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¿Por qué me arriesgo para contar la historia de Gaza? – Charla TED2016

Charla «¿Por qué me arriesgo para contar la historia de Gaza?» de TED2016 en español.

Cuando Ameera Haroda oye las explosiones de las bombas o de los proyectiles, se dirige directamente hacia ellos. «Quiero ser la primera en estar allí porque estas historias tienen que contarse», dice la primera mediadora de Gaza, un papel que le permite guiar a los periodistas por las caóticas zonas de guerra de su tierra natal, que todavía ama a pesar de la terrible situación que impera en el país. Averigua que motiva a Harouda a dar voz al sufrimiento humano de Gaza en esta charla inolvidable.

  • Autor/a de la charla: Ameera Harouda
  • Fecha de grabación: 2016-02-18
  • Fecha de publicación: 2016-04-27
  • Duración de «¿Por qué me arriesgo para contar la historia de Gaza?»: 518 segundos

 

Traducción de «¿Por qué me arriesgo para contar la historia de Gaza?» en español.

Hola.

Este es mi primer viaje, la primera vez en mi vida que estoy fuera de los muros de Gaza.

Estoy muy feliz de estar aquí.


(Aplausos)
Mi ambición siempre fue ser piloto, pilotar un avión, sentirme libre para volar y tocar el cielo.

Pero no fue así simplemente porque vivo en Gaza, y no hay aeropuerto.

Las fronteras están cerradas por todos lados.

Vivimos en una de las prisiones más grandes del mundo.

Lo único que puedo hacer es mirar el cielo.

Hay días que tenemos la suerte de tener electricidad unas cuatro o cinco horas.

Cuando hace frío, encendemos un fuego delante de las casas o en el techo.

A veces preparamos la comida, también.

Mi trabajo en Gaza es el de organizar todo para los periodistas que visitan mi tierra y quieren contar lo que ocurre en Gaza.

Tuve que ir a la zona fronteriza muchas mañanas para recoger periodistas.

Si les pasa algo, o si el periodista decide cubrir una noticia que el gobierno no quiere que cubran, pueden pasar muchas cosas desagradables.

Ayudar a moverse por mi país a los periodistas, realizadores, equipos de reporteros es mi trabajo.

Creo que debo mi éxito profesional a las relaciones que he entablado no solo con los periodistas y los equipos de reporteros sino también con las comunidades de la Franja de Gaza.

A estas comunidades que no quieren contar su historia nunca las vi como simples historias o números, sino como a mí, seres humanos.

He construido muchas relaciones en más de 10 años.

¿Y saben qué?

Esto me da la oportunidad de tener acceso a personas e historias a las que otros no tienen.

En algunas situaciones muy específicas siento que tengo más peso como mujer.

Muchos periodistas hombres quieren investigar la adicción a las drogas en mi país.

El problema empezó con la construcción del túnel de Gaza.

Durante el bloqueo de Gaza, los túneles cubrieron las necesidades básicas del pueblo como alimento, materiales de construcción y otras necesidades.

Pero ya no, porque el lado egipcio las inundó inutilizándolas.

Las drogas eran objeto de contrabando y muchos jóvenes se engancharon también.

En la tradición de la sociedad palestina, está prohibido a los hombres ajenos a la familia entrar en la casa.

Por lo tanto, no hay periodistas hombres que tengan un visión general del asunto.

Pero yo pude.

Tengo un marido maravilloso, que me apoya a pesar de todas las críticas que recibe de la sociedad.

Está en casa ahora con mis dos hijos, y yo con el tercero que está en camino.


(Aplausos)
Cuando estoy trabajando, lo llamo cada dos horas, y sabe que si no lo hago tiene que llamar a mi contacto, el que me da acceso a la historia, en el que confío.

En una ocasión, en Gaza, durante el secuestro del periodista británico Alan Johnston, una revista estadounidense me pidió que organizase una reunión con los secuestradores en Gaza y lo hice.

Al reportero responsable de este artículo se le pidió que esperase frente a su hotel, junto conmigo.

Llegaron, nos recogieron en una furgoneta negra con ventanas negras, llevaron máscaras todo el día.

y nos llevaron muy lejos, hasta dejarnos en mitad de un campo.

Se llevaron nuestros teléfonos móviles e hicimos la entrevista con el secuestrador allí, fuera.

Tuve mucho miedo aquel día, es un día que nunca olvidaré.

Así que,

¿por qué hago lo que hago?

Lo hago porque creo que de no hacerlo, faltaría una gran parte de la historia de Gaza.

Hay más historias que podría contar sobre mi país.

Y no todas son negativas.

Amo a mi país, y a pesar de de las pésimas condiciones — el bloqueo, la pobreza, el desempleo — hay vida.

Hay personas que tienen un sueño, y personas increíbles, llenas de energía.

Tenemos música maravillosa y una gran escuela de música.

Tenemos bailarines parkour que bailan en los escombros de sus casas.

Y Gaza es el único lugar del mundo árabe donde los musulmanes y los cristianos viven en estrecha comunión.


(Aplausos)
Durante la guerra, para mí, la parte más difícil era salir de casa temprano por la mañana, y dejar a mis hijos.

Tomo una foto de ellos todos los días porque no sé si podré volver a verles.

Ser mediadora y periodista es algo difícil y peligroso en Gaza.

Pero cuando oigo las explosiones de las bombas o de los proyectiles, me dirijo directamente hacia ellos.

Porque quiero ser la primera en estar allí, porque estas historias tienen que contarse.

Cuando mis hijos eran pequeños y oíamos el estruendo de la guerra, solía decirles que eran fuegos artificiales.

Ahora que son mayores, lo entienden.

Tengo pesadillas horribles debido a todo lo que presencié durante la guerra, especialmente los cuerpos sin vida de los niños pequeños.

Todavía recuerdo una niña que se llama Hala.

Es la única superviviente de su familia.

Su imagen estará conmigo para siempre.

Nunca la olvidaré.

Es un gran orgullo para mí estar con Uds.

aquí hoy.

Estoy orgullosa de poder contarles las historias tristes y felices de este pequeño rincón del mundo, Gaza.

Estoy orgullosa de ser la primera mediadora que trabaja en Gaza.

Y de que me llamen Sr.

Rambo en Gaza.


(Risas)
Espero un día poder contar las historias de otras mujeres, esas mujeres increíbles que conozco en mi país.

Espero un día poder ayudar a otras mujeres en mi país a ser mediadoras como yo.

Y, por supuesto, a veces, siento que ya no puedo seguir con este trabajo porque simplemente es demasiado para mí.

Pero recuerdo estas palabras: «No pongas limites a tus desafíos, desafía tus límites.

No permitas que otros se interpongan entre ti y tus sueños».

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/ameera_harouda_why_i_put_myself_in_danger_to_tell_the_stories_of_gaza/

 

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