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¿Pueden ser creativos los robots? – Gil Weinberg – Charla TED-Ed

Charla «¿Pueden ser creativos los robots? – Gil Weinberg» de TED-Ed en español.

Para ver la lección completa: http://ed.ted.com/lessons/can-robots-be-creative-gil-weinberg

Los seres humanos llevamos dándole vueltas a la cuestión de la creatividad artificial, junto con la de la inteligencia artificial, desde hace más de 170 años. Por ejemplo, ¿podríamos programar máquinas para que crearan música original de alta calidad? Y si pudiéramos, ¿es la máquina o el programador quien demuestra ser creativo? Gil Weinberg investiga este enigma creativo

Lección de Gil Weinberg, animación de TOGETHER.

  • Autor/a de la charla: Gil Weinberg
  • Fecha de grabación: 2015-03-19
  • Fecha de publicación: 2019-04-12
  • Duración de «¿Pueden ser creativos los robots? – Gil Weinberg»: 311 segundos

 

Traducción de «¿Pueden ser creativos los robots? – Gil Weinberg» en español.

¿Cómo te hace sentir esta música? ¿Te parece bonita? ¿Es creativa? ¿Cambiarías tus respuestas si te dijeran que la compuso este robot? Lo creas o no, llevamos debatiendo la cuestión de la creatividad artificial y el tema de la inteligencia artificial hace más de 170 años.

En 1843, Lady Ada Lovelace, una matemática inglesa considerada la primera programadora del mundo, escribió que una máquina no puede ser dotada de inteligencia humana si sólo hace aquello para lo que se programó intencionadamente.

Según Lovelace, una máquina ha de poder concebir ideas originales para que se pueda considerar inteligente.

El test de Lovelace, formalizado en 2001, propone un modo de examinar esta idea.

Una máquina puede aprobar este test, si produce un resultado cuyos diseñadores no puedan explicar basándose en el código original.

El test de Lovelace es, por su diseño, más un experimento conceptual que una prueba científica objetiva.

Pero es un punto de partida.

A primera vista, la idea de que una máquina cree música original y de alta calidad de esta manera puede parecer imposible.

Podríamos idear un algoritmo extremadamente complejo usando generadores de números aleatorios funciones caóticas y lógica difusa para crear una secuencia de notas musicales imposible de rastrear.

Pero aunque se producirían un sin fin de melodías originales nunca antes escuchadas sólo una ínfima fracción de ellas valdría la pena.

La computadora no puede discernir cuáles nos parecerían bellas y cuáles no.

Pero, ¿y si diéramos un paso atrás e intentáramos imitar un proceso natural que permita que se forme la creatividad? Conocemos al menos uno de esos procesos que nos ha aportado resultados originales, valiosos e incluso bonitos: el proceso de la evolución.

Y los algoritmos evolutivos, o los algoritmos genéricos que imitan la evolución biológica son un acercamiento prometedor hacia la creación de máquinas generadoras de obras artísticas originales y valiosas.

¿Cómo puede crear la evolución una máquina músicalmente creativa? Bueno, en vez de organismos, podemos empezar con unos cuantos compases musicales y un algoritmo básico que imita la reproducción y las alteraciones aleatorias cambiando algunas partes, combinando otras, y sustituyendo notas al azar.

Ahora que tenemos una nueva serie de compases podemos seleccionar usando una operación llamada función de aptitud.

Igual que la aptitud biológica se define por las presiones ambientales externas, la función de aptitud la puede determinar una melodía externa escogida por músicos humanos o aficionados a la música para representar la bella melodía definitiva.

El algoritmo puede entonces comparar nuestros compases y esa bella melodía y seleccionar sólo los compases que más se le parezcan.

Una vez descartadas las secuencias menos parecidas, se puede alterar de nuevo el algoritmo para recombinar lo que queda, seleccionar las más similares, las que más encajan de entre la nueva generación y repetir el proceso durante generaciones venideras.

El proceso que nos trajo hasta aquí es tan azaroso y complejo que su resultado podría pasar el test de Lovelace.

Y lo que es más importante, gracias a la éstetica humana presente en el proceso, teóricamente generaremos melodías que consideremos bellas.

¿Pero satisface esto nuestra intuición sobre lo que es verdaderamente creativo? ¿Es suficiente crear algo original y bello, o acaso la creatividad requiere intencionalidad y consciencia de lo que se está creando? Quizás en este caso la creatividad venga de los programadores, incluso si no entienden el proceso.

Pero, ¿qué es la creatividad humana? ¿Es algo más que un sistema de neuronas interconectadas desarrollado por procesos algorítmicos biológicos y las experiencias aleatorias que dan forma a nuestras vida? El órden y el caos, la máquina y el hombre, estas son las dinamos fundamentales en las iniciativas de la creatividad artificial que están haciendo música, esculturas, pinturas, poesía y mucho más.

Puede que aún no sepamos si es justo llamar creativos a estos actos de creación.

Pero si una obra de arte consigue hacerte llorar, o impresionarte, o darte escalofríos, ¿de verdad importa quién o qué la creó?

https://www.ted.com/talks/gil_weinberg_can_robots_be_creative/

 

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