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¿Por qué los humanos tienen un tercer párpado? – Dorsa Amir – Charla TED-Ed

Charla «¿Por qué los humanos tienen un tercer párpado? – Dorsa Amir» de TED-Ed en español.

Vea la lección completa en: https://ed.ted.com/lessons/why-do-humans-have-a-third-eyelid-dorsa-amin

¿Sabes esa pequeña cosa rosa acurrucada en el rabillo del ojo? En realidad es el remanente de un tercer párpado. En los humanos, es vestigial, lo que significa que ya no cumple su propósito original. Hay otras estructuras vestigiales en el cuerpo humano, que pasan silenciosamente de una especie ancestral a la siguiente. Pero ¿por qué se han mantenido tanto tiempo? Dorsa Amir lo investiga.

Lección por Dorsa Amir, dirigido por Avi Ofer.

  • Autor/a de la charla: Dorsa Amir
  • Fecha de grabación: 2019-11-11
  • Fecha de publicación: 2019-11-11
  • Duración de «¿Por qué los humanos tienen un tercer párpado? – Dorsa Amir»: 255 segundos

 

Traducción de «¿Por qué los humanos tienen un tercer párpado? – Dorsa Amir» en español.

¿Sabes esa pequeña cosa rosa acurrucada en el rabillo del ojo? En realidad, es el remanente de un tercer párpado.

Conocido como «plica semilunaris», es mucho más prominente en pájaros y algunos mamíferos, y funciona como un limpiaparabrisas para mantener fuera el polvo y suciedad.

Pero en los humanos, no funciona.

Es vestigial, lo que significa que ya no cumple su propósito original.

Hay muchas otras estructuras vestigiales como la plica semilunar en el cuerpo humano.

La mayoría se convirtieron en vestigios antes de que existiera el Homo sapiens, pasando silenciosamente de una especie ancestral a la siguiente.

Pero ¿por qué se han quedado durante tanto tiempo? Para responder esta pregunta, ayuda entender la selección natural.

La selección natural significa que los rasgos que ayudan a un organismo a sobrevivir y reproducirse en un entorno dado son más propensos a pasar a la siguiente generación.

Cuando el entorno cambia, los rasgos una vez útiles pueden volverse dañinos.

A menudo la evolución desfavorece estos rasgos, lo que significa que desaparecen gradualmente de la población.

Pero si un rasgo no es activamente dañino, es posible que sea seleccionado, y permanezca incluso si no es útil.

Como el coxis.

Los biólogos evolucionistas piensan que, a medida que el clima se fue haciendo más seco y surgieron las praderas, nuestros antepasados con cola dejaron los árboles y empezaron a caminar sobre la tierra.

Las colas que los ayudaban en los árboles comenzaron a entorpecer su capacidad de caminar en tierra.

Así, los individuos con mutaciones que redujeron la longitud de sus colas se volvieron más aptos para la vida en tierra, y sobrevivieron lo suficiente como para pasar sus colas cortas a la siguiente generación.

Probablemente fue un cambio gradual durante millones de años hasta que, hace unos 200 millones de años, las colas externas de nuestros antepasados desaparecieron por completo.

Hoy sabemos que los embriones humanos tienen colas que se disuelven a medida que el embrión se desarrolla, pero el coxis permanece, probablemente porque no causa ningún daño.

De hecho, cumple una función menor como punto de anclaje para ciertos músculos.

Hasta el 85 % de la gente tiene un músculo vestigial llamado «palmaris longus».

Para comprobarlo, pon tu mano sobre una superficie plana y toca tu meñique con tu pulgar.

Si ves aparecer una pequeña franja en mitad de tu muñeca, ese es el tendón que se une con este músculo desaparecido.

En este caso, el hecho de que no todos lo tengamos nos ha ayudado a rastrear su función.

Los rasgos vestigiales pueden persistir cuando no hay incentivo para perderlos.

Pero, dado que tampoco hay incentivo para mantenerlos, las mutaciones aleatorias a veces los eliminarán en una parte de la población.

Mirando a nuestros parientes primates, podemos ver que el palmar largo a veces está ausente en aquellos que pasan más tiempo en la tierra, pero está siempre presente en aquellos que pasan más tiempo en los árboles.

Así que creemos que solía ayudarnos a pasar de rama en rama, y se volvió innecesario cuando nos mudamos a la tierra.

El apéndice, por otra parte, pudo ser parte del sistema intestinal que nuestros ancestros usaron para digerir materiales vegetales.

A medida que sus dietas cambiaron, esta parte del sistema intestinal empezó a encogerse.

Pero, a diferencia de otras estructuras vestigiales, no es siempre inofensivo: puede inflamarse peligrosamente.

Durante la mayor parte de la historia, un apéndice reventado podía ser fatal.

Entonces, ¿por qué permaneció? Es posible que estuviera desapareciendo muy lentamente o que no hubieran surgido mutaciones para hacerlo más pequeño.

O quizás tenía otros beneficios.

Por ejemplo, podría ser una reserva de bacterias que nos ayudan a descomponer la comida.

Pero no estamos seguros de por qué persiste el apéndice.

La evolución es un proceso imperfecto.

Los humanos son el resultado de millones de años de prueba, error y casualidades aleatorias, y estamos llenos de reliquias evolutivas para recordárnoslo.

https://www.ted.com/talks/dorsa_amir_why_do_humans_have_a_third_eyelid/

 

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