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Charla «¿Qué tan alto pueden crecer los árboles? – Valentin Hammoudi» de TED-Ed en español.
Mira la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/how-tall-can-a-tree-grow-valentin-hammoudi
Con más de 100 metros de altura, las secuoyas de California son más altas que las demás 60 000 especies de árboles de la Tierra. Pero hasta estos gigantes tienen su límite: no hay registros de que ninguna secuoya haya alcanzado más de 130 metros de altura. Entonces ¿qué es exactamente lo que detiene el crecimiento de estos árboles? Valentin Hammoudi investiga por qué los árboles tienen una altura límite.
Lección de Valentin Hammoudi, dirección de Doug Alberts.
- Autor/a de la charla: Valentin Hammoudi
- Fecha de grabación: 2019-03-14
- Fecha de publicación: 2019-03-14
- Duración de «¿Qué tan alto pueden crecer los árboles? – Valentin Hammoudi»: 266 segundos
Traducción de «¿Qué tan alto pueden crecer los árboles? – Valentin Hammoudi» en español.
Con más de 100 metros de altura, las secuoyas de California son más altas que las demás 60 000 especies de árboles del mundo.
Crecen en las brumosas montañas de Sierra Nevada y sus masivos troncos sostienen los árboles más altos del mundo.
Pero hasta estos gigantes tienen su límite.
No hay registros de que ninguna secuoya haya alcanzado más de 130 metros de altura, y muchos investigadores sostienen que estos árboles no superarían ese límite por más que viviesen miles de años.
Entonces ¿qué es exactamente lo que detiene el crecimiento de estos árboles? Todo se reduce a la savia.
Para crecer, los árboles necesitan usar el azúcar obtenida vía fotosíntesis y nutrientes que suben desde la raíz hasta las partes en desarrollo de la planta.
Y así como la sangre circula por el cuerpo humano, el diseño de los árboles cuenta con dos tipos de savia que circulan por su cuerpo y transportan todas las sustancias que las células del árbol necesitan para vivir.
Una de ellas es la savia elaborada.
Como contiene los azúcares generados en las hojas durante la fotosíntesis, la savia elaborada es espesa, como miel, y circula por el tejido floemático de la planta distribuyendo el azúcar a todo el árbol.
Hacia el final de su recorrido, la savia elaborada se diluye y se vuelve una sustancia acuosa, y se empoza en la base del árbol.
Junto al floema se encuentra el otro tipo de tejido del árbol: el xilema.
Este tejido está cargado de nutrientes e iones como calcio, potasio y hierro absorbidos por el árbol a través de sus raíces.
En la base del árbol, un tejido tiene mayor cantidad de estas partículas que el otro.
El agua de la savia elaborada es absorbida por el xilema para corregir el balance.
Este proceso, denominado ósmosis, produce savia bruta rica en nutrientes que circula por el tronco hacia todo el árbol para distribuir los nutrientes.
Pero este recorrido debe enfrentarse a un formidable obstáculo: la gravedad.
Para completar esta tarea hercúlea, el xilema cuenta con tres fuerzas: la transpiración, la capilaridad y la presión radical.
Como parte del proceso de fotosíntesis, las hojas abren y cierran los estomas.
Estas aberturas permiten el ingreso y egreso del oxígeno y del CO₂ en la hoja, y permiten además que el agua se evapore.
Esta evaporación, conocida como transpiración, origina una presión negativa en el xilema que hace que la savia bruta acuosa ascienda por el árbol.
Este proceso cuenta con la ayuda de la capilaridad, una propiedad del agua.
En tubos angostos, la atracción entre las moléculas de agua y las fuerzas adhesivas entre el agua y su entorno puede vencer la fuerza de gravedad.
Este movimiento capilar se da dentro de los filamentos del xilema, que son más finos que el cabello humano.
Cuando estas dos fuerzas hacen ascender la savia, la ósmosis en la base del árbol crea presión radical y empuja la savia bruta hacia arriba, a través del tronco.
Conjuntamente, estas fuerzas lanzan la savia a grandes alturas distribuyendo así nutrientes y haciendo crecer nuevas hojas para la fotosíntesis en lo alto del árbol.
Pero a pesar de estos sistemas sofisticados, cada centímetro que asciende debe luchar contra la gravedad.
A medida que los árboles crecen más y más, el suministro de estos fluidos esenciales comienza a menguar.
A determinada altura, los árboles ya no resisten la pérdida de agua que se da por evaporación durante la fotosíntesis.
Y sin la fotosíntesis para sostener este crecimiento adicional, el árbol destina sus recursos a las ramas existentes.
Este modelo, conocido como «hipótesis de la limitación hidráulica», es la mejor explicación actual de por qué los árboles tienen una altura límite incluso en perfectas condiciones de crecimiento.
Al emplear este modelo junto con índices de crecimiento y requisitos específicos de nutrientes y fotosíntesis, los investigadores han propuesto límites de altura para especies específicas.
De momento, estos límites se han demostrado.
Hasta los árboles más altos se encuentran unos 15 metros por debajo del límite.
Los investigadores continúan investigando las posibles explicaciones de este límite, y quizá no haya una única razón por la que los árboles dejan de crecer.
Pero, hasta que aprendamos más, la altura de los árboles es una de las formas en que la gravedad moldea, literalmente, la vida en la Tierra.
https://www.ted.com/talks/valentin_hammoudi_how_tall_can_a_tree_grow/