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¿Qué causa el insomnio? – Dan Kwartler – Charla TED-Ed

Charla «¿Qué causa el insomnio? – Dan Kwartler» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/what-causes-insomnia-dan-kwartler

¿Qué te tiene despierto por la noche? ¿Reflexiones profundas? ¿La emoción de un gran viaje? ¿El estrés de un trabajo sin terminar? ¿Y si lo que te mantiene despierto fuese el estrés de perder el sueño? Este círculo sin solución aparente es la esencia del insomnio, el trastorno del sueño más común en el mundo. Entonces, ¿qué es el insomnio? ¿Existe alguna manera de romper con el ciclo? Dan Kwartler nos explica la ciencia del insomnio.

Lección de Dan Kwartler; animación de Sharon Coleman.

  • Autor/a de la charla: Dan Kwartler
  • Fecha de grabación: 2018-06-14
  • Fecha de publicación: 2018-06-14
  • Duración de «¿Qué causa el insomnio? – Dan Kwartler»: 303 segundos

 

Traducción de «¿Qué causa el insomnio? – Dan Kwartler» en español.

¿Qué te tiene despierto por la noche? ¿Reflexiones profundas? ¿La emoción de un gran viaje? ¿O el estrés de un trabajo sin terminar, un examen próximo, o una reunión familiar indeseable? Para muchas personas, este estrés es temporal, pues su causa se resuelve rápidamente.

Pero ¿y si lo que te mantiene despierto fuese el estrés de perder el sueño? Este círculo sin solución aparente es la esencia del insomnio, el trastorno del sueño más común en el mundo.

Casi cualquier cosa puede provocar esporádicas noches sin dormir: una pareja que ronque, dolor físico, o angustia emocional.

Una falta de sueño extrema, como la provocada al cambiar de zona horaria, puede confundir tu reloj biológico, causando estragos en tu horario de sueño.

Pero, en la mayoría de los casos, la falta de sueño es de corto plazo.

Tarde o temprano, el cansancio acaba venciéndonos a todos.

Sin embargo, algunos trastornos de largo plazo, como las patologías respiratorias, los problemas gastrointestinales, y muchos otros pueden superar a la fatiga.

Cuando las noches de insomnio se acumulan, empezamos a relacionar la habitación con las noches sin dormir, atormentados por la ansiedad.

A la hora de dormir, los insomnes se estresan.

Y es tanto ese estrés, que el cerebro se apodera del sistema de respuesta al estrés, inundando el cuerpo con químicos que ordenan luchar, huir o inmovilizarse.

Cortisol y hormonas adrenocorticotrópicas fluyen a través del torrente sanguíneo, aumentando el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, y provocando una descarga de hiperactividad dentro del cuerpo.

En esta condición, el cerebro busca amenazas potenciales, haciendo imposible ignorar cualquier leve incomodidad o ruido nocturno.

Y cuando los insomnes por fin se duermen, la calidad de su descanso se ve comprometida.

La principal fuente de energía para el cerebro es la glucosa y, en un sueño normal, nuestro metabolismo disminuye para reservar esta glucosa en las horas de vigilia.

Pero los estudios de PET muestran que la adrenalina que impide a los insomnes conciliar el sueño, también acelera su metabolismo.

Mientras ellos duermen, el cuerpo trabaja horas extra, y consume la energía que el cerebro da a través de la glucosa.

Este síntoma de sueño deficiente provoca en los insomnes un estado de cansancio, confusión y estrés al levantarse, haciendo que el proceso se repita nuevamente.

Cuanto estos ciclos de estrés y excitación perduran varios meses, se diagnostica el insomnio crónico.

Y si bien el insomnio raramente lleva a la muerte, sus mecanismos químicos son similares a los ataques de ansiedad, típicos de quienes padecen depresión y ansiedad.

De manera que sufrir cualquiera de estos trastornos incrementa el riesgo de padecer los otros dos.

Por fortuna, hay maneras de romper con el ciclo del insomnio.

Manejar el estrés que lleva a la hiperactividad es uno de los tratamientos más probados para el insomnio, y las buenas prácticas de sueño pueden reconstruir tu relación con la hora de dormir.

Asegúrate de mantener tu habitación oscura y a una temperatura agradable para minimizar las «amenazas» durante la hiperactividad.

Solo utiliza tu cama para dormir y, si no tienes sueño, abandona el cuarto y gasta tu energía en actividades relajantes, como leer, meditar, o escribir un diario.

Regula tu metabolismo fijando horas habituales para dormir y despertar y así ayudarás a tu reloj biológico a orientarse.

Este reloj, o ritmo circadiano, también es sensible a la luz, así que evita las luces brillantes durante la noche para indicarle a tu cuerpo que ya es hora de dormir.

Además de estas prácticas, algunos doctores recetan medicamentos que ayudan a dormir, pero no son confiables en todos los casos.

Y las pastillas de venta libre pueden ser altamente adictivas, llevándote a una abstinencia que empeora los síntomas.

Pero antes de buscar cualquier tratamiento, asegúrate de que tu falta de sueño realmente se deba al insomnio.

Cerca del 8 % de los pacientes con diagnóstico de insomnio crónico en realidad, sufren de un problema genético menos común llamado «síndrome de la fase del sueño retrasada», o SFSR.

Las personas con SFSR tienen un ritmo circadiano significativamente mayor a 24 horas, dejando sus hábitos de sueño fuera de sincronía con las horas normales de sueño.

De manera que esa dificultad para dormirse a una hora normal no se debe a un incremento de estrés.

Y dada la posibilidad, pueden dormir cómodamente a su propio horario atrasado.

Nuestro ciclo de sueño y vigilia es un delicado equilibrio, vital para mantener nuestro bienestar físico y emocional.

Por todos estos motivos, vale la pena dedicar algo de esfuerzo y tiempo para mantener una rutina de sueño estable, intentando no perder el sueño al preocuparnos por ello.

https://www.ted.com/talks/dan_kwartler_what_causes_insomnia/

 

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