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Deberes escolares » Charlas educativas » ¿Quiénes eran las vírgenes vestales y cuál era su ocupación? – Peta Greenfield – Charla TED-Ed

¿Quiénes eran las vírgenes vestales y cuál era su ocupación? – Peta Greenfield – Charla TED-Ed

Charla «¿Quiénes eran las vírgenes vestales y cuál era su ocupación? – Peta Greenfield» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en: http://ed.ted.com/lessons/who-were-the-vestal-virgins-and-what-was-their-job-peta-greenfield

En la antigua Roma, las vírgenes vestales estaban encargadas de mantener encendida la llama de Vesta, la diosa virgen del hogar. La llama representaba dos cosas: la continuidad de Roma como potencia mundial y la virginidad de las sacerdotisas de Vesta. Pero, ¿cómo era la vida para estas vírgenes vestales? Peta Greenfield se remonta en el tiempo para averiguarlo.

Lección de Peta Greenfield, animación de Kozmonot Animation Studio.

  • Autor/a de la charla: Peta Greenfield
  • Fecha de grabación: 2017-05-30
  • Fecha de publicación: 2019-04-01
  • Duración de «¿Quiénes eran las vírgenes vestales y cuál era su ocupación? – Peta Greenfield»: 252 segundos

 

Traducción de «¿Quiénes eran las vírgenes vestales y cuál era su ocupación? – Peta Greenfield» en español.

Una sacerdotisa solitaria se encamina hacia una cámara subterránea.

La gente llena las calles para verla proclamar su inocencia.

Pero no importa.

Ya ha sido juzgada y declarada culpable.

¿La sentencia? Será enterrada viva.

En la cámara subterránea hay pan, agua, leche y aceite.

Tendrá una lámpara, una cama y una manta, pero no saldrá viva.

En el umbral, la sacerdotisa hace una pausa, proclama su inocencia una última vez, luego entra en la cámara para nunca más ser vista por el pueblo romano.

La sacerdotisa es una de las seis vestales de Roma, cada una elegida meticulosamente entre las familias más aristocráticas.

Pero ahora con su muerte, solo hay cinco, y se debe elegir una nueva sacerdotisa.

La pequeña Licinia, de seis años, presenció el espectáculo, sin sospechar que unos días después, sería elegida como la próxima vestal.

Su edad, pertenecer a una familia patricia y su aparente buena salud, la hacen mejor candidata, ante los ojos romanos, para servir a la diosa Vesta.

Sus padres están orgullosos de que hayan elegido a su hija.

Licinia tiene miedo, pero no tiene elección.

Debe servir a la diosa al menos durante los próximos 30 años.

Durante los primeros diez años de servicio, Licinia es considerada una aprendiz; aprende a ser una virgen vestal.

Su tarea principal es mantener encendida la llama de Vesta, la virgen diosa del hogar.

Vesta no tiene una estatua como otros dioses y diosas romanos.

En cambio, está representada por la llama que arde día y noche en su templo, que está cerca del Foro en el centro de la ciudad.

Como todas las sacerdotisas vestales, Licinia pasa parte del día de turno, observando y cuidando la llama.

La llama representa dos cosas.

La primera es la continuidad de Roma como potencia mundial.

Para los romanos, si la llama se apagaba, la ciudad estaba en peligro.

La llama también simboliza la virginidad de las sacerdotisas de Vesta.

Para los romanos, la virginidad de una vestal significaba no solo castidad, o virtud espiritual o física, sino también su pureza ritual.

Licinia sabe que nunca debe dejar que se apague la llama.

De eso depende su vida, las vidas de sus compañeras vestales y la salvación de la propia Roma.

Licinia aprende a recolectar agua cada día de una fuente cercana para limpiar el templo.

Aprende el Fasti, el calendario de rituales sagrados y mira a la vestal superiora hacer sacrificios.

Cuando Licinia completa su formación, tiene 16 años.

Licinia entiende que su forma de actuar es un reflejo de la diosa a la que sirve.

Cuando es su turno de recolectar el agua, mantiene sus ojos mirando al suelo.

Cuando realiza sacrificios, se concentra intensamente en la tarea.

Licinia dedica su energía para ser la mejor sacerdotisa posible.

Le preocupa que algún día el Estado reclame su vida para protegerse del peligro.

Licinia podría ser acusada de incesto, o de no ser casta, en cualquier momento, y ser sacrificada sin importar si es culpable o inocente.

Licinia ahora entiende por qué enterraron viva a su predecesora.

Hace diez años, se apagó la llama de Vesta.

Las sacerdotisas sabían que no podían mantenerlo en secreto.

El futuro de Roma dependía de ello.

Fueron a ver al pontífice máximo y este abrió una investigación para descubrir la causa de la falla.

Alguien intervino y dijo que una de las vestales ya no era virgen.

Ese fue el principio del fin.

La acusada proclamó su inocencia, pero no bastó.

Fue juzgada y declarada culpable.

La muerte de la vestal fue para proteger la ciudad, pero Licinia llora por lo que se ha perdido y por lo que ella sabe ahora: su propio camino estaba cimentado por la muerte de otra vestal, y su vida podría acabar fácilmente por algo tan simple como una llama que se apaga.

https://www.ted.com/talks/peta_greenfield_who_were_the_vestal_virgins_and_what_was_their_job/

 

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