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¿Qué desenterré de las calles de Nueva York? – Charla TEDxNewYork

Charla «¿Qué desenterré de las calles de Nueva York?» de TEDxNewYork en español.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED.

En una breve pero informativa charla, la arqueóloga Alyssa Loorya se sumerge bajo el City Hall de Nueva York, y nos brinda la mirada de una compleja historia de desigualdades. Y muestra algunos de los fascinantes artefactos que ha encontrado en su camino.

  • Autor/a de la charla: Alyssa Loorya
  • Fecha de grabación: 2014-11-01
  • Fecha de publicación: 2019-10-28
  • Duración de «¿Qué desenterré de las calles de Nueva York?»: 342 segundos

 

Traducción de «¿Qué desenterré de las calles de Nueva York?» en español.

Como neoyorquinos, solemos estar ocupados viendo lo que ocurre a nuestro alrededor.

Rara vez nos paramos a pensar en lo que hay bajo las calles.

Y es muy difícil pensar que esta pequeña aldea insular se convertiría algún día en un bosque de rascacielos.

Pero, como arqueóloga urbana, eso es exactamente lo que hago.

Considero que los paisajes y los artefactos cuentan historias de la gente que recorrió antes estas calles.

Porque la historia es mucho más que hechos y cifras.

Cuando la gente piensa en arqueología, piensa en viejos mapas polvorientos, tierras lejanas, civilizaciones antiguas.

No piensa en Nueva York, ni en obras de construcción.

Sin embargo, ahí es donde está la acción y nunca sabemos exactamente lo que encontraremos bajo las calles.

Como este anillo de madera para la construcción de un molino de agua.

Nos permitió tomar una muestra de madera para datar el anillo del árbol, y obtener una fecha para confirmar que habíamos encontrado una serie de estructuras del siglo XVIII por debajo de la calle Fulton.

La arqueología habla de gente común que usa objetos comunes, como el niño que pudo haber jugado con este pequeño juguete, o la persona que bebió el contenido de esta botella.

Esta botella contuvo agua importada de Alemania y data de 1790.

Sabemos que los neoyorquinos tenían que recorrer largas distancias para conseguir agua potable.

Siendo una isla pequeña, no se podía beber agua de pozo, Pero el hecho de que los neoyorquinos importaran agua embotellada de Europa hace más de 200 años, es realmente un testimonio de que Nueva York era una ciudad cosmopolita, siempre lo ha sido, donde uno podía conseguir prácticamente cualquier cosa.

Si camináramos por City Hall Park, veríamos un parque urbano y oficinas del gobierno.

Veo a Nueva York como el mayor y más complejo sitio arqueológico.

Significativo no por su City Hall, sino por los miles de pobres presos y soldados británicos que vivieron y murieron aquí.

Antes de existir City Hall Park, la zona era conocida como The Common, y estaba bastante lejos de los límites de la ciudad.

En el siglo XVIII, fue un lugar para protestas públicas y ejecuciones.

Su ubicación remota la convertía en un lugar ideal para que la ciudad construyera su primera casa para pobres.

Y son de ese período, cerca del 1735, estos botones de hueso que encontramos.

Fueron hechos por personas pobres del hospicio.

A los pobres del hospicio les dieron diversas tareas para ganarse el sustento, entre ellas, triturar ropa vieja para su reutilización, cáñamo de vestir, recoger estopa, hacer botones de hueso, con la idea de que el trabajo arduo transformaría a estas personas pobres en miembros productivos de la sociedad.

El hospicio atendió a varios grupos: personas pobres necesitadas, mendigos, vagabundos nómadas.

¿Razones para ser admitidos? La locura, el embarazo, o ser una viuda o un huérfano que ya no podía mantenerse.

Lo que hace que esta pieza sea todavía más interesante.

Este plato infantil se encontró dentro de las paredes de la Bridewell.

La Bridewell fue una de las prisiones más temidas y notorias de la época, y resultó que estaba justo al lado del hospicio.

De hecho, había una prisión a cada lado del hospicio, y, a veces, estas instituciones estaban abarrotadas.

Los presos y los pobres compartían los mismos espacios.

Y si bien hay un gran clamor sobre cómo no hay que mezclar a los niños con criminales curtidos, no nos olvidemos de que niños de tan solo 12 años eran condenados a la Bridewell por robar pan.

Todo esto nos da una idea de la vida en el siglo XVIII, lo que era ser pobre en el siglo XVIII, donde quizá eran segregados por una parte de la sociedad, o quizá les daban tareas para ganarse el sustento.

Era una época en la que 3/5 partes de la población de Nueva York vivía cerca del nivel de subsistencia, incluso por debajo.

Y el 10 % de la población tenía más de la mitad de la riqueza de la ciudad.

El pasado tiene mucho que enseñarnos sobre nuestro presente y futuro.

Creo firmemente que para tener un futuro sostenible, debemos entender bien el pasado.

La arqueología nos da a los neoyorquinos y a casi todos en un centro urbano la oportunidad de incorporar el conocimiento de nuestro pasado en nuestras discusiones actuales, en los debates sobre nuestro futuro, incorporar la información en nuestros espacios compartidos, y esperemos que pueda unir más a nuestras diversas comunidades de Nueva York y, de nuevo, de cualquier ciudad.

Si puedo conseguir que una sola persona piense un poco diferente sobre lo que ve cuando camina por las calles de la ciudad, o por un parque urbano, entonces habré hecho mi trabajo de compartir el pasado.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/alyssa_loorya_what_i_learned_from_digging_under_new_york_city_s_streets/

 

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