas desde los inicios de la historia registrada, principalmente para cosechar su miel, que es un edulcorante natural increíble.

Me atrajo el mundo de las abejas completamente por un golpe de suerte.

Yo tenía 18 años, estaba aburrida, tomé de la biblioteca un libro sobre abejas y pasé la noche leyéndolo.

Nunca había pensado en insectos que viven en sociedades complejas.

Era como si lo mejor de la ciencia ficción se tornara realidad.

Y aún más extraño, estaba esa gente, esos apicultores, que amaban a sus abejas como si fueran de la familia, Cuando terminé el libro, supe que tenía que verlo con mis propios ojos.

Así que me fui a trabajar para un apicultor comercial, una familia propietaria de 2.000 colmenas de abejas en Nuevo México.

Y quedé atrapada para siempre.

Las abejas pueden ser consideradas como un gran ser vivo, donde la colonia es el organismo compuesto de 40.000 a 50.000 abejas individuales.

Esta sociedad no tiene ninguna autoridad central.

Nadie está al mando.

Entonces,

¿cómo toman decisiones colectivas?

, y

¿cómo asignan sus tareas y dividen el trabajo?

,

¿cómo comunican dónde están las flores?

, todos sus comportamientos sociales colectivos son alucinantes.

Mi favorito, que he estudiado durante muchos años, es su sistema de salud.

Sí, las abejas tienen salud social.

En mi laboratorio estudiamos cómo las abejas se mantienen saludables.

Por ejemplo, estudiamos la higiene.

Algunas abejas son capaces de localizar y eliminar de la colonia a individuos enfermos para mantenerla saludable.

Y, más recientemente, hemos estado estudiando las resinas que las abejas recogen de las plantas.

Vuelan hacia algunas plantas y raspan estas muy, muy pegajosas resinas de las hojas, y las llevan de vuelta al nido donde las cementan para la la arquitectura del nido, lo que llamamos propóleos.

Hemos encontrado que el propóleo es un desinfectante natural.

Un antibiótico natural.

Mata las bacterias, hongos y otros gérmenes en la colonia y así refuerza la salud de la colonia y su inmunidad social.

Los seres humanos conocen el poder del propóleo desde tiempos bíblicos.

Hemos cosechado propóleo de las colonias de abejas con fines medicinales, pero no sabíamos lo bueno que era para ellas.

Así que las abejas tienen estas notables defensas naturales que las han mantenido saludables y prósperas por más de 50 millones de años.

Hace siete años, cuando se informó que las colonias de abejas estaban muriendo en masa, primero en EE.UU., quedó claro que algo muy, muy malo estaba pasando.

En nuestra conciencia colectiva, de una manera muy fundamental, sabemos que no podemos darnos el lujo de perder a las abejas.

Pero,

¿qué está pasando?

Las abejas están muriendo por causas múltiples e interactivas.

Las mencionaré una a una.

El resultado final es que las abejas estén muriendo, genera un paisaje sin flores y un sistema alimenticio disfuncional.

Ahora tenemos los mejores datos sobre abejas, que pondré como ejemplo.

En los EE.UU.

las abejas han venido disminuyendo desde la Segunda Guerra Mundial.

Tenemos la mitad del número de colmenas comerciales en los EE.UU.

hoy, en comparación con 1945.

Creemos que hay unos dos millones menos de colmenas de abejas.

La razón es que después de la Segunda Guerra Mundial, cambiamos nuestras prácticas agrícolas.

Dejamos de plantar cultivos de cobertura.

Dejamos de plantar trébol y alfalfa, que son fertilizantes naturales que fijan el nitrógeno en el suelo, y en cambio empezamos a utilizar fertilizantes sintéticos.

El trébol y la alfalfa son plantas de alto valor nutritivo para las abejas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, empezamos a utilizar herbicidas para combatir las malezas en nuestras granjas.

Muchas de estas malezas son plantas con flores que las abejas necesitan para su supervivencia.

Y empezamos a desarrollar monocultivos cada vez más grandes.

Estamos hablando de desiertos alimenticios, lugares en nuestras ciudades sin tiendas de comestibles.

Las mismas granjas que sostenían a las abejas ahora son desiertos alimenticios agrícolas dominados por una o dos especies de plantas como el maíz o la soja.

Desde la Segunda Guerra Mundial, hemos eliminado sistemáticamente muchas de las plantas con flores que las abejas necesitan para su supervivencia.

Y estos monocultivos se extienden incluso a cultivos beneficiosos para las abejas, como las almendras.

Hace cincuenta años, los apicultores tendrían algunas colonias, colmenas de abejas en los huertos de almendros, para la polinización y también porque el polen de una flor de almendro es muy alta en proteínas.

Es muy bueno para las abejas.

Ahora, la escala del monocultivo de almendras exige que la mayoría de las abejas de este país, más de 1,5 millones de colmenas de abejas, sean transportadas a través de la nación para polinizar ese cultivo.

Y son transportadas en camiones semirremolques, y deben ser transportadas, porque después de la floración, las plantaciones de almendros son un paisaje vasto y sin flores.

Las abejas han estado muriendo en los últimos 50 años y seguimos sembrando más cultivos que las necesitan.

Ha habido un aumento del 300% en la producción de cultivos que requieren polinización de abejas.

Además, están los pesticidas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, empezamos a utilizar pesticidas a gran escala, y esto se hizo necesario debido a que los monocultivos brindaron una fiesta a las plagas.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Penn State comenzaron a buscar residuos de plaguicidas en las cargas de polen que las abejas llevan a casa como comida y encontraron que los lotes de polen que las abejas recolectan incluyen al menos seis plaguicidas detectables y esto incluye todas las clases de insecticidas, herbicidas, fungicidas, e incluso ingredientes inertes no rotulados que forman parte de la formulación del plaguicida pero que pueden ser más tóxicos que el ingrediente activo.

Esta pequeña abeja está sosteniendo un gran espejo.

¿Cuánto tiempo se necesita para contaminar a los humanos?

Una de estas clases de insecticidas, los neonicotinoides, está en los titulares de todo el mundo en este momento.

Probablemente han oído hablar de ello.

Es una nueva clase de insecticidas.

Se difunden por la planta para que la plaga de los cultivos, los insectos que comen hojas, ingieran un bocado y al obtener una dosis letal, mueran.

Si uno de estas neonicos, como los llamamos, se aplica en una concentración elevada, como en esta aplicación del suelo, una cantidad suficiente se transporta a través de la planta y se mete en el polen y en el néctar, por lo que una abeja puede consumir, en este caso, una dosis alta de esta neurotoxina lo que provoca que la abeja se retuerza y muera.

En la mayoría de los entornos agrícolas, en la mayoría de nuestras granjas, es solo la semilla la que está recubierta con el insecticida, y así una menor concentración se mueve a través de la planta y se mete en el polen y en el néctar.

Si una abeja consume esta dosis más baja, o bien no pasa nada, o la abeja se intoxica, se desorienta y no puede encontrar su camino a casa.

Además de todo esto, las abejas tienen su propio conjunto de enfermedades y parásitos.

El enemigo público número uno de las abejas es esto.

Se llama varroa destructora.

El nombre es apropiado.

Es este gran parásito chupasangre el que compromete el sistema inmunológico de las abejas y les hace circular un virus.

Permítanme ponerles todo esto en perspectiva.

No sé lo que siente una abeja al tener un gran parásito chupasangre corriendo en su cuerpo, y no sé lo que siente una abeja al tener un virus, pero sí sé lo que uno siente con un virus, la gripe, y sé lo difícil que es para mí llegar hasta la tienda de comestibles para obtener buena nutrición.

Pero

¿que pasaría si viviera en un desierto de alimentos?

¿Y si tuviera que recorrer una larga distancia para llegar a la tienda, y llegara hasta allí con mi cuerpo débil y consumiera, en mi comida, bastante plaguicida, una neurotoxina, que no me permitiera encontrar mi camino a casa?

Esto es lo que queremos decir con causas múltiples e interactivas de muerte.

Y no se trata sólo de nuestras abejas melíferas.

Todas nuestras hermosas especies silvestres de abejas están en riesgo, incluidos los abejorros polinizadores de tomate.

Estas abejas están brindando un respaldo a nuestras abejas melíferas.

Están asegurando la polinización junto con nuestras abejas melíferas.

Necesitamos de todas nuestras abejas.

Entonces,

¿qué vamos a hacer?

¿Qué vamos a hacer con este desastre que les hemos creado?

Resulta que hay esperanzas.

Hay esperanzas.

Cada uno de ustedes puede ayudar a las abejas de dos maneras muy directas y fáciles.

Pueden plantar flores amistosas con las abejas, y no contaminar con pesticidas a esas flores que son el alimento de las abejas.

Así que conéctense a Internet y hagan una búsqueda de flores que sean nativas de su zona y plántenlas.

Plántenlas en una maceta en su puerta.

Plántenlas en su jardín, en el césped, en los bulevares.

Plántenlas en jardines públicos, en los espacios comunitarios, en los prados.

Dejen de lado las tierras agrícolas.

Necesitamos una hermosa diversidad de flores que florezcan durante toda la temportada de crecimiento, desde la primavera hasta el otoño.

Necesitamos caminos sembrados de flores para nuestras abejas, pero también para las mariposas, para los pájaros migratorios y otros animales salvajes.

Y tenemos que pensar cuidadosamente sobre volver a tender cultivos de cobertura para nutrir el suelo y así nutrir a nuestras abejas.

Y tenemos que diversificar nuestras granjas.

Tenemos que plantar bordes y cercos de flores para interrumpir el desierto agroalimentario y comenzar a corregir el sistema alimenticio disfuncional que hemos creado.

Tal vez parezca una muy pequeña contramedida para un grave, enorme problema – solo se trata de plantar flores – pero si las abejas tienen acceso a buena nutrición, nosotros también tendremos buena nutrición gracias a sus servicios de polinización.

Y cuando las abejas tienen acceso a buena nutrición, son más capaces de utilizar sus propias defensas naturales, su sistema de salud, en el que han confiado durante millones de años.

Así que la belleza de ayudar a las abejas de esta manera, para mí, es que cada uno de nosotros se comporte un poco más como una sociedad de abejas, una sociedad de insectos, donde cada una de nuestras acciones individuales pueda contribuir a una solución magnífica, una propiedad emergente, que es mucho mayor que la simple suma de nuestras acciones individuales.

Hagan que el pequeño acto de plantar flores y mantenerlas libres de pesticidas, sea el motor de un cambio a gran escala.

En nombre de las abejas, gracias.


(Aplausos)
Chris Anderson: Gracias.

Sólo una pregunta rápida.

Los últimos números de la mortandad de las abejas,

¿hay alguna señal de que las cosas estén tocando fondo?

¿Cuál es tu nivel de esperanza o depresión en esto?

Maria Spivak: Sí.

Por lo menos en los Estados Unidos un promedio del 30 % de todas las colmenas de abejas se pierden todos los inviernos.

Hace unos 20 años, estábamos en una pérdida de 15 %.

Así que cada vez es más precaria.

CA: No es el 30 % anual.

MS: Sí, 30 % anual.

CA: 30 % anual.

MS: Pero los apicultores pueden dividir sus colonias y pueden mantener el mismo número, pueden recuperar algunas de sus pérdidas.

Estamos en un punto de inflexión.

No podemos darnos el lujo de perder mucho más.

Tenemos que estar muy agradecidos de todos los apicultores que hay.

Planten flores.

CA: Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/marla_spivak_why_bees_are_disappearing/

 

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