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Charla «Robert Gordon: La muerte de la innovación, el fin del crecimiento» de TED2013 en español.
La economía de EE.UU. se ha expandido enormemente durante dos siglos. ¿Estamos presenciando el fin del crecimiento? El economista Robert Gordon presenta cuatro razones de la desaceleración del crecimiento de EE.UU.; factores como la epidemia de la deuda y una creciente desigualdad, que podrían llevar a EE.UU. a un período de estancamiento, del que quizá no se encuentre la manera innovadora de salir. Asegúrese de ver también el punto de vista opuesto, de Erik Brynjolfsson.
- Autor/a de la charla: Robert J. Gordon
- Fecha de grabación: 2013-02-26
- Fecha de publicación: 2013-04-23
- Duración de «Robert Gordon: La muerte de la innovación, el fin del crecimiento»: 734 segundos
Traducción de «Robert Gordon: La muerte de la innovación, el fin del crecimiento» en español.
Así viajábamos en el año 1900.
Es una calesa abierta.
No tiene calefacción.
No tiene aire acondicionado.
Ese caballo está tirando al 1 % de la velocidad del sonido, y el camino de tierra lleno de baches se vuelve un lodazal cuando llueve.
Ese es un Boeing 707.
Solo 60 años después, viaja al 80 % de la velocidad del sonido, y hoy no viajamos más rápido porque el transporte aéreo comercial supersónico resultó ser un fracaso.
Así que empecé a preguntarme y reflexionar:
¿puede ser que hayamos dejado atrás los mejores años del crecimiento económico de EE.UU.?
Y eso lleva a que quizá el crecimiento económico está a punto de terminar.
Algunas de las razones no son realmente muy controversiales.
Hay cuatro vientos en contra que golpean a la economía estadounidense en la cara: la demografía, la educación, la deuda y la desigualdad.
Son lo suficientemente potentes como para reducir el crecimiento a la mitad.
Se necesita mucha innovación para compensar esta disminución.
Este es mi planteo: debido a los vientos en contra, si la innovación sigue siendo tan potente como ha sido en los últimos 150 años, el crecimiento se reduce a la mitad.
Si la innovación es menos potente, y se inventan cosas menos geniales y maravillosas, el crecimiento será incluso inferior a la mitad de la historia.
Aquí están ocho siglos de crecimiento económico.
El eje vertical indica el porcentaje de crecimiento por año 0 % al año, 1 % al año, 2 % al año.
La línea blanca es del Reino Unido y EE.UU.
pasa a ser líder en el año 1900, cuando la línea pasa a color rojo.
Observarán que, durante los primeros cuatro siglos, casi no hay crecimiento, solo un 0,2 %.
El crecimiento mejora cada vez más.
Alcanza un máximo en los años 30, 40 y 50, y luego empieza a desacelerarse, y esta es la nota de advertencia.
Esa última baja en la línea roja no son datos reales.
Es un pronóstico que hice hace 6 años de que el crecimiento se desaceleraría 1,3 %.
¿Pero saben cuáles son los hechos reales?
¿Saben cómo ha sido el crecimiento del ingreso por persona en Estados Unidos en los últimos 6 años?
Negativo.
Esto dio lugar a una fantasía.
¿Qué pasa si trato de encajar una curva en este registro histórico?
Puedo hacer que la curva termine donde quiera pero decidí terminarla en 0,2 % como el crecimiento del Reino Unido de los primeros cuatro siglos.
Ahora, la historia muestra un crecimiento del 2 % por año en todo el período 1891 a 2007, y recuerden que ha sido levemente negativo desde 2007.
Pero si se desacelera el crecimiento en vez de duplicar el nivel de vida en cada generación, Los estadounidenses no pueden esperar en el futuro ser dos veces más ricos que sus padres, ni siquiera un cuarto de ricos que sus padres.
Ahora vamos a cambiar y ver el nivel de ingreso per cápita.
En el eje vertical hay miles de dólares a precios actuales.
Observarán que en 1891, a la izquierda, estábamos en unos USD 5000.
Hoy estamos en unos USD 44 000 de producción total por miembro de la población.
¿Y si pudiéramos lograr ese 2 % histórico de crecimiento en los próximos 70 años?
Bueno, es una cuestión aritmética.
Un crecimiento de 2 % cuadruplica el nivel de vida en 70 años.
Eso significa que pasaríamos de 44 000 a 180 000.
Bueno, no sucederá eso, y la razón es el viento en contra.
El primer viento en contra es la demografía.
Es una obviedad que el nivel de vida crece más rápido que la productividad, más rápido que la producción por hora, si crecen las horas por persona.
En los años 70 y 80 tuvimos ese regalo cuando la mujer ingresó al mercado laboral.
Pero ahora se revirtió.
Ahora las horas se contraen; en primer lugar debido al retiro de los «baby boomers», y en segundo lugar porque ha habido un abandono significativo de los hombres adultos de la fuerza laboral, que están en la mitad inferior de la distribución educativa.
El siguiente viento en contra es la educación.
Tenemos problemas en todo el sistema educativo a pesar de los programas educativos.
En la universidad, hay inflación de costos en la educación superior que opaca los costos de inflación en cuidados de salud.
En la educación superior hay un billón de dólares de deuda estudiantil y la tasa de finalización universitaria es de 15 puntos, 15 % debajo de Canadá.
Tenemos mucha deuda.
Nuestra economía creció de 2000 a 2007 a costas del sobreendeudamiento masivo del consumidor.
El pago de esa deuda es una de las principales razones de nuestra lenta recuperación económica actual.
Y todo el mundo sabe, por supuesto, que la deuda del gobierno federal está creciendo en relación al PIB a un ritmo muy rápido, y la única manera de detenerlo es con una combinación de crecimiento más rápido de los impuestos, o de crecimiento más lento en los derechos, también llamados pagos de transferencia.
Y eso nos lleva desde el 1,5 al que hemos llegado en educación, hasta el 1,3.
Y luego tenemos la desigualdad.
En los 15 años previos a la crisis financiera, la tasa de crecimiento del 99 % de la parte inferior de la distribución del ingreso era medio punto más lenta que los promedios que hemos estado hablando antes.
todo el resto fue para el 1 % de la cima.
Eso nos lleva al 0,8.
Y ese 0,8 es el gran cambio.
¿Creceremos al 0,8?
Si es así, eso va a requerir que nuestras invenciones sean tan importantes como las que ocurrieron en los últimos 150 años.
Veamos algunos de estos inventos.
Si uno quería leer en 1875 por la noche, necesitaba una lámpara de aceite o gas.
Eso generó contaminación, generó olores, eran difíciles de controlar, la luz era tenue, eran propensas a incendios.
Para 1929 la luz eléctrica estaba por doquier.
Teníamos la ciudad vertical, la invención del ascensor.
Fue posible Manhattan Central.
Y luego, además de eso, al mismo tiempo, las herramientas manuales fueron reemplazadas por herramientas eléctricas de masas y herramientas eléctricas accionadas a mano; todo gracias a la electricidad.
La electricidad fue de utilidad para la liberación femenina.
Las mujeres, a fines del siglo XIX, pasaban dos días por semana lavando ropa.
Lo hacían en una tabla de fregar.
Tenían que colgar la ropa a secar.
Luego tenían que traerla.
Todo eso llevaba dos días de los siete de la semana.
Después llegó la lavadora eléctrica.
Y para 1950 estaban por doquier.
Pero las mujeres aún tenían que hacer la compra diaria, pero no lo hacían, porque la electricidad les trajo el refrigerador eléctrico.
Volviendo a fines del siglo XIX, la calefacción en la mayoría de los hogares era una gran chimenea en la cocina que se usaba para cocinar y para calefacción.
Los dormitorios eran fríos.
No tenían calefacción.
Pero para 1929, ciertamente en 1950, teníamos calefacción central por doquier.
¿Qué hay del motor de combustión interna, que se inventó en 1879?
En EE.UU., antes del vehículo a motor, el transporte dependía enteramente del caballo urbano, que despedía, sin restricciones, de 10 a 20 kilos de estiércol en las calles todos los días y casi 4 litros de orina.
Eso equivale a entre 2 y 4 toneladas diarias por km2 en las ciudades.
Esos caballos comían totalmente una cuarta parte de la tierra agrícola estadounidense.
Ese es el porcentaje de tierra agrícola estadounidense que demandaba alimentar a los caballos.
Claro, cuando se inventó el vehículo a motor, y se volvió casi omnipresente para 1929, esa tierra agrícola se pudo usar para consumo humano o para exportar.
Y esta es una relación interesante: empezando desde cero en 1900, solo 30 años después, la proporción de vehículos a motor por hogares en EE.UU.
alcanzó el 90 %, en solo 30 años.
Antes de que terminara el siglo, las mujeres tenían otro problema.
El agua para cocinar, limpiar y bañarse era transportada en baldes y cubetas desde el exterior.
Es un hecho histórico que en 1885, el ama de casa media de Carolina del Norte caminaba 230 km al año acarreando 35 toneladas de agua.
Para 1929, las ciudades del país contaban con tuberías subterráneas de agua.
Contaban con tuberías subterráneas de alcantarillado, y, como resultado, empezó a desaparecer un gran flagelo de finales del siglo XIX, como era el cólera.
Y un hecho sorprendente para los tecno-optimistas es que en la primera mitad del siglo XX, la tasa de mejora de la esperanza de vida fue tres veces más rápido de lo que era en la segunda mitad del siglo XIX.
Así que, resulta obvio decir que las cosas no pueden ser más del 100 % de sí mismas.
Y les daré unos ejemplos.
Pasamos de un 1 % al 90 % de la velocidad del sonido.
La electrificación, la calefacción central, la propiedad de vehículos a motor, pasaron de 0 % a 100 %.
Los entornos urbanos hacen a la gente más productiva que en la granja.
Pasamos de una población urbana del 25 % al 75 % en los primeros años de la posguerra.
¿Qué pasa con la revolución electrónica?
Esta es una computadora temprana.
Es increíble.
En 1942 se inventó la computadora central.
Para 1960 teníamos facturas telefónicas, y estados de cuenta bancarios generados por computadoras.
En los años 70 se inventaron los primeros teléfonos móviles y computadoras personales.
Los años 80 nos trajeron a Bill Gates y DOS, los cajeros automáticos reemplazaron a los humanos, los códigos de barra redujeron la mano de obra en el sector minorista.
Saltemos a los años 90, la revolución punto com, y un crecimiento temporal de la productividad.
Pero ahora haremos un experimento.
Tienen que elegir la opción A o la opción B.
(Risas)
En la opción A, se quedan con todo lo inventado hasta hace 10 años.
O sea, Google, Amazon, Wikipedia, agua corriente e inodoros interiores.
O se quedan con lo inventado hasta ayer, incluyendo Facebook y el iPhone, pero tienen que resignar algo, ir a la letrina, y acarrear el agua.
El huracán Sandy hizo que gran cantidad de gente dejara el siglo XX, quizá por un par de días, en algunos casos por más de una semana; electricidad, agua corriente, calefacción, gasolina para el auto, y carga para el iPhone.
El problema que enfrentamos es que todos estos grandes inventos, que tenemos que igualar en el futuro, y mi predicción es que no lo vamos a lograr, nos lleva desde el crecimiento inicial del 2 % al 0,2 %, la curva imaginaria que dibujé al principio.
Y aquí volvemos al caballo y la calesa.
Me gustaría dar un Oscar a los inventores del siglo XX, personas desde Alexander Graham Bell hasta Thomas Edison y los hermanos Wright.
Me gustaría llamarlos a todos aquí, para que ellos los llamaran a Uds.
El desafío es:
¿pueden igualar lo que hicimos?
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/robert_gordon_the_death_of_innovation_the_end_of_growth/