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Charla «¿Por qué se produce una recesión económica?» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/what-causes-an-economic-recession-richard-coffin
Durante miles de años, los habitantes de Gran Bretaña usaron el bronce para fabricar joyas y herramientas, y también como moneda de cambio. Pero alrededor del año 800 a. C., la situación empezó a cambiar: el valor del bronce se desplomó y desató revueltas sociales y una crisis económica, es decir, lo que hoy llamaríamos una recesión. Pero ¿cómo se produce una recesión? Richard Coffin se adentra en las fluctuaciones económicas que afectan los mercados modernos.
Lección de Richard Coffin; dirección de Augenblick Studios.
- Autor/a de la charla: Richard M Coffin
- Fecha de grabación: 2019-10-15
- Fecha de publicación: 2019-10-15
- Duración de «¿Por qué se produce una recesión económica?»: 288 segundos
Traducción de «¿Por qué se produce una recesión económica?» en español.
Durante miles de años, los habitantes de Gran Bretaña usaron el bronce para hacer joyas y herramientas, y también como moneda de cambio.
Pero alrededor del año 800 a.
C., la situación empezó a cambiar: el valor del bronce se desplomó y desató revueltas sociales y una crisis económica, es decir, lo que hoy llamaríamos una recesión.
¿Cuáles son las causas de una recesión? Durante largo tiempo, esta pregunta ha sido objeto de encendidos debates entre economistas, y con justa razón.
Una recesión puede ser un leve descenso de la actividad económica en un país determinado, y durar meses, o un derrumbe de efecto prolongado con repercusiones internacionales, y durar años, o bien una situación intermedia.
El panorama se complica más aún por la existencia de numerosas variables que afectan el buen funcionamiento de una economía, las cuales impiden identificar fácilmente sus causas específicas.
Un buen recurso es empezar por el concepto general: las recesiones ocurren cuando se produce un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Hay una disparidad entre la cantidad de productos que el consumidor quiere comprar, la cantidad de bienes y servicios que el productor puede ofrecer, y el precio de venta de esos bienes y servicios, todo lo cual acelera una caída económica.
La relación entre la oferta y la demanda en el ámbito de la economía se refleja en las tasas de inflación y en las tasas de interés.
La inflación obedece al aumento en el precio de bienes y servicios.
Dicho de otro modo, la moneda se devalúa.
Sin embargo, la inflación no siempre es un síntoma negativo.
Por cierto, una baja tasa inflacionaria puede estimular la actividad económica.
Pero una inflación elevada sin una demanda también elevada puede perjudicar la economía y, a la larga, desembocar en recesión.
Por su parte, las tasas de interés reflejan el costo de tomar deuda por parte de individuos o empresas.
Dichas tasas representan el porcentaje anual del préstamo que el deudor debe pagar al acreedor hasta saldar la deuda contraída.
Cuando las tasas de interés son bajas, las empresas pueden tomar más crédito e invertir ese dinero en más proyectos.
Por otro lado, las tasas altas de interés disparan los costos que productores y consumidores deben afrontar, y la actividad económica se ralentiza.
Las fluctuaciones en las tasas de inflación y de interés son indicadores que permiten evaluar el funcionamiento de la economía.
Ahora bien, ¿por qué se producen estas fluctuaciones? Las causas más comunes son situaciones extremas, como los desastres naturales, las guerras y los factores geopolíticos.
Un terremoto, por ejemplo, puede destruir la infraestructura necesaria para producir materias primas esenciales, como el petróleo.
Como resultado, aumenta el precio de los productos derivados del petróleo, lo cual resiente la demanda y puede producir una recesión.
Pero algunas recesiones ocurren cuando hay prosperidad económica, e incluso es posible que la prosperidad económica sea su causa misma.
Para algunos economistas, la actividad comercial derivada de la expansión del mercado podría llegar a niveles insostenibles.
Por ejemplo, las empresas y los consumidores pueden pedir préstamos con la expectativa de que el crecimiento económico los ayude a manejar la deuda.
Pero si la economía no crece al ritmo esperado, pueden terminar con una deuda que supera su capacidad de pago.
Para poder cancelarla, deberán tomar fondos de otras actividades y la actividad comercial se verá afectada.
La psicología también puede contribuir a una recesión.
El temor a una recesión puede transformarse en una profecía autocumplida si eso obliga a los ciudadanos a retacear sus inversiones y gastos.
Como respuesta, los productores podrían recortar los costos operativos para poder contrarrestar la previsible baja en la demanda.
Se generaría así un círculo vicioso, pues el recorte en los costos deriva en reducciones salariales, que a su vez resienten más la demanda.
Aun las políticas diseñadas para prevenir una recesión también pueden contribuir.
En épocas de crisis, los gobiernos y los bancos centrales pueden imprimir billetes, incentivar el consumo y bajar las tasas de interés del banco central.
A su vez, los pequeños prestamistas pueden bajar sus propias tasas de interés y hacer que el crédito sea más «blando» para fomentar el consumo.
Pero estas medidas no son sostenibles, y tarde o temprano deben revertirse para evitar una inflación descontrolada.
Podría derivar en recesión si la gente se acostumbra a tomar créditos blandos y a recibir estímulos del gobierno.
La recesión del bronce en Gran Bretaña finalizó cuando la adopción del hierro revolucionó la agricultura y la producción alimentaria.
Los mercados modernos son más complejos, por eso hoy es más difícil transitar una recesión.
Pero cada recesión brinda nuevos datos que ayudan a prever futuras recesiones y a enfrentarlas de manera más eficiente.
https://www.ted.com/talks/richard_coffin_what_causes_an_economic_recession/