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Scott Fraser: ¿Por qué los testigos se equivocan? – Charla TEDxUSC

Charla «Scott Fraser: ¿Por qué los testigos se equivocan?» de TEDxUSC en español.

Scott Fraser investiga cómo los seres humanos recuerdan los crímenes y dan testimonio de ello. En esta charla de gran alcance centrada en un tiroteo mortal al atardecer sugiere que incluso los testigos oculares cercanos a un crimen pueden crear «recuerdos» que no habrían podido ver. ¿Pero por qué? Porque el cerebro aborrece el vacío.

  • Autor/a de la charla: Scott Fraser
  • Fecha de grabación: 2012-05-04
  • Fecha de publicación: 2012-09-10
  • Duración de «Scott Fraser: ¿Por qué los testigos se equivocan?»: 1250 segundos

 

Traducción de «Scott Fraser: ¿Por qué los testigos se equivocan?» en español.

El asesinato ocurrió hace poco más de 21 años, el 18 de enero de 1991, en una pequeña ciudad dormitorio de Lynwood, California, a pocos km al sureste de Los Ángeles.

Un padre salió de su casa para decirle a su hijo adolescente y a sus cinco amigos que era hora de dejar de hacer el tonto en el jardín y en la acera, que se fueran a casa, terminaran sus deberes de la escuela, y que se preparasen para la cama.

Y mientras el padre daba estas instrucciones, un auto pasó por allí, lentamente, y justo después de que pasara el padre y los jóvenes, una mano salió de la ventana del copiloto, —»¡Pam, Pam!!» —matando al padre.

Y el auto salió a toda velocidad.

La policía, los agentes de la investigación fueron increíblemente eficientes.

Tuvieron en cuenta a todos los culpables de costumbre, y en menos de 24 horas, ya tenían seleccionado a su sospechoso: Francisco Carrillo, un joven de 17 años, que vivía a dos o tres calles de distancia de donde ocurrió el tiroteo.

Encontraron fotos de él.

Se preparó una serie de fotos, y el día después del tiroteo, se las mostraron a uno de los adolescentes, y dijo: «Esta es la foto.

Ese es el tirador que yo vi que mató al padre.» Eso era todo lo que un juez en audiencia preliminar tenía que escuchar para juzgar al Sr.

Carrillo por un asesinato en primer grado.

En la investigación que siguió antes del propio proceso, a cada uno de los otros cinco adolescentes se les mostraron fotografías, la misma serie de fotos.

La imagen que se podía determinar mejor fue probablemente la mostrada en la serie de fotos situada en la esquina inferior izquierda de esas fotos policiales.

La razón por la que no estamos absolutamente seguros estriba en la naturaleza de la preservación de pruebas en nuestro sistema judicial, pero eso sería para toda una charla TEDx en otro momento.


(Risas)
Así que en el propio proceso, los seis adolescentes declararon: e indicaron las identificaciones en la serie de fotos.

Le declararon culpable.

Le condenaron a cadena perpetua, y le llevaron a la prisión de Folsom.

Entonces,

¿qué es lo que está mal?

Sencillamente las garantías judiciales, toda la investigación.

No se encontró arma alguna.

Ningún vehículo se identificó como aquel desde donde el tirador había sacado el brazo, y a nadie se le acusó de ser el conductor del vehículo del tirador.

¿Y la coartada del Sr.

Carrillo?

¿Quiénes de los padres aquí en la sala no mentiría sobre el paradero de su hijo o hija en una investigación de un asesinato?

Enviado a prisión, obstinadamente insiste en su inocencia, que reitera constantemente durante 21 años.

Entonces,

¿cuál es el problema?

Los problemas, en realidad, para este tipo de casos vienen muchas veces de décadas de investigación científica que implica la memoria humana.

En primer lugar, tenemos todos los análisis estadísticos del trabajo del Proyecto Inocencia, donde tenemos unos 250 ó 280 casos documentados de personas condenadas injustamente y absueltas posteriormente, algunas del pabellón de la muerte, gracias al análisis de ADN posterior, y se sabe que más de tres cuartas partes de todos los casos de indulto había involucrado solo un único testigo para la identificación, como testimonio durante el juicio que los condenó.

Sabemos que las identificaciones de testigos oculares son falibles.

Lo otro proviene de un aspecto interesante de la memoria humana que está relacionado con varias funciones del cerebro pero que puedo resumir en aras de la brevedad en una simple línea: El cerebro aborrece el vacío.

En las mejores condiciones de observación, la más favorable, sólo detectamos, codificamos y almacenamos en nuestro cerebro partes y trozos de toda la experiencia vivida, y las almacenamos en diferentes partes del cerebro.

Así que ahora, cuando importa que seamos capaces de recordar qué es lo que experimentamos, tenemos un almacenamiento incompleto, parcial, y

¿qué pasa?

Por debajo de la conciencia, sin que exista ningún tipo de procesamiento motivado, el cerebro se llena de información que no estaba allí, —que no se había almacenado originalmente—.

A partir de inferencias, especulaciones, a partir de fuentes de información que te llegaron, como observador, después de la observación.

Pero sucede sin que uno se dé cuenta, de tal manera que no se es consciente de que esté ocurriendo.

Esto se conoce como memorias reconstruidas.

Nos pasa a nosotros en todos los aspectos de nuestra vida, todo el tiempo.

Esas dos consideraciones, entre otras…

la memoria reconstruida, la falibilidad del reconocimiento…

fue parte de la iniciativa de un grupo de abogados de apelación liderados por una abogada increíble llamada Ellen Eggers para aunar sus experiencias y sus talentos y solicitar a un tribunal superior un nuevo juicio a Francisco Carrillo.

Me contrataron, como un neurofisiólogo forense, porque tenía experiencia en la identificación de testigos oculares, que obviamente es pertinente en este caso,

¿no?

Pero también porque tengo experiencia y doy testimonio de la naturaleza de la visión nocturna humana.

Y,

¿qué tiene eso que ver con lo otro?

Bueno, cuando se estudian los materiales del caso en el caso de Carrillo, una de las cosas que de repente llama la atención es que los investigadores dijeron que la luz era buena en la escena del crimen, en el tiroteo.

Todos los adolescentes declararon durante el juicio que podían ver muy bien.

Pero esto ocurrió a mediados de enero, en el hemisferio norte, a las 7 de la noche.

Así que cuando hice los cálculos para los datos lunares y solares en ese lugar de la Tierra en el momento del incidente del tiroteo, ya había sobrepasado el final del crepúsculo y en esa noche no había Luna.

Así que toda la luz en esta zona desde el Sol y la Luna es lo que se ve en la pantalla de la derecha aquí.

La iluminación sólo en esa zona tenía que provenir de fuentes artificiales, y ahí es donde intervengo yo y hago la reconstrucción real de la escena con fotómetros, con diferentes medidas de iluminación y otras medidas de percepción del color, junto con cámaras especiales y la película de alta velocidad.

Es decir, tomo todas las mediciones y las registro,

¿verdad?

Y luego de tomar fotografías, así se veía la escena en el momento de los disparos desde la posición de los adolescentes mirando el auto a punto de disparar.

Este es el aspecto al otro lado de la calle directamente desde donde se encontraban.

Recuerden, el informe de los agentes, decía que la iluminación era buena.

Los adolescentes dijeron que podían ver muy bien.

Esta es la vista hacia el este, donde el vehículo que disparó salió a toda velocidad, y esta es la iluminación directa detrás del padre y los adolescentes.

Como se puede ver, es bastante pobre.

Nadie diría que esté bien iluminado, y de hecho, aunque sean bonitas estas imágenes, la razón para hacerlas es que yo sabía que tenía que testificar en el juicio, y una imagen vale más que mil palabras cuando uno trata de comunicar números, conceptos abstractos como lux, la medición internacional de la iluminación o los valores de ensayo de percepción de color Ishihara.

Si uno presenta a aquellos que no están bien versados en esos aspectos de la ciencia, se convierten en salamandras al sol del mediodía.

Es como hablar de la tangente del ángulo visual,

¿cierto?

Los ojos se ponen vidriosos,

¿no?

Un buen experto forense también debe ser un buen educador, un buen comunicador, y eso es parte de la explicación para tomar fotos, para mostrar no sólo donde están las fuentes de luz, la luz difusa, y la distribución, sino también para que sea más fácil para el juez comprender las circunstancias.

Así que estos son algunos de los cuadros que, de hecho, usé cuando testifiqué; pero lo más importante era, para mí como científico, aquellas lecturas, las lecturas del fotómetro, que luego se pueden convertir en predicciones reales de la capacidad visual del ojo humano en esas circunstancias.

Y de mis lecturas registradas en el lugar en las mismas condiciones solares y lunares a la misma hora, etc.

pude predecir que no había ninguna percepción fiable del color, lo que resulta crucial para el reconocimiento facial, y que había solamente visión escotópica, lo que significa que había una resolución muy baja, lo que llamamos límite de la detección de bordes, y que, además, debido a que los ojos habrían estado totalmente dilatados bajo esta luz, la profundidad de campo, la distancia a la que se puede enfocar y ver los detalles, hubiera sido inferior a 18 cm de distancia.

Testifiqué esto ante el tribunal, y mientras, el juez estuvo muy atento, fue una audiencia muy, muy larga para la petición de un nuevo juicio.

Y como resultado, me di cuenta por el rabillo del ojo que quizá el juez necesitaría un empujoncito adicional más allá de los números.

Y aquí me mostré un poco audaz, y volteé hacia el juez y le pregunté, le dije: «Su Señoría, creo que debería salir y mirar la escena Ud.

mismo.» Puede que hubiera empleado un tono más parecido a un desafío que a una petición.


(Risas)
No obstante, el crédito es de ese hombre y su coraje ya que dijo: «Sí, lo haré.» Una sorpresa en la jurisprudencia estadounidense.

Así que, de hecho, simulamos las condiciones idénticas, reconstruimos todo de nuevo, él salió con toda una brigada de oficiales para protegerlo en esta comunidad,

¿sí?


(Risas)
lo pusimos realmente en la calle, así más cerca del vehículo sospechoso, el vehículo tirador, de donde los adolescentes estaban en realidad, así que se encontraba a pocos metros de la acera hacia el centro de la calle.

Pusimos un auto que pasó por allí, el mismo vehículo al descrito por los adolescentes,

¿no?

Tenía un conductor y un pasajero, y después de que el auto había pasado delante del juez, el pasajero extendió la mano, apuntó de nuevo al juez, mientras el coche continuó camino, exactamente al igual que los adolescentes lo había descrito,

¿no?

Bueno, él no llevaba un arma de verdad en la mano, sino un objeto negro en la mano similar al arma descrita.

Le apuntó, y esto es lo que el juez vio.

Este es el auto a 9 m de distancia del juez.

Hay un brazo que sobresale del lado del pasajero y le apuntó a Ud.

Eso son 9 m de distancia.

Algunos de los adolescentes dijeron que, de hecho, el auto estaba a 5 m de distancia cuando disparó.

Bien.

Hay 5 m.

En este punto, me preocupé un poco.

Este juez es alguien con el que nunca querrías jugar al póquer.

Era totalmente impertérrito.

No se vía ni una contracción de ceja.

No pude ver ni el más mínimo movimiento de la cabeza.

No tenía ni idea de cómo estaba reaccionando a esto, y después miró la recreación, se volvió hacia mí y dijo: «

¿Hay algo más que quiere que mire?

» Le dije: «Su señoría», y no sé si por estar envalentonado por las mediciones científicas que tenía en mi bolsillo y mi conocimiento de su exactitud, o si era sólo pura estupidez, que es lo que los abogados de la defensa pensaban
(Risas)
al oírme decir: «Sí, Su Señoría, quiero que permanezca ahí y quiero que el auto haga el mismo recorrido de nuevo y quiero que venga, y quiero que se detenga justo delante de Ud., como a un metro de distancia, y quiero que el pasajero extienda la mano con un objeto negro y que le apunte a Ud., y que Ud.

pueda verlo todo el tiempo que desee.

» Y eso es lo que vio.


(Risas)
Se darán cuenta de lo que también está en mi informe de la prueba, que toda la iluminación dominante viene del lado norte, lo que significa que la cara del tirador habría estado en la foto totalmente obstruida.

Habría sido a contraluz.

Además, el techo del auto causaba lo que llamamos una nube de sombra en el interior del auto lo que lo hacía más oscuro.

Y esto como a un metro de distancia.

¿Por qué correr el riesgo?

Yo sabía que la profundidad de campo es de 45 cm o menos.

De 1 a 1,2 metros, que bien podría haber sido un campo de fútbol de distancia.

Esto es lo que vio.

Volvió, hubo unos días más de pruebas que se escucharon.

Al final de todo, dictó la sentencia que se concedía la petición de un nuevo juicio.

Y, además, puso en libertad al Sr.

Carrillo para que pudiera ayudar en la preparación de su defensa si el fiscal decidiera volver a juzgarlo.

Lo que decidieron no hacer.

Ahora es un hombre libre.


(Aplausos)

(Aplausos)
Este es él abrazando a su abuela política.

Él —su novia estaba embarazada cuando él fue a juicio,

¿no?

Y ella tuvo un niño — Él y su hijo van a la universidad Long Beach y asisten a clase.


(Aplausos)
Y

¿qué revela este ejemplo?

¿Qué es lo que debemos tener en cuenta?

En primer lugar, hay una larga historia de antipatía entre la ciencia y la ley en la jurisprudencia estadounidense.

Podría ofrecerles historias horribles de ignorancia a lo largo de décadas de experiencia como experto forense de tratar de introducir ciencia en la sala de audiencias.

El consejo de oposición siempre se opone.

Una sugerencia es que todos nosotros estemos mucho más de acuerdo con la necesidad, a través de la política, a través de procedimientos, para conseguir más ciencia en la sala de audiencias, y creo que un gran paso hacia eso sería pedir más requisitos —con el debido respeto a las facultades de derecho—, de la ciencia, tecnología, ingeniería, y matemáticas para cualquiera que se dedique a la jurisprudencia, porque se convierten en los jueces.

Piense acerca de cómo seleccionamos a nuestros jueces en este país.

Es muy diferente que la mayoría de las otras culturas.

¿Sí?

Lo siguiente que me gustaría sugerir, es el cuidado que todos debemos tener, yo constantemente me lo tengo que recordar a mí mismo, acerca de la exactitud de los recuerdos qué sabemos que son ciertos.

Hay décadas de investigación, ejemplos y ejemplos de casos como éste, donde los individuos realmente creen.

Ninguno de esos adolescentes que lo identificó pensaban que señalaban a la persona equivocada.

Ninguno de ellos pensó que no podía ver la cara de la persona.

Todos tenemos que ser muy cuidadosos.

Todos nuestros recuerdos son recuerdos reconstruidos.

Son el producto de lo que originalmente hemos vivido y de todo lo que pasó después.

Son dinámicos.

Son maleables.

Son volátiles, y como resultado de ello, todos tenemos que recordar ser cautelosos, que la precisión de nuestros recuerdos no se mide en la forma en que están vivos ni en la certeza que tenemos de que son correctos.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/scott_fraser_why_eyewitnesses_get_it_wrong/

 

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