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¿Qué sucede cuando tienes una conmoción cerebral? – Clifford Robbins – Charla TED-Ed

Charla «¿Qué sucede cuando tienes una conmoción cerebral? – Clifford Robbins» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en: https://ed.ted.com/lessons/what-happens-when-you-have-a-concussion-clifford-robbins

Cada año en Estados Unidos, jugadores de actividades deportivas y recreativas reciben entre 2,5 y 4 millones de conmociones cerebrales. ¿Qué tan peligrosas son estas conmociones cerebrales? La respuesta es complicada, y depende de cómo responde el cerebro cuando algo lo golpea. Clifford Robbins explica la ciencia que hay detrás de las conmociones cerebrales.

Lección de Clifford Robbins, animación de Boniato Studio.

  • Autor/a de la charla: Clifford Robbins
  • Fecha de grabación: 2017-07-27
  • Fecha de publicación: 2020-01-16
  • Duración de «¿Qué sucede cuando tienes una conmoción cerebral? – Clifford Robbins»: 355 segundos

 

Traducción de «¿Qué sucede cuando tienes una conmoción cerebral? – Clifford Robbins» en español.

Cada año en Estados Unidos, jugadores de actividades deportivas y recreativas reciben entre 2,5 y 4 millones de conmociones cerebrales.

¿Qué tan peligrosas son las conmociones cerebrales? La respuesta es complicada, y depende de cómo responde el cerebro cuando algo lo golpea.

El tejido del cerebro es suave y grasoso, su consistencia es como una gelatina.

Dentro de sus membranas protectoras y la cubierta dura del cráneo, este órgano delicado está generalmente bien protegido.

Pero una sacudida repentina puede mover el cerebro y golpearlo contra el interior duro del cráneo, a diferencia de la gelatina, el tejido del cerebro no es uniforme.

Está construido por una gran red de 90 000 millones de neuronas, que transmiten señales a través de sus largos axones para comunicarse en el cerebro y controlar el cuerpo.

La estructura larga y delgada hace que sean muy frágiles y cuando se chocan, las neuronas se estiran o incluso se rasgan.

Esto no solo daña su capacidad de comunicarse, también cuando los axones destruidos se comienzan a degenerar, liberan toxinas que además provocan la muerte de otras neuronas.

Esta combinación de eventos causa una conmoción cerebral.

El daño se puede manifestar de diferentes maneras como pérdida de conocimiento, dolor de cabeza, visión borrosa, problemas de equilibrio, cambio del estado de ánimo, problemas de memoria, pensamiento y sueño, y comienzo de ansiedad y depresión.

Cada cerebro es diferente, por lo cual las personas viven la conmoción cerebral de diferentes formas.

Por suerte, la mayoría de las conmociones cerebrales curan totalmente y los síntomas desaparecen en cuestión de días o semanas.

Bastante descanso y el retorno gradual a la actividad permite que el cerebro cure por sí solo.

Respecto al descanso, muchas personas han escuchado que no deberían dormir poco después de recibir la conmoción cerebral porque podría inducir un coma.

Eso es un mito.

Si los médicos no están preocupados por algún daño cerebral severo, como sangrado cerebral, no hay problemas documentados de ir a dormir después de la conmoción cerebral.

Algunas veces las víctimas pueden experimentar algo llamado síndrome de post-conmoción, o PCS.

Las personas con PCS pueden experimentar dolores de cabeza constantes, dificultades de aprendizaje, y cambios de comportamiento que incluso pueden afectar sus relaciones personales durante meses o años después de la lesión.

Tratar de jugar con una conmoción cerebral incluso por unos minutos, o volver a practicar deportes muy pronto después de la lesión, hace más posible desarrollar PCS.

En algunos casos, una conmoción puede ser difícil de detectar porque los síntomas se revelan lentamente en el tiempo.

Por lo general es verdad con los impactos subconcusivos, que resultan de impactos en la cabeza más suaves que los que causan conmociones cerebrales.

Este tipo de lesiones no causan síntomas claros de inmediato, pero con el tiempo pueden llevar a graves enfermedades cerebrales degenerativas si sucede repetidamente.

Veamos los jugadores de fútbol, que repetidamente cabecean el balón.

Usando una técnica llamada Imagen por Difusión de Tensor, estamos empezando a entender qué efecto tiene esto en el cerebro.

Este método permite a los científicos encontrar racimos de axones y ver cómo los golpes suaves pueden afectar su estructura.

En 2013, investigadores descubrieron mediante esta técnica que los atletas que han cabeceado más veces el balón, cerca de 1800 veces al año, han dañado la integridad estructural de los racimos de axones.

El daño fue similar a la forma en que se daña una cuerda cuando las fibras individuales se empiezan a desgastar.

Esos jugadores también tuvieron los peores resultados en pruebas de memoria corta, aunque no han sufrido conmoción cerebral completa, esos golpes subconcusivos se acumulan a través del tiempo en daños medibles.

De hecho, los investigadores saben que una sobrecarga de golpes subconcusivos está ligada a enfermedades cerebrales degenerativas conocidas como Encefalopatía Traumática Crónica o CTE.

Las personas con CTE sufren cambios en su estado de ánimo y comportamiento que empiezan a aparecer a los 30 y tantos o 40 y tantos seguidos por problemas de pensamiento y memoria que en algunos casos pueden incluso resultar en demencia.

La culpable es una proteína llamada tau.

Por lo general, las proteínas tau soportan pequeños tubos dentro de los axones, llamados microtúbulos.

Se cree que las subconcusiones repetitivas dañan los microtúbulos, haciendo que las proteínas tau se desencajen y se agrupen.

Los agrupamientos interrumpen transporte y comunicación entre neuronas y provocan el daño de las conexiones dentro del cerebro.

Una vez que las proteínas tau empiezan a agruparse, hacen que se creen más agrupamientos y se difundan por todo el cerebro, incluso después de que los impactos en la cabeza han parado.

Los datos muestran que en jugadores de fútbol americano, entre 50 y 80 % de las conmociones cerebrales ni se reportan ni se tratan.

Algunas veces porque es difícil encontrar de inmediato la conmoción cerebral.

Pero muchas veces se debe a la presión o al deseo de seguir jugando a pesar de que algo está mal.

Esto no solo arruina la recuperación, también es peligroso.

Nuestros cerebros no son invencibles.

Ellos nos necesitan que los protejamos de daños y los ayudemos a recuperarse de los daños alguna vez causados.

https://www.ted.com/talks/clifford_robbins_what_happens_when_you_have_a_concussion/

 

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