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Qué está extinguiendo a las abejas y cómo podemos salvarlas – Charla TEDxProvincetown

Charla «Qué está extinguiendo a las abejas y cómo podemos salvarlas» de TEDxProvincetown en español.

Las abejas están desapareciendo en números récord, aunque el ecologista Noah Wilson-Rich está interesado en algo más: ¿Dónde prosperan y son más saludables las abejas? Para descubrirlo, reclutó a ciudadanos científicos en todo EE.UU. para instalar colmenas en sus patios traseros, jardines y techos. Descubre cómo estos pequeños puntos de datos están cambiando lo que sabemos acerca de los hábitats que las abejas necesitan para prosperar y así mantener estable nuestro futuro sistema alimenticio.

  • Autor/a de la charla: Noah Wilson-Rich
  • Fecha de grabación: 2018-06-30
  • Fecha de publicación: 2019-03-20
  • Duración de «Qué está extinguiendo a las abejas y cómo podemos salvarlas»: 774 segundos

 

Traducción de «Qué está extinguiendo a las abejas y cómo podemos salvarlas» en español.

La disminución de los polinizadores es un gran desafío para el mundo moderno.

De las 200 000 especies de polinizadores, las abejas son las más conocidas en parte porque han sido parte de nuestra historia desde hace 8000 años hasta las pinturas rupestres de la España moderna de hoy en día.

Aun así, sabemos que esta especie indicadora está desapareciendo.

Tan solo el año pasado, en EE.UU.

perdimos el 40 % de las abejas.

La cifra es aún más alta en áreas con inviernos fuertes como aquí en Massachusetts, donde perdimos el 47 % de las abejas en tan solo un año.

¿Cómo sería si perdiéramos la mitad de la población el año pasado?

¿Y si esos fueran los productores de alimentos?

Sería insostenible.

Y predigo que en 10 años nos quedaremos sin abejas.

Si no fuera por los apicultores que mantienen la existencia de las colmenas nos quedaríamos sin los alimentos de los que dependemos: frutas, vegetales, almendras crujientes, nueces, manzanas ácidas y limones agrios.

Hasta alimentos para el ganado como el heno o la alfalfa desaparecerían, causando hambruna a nivel mundial, colapso económico y crisis moral en todo el planeta.

Comencé a criar abejar aquí en Cape Cod justo después de finalizar el doctorado en inmunología para las abejas.


(Risas)

(Aplausos)
Imagínense semejante título en tiempos de bonanza…

pero era 2009: la Gran Recesión.

Y tenía algo en mente.

Sabía que encontraría la manera de mejorar la salud de las abejas.

Y la comunidad en Cape Cod, aquí en Provicentown, estaba lista para la ciencia ciudadana y la gente buscaba maneras para involucrarse y ayudar.

Así que nos reunimos con gente en las cafeterías.

Una mujer maravillosa, Natalie, tenía ocho colmenas en su casa en Truro y nos presentó a su amiga Valerie que nos dejó instalar 60 colmenas en una cancha de tenis abandonada en su propiedad.

Y así comenzamos a probar las vacunas para las abejas.

Comenzamos con los probióticos.

Lo llamamos «yogur para abejas»…

maneras para mejorar la salud de las abejas.

Y así nuestro proyecto de ciencia ciudadana comenzó a despegar.

Al mismo tiempo, aquí en mi departamento, estaba un poco nervioso por el dueño de la casa.

Pensé que debía contarle lo que estábamos haciendo.


(Risas)
Estaba aterrorizado, pensé que recibiría una notificación de desalojo y era lo que menos necesitaba.

Creo que lo conseguí de buen humor porque cuando le conté lo que hacíamos y cómo comenzamos el laboratorio urbano de apicultura sin fines de lucro nos dijo, «¡Genial! Instalemos una colmena en el callejón aledaño».

Quedé perplejo.

Realmente sorprendido.

En vez de una notificación de desalojo conseguimos otro punto de datos.

Y en el callejón aledaño que ven en esta imagen, esa colmena escondida…

esa colmena produjo más miel en el primer año que cualquiera otra de las colmenas que manteníamos.

Eso cambió la perspectiva de nuestra investigación.

Cambió nuestra investigación de «

¿Cómo salvamos a las abejas?

» a «

¿A dónde les va mejor a las abejas?

» Comenzamos a generar mapas, a observar todas las colmenas de la ciencia ciudadana de la gente que mantenía colmenas en sus terrazas, jardines y en los techos de sus negocios.

Comenzamos a involucrar el público y a medida que más gente creaba estos puntos de datos, nuestros mapas se hacían más precisos.

Si están pensando, «

¿Cómo puedo involucrarme?

» escuchen la historia de mi amigo Fred quien es promotor inmobiliario comercial.

Él pensaba lo mismo.

Estaba en una reunión pensando en lo que podía hacer por la relación con los inquilinos y la sustentabilidad a escala.

Y mientras se tomaba un té, le puso miel y notó que la botella de miel tenía un mensaje sobre sustentabilidad de la compañía que organizó la reunión.

Eso le dio una idea.

Volvió a su oficina y después de un correo electrónico una llamada y —¡boom!— nos expandimos juntos a nivel nacional.

Instalamos docenas de colmenas en los techos de los rascacielos en nueve ciudades a nivel nacional.

Nueve años más tarde…


(Aplausos)
Nueve años más tarde conseguimos más de un millón de dólares para la investigación de las abejas.

Tenemos miles de colmenas como puntos de datos en todo el país.

Estamos en 18 estados y seguimos creciendo y creamos puestos de trabajo para 65 apicultores locales que cuidan las colmenas en sus comunidades, conectan con la gente y son ahora puntos de datos y con ellos estamos haciendo la diferencia.

Para explicarles cómo estamos salvando a las abejas, en dónde les va bien, primero les hablaré sobre las causas de su desaparición.

Las tres causas más importantes son los agroquímicos como los pesticidas, herbicidas, fungicidas; las muchas enfermedades que afectan las abejas, y la pérdida del hábitat.

Así que observamos nuestros mapas e identificamos las áreas donde las abejas han prosperado.

Descubrimos que es principalmente en las ciudades.

Los datos muestran que las colmenas en la ciudad producen más miel que aquellas en áreas rurales o suburbanas.

En las áreas urbanas las abejas también son más longevas y hay una mayor biodiversidad, es decir, hay más especies de abejas.


(Risas)
Extraño,

¿cierto?

Ahora,

¿por qué?

Esa era nuestra pregunta.

Comenzamos analizando las tres causas principales de la desaparición de las abejas.

¿Cuáles son distintas en las ciudades?

La primera, los pesticidas.

Nos asociamos con el Harvard School of Public Health.

Compartimos nuestros datos.

Recolectamos muestras de las colmenas en las casas y en los techos de los negocios.

Observamos los niveles de pesticidas.

Pensábamos que habría menos pesticida en las áreas donde las abejas prosperaban.

No fue así.

Lo que descubrimos en nuestro estudio —la barra naranja es Boston— pensábamos que las barras serían las más pequeñas donde los niveles de pesticidas serían los más bajos.

Por el contrario, en las ciudades es donde hay más pesticidas.

Así que la hipótesis de lo que está salvando a las abejas —menos pesticidas en las ciudades— es inválida.

Es muy típico en mi vida como científico.

Cada vez que tengo una hipótesis no solo es inválida sino que lo válido es todo lo contrario.


(Risas)
Aunque aún es interesante,

¿cierto?

Sigamos.

La hipótesis de las enfermedades.

Observamos las enfermedades que afectaban a las abejas y descubrimos lo mismo que en un estudio en el estado de Carolina del Norte: no hay diferencias en las enfermedades en las áreas urbanas, suburbanas y rurales.

Están en todas partes; las abejas están enfermas y desapareciendo.

De hecho, hay más enfermedades en las ciudades.

Esto fue en Raleigh en Carolina del Norte.

Una vez más mi hipótesis fue inválida y lo opuesto fue lo válido.

Continuemos.


(Risas)
La hipótesis del hábitat.

Esta dice que las abejas prosperan en áreas donde hay un mejor hábitat: más flores,

¿cierto?

Pero no sabíamos cómo comprobarlo, así que tuve una reunión interesante y una idea surgió con mi amiga y colega Anne Madden, también oradora en TED.

Pensamos en la genómica, algo parecido a AncestryDNA o 23andMe.

¿Se han hecho estas pruebas?

Escupen en un tubo y descubren que «¡Soy alemán!»
(Risas)
Pues lo desarrollamos para la miel.

Tomamos una muestra de miel y observamos los ADN de las plantas y descubrimos que «¡Soy zumaque!»
(Risas)
Y esto fue lo que descubrimos aquí en Provicentown.

Por primera vez les informaré sobre el tipo de miel que proviene de esta comunidad.

El ADN de la miel, una prueba genómica.

La miel de primavera en Provincetown viene del ligustro.

¿Qué es el ligustro?

Los setos.

¿Cuál es el mensaje?

No podes tus setos para salvar a las abejas.


(Risas)
Nos estamos volviendo ecologistas y es controversial pero antes que comiencen a tirar tomates, hablemos de la miel de verano que proviene del lirio de agua.

Si han consumido miel de Provincetown en el verano, lo que bebieron fue néctar del lirio de agua y en el otoño, miel de zumaque.

Por primera vez estamos aprendiendo sobre nuestros alimentos.

Y si van a hacer planificación urbana ahora podemos informarle:

¿Qué debemos plantar?

¿Cuáles plantas para tu jardín atraen a las abejas?

Por primera vez tenemos la respuesta para cualquier comunidad.

Lo más interesante es lo que está dentro de los datos.

Si eres del Caribe y quieres explorar tu herencia, la miel de las Bahamas proviene de la familia del laurel, con sabor a canela y aguacate.

Lo más interesante es que hay 85 especies de plantas distintas en una cucharadita de miel.

Esa es información que queremos, los macrodatos.

La miel de la India es de roble.

Todas las muestras de la India son de roble y un bocado contiene 172 sabores diferentes.

La miel de Provincetown contiene de 116 plantas en primavera a más de 200 plantas en verano.

Estos son los números que necesitamos para demostrar la hipótesis del hábitat.

Gracias a la ciencia ciudadana, descubrimos más sobre los alimentos y obtenemos datos interesantes.

Estamos descubriendo que en las zonas rurales hay unas 150 plantas en una muestra de miel.

Esa es la medida de la zona rural.

¿Y en las zonas suburbanas?

, se preguntarán.

¿Habrán más o menos plantas en estas áreas con todo su césped que luce muy bonito para la gente pero es terrible para los polinizadores?

En los suburbios hay muy poca diversidad de plantas así que, si tienes un césped bonito, bien por ti, pero puedes hacer más.

Puedes dedicar un trozo de tu césped para cultivar flores silvestres y así diversificas tu hábitat para mejorar la salud de los polinizadores.

Todos pueden hacerlo.

Las áreas urbanas tienen la mayor cantidad y los mejores hábitats como pueden ver aquí: más de 200 plantas distintas.

Por primera vez tenemos un soporte para nuestra hipótesis del hábitat.

También sabemos cómo podemos trabajar con las ciudades.

En la ciudad de Boston hay ocho veces mejor hábitat que en los suburbios aledaños.

Así que al trabajar con los gobiernos, podemos expandirlo.

Seguro piensan que mi lápida dirá, «Aquí yace Noah.

Planta una flor».

¿Cierto?

Todo esto es abrumador.

Pero podemos expandirlo juntos cuando los gobiernos y los planificadores urbanos…

en Boston, la miel es mayoritariamente de árboles de tilo, así que les decimos: «Si vas a reemplazar un árbol, considera el tilo».

Al llevarle esta información hacemos cosas sorprendentes.

Este es el techo de la compañía de Fred.

Podemos plantar en los techos en todo el mundo para restaurar los hábitats y resguardar los sistemas alimenticios.

Trabajamos con el Banco Mundial y la delegación presidencial de Haití.

Trabajamos con estudiantes de postgrado de la Universidad de Yale y Etiopía.

En estos países podemos agregarle valor a su miel al identificar lo que contienen e informar a la gente sobre qué plantar para restaurar su hábitat y resguardar sus sistemas alimenticios.

Pero lo que creo es lo más importante es cuando ocurren desastres naturales.

Por primera vez tenemos una medida de referencia para cualquier hábitat antes de que sea destruido.

Piensen en su ciudad natal.

¿Cuáles son sus riesgos ambientales a los que se expone?

Así es como salvaremos a Puerto Rico después del huracán María.

Ahora tenemos una medida de referencia a partir de la miel, el ADN de la miel del antes y el después de la tormenta.

Comenzamos en Humacao.

Esto fue justo antes que el huracán María tocara tierra.

Y sabemos cuáles plantas reemplazar y en qué cantidad o a dónde al triangular muestras de ADN de miel.

Incluso pueden pensar en esto, esta hermosa tierra que nos conectó, nos preparó, toda la ciencia ciudadana que comenzamos, la erosión, las tormentas de invierno que cada año se hacen más fuertes.

¿Qué vamos hacer con relación a nuestra tierra hermosa?

Al observar el ADN de la miel veremos cuáles plantas con raíces profundas son buenas para los polinizadores y puedan salvaguardar la tierra, y juntos, todos pueden participar.

Y la solución cabe en una cucharadita.

Si tu ciudad natal es arrasada o destruida por un desastre natural, ahora tenemos los planos suspendidos en el tiempo para restaurarla en la Tierra o incluso en un invernadero en Marte.

Sé que suena descabellado pero piensen esto: un nuevo Provincetown, una nueva ciudad natal, un sitio que es a la vez familiar y bueno para los polinizadores, para un sistema alimenticio estable, cuando pensamos en el futuro.

Ahora, juntos, sabemos cómo salvar a las abejas…

plantando hábitats diversos.

Ahora, juntos, sabemos cómo las abejas nos salvarán…

siendo los barómetros de nuestra salud ambiental, siendo los planos, las fuentes de información, y pequeñas fábricas de datos suspendidas en el tiempo.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/noah_wilson_rich_how_you_can_help_save_the_bees_one_hive_at_a_time/

 

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