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¿Saben engañar los animales? – Eldridge Adams – Charla TED-Ed

Charla «¿Saben engañar los animales? – Eldridge Adams» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en: https://ed.ted.com/lessons/can-animals-be-deceptive-eldridge-adams

Una luciérnaga macho emite una serie de atractivos destellos. Espera que una hembra responda con su propio cortejo luminoso y puedan así aparearse. Una hembra de otra especie imita su secuencia de destellos: consigue atraer al macho con la promesa de apareamiento, convirtiéndolo así en una presa fácil. ¿Qué otros ejemplos de engaño existen en el reino animal? Eldridge Adams explica en detalle qué tan complejo y sorprendente puede ser el comportamiento animal al manipular predadores, presas y rivales.

Lección de Eldridge Adams, dirigida por The Duke and the Duck.

  • Autor/a de la charla: Eldridge Adams
  • Fecha de grabación: 2018-12-18
  • Fecha de publicación: 2018-12-18
  • Duración de «¿Saben engañar los animales? – Eldridge Adams»: 276 segundos

 

Traducción de «¿Saben engañar los animales? – Eldridge Adams» en español.

Una luciérnaga macho resplandece en el campo, una noche de verano, mediante una secuencia de atractivos destellos.

Espera que una hembra en las cercanías responda con su propio cortejo luminoso, y puedan así aparearse.

Desafortunadamente para este macho las cosas no saldrán como espera.

Una hembra de otra especie imita su secuencia de destellos.

Consigue atraer y engañar al macho con la promesa de apareamiento, convirtiéndolo, de esta forma, en una presa fácil.

Lo engañaron.

Los etólogos han identificado tres características definitorias del engaño en animales no humanos: debe despistar al receptor, quien engaña debe beneficiarse de ello, y no debe ser algo casual.

En este caso, sabemos que la señal predatoria de la luciérnaga no es casual porque ajusta su secuencia de destellos para imitar la secuencia de machos de otras especies.

De acuerdo a esta definición, ¿qué otros ejemplos de engaño animal existen en la naturaleza? El camuflaje es un caso claro y uno de los ejemplos más conocidos de astucia animal.

El gecko de cola de hoja y el pulpo engañan a otros animales camuflándose en las superficies donde se encuentran.

Otros animales usan el mimetismo como defensa.

La inofensiva serpiente escarlata real ha desarrollado patrones rojos, amarillos y negros para parecerse a la serpiente coral, que es venenosa.

De esta forma desalienta a los posibles predadores.

Incluso hay plantas que usan el mimetismo: algunas orquídeas tienen la apariencia y el aroma de avispas hembras, y atraen, de esta forma, a los incautos machos que terminan polinizando la planta.

Algunos animales se benefician de ciertas características físicas fijas que se ajustan evolutivamente a sus entornos.

Pero en otros casos, quien engaña aparentemente anticipa la reacción de otros animales, y modifica su comportamiento en consecuencia.

Al percibir una amenaza, el pulpo cambiará rápidamente de color para camuflarse con su entorno.

El camaleón enano se camufla aún más con su entorno al observar un ave rapaz que al encontrarse con una serpiente.

Las aves, después de todo, tienen una mejor visión del color.

Uno de los ejemplos más fascinantes del engaño animal es el drongo ahorquillado.

Esta ave se posa en la cima de los árboles en el desierto de Kalahari.

Desde allí examina el terreno en busca de predadores y trina cuando detecta una amenaza.

De esta forma, suricatos, turboides bicolor y otros animales se ponen a cubierto.

Pero el drongo también emite una falsa alarma cuando alguno de estos animales captura una presa.

Mientras los suricatos y los turboides huyen, el drongo se apresura a robar sus presas.

Esta táctica funciona la mitad de las veces y, gracias a ella, los drongos consiguen la mayor parte de su comida.

Hay pocos casos de animales que usan señales para engañar a miembros de su misma especie, pero también sucede.

Consideremos a la mantis marina.

Al igual que otros crustáceos, tiene un período de muda, durante el cual su cuerpo blando es vulnerable.

Aun así está resuelta a enfrentar a sus contendientes para proteger su guarida.

Por esto, se ha convertido en una experta en alardear.

A pesar de su fragilidad, la mantis recién mudada es más propensa a amenazar a los intrusos expandiendo sus largos miembros, que suele usar para golpear o apuñalar a sus oponentes.

¡Y funciona! Quienes alardean tienen más chances de conservar sus guaridas que quienes no lo hacen.

En este estado de vulnerabilidad, la mantis marina no resistiría un enfrentamiento.

Por eso estamos seguros de que su comportamiento es pura fanfarronería.

Los biólogos han notado, incluso, que sus fanfarronerías son selectivas: las mantis marinas recién mudadas son más propensas a alardear contra rivales más pequeños, que seguramente se intimidarán y escaparán.

Aparentemente, la mantis marina no amenaza por acto reflejo, sino que calibra cuidadosamente la situación para predecir el comportamiento del rival y así llegar a la decisión más acertada.

Sabemos que los animales son capaces de engañar, pero ¿lo hacen intencionalmente? Es un interrogante complejo, y muchos científicos creen que nunca sabremos la respuesta.

No podemos observar los pensamientos de los animales.

Pero saber lo que el animal piensa no es necesario para detectar un engaño.

Observando el comportamiento y sus resultados, sabemos que los animales manipulan a sus predadores, presas y rivales; y que su capacidad para engañar puede ser extremadamente compleja.

https://www.ted.com/talks/eldridge_adams_can_animals_be_deceptive/

 

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