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Ruby Wax: ¿Qué tienen de divertido las enfermedades mentales? – Charla TEDGlobal 2012

Charla «Ruby Wax: ¿Qué tienen de divertido las enfermedades mentales?» de TEDGlobal 2012 en español.

Las enfermedades del cuerpo generan empatía, nos dice la comediante Ruby Wax, excepto las del cerebro. ¿Por qué pasa esto? Con deslumbrante energía y humor, Wax, quien fue diagnosticada de depresión clínica hace una década, nos insta a terminar con la estigmatización de las enfermedades mentales.

  • Autor/a de la charla: Ruby Wax
  • Fecha de grabación: 2012-06-26
  • Fecha de publicación: 2012-10-10
  • Duración de «Ruby Wax: ¿Qué tienen de divertido las enfermedades mentales?»: 524 segundos

 

Traducción de «Ruby Wax: ¿Qué tienen de divertido las enfermedades mentales?» en español.

Una de cada cuatro personas, sufren de algún tipo de enfermedad mental, así que de ustedes…uno, dos, tres, cuatro, sería Ud.

señor.

Usted.

Sí.


(Risas)
Con la dentadura extraña.

Y usted, junto a él.


(Risas)
Usted sabe quién es.

De hecho, toda esa fila no está bien.


(Risas)
Eso no está bien, Hola.

Sí.

Bastante mal.

Ni siquiera me mires.


(Risas)
Yo soy una de esas «una de cada cuatro».

Gracias.

Creo que lo heredé de mi madre, quien solía gatear por casa, agachada a cuatro patas.

Tenía una esponja en cada mano, y una atada a cada rodilla.

Mi madre era completamente absorbente.


(Risas)
Y gateaba detrás mío, diciendo, «¡

¿Quién trae pisadas a un edificio?

!» Y esa era una especie de indicio de que las cosas no estaban bien.

Así que antes de comenzar, quisiera agradecer a los fabricantes de lamotrigina, sertralina y reboxetina, porque sin esas simples medicinas, hoy no estaría de pie.

¿Y, cómo comenzó?

Mi enfermedad mental, bien, ni siquiera voy a hablarles de ella.

¿Y de qué les voy a hablar?

Bien.

Siempre soñé que, cuando tuviese mi crisis final, sería porque tuve una profunda revelación kafkiana, una epifanía existencialista, o que quizás, Cate Blanchett interpretaría mi papel y que ganaría un Oscar por ello.


(Risas)
Pero eso no es lo que sucedió.

Tuve mi crisis durante la muestra deportiva de mi hija.

Estaban todos los padres, sentados en un estacionamiento comiendo del maletero de sus automóviles, sólo los ingleses, comiendo sus salchichas.

Amaban sus salchichas.


(Risas)
Lord y Lady Rigor Mortis estaban comiendo al borde del asfalto, cuando la pistola se disparó, y todas las niñas comenzaron a correr, y todas las mamás comenzaron a alentar «¡Corre! ¡Corre Clamidia!»
(Risas)
«¡Corre como el viento, Veruca! ¡Corre!» Y todas las niñitas corrían, corrían y corrían.

Todas, menos mi hija, que estaba simplemente parada en la línea de salida, saludando, porque no sabía que se suponía que debía correr.

Así que estuve en cama durante casi un mes, y cuando desperté me encontré internada, y cuando vi a los demás pacientes, me di cuenta de que había encontrado a mi gente, a mi tribu.


(Risas)
Porque se convirtieron en mis únicos amigos, eran mis amigos porque muy pocas de las personas que conocía; bien, no me enviaban muchas flores o tarjetas.

Es decir, si me hubiese roto una pierna o si hubiese dado a luz, me habrían inundado, pero todo lo que recibí fueron un par de llamadas diciéndome que me animara.

Anímate.

Porque, claro, a mí no se me había ocurrido.


(Risas)

(Risas)

(Aplausos)
Porque si hay algo que acompaña a esta enfermedad, es que viene con un paquete, y es una verdadera sensación de vergüenza, porque tus amigos dicen «Ah, vamos, muéstrame el bulto, muéstrame las radiografías,» y por supuesto, no hay nada para mostrar.

Así que uno se siente muy mal consigo mismo, porque piensa, «No estoy siendo bombardeada, no vivo en un municipio» Y entonces comienzas a escuchar estas voces abusivas, y no sólo una, sino miles de ellas, 100 000 voces abusivas, si el diablo tuviese síndrome de Tourette, así es como sonaría.

Pero todos aquí sabemos que el diablo no existe, y que no hay voces en sus cabezas.

Saben que cuando oyen estas voces abusivas, todas esas pequeñas neuronas se juntan y ese pequeño espacio se llena de un tipo de sustancia muy tóxica del tipo «quiero suicidarme» y si esto sucediera una y otra vez como en una grabación repetitiva, podrían tener depresión.

Ah, y esa ni siquiera es la punta del iceberg.

Si se tiene un bebé, y se lo maltrata verbalmente, su cerebrito envía señales químicas que son tan destructivas que esa partecita de tu cerebro que distingue el bien del mal, sencillamente no se desarrolla, así que pueden tener a un psicópata hecho en casa.

Si un soldado ve explotar a su amigo, su cerebro entra en un estado de alarma tal, que no puede verbalizar la experiencia, así que solo siente el horror, una y otra vez.

Aquí viene la pregunta.

Y es,

¿cómo es que cuando las personas sufren de un daño mental, se trata de una imaginación hiperactiva?

¿Cómo es que se puede sentir empatía por cualquier órgano de tu cuerpo que se dañe, a excepción del cerebro?

Quisiera hablar más acerca del cerebro, porque sé que a ustedes les gusta esto aquí en TED, así que si me dan un minuto por aquí, bien.

Bien, déjenme decirles, que hay algunas buenas noticias.

Existen algunas buenas nuevas.

En primer lugar hemos llegado muy, muy lejos.

Comenzamos como una pequeñísima ameba unicelular, chiquitita, pegada a una roca, y ahora, voilá, el cerebro.

Aquí vamos.


(Risas)
Esta monada tiene mucha potencia.

Viene completamente consciente.

Tiene los mejores lóbulos del mercado.

Tenemos el lóbulo occipital, para que podamos ver el mundo.

Tenemos el lóbulo temporal, para que podemos oír al mundo.

Por acá tenemos una partecita de la memoria a largo plazo, así que,

¿esa noche que se emborracharon y quieren olvidar?

¡Adiós! No está más.


(Risas)
Entonces, está repleta con 100 mil millones de neuronas chispeantes, transmitiendo información eléctricamente, chispeando, chispeando.

Les voy a mostrar la vista de costado por aquí.

No sé si la cámara toma esto.


(Risas)
Así que, chispeando, y..


(Risas)
Y por cada, lo sé, dibujé esto yo misma.

Gracias.

Por cada neurona, se tienen entre 10 000 a 100 000 conexiones diferentes o dendritas, o como quieran llamarlas, y cada vez que aprenden algo, o experimentan algo esta mata crece, ya saben, esta mata de información.

¿Pueden imaginarlo, cada ser humano lleva consigo esta capacidad, hasta Paris Hilton?


(Risas)
Imagínense.

Pero tengo unas pocas malas noticias.

Tengo malas noticias.

Esto no es para uno de cada cuatro.

Esto es para cuatro de cada cuatro.

No estamos equipados para el siglo 21.

La evolución no nos preparó para esto.

Simplemente no tenemos el ancho de banda.

Y quienes dicen que están teniendo un buen día, que están perfectamente bien, están más dementes que el resto de nosotros.

Porque voy a mostrarles, donde puede haber algunos errores en la evolución.

Bien, permítanme explicárselo.

Cuando éramos hombres primitivos,
(Risas)
, hace millones de años, y de pronto nos sentíamos amenazados por un depredador,

¿bien…?


(Risas)
Nostros, gracias, los dibujé yo misma.


(Risas)
Muchas gracias.

Gracias.

Gracias.


(Aplausos)
Gracias.

En fin, nos llenábamos de nuestra propia adrenalina y nuestro propio cortisol, y luego mataríamos o nos matarían, comeríamos o nos comerían, y de pronto, nos descargábamos y volvíamos a la normalidad.

Bien.

El problema es que, actualmente, el hombre moderno…
(Risas)
Cuando nos sentimos en peligro, aún nos llenamos de sustancias pero como no podemos matar a los controladores de tráfico,
(Risas)
o comernos a funcionarios públicos, el combustible se queda en el organismo permanentemente, entonces estamos en un estado alerta perpetuo.

Y esto es otra cosa que sucede: Hace acerca de 150 000 años, cuando el lenguaje entró en juego, comenzamos a nombrar estas emergencias constantes, y no decíamos simplemente «Oh, por Dios, un tigre dientes de sable» sino que pronto dijimos, «¡Oh, por Dios, no envié ese e-mail.

Mis muslos son muy grandes.

Oh por Dios, todos pueden ver que soy estúpido.

No me invitaron a la fiesta de Navidad!» Así que tenemos esta grabación molesta que escuchamos una y otra vez que nos vuelve locos, entonces

¿ven el problema?

Lo que una vez nos mantuvo a salvo, actualmente nos vuelve locos.

Lamento ser quien les da esta mala noticia, pero alguien debe hacerlo.

Sus mascotas, son más felices que ustedes.


(Risas)

(Aplausos)
Así que un gatito, maúlla, está feliz feliz feliz, los seres humanos, jodidos.

Completa y directamente, tan jodidos.

Pero lo que quiero decir es que si no hablamos de estas cosas, y no aprendemos a lidiar con nuestras vidas, no van a ser una de cada cuatro personas, sino cuatro de cada cuatro.

quienes se van a enfermar mucho en el piso de arriba.

Y, ya que estamos,

¿podemos parar con la estigmatización?

Gracias.


(Aplausos)

(Aplausos)
Gracias.

https://www.ted.com/talks/ruby_wax_what_s_so_funny_about_mental_illness/

 

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