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Programar para aprender sin límites – Charla TEDxYouth@Valladolid

Charla «Programar para aprender sin límites» de TEDxYouth@Valladolid en español.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Antonio, con solo 8 años, no solo programa para que sus compañeros aprendan lecciones de clase, sino que enseña a otros niños más pequeños aun la magia que es crear con unos cables, un ordenador y mucha imaginación. En su charla, Antonio comparte cómo lo hace y sobre todo su visión de la importancia de compartir recursos con todo el mundo para seguir aprendiendo y creando.

Vallisoletano, 8 años. Su pasión, la programación. Con ella imagina, crea juegos, historias, animaciones, y aprende divirtiéndose y compartiéndolo con niños de todo el mundo. Pertenece al CJP (Club de Jóvenes Programadores) de la Universidad de Valladolid y participa en el Scratch Day, que en Valladolid se celebra en la Escuela Universitaria de Informática.

  • Autor/a de la charla: Antonio Garcia Vicente
  • Fecha de grabación: 2015-11-15
  • Fecha de publicación: 2019-09-27
  • Duración de «Programar para aprender sin límites»: 885 segundos

 

Traducción de «Programar para aprender sin límites» en español.

Tengo dos pasiones: una, el fútbol.

Soy un megafan, a ver si adivináis

¿de qué equipo?


(Risas)
Por supuesto soy megafan del Real Madrid.

También soy portero en el equipo de fútbol sala de Villanubla.

La otra pasión es: los ordenadores, los videojuegos y la programación, que es de lo que vengo a hablaros hoy.

A la hora de jugar, a los niños nos vuelve locos la Wii, la PSP, la Nintendo.

Siempre intentamos ganarnos unas partidas extras, acabando antes los deberes, ordenando nuestra habitación, lo que sea por pasar al siguiente nivel o superar nuestra puntuación anterior.

Un día pensé:

¿Y si en vez de solo jugar a esos juegos pudiera crear mis propias pantallas, héroes y malos, golpes y piruetas, vidas extras?

¿Imposible?

No, no.

Un niño de mi edad puede hacerlo.

Mientras las nuevas tecnologías están por todas partes y los mayores las utilizáis para cosas de mayores, a ver…

— ordenadores a bordo de los coches (aunque mis padres a veces se siguen perdiendo), móviles, consultar el correo, mandar mensajes, comprar, navegar por Internet — los niños las utilizamos para jugar, que para eso somos niños y es lo que más nos gusta.

Pero todos sabemos que a nosotros, los niños, se nos da mucho mejor,

¿cómo decirlo?

, esos aparatos del demonio que a muchos mayores, quizá porque no tenemos miedo a toquetearlos, a experimentar con ellos, a ver qué hay aquí o a estropearlos, ya que luego están los padres para arreglarlo todo.


(Risas)
Esta curiosidad que tenemos los niños me ayudó a ser creador de mis propios juegos y me di cuenta de que podía aprender jugando y jugar aprendiendo.

Podía experimentar, crear, compartir, entender y razonar cómo están hechas las cosas para luego utilizarlo con lo que estábamos estudiando.

Y resulta que todo eso que yo estaba aprendiendo es lo que los mayores llaman «informática creativa».

Una vez me dijeron que programar es como una obra de teatro: tenemos nuestro escenario donde están nuestros actores que actuarán entre sí según les digamos, podemos disfrazarlos para conseguir animaciones o añadir imágenes, sonidos, etc.

Pensaréis: tiene muy buena pinta, pero un niño solo, en su habitación, programando, no es muy social que digamos.

Pero es que es mucho más.

Es una comunidad pública y abierta a nivel mundial, a la que podemos pertenecer y donde podemos publicar nuestros programas o descargar los programas ya hechos para jugar con ellos, ver cómo los han hecho, modificarlos o mejorarlos.

Y es que, actualmente, en esta comunidad hay más de 10 000 programas compartidos, y a ella pertenecemos niños, no tan niños, y profesores de colegios, institutos y universidades.

Cada vez me iba apasionando más.

Hice nuevos amigos con los que compartía creaciones, y fui pensando que, si se lo enseñaba a los niños del cole, ellos también podrían disfrutar como yo lo hacía.

Además, programar también me ayudaba para aprender de una forma más divertida lo que estábamos dando en el cole.

Así que lo tuve claro.

El año pasado, cuando estábamos dando los huesos del cuerpo humano en clase, se me ocurrió hacer un juego de preguntas y respuestas, que es este: (Vídeo) Os voy a enseñar este juego que hice sobre los huesos del cuerpo humano para mi colegio, cuando lo estábamos dando el año pasado, en el que el cuerpo humano te pregunta dónde están sus huesos.

Damos a la bandera verde, lo ponemos en pantalla grande para que se vea mejor, y te dice:

¿dónde está la mandíbula?

Tú tienes que responder con el número correcto, si es el 10, el 11, el 1, el 2, el 3…

pues respondes con el 10 que es el correcto y te dice: «biennnn» pero si respondes mal te dice: «ua, ua, ua».

Los sonidos los he grabado yo y los he añadido al juego también, y he hecho que haya aciertos y fallos, que aquí ponga los números de los aciertos y de los fallos para así poder hacer competiciones con mis amigos para ver quién se sabe mejor los huesos del cuerpo humano.


(Aplausos)
Me divertí tanto programándolo y me ayudaba tanto para aprendérmelo que se lo dije a mi profesora y le pedí si podíamos verlo en clase, que quería mostrárselo a todos.

Y así fue.

Organizamos un día en el que yo les enseñaba esos proyectos y más a mis compañeros de curso y les enseñé que ellos también podían hacerlo al igual que lo había hecho yo.

Como no podía ser de otra forma, les encantó.

Les gustó tanto a niños y a profesores que este año hemos fundado el club de programación «El páramo de Villanubla», donde ya somos 26 niños los que disfrutamos y programamos programas individualmente o en equipo.

Ahora estoy preparando este juego sobre el espacio: (Vídeo) Os voy a enseñar este juego que he hecho sobre los planetas del sistema solar con el sensor de vídeo, en el que tú tienes que dar con la cabeza a los planetas para que no caigan al mar.

Lo ponemos en pantalla grande.

He puesto fallos y aciertos y aquí está el mar.

Van cayendo los planetas y tú apuntas hacia la cámara, te mueves y les vas dando.

Cuando les das, se cambia el planeta por su nombre y lo dice, y se suma un acierto.

Pero cuando no les das suena el sonido del agua y se suma un fallo.

Bueno, creo que ya habéis visto cómo funciona.


(Aplausos)

¿A que es muy chulo?

Pues lo he hecho yo y eso me mola más.

Además se lo voy a pasar a los niños de 5 años de mi cole que están haciendo un programa sobre los planetas del sistema solar y seguro que con él se los aprenden todos y eso me hace sentir más feliz porque sé que mis juegos sirven para más cosas que para divertirme a mí solo.

Pero no es la primera vez que hago algo para los peques de mi colegio.

Como mis padres veían que me gustaba tanto y me iba tan bien con los estudios, cuando cumplí los 7 años me regalaron una cosa que cuando la vi dije:

¿qué es esto?

¿unos cables?

Y me dijeron: «Con esos cables vas a poder hacer magia».

Y tenían razón y os lo voy a demostrar hoy.

Se trataba de una placa llamada Makey Makey que al conectarla con un cable al ordenador podías ir pinchando más cables a cosas tan originales como gominolas, plastilina, frutas, grafito de lápiz, agua o, tan solo tocándolos, hacer que funcionaran programas y juegos de forma mágica.

Se lo dije a Marga, la profesora de niños de 4 años de mi cole y me pidió si podíamos hacer un proyecto especial sobre la música y los instrumentos de una orquesta.

Los niños y sus profes se encargarían de hacer los instrumentos de cartón y goma eva, mientras yo tenía que hacer los programas necesarios para que esos instrumentos cobraran vida y sonaran de verdad.

Así que se lo dije a Juanje, un amigo mío, y entre los dos nos pusimos manos a la obra.

Nos pareció un proyecto muy interesante, pero era un reto muy difícil porque teníamos que hacer que niños muy pequeños nos escucharan a nosotros, otros niños.

Cuando lo tuvimos todo preparado juntamos a todos los peques del ciclo de infantil y les enseñamos cómo sus instrumentos sonaban de verdad.

Incluso les enseñamos que ellos también tenían música en su interior.

¡Fue alucinante! Los pequeños se portaron genial.

Les fuimos organizando en turnos para que todos pudieran tocar sus instrumentos.

De verdad, nos miraban como si fuéramos magos que con unos simples cables y un ordenador habíamos dejado boquiabiertos a pequeños y mayores.

Bueno,

¿queréis ver cómo lo hicimos?

Pues os lo voy a demostrar a continuación.

Hoy he traído aquí algunos de esos instrumentos, que, por cierto, doy gracias a mi colegio por dejármelos para enseñaros un poco de esa magia, y lo que cualquier niño podría hacer con un poco de imaginación, unos cables y un ordenador.

Para tocar este súper piano hecho por niños de cuatro años tengo que quitarme los zapatos.

¡Tengo los pies limpios, eh!
(Risas)
A ver si os suena esta canción.

(Música)
(Aplausos)
Y ahora os voy a enseñar cómo el agua puede hacer más sonidos que el que hace cuando sale del grifo.

Esta canción se la voy a dedicar a mi abuela que para la próxima semana va a ser su cumple.


(Risas)

(Aplausos)
(Música)
(Aplausos)
Y a continuación voy a necesitar cuatro voluntarios porque aquí y ahora vamos a ver a qué suenan.

A ver, vosotros cuatro de ahí que estáis muy cerca.


(Risas)

(Aplausos)
Ponte por ahí, tú coge este y tú coge este.

A ver a qué instrumento suenas (Ruido) ¡Anda, tú suenas a un ruido! (Sonido de platillos) Y tú a unos platillos.

No, no suenas.


(Risas)
(Sonido de tambor) Suenas a un tambor.

Y tú, a ver a qué instrumento suenas.

(Sonido de relincho de caballo) ¡Uy, si se nos ha colado un caballo!
(Risas)

(Aplausos)
Espero que os haya gustado todo lo que os he contado.

¿Veis como no os engañaba?

Imaginas, creas y compartes, y todo con unos cables, un poco de imaginación y un ordenador.

¡Animaos chicos y chicas! Dejad de ser solo jugadores de juegos y convertiros en creadores de historias, juegos, programas, proyectos musicales…

No hay límite, solo el de nuestra imaginación.

Pero no os quedéis ahí, enseñádselo al mundo, mandadlo a la web para que cada vez seamos más los que disfrutemos, no solo jugando, sino también sabiendo que nosotros, los niños, también podemos decidir cómo queremos que estén hechas las cosas.

Y a vosotros, los padres, os pido, por favor, que montéis talleres de programación en los colegios para que ningún niño se quede sin aprender todo esto.

Es importante para vuestros hijos.


(Aplausos)
Y no olvidéis nunca y creed siempre que no hay nada imposible, todo depende de nuestro esfuerzo y ganas de superarnos, y aunque seamos muy pequeños también tenemos muchas cosas que enseñar a los demás.

Muchas gracias por vuestra atención.

Hasta pronto.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/antonio_garcia_vicente_porque_le_enseno_a_ninos_como_yo_a_programar/

 

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