Contenidos
Charla «Sí, sobreviví al cáncer. Pero eso no me define» de TEDMED 2014 en español.
Debra llevaba 30 años trabajando como capellana de un hospital cuando se le diagnosticó un cáncer. Y de paciente aprendió cualquier cantidad de cosas. En una charla mordaz y desafiante, ella explica que la identidad de «sobreviviente de cáncer» puede dejarnos estáticos. Nos pide que nos sobrepongamos a nuestras más duras experiencias y que nos demos espacio para crecer y evolucionar.
- Autor/a de la charla: Debra Jarvis
- Fecha de grabación: 2014-09-10
- Fecha de publicación: 2014-10-30
- Duración de «Sí, sobreviví al cáncer. Pero eso no me define»: 969 segundos
Traducción de «Sí, sobreviví al cáncer. Pero eso no me define» en español.
Lo acabo de conocer en un autobús y de verdad nos gustaría conocernos más, pero debo bajarme en la próxima parada, así que me dirá tres cosas suyas que lo definen como persona, tres cosas sobre Ud.
que me ayuden a entender quién es, tres cosas suyas que hablen de su esencia misma.
Y lo que me pregunto es si de esas tres cosas, alguna es sobreviviente de algún tipo de trauma.
Sobreviviente de un cáncer, sobreviviente de una violación, sobreviviente de un holocausto, sobreviviente de un incesto.
¿Alguna vez notó cuánto nos inclinamos a identificarnos con nuestras heridas?
Y donde he visto que esta identidad de sobreviviente tiene más consecuencias, es en la comunidad del cáncer.
He estado muy relacionada con esta comunidad por mucho tiempo porque he sido capellana de un hospicio y de un hospital por casi 30 años.
En el 2005, estaba trabajando en un gran centro de cáncer cuando recibí la noticia de que mi madre tenía cáncer de seno.
Y luego, cinco días más tarde, recibí la noticia de que yo tenía cáncer de seno.
Mi madre y yo podemos ser muy competitivas,
(Risas)
pero no estaba tratando de competir con ella esta vez.
Si vas a tener cáncer, es muy conveniente que estés trabajando en un lugar donde lo traten.
Sin embargo, esto fue lo que oí de muchísima gente indignada.
«
¿Qué?
, ¡tú eres la capellana! ¡Deberías ser inmune!» Como si yo debiera recibir solo una advertencia en lugar de una multa, por el hecho de pertenecer a la policía.
Fui tratada en el centro en que trabajaba, lo que resultó muy conveniente, me hicieron quimioterapia, y una mastectomía, y me pusieron un implante de solución salina…
y antes de seguir, déjenme decirles, que esta es la falsa.
(Risas)
Descubrí que necesito salir de eso o veré a alguien diciendo, «¡Oh, seguro que es esa!».
Y cuando me mueva o haga algún gesto, dirán, «¡No, es aquella!» Así que ya todos saben.
Aprendí mucho como paciente, y una de las cosas más sorprendentes fue que solo una pequeña parte de la experiencia del cáncer tiene que ver con medicina.
La mayor parte tiene que ver con sentimientos y fe, y con perder y encontrar tu identidad, y con descubrir la fortaleza y la flexibilidad que nunca pensaste que tenías.
Tiene que ver con descubrir que las cosas más importantes de la vida no son para nada los objetos, sino las relaciones, y tiene que ver con reírse en la cara de la incertidumbre y con aprender que la forma de liberarse de casi todo es diciendo, «Tengo cáncer».
Lo otro que aprendí fue que no se tiene que asumir la identidad de «sobreviviente de cáncer», pero que, señor, hay fuerzas poderosas empujándonos a hacer exactamente eso.
Pero, por favor, no me malentiendan.
Las organizaciones que trabajan con el cáncer y las campañas en pro de la detección temprana y la conciencia sobre el cáncer y la investigación sobre el cáncer, han hecho de él algo normal, y eso es algo maravilloso.
Hoy podemos hablar del cáncer sin necesidad de susurrar.
Podemos hablar del cáncer y podemos apoyarnos el uno al otro.
Pero a veces, se siente como si la gente se sobreactuara un poco ya que empieza a decirnos cómo nos vamos a sentir.
Una semana después de mi cirugía, más o menos, tuvimos un huésped.
Ese, probablemente, fue nuestro primer error.
Y tengan presente que en este punto de mi vida yo había sido capellana 20 años, y asuntos como morir y la muerte y el significado de la vida, eran cosas de las que había estado hablando todo el tiempo.
En la cena esa noche, nuestro huésped estiró sus brazos y dijo, «Verás, Deb, ahora realmente vas a aprender qué es lo importante.
Sí, vas a hacer unos grandes cambios en tu vida, y vas a empezar a pensar en tu muerte.
Sí, tu cáncer es un llamado a despertar».
Estas son palabras de oro cuando vienen de alguien que habla desde su propia experiencia, pero cuando solo son de alguien que quiere decirte cómo te vas a sentir, solo son estupideces.
La única razón para no matarlo con mis propias manos fue que no podía levantar mi brazo derecho.
Pero sí alcancé a dirigirle un calificativo bastante subidito de tono
(Risas)
que hizo que mi esposo anotara, «Está bajo los efectos de los narcóticos».
(Risas)
Y después del tratamiento parecía que todos me estuvieran diciendo lo que iba a significar mi experiencia.
«Eso significa que vendrás a la caminata».
«Eso significa que vendrás a la cena».
«Eso significa que usarás la cinta y la camiseta rosadas, y la balaca y los aretes y la manilla y los pantis».
Pantis.
Sí, en serio, búsquenlo en Google.
(Risas)
¿Cómo se despierta conciencia así?
Solo mi esposo debería ver mis pantis.
(Risas)
Él ya está bastante concienciado sobre el cáncer.
Fue en ese punto donde me sentí como, «¡Oh Dios mío, esto está acabando con mi vida!».
Y fue entonces cuando me dije a mí misma, ¡sobreponte a tu experiencia! ¡No dejes que ella se sobreponga a ti! Todos sabemos que la forma de lidiar con el trauma, con la pérdida, con cualquier experiencia que le dé un vuelco a tu vida, es encontrándole sentido.
Pero ese es precisamente el punto: Nadie puede decirnos lo que significa nuestra experiencia.
Nosotros mismos tenemos que decidir lo que significa.
Y no tiene que ser un significado gigantesco o externo.
No todos tenemos que empezar una fundación o un organización, o escribir un libro, o hacer un documental.
El significado puede ser calmado e interior.
Podemos, quizás, tomar una decisión pequeña sobre nuestras vidas que traiga consigo un cambio grande.
Hace muchos años, tuve un paciente, un joven maravilloso que el equipo adoraba, y fue algo impactante para nosotros descubrir que no tenía amigos.
Vivía solo, venía a la quimioterapia, solo, recibía su tratamiento, y luego se iba caminando, solo.
Yo incluso le pregunté, Oye,
¿por qué nunca vienes con un amigo?
» Y contestó, «La verdad, no tengo amigos».
Pero tenía toneladas de amigos en la sala de infusión.
Todos lo queríamos y las personas entraban y salían de su cuarto todo el tiempo.
Y entonces, en su última quimio, le cantamos la canción y le pusimos la corona en la cabeza y le inflamos globos, y después le pregunté, «
¿Qué vas a hacer ahora?
«.
Y contestó, «Hacer amigos».
Y lo hizo.
Empezó como voluntario e hizo amigos allí, y empezó a ir a la iglesia e hizo amigos allí, y en Navidad nos invitó a mi esposo y a mí a su apartamento, y el lugar estaba lleno de sus amigos.
¡Sobreponte a tu experiencia! ¡No dejes que ella se sobreponga a ti! Él decidió que el significado de su experiencia era conocer la dicha de la amistad, y luego aprender a hacer amigos.
Y Uds.,
¿qué?
¿Cómo le van a dar sentido a esa asquerosa experiencia?
Puede ser reciente, o puede ser que la hayan soportado por largo tiempo.
Nunca es tarde para cambiar su significado pues el significado es algo dinámico.
Lo que signifique hoy puede ser diferente de lo que signifique mañana, o dentro de 10 años.
Nunca es demasiado tarde para ser algo más que un simple sobreviviente.
¡Oigan lo estática que suena esa palabra! Sobreviviente.
No tiene movimiento, no hay crecimiento.
¡Sobreponte a tu experiencia! ¡No dejes que ella se sobreponga a ti!, porque si lo haces, creo que terminarás atrapado, no crecerás, no evolucionarás.
Pero algunas veces, claro está, no son las presiones externas las que nos llevan a asumir la identidad de sobreviviente.
Algunas veces es solo que queremos los beneficios.
Algunas veces hay una recompensa.
Pero luego nos atascamos.
Una de las primeras cosas que aprendí como capellana interna, fueron las 3 ces del trabajo de capellana.
Conforte, clarifique y, cuando sea necesario, confronte o desafíe, A nosotros nos gusta mucho que nos conforten y nos aclaren.
La confrontación, ya no tanto.
Otra de las cosas que me fascinaba de ser capellana era ver a los pacientes uno, o varios años después del tratamiento, porque era simplemente genial ver cómo habían cambiado y cómo habían evolucionado sus vidas y lo que había pasado con ellos.
Un día, me emocioné mucho cuando recibí una llamada de la recepción de la clínica, de una paciente que había visto un año atrás, y que estaba allí con sus dos hijas adultas, a las que ya conocía, para su examen de seguimiento un año después.
Bajé a la recepción, y estaban eufóricas porque les habían entregado el resultado y era Sin Evidencia de Enfermedad.
No Muerta del Todo, como yo acostumbraba expresarlo.
Estaban eufóricas.
Nos sentamos a hacernos visita, y fue raro, porque dos minutos después, ella empezó a recontarme la historia de su diagnóstico, su cirugía y su quimio, aunque, como capellana, la vi cada semana y conocía la historia.
Y ella usaba palabras como sufrimiento, agonía, lucha.
Y terminó su historia con un, «Me sentí crucificada».
Y en ese punto, sus dos hijas se pararon y dijeron, «Vamos por un café».
Y se fueron.
Díganme tres cosas sobre Uds.
antes del próximo paradero.
La gente se estaba bajando del bus antes de que ella llegara a la número dos.
Entonces le alcancé un pañuelo y le di un abrazo, y luego, porque realmente esa mujer me importaba, le dije, «Bájate de tu cruz».
Y ella dijo «
¿Qué?
«.
Y repetí, «Bájate de tu cruz».
Para su crédito, ella podía hablar de las razones que tenía para abrazar y aferrarse a esa identidad.
Atraía mucha atención.
La gente, para variar, la cuidaba.
Pero ahora, se estaba produciendo el efecto contrario.
Estaba ahuyentando a la gente.
La gente seguía yéndose por café.
Se sentía crucificada por la experiencia, pero no quería dejar morir su yo crucificado.
Tal vez estén pensando que fui un poco dura con ella, así que debo decirles que estaba hablando desde mi experiencia.
Muchos, muchos años antes, había sido despedida de un trabajo que amaba, y no dejaba de hablar de mi inocencia y de la injusticia, la traición y la decepción, hasta que finalmente, justo como con esta mujer, la gente se estaba apartando de mí, hasta que finalmente caí en cuenta de que no estaba procesando mis sentimientos, los estaba alimentando, no quería dejar morir mi yo crucificado.
Pero todos sabemos que en cualquier historia de resurrección, uno tiene primero que morir.
En la historia cristiana, Jesús pasó todo un día en su tumba antes de resucitar.
Y creo que para nosotros, estar en la tumba significa hacer nuestro propio trabajo interno sobre nuestras heridas permitiéndonos a nosotros mismos ser sanados.
Tenemos que dejar morir el yo crucificado para que un nuevo yo, un yo verdadero, nazca.
Tenemos que dejar que la vieja historia se vaya para que la nueva historia, una historia más verdadera, pueda ser contada.
¡Sobreponte a tu experiencia! ¡No dejes que ella se sobreponga a ti!
¿Qué pasaría si no hubiera sobrevivientes?
Es decir,
¿qué pasaría si la gente decidiera sobreponerse a su trauma y dejarlo solo como una experiencia en lugar de asumirlo como una identidad?
Quizás, eso de estar atrapado en nuestras heridas, terminaría y sería el comienzo de una sorprendente autoexploración y descubrimiento, y crecimiento.
Quizás, sería el comienzo de un definirnos a partir de lo que hemos llegado a ser o aquello en que nos estamos convirtiendo.
Tal vez sobreviviente no era una de las tres cosas que Uds.
me iban a decir.
No importa.
Solo quería que todos supieran que estoy realmente feliz de que todos estemos en este autobús juntos, y este es mi paradero.
(Aplausos)
Gracias.
https://www.ted.com/talks/debra_jarvis_yes_i_survived_cancer_but_that_doesn_t_define_me/