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Charla «Si muere la prensa local, también muere la democracia.» de TEDxMileHigh en español.
Desde 2004 en EE.UU. han cerrado sus puertas casi 1800 salas de redacción dejando a muchas comunidades sin voz, ocultas y en la oscuridad. En esta apasionada charla, en este grito de guerra, el periodista Chuck Plunkett explica por qué se rebeló contra su empleador para alertar a la opinión pública sobre un sector en peligro de extinción y defender a la prensa local como esencial para cualquier democracia saludable.
- Autor/a de la charla: Chuck Plunkett
- Fecha de grabación: 2019-06-22
- Fecha de publicación: 2020-03-03
- Duración de «Si muere la prensa local, también muere la democracia.»: 671 segundos
Traducción de «Si muere la prensa local, también muere la democracia.» en español.
He sido periodista durante más de 23 años, en «Arkansas Democrat-Gazette», en «Pittsburgh Tribune Review» y, recientemente, en «The Denver Post».
(Aplausos)
Cuando comencé en «The Denver Post» en 2003, ese era uno de los diez periódicos más grandes del país, con una impresionante cantidad de suscriptores y casi 300 periodistas.
En aquel entonces estaba en mis treinta.
Cualquier periodista ambicioso a esa edad aspira a trabajar para alguno de los grandes periódicos nacionales, como «The New York Times» o «The Wall Street Journal».
Pero yo estaba deslumbrado con mis primeras semanas en «The Denver Post», y pensé «Este será mi periódico.
Puedo hacer carrera aquí».
Bueno, pasaron siete años, nos vendieron a un fondo de cobertura, Alden Global Capital.
En un par de años, (Ríe)
(Risas)
Algunos de Uds.
conocen la historia.
(Risas)
En un par de años, los retiros voluntarios ordenados por antiguos y nuevos dueños de la empresa redujeron la sala de redacción a casi la mitad.
Y yo lo entendí.
La regla general solía ser que el 80 % de los ingresos de un periódico provenía de los caros anuncios impresos y de los avisos clasificados.
Con gigantes emergentes como Google, Facebook y Craigslist, el dinero de la publicidad se estaba evaporando.
Toda la industria atravesaba un cambio masivo de lo impreso a lo digital.
Alden quería que fuéramos los primeros en volvernos digitales.
Que aprovecháramos los blogs, los videos y las redes sociales.
Dijeron que un día el dinero que ganáramos en línea compensaría las pérdidas de lo impreso.
Pero ese día nunca llegó.
En 2013 ganamos un premio Pulitzer por cubrir la masacre de Aurora.
Alden ordenó un nuevo recorte de periodistas.
Otro más, y otro más, y otro, y otro más.
Nos vimos obligados a despedirnos de periodistas talentosos y trabajadores que no eran solo amigos, sino también familia.
Los que quedamos tuvimos que trabajar en exceso, cubriendo múltiples noticias y escribiendo artículos apresurados.
Dentro de una sala de reuniones sin ventanas, en marzo de 2018, nos dijeron que harían un nuevo recorte de 30 empleados.
Este periódico que una vez contó con 300 periodistas ahora tendría solo 70.
Y eso no tenía sentido.
Habíamos ganado muchos premios Pulitzer.
Cambiamos el enfoque de lo impreso a lo digital, alcanzamos objetivos ambiciosos y un email de los directivos hablaba de márgenes de ganancia más altos que Post que, según los expertos de la industria, era casi del 20 %.
Si nuestra empresa era tan exitosa y tan rentable,
¿por qué nuestra redacción se volvía cada vez más y más pequeña?
Sabía que lo que pasaba en Colorado estaba pasando en todo el país.
Desde 2004, habían cerrado casi 1800 redacciones.
Han oído de desiertos alimenticios.
Estos son desiertos de noticias.
Hay localidades, a menudo municipios enteros con poca o casi ninguna cobertura de noticias.
Para colmo de males, muchos periódicos se han vuelto barcos fantasmas, que fingen navegar con una sala de redacción pero en realidad solo ponen anuncios en ejemplares de relleno.
Cada vez se venden más redacciones a empresas como Alden.
Y en esa reunión, sus intenciones no pudieron ser más claras.
Cosecha lo que puedas, y tira el resto.
Así que, trabajando en secreto con un equipo de ocho escritores, preparamos una sección especial, «Perspectiva de Domingo», sobre la importancia de las noticias locales.
(Risas)
La rebelión de Denver se lanzó como un misil, y explotó como una bomba de hidrógeno.
[En un extraordinario acto de rebeldía, Denver Post le pide a su dueño que venda el periódico] [Junta editorial de Denver Post desafía públicamente al dueño del periódico] [Sobre The Denver Post, buitres y superhéroes] (Aplausos y vitoreos) Claramente, no estábamos solos en nuestro enojo.
Pero, como era de esperarse, me obligaron a renunciar.
(Risas)
Y al año siguiente nada cambió.
«The Denver Post» solo cuenta con un par de periodistas que hacen lo mejor que pueden en lo que queda de lo que fue este periódico.
Ahora, por lo menos algunos de Uds.
están pensando: «
¿Y entonces?
»
¿Verdad?
¿Y entonces?
Dejemos que muera esta industria agonizante.
Y lo entiendo.
Por un lado, las noticias locales han estado en declive desde hace tanto que muchos de Uds.
quizás no recuerden cómo es tener un gran periódico local.
Quizás hayan visto «En primera plana» o «Detrás de la noticia», películas que romantizaron lo que el periodismo solía ser.
Pero no vine aquí para ser romántico ni nostálgico.
Vine para advertirles que cuando mueren las noticias locales, también muere nuestra democracia.
Y eso es algo que debería preocuparlos…
(Aplausos y vitoreos) Y eso es algo que debería preocuparlos, sin importar si están suscriptos o no.
Les diré por qué.
La democracia es el gobierno del pueblo.
El pueblo es la máxima fuente de poder y autoridad.
Una gran sala de redacción local actúa como un espejo.
Sus periodistas observan la comunidad y reflejan lo que ven.
Esa información nos da poder.
Observar, conocer, entender…
así se toman las buenas decisiones.
Cuando tienen un gran periódico local, tienen a periodistas presentes en cada reunión provincial, escuchando cada sesión del Parlamento y del Senado.
Estas sesiones son importantes, pero a decir verdad, a veces son extremadamente aburridas.
(Risas)
Los periodistas descubren las fallas y las medidas mal elaboradas, y esos proyectos de ley fracasan porque el pueblo estaba bien informado.
Los lectores van a las elecciones y saben los pros y contras de cada medida propuesta, porque los periodistas ya hicieron el trabajo difícil por ellos.
Aún mejor, los investigadores han descubierto que leer un periódico local puede hacer que un 13 % de los no votantes, vaya a votar.
El 13 %.
(Aplausos)
Ese número puede cambiar el resultado de muchas elecciones.
Si no existe un gran periódico local, los votantes quedan desamparados en las elecciones, quedan confundidos, intentan decidir a quién votar con base en jerga jurídica.
Se aprueban medidas deficientes.
Y fracasan las bien elaboradas pero altamente técnicas.
Los votantes se vuelven más partidistas.
Recientemente, en Colorado, en las elecciones a gobernador hubo más candidatos que en cualquier otra elección.
En años pasados, los periodistas habrían investigado cuidadosamente, examinado, verificado, trazado un perfil, debatido, sobre cada candidato en el periódico local.
«The Denver Post» hizo lo mejor que pudo.
Pero a diferencia de como se hacía antes, con investigaciones e informes rigurosos, ahora el público debe interpretar cada vez más la pantomima de los discursos de campaña y los inteligentes anuncios de campaña por sí solo.
Con lo que cuesta la publicidad, la posibilidad de ser electo se reduce al dinero.
Así que al finalizar las elecciones primarias los únicos candidatos que quedan son los más adinerados y los mejor financiados.
Muchos candidatos admirables y con experiencia no tuvieron la oportunidad, porque cuando decae la prensa local, incluso las elecciones más importantes se reducen a dinero.
¿A alguien le sorprende que nuestro nuevo gobernador fuera el candidato que tenía más de USD 300 millones?
¿O que empresarios multimillonarios como Donald Trump y Howard Schultz se apoderen de la esfera política?
No creo que los Padres Fundadores hayan tenido esto en mente cuando hablaban de elecciones libres y justas.
(Aplausos y vitoreos) Es por esto que no podemos simplemente depender de grandes periódicos nacionales, como «The Journal», «The Times» y «The Post».
Esos periódicos son fantásticos, y ahora los necesitamos más que antes.
Pero no es posible que puedan cubrir cada elección de cada municipio del país.
No.
La redacción mejor equipada para cubrir las elecciones locales tiene que ser la redacción local.
Si tienen suerte de aún tener una.
Cuando se acaba la elección, un buen periódico local sigue ahí, esperando como perro guardián.
Cuando son observados, los políticos tienen menos poder, la policía es justa con el público, incluso las empresas más grandes se mantienen a raya.
Este mecanismo que durante generaciones nos ha ayudado a informarnos y guiarnos ya no funciona como solía hacerlo.
Uds.
saben personalmente cómo es un discurso nacional envenenado, hasta qué punto se ha transformado en una parodia de debate.
Esto es lo que ocurre cuando cierran las redacciones locales y las comunidades de todo el país pierden voz y visibilidad.
Hasta que reconozcamos que el declive de la prensa local tiene serias consecuencias para nuestra sociedad, la situación no va a mejorar.
Una sala de redacción bien equipada no es rentable, y en estos tiempo de Google y Facebook, no va a serlo.
Si los periódicos son vitales para nuestra democracia, entonces deberíamos financiarlos.
(Aplausos y vitoreos) No podemos quedarnos quietos y dejar que sacrifiquen a nuestros perros guardianes.
No podemos permitir que más comunidades se pierdan en la oscuridad.
Es momento de debatir la opción de financiamiento público antes de que el cuarto poder desaparezca, y con él nuestro gran experimento democrático.
Necesitamos mucho más que una rebelión.
Es momento de una revolución.
Gracias.
(Aplausos y vitoreos)
https://www.ted.com/talks/chuck_plunkett_when_local_news_dies_so_does_democracy/