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Thomas Insel: Hacia una nueva comprensión de las enfermedades mentales – Charla TEDxCaltech

Charla «Thomas Insel: Hacia una nueva comprensión de las enfermedades mentales» de TEDxCaltech en español.

Hoy, gracias a una detección temprana más eficaz, las muertes por enfermedades del corazón han disminuido en un 63% respecto a hace una década. Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental, se pregunta: ¿Podríamos hacer lo mismo para la depresión y la esquizofrenia? El primer paso en este nuevo camino de investigación, dice, es un replanteamiento decisivo: para que dejemos de pensar en «trastornos mentales» y empecemos a considerarlos como «trastornos cerebrales». (Filmado en TEDxCaltech.)

  • Autor/a de la charla: Thomas Insel
  • Fecha de grabación: 2013-01-18
  • Fecha de publicación: 2013-04-16
  • Duración de «Thomas Insel: Hacia una nueva comprensión de las enfermedades mentales»: 783 segundos

 

Traducción de «Thomas Insel: Hacia una nueva comprensión de las enfermedades mentales» en español.

Vamos a empezar con buenas noticias que tienen que ver con lo que sabemos con certeza, basado en la investigación biomédica, que en realidad ha influido en los resultados de muchas enfermedades graves.

Comencemos con la leucemia, la leucemia linfoblástica aguda (LLA), el cáncer más común en la infancia.

Cuando yo era un estudiante, la tasa de mortalidad era más o menos del 95%.

Hoy en día, unos 25 o 30 años después, hablamos de una tasa de mortalidad que se ha reducido en un 85%.

Cada año seis mil niños que antes habrían muerto a causa de esta enfermedad son curados.

Si quieren ver cifras muy grandes, miren estos números para la enfermedad cardíaca, la cual solía ser la principal causa de muerte, sobre todo entre hombres de 40 años.

Hoy, estamos viendo una reducción del 63% de la mortalidad debida a enfermedades cardiovasculares…

notablemente, 1.1 millones de vidas salvadas cada año.

El SIDA, increíblemente, acaba de ser definido, el mes pasado, como una enfermedad crónica, lo que significa que si alguien de 20 años contrae el VIH se espera que viva no semanas, meses o un par de años, como decíamos hace solo una década, sino que se cree que viva décadas, probablemente muera a los 60 o 70 años por otras causas.

Estos son simplemente cambios extraordinarios en el panorama de algunas de las principales causas de muerte.

Y una en particular que probablemente no conozcan, el ictus, ha sido, junto con las enfermedades del corazón, una de las principales causas de muerte en este país, es una enfermedad en la cual ahora sabemos que si se logra llevar a las personas a la sala de emergencia en las tres horas siguientes al ataque, un 30% de ellas podrá volver a casa sin ningún tipo de discapacidad.

Historias increíbles, historias de resultado positivo que nos llevan a comprender algo acerca de las enfermedades que nos ha permitido detectar e intervenir a tiempo.

Detección temprana, intervención temprana, esa es la historia de estos logros.

Lamentablemente, las noticias no son todas buenas.

Hablemos de otra historia que tiene que ver con el suicidio.

Ahora, esto no es, por supuesto, una enfermedad en sí.

Es un estado o una situación que conduce a la muerte.

Lo que no saben es lo frecuente que es.

Hay 38 mil suicidios cada año en los Estados Unidos.

Eso significa uno cada 15 minutos.

La tercera causa de muerte más común en personas entre los 15 y los 25 años.

Es algo increíble cuando se dan cuenta que es dos veces más común que el homicidio y, como causa de muerte, más común que los accidentes de tráfico mortales en este país.

Ahora, cuando hablamos de suicidio, también hay un aporte médico, ya que el 90 % de los suicidios están relacionados con una enfermedad mental: depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, anorexia, trastorno límite de la personalidad.

Hay una larga lista de trastornos que contribuyen, y como mencioné antes, a menudo a una edad temprana.

Pero no se trata solo de mortalidad por estos trastornos.

También es la morbilidad.

Si nos fijamos en la discapacidad medida por la Organización Mundial de la Salud, con algo llamado Años de vida potencialmente perdidos, una especie de indicador que solo a un economista se le podría ocurrir, salvo que es un modo de entender lo que se pierde en términos de discapacidad por causas médicas, y como pueden ver, casi 30% de toda discapacidad por cualquier causa médica puede atribuirse a trastornos mentales, síndromes neuropsiquiátricos.

Tal vez piensen que esto no tiene ningún sentido.

Quiero decir, el cáncer parece mucho más grave.

Las enfermedades cardíacas parecen mucho más graves.

Pero como pueden ver, se encuentran más abajo en la lista, y eso es porque estamos hablando de discapacidad.

¿Qué conduce a la incapacidad de estos trastornos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión? ¿Por qué están en primer lugar? Bueno, probablemente hay tres razones.

La primera es que son muy frecuentes.

Aproximadamente 1 de cada 5 personas sufrirá de uno de estos trastornos en el curso de su vida.

La segunda, por supuesto, es que para algunas personas, estos trastornos se vuelven muy incapacitantes; hablamos de alrededor de 4 a 5 %, tal vez uno de cada 20.

Pero lo que hace aumentar estas cifras, es esta alta morbilidad, y en cierta medida la alta mortalidad, es el hecho que empiezan a muy temprana edad.

El 50 % a los 14 años, el 75 % a los 24.

Un cuadro muy diferente se vería si se hablara de cáncer o enfermedades del corazón, diabetes, presión arterial alta…

la mayoría de las enfermedades que creemos que son causa de morbilidad y mortalidad.

Estos son, de hecho, los trastornos crónicos de los jóvenes.

Empecé diciéndoles que había algunas buenas noticias.

Obviamente esta no es una de ellas.

Esta es quizás la parte más difícil, y en cierto sentido es mi confesión personal.

Mi trabajo es asegurarme que avancemos en el tratamiento de estos trastornos.

Yo trabajo para el gobierno federal.

De hecho, trabajo para Uds.

Uds.

pagan mi salario.

Y tal vez ahora que saben lo que hago, o mejor dicho, lo que no he sido capaz de hacer, probablemente piensen que debería ser despedido, y yo sin duda lo entendería.

Pero lo que quiero sugerir, la razón por la que estoy aquí, es para decirles que creo que estamos a punto de entrar en un mundo muy diferente sobre cómo hacer frente a estas enfermedades.

Hasta ahora les he hablado de trastornos mentales, enfermedades de la mente.

Este término úlltimamente se ha vuelto muy poco popular, y la gente cree que, cualquiera que sea la razón, es políticamente mejor utilizar el término «trastornos de conducta», y hablar de ellos como trastornos del comportamiento.

Me parece justo.

Son trastornos de conducta y trastornos de la mente.

Pero lo que quiero que entiendan es que ambos términos, que han sido utilizados durante un siglo o más, son ahora un obstáculo para el progreso, que lo que necesitamos conceptualmente para avanzar es replantear estos trastornos como trastornos cerebrales.

Ahora, algunos de Uds.

van a decir, «Oh, Dios mío, aquí vamos de nuevo.

Ahora nos va a hablar de un desequilibrio químico, de drogas o de algún concepto simplista que transformará nuestra experiencia subjetiva en moléculas, o quizá de algún tipo de entendimiento plano y unidimensional de lo que es tener depresión o esquizofrenia”.

El cerebro es cualquier cosa excepto unidimensional, simplista o reduccionista.

Depende, por supuesto, de qué escala o en qué medida se lo quiera pensar.

Este es un órgano de una complejidad surrealista, y apenas estamos empezando a entender cómo estudiarlo, ya sea que se piense en las 100 mil millones de neuronas en la corteza o en las 100 billones de sinapsis que componen todas las conexiones.

Apenas hemos comenzado a entender cómo tomar esta máquina tan compleja que hace un trabajo increíble de procesamiento de información, y a usar nuestra propia mente para entender este cerebro tan complejo que sostiene nuestras mentes.

En realidad es una broma cruel de la evolución el hecho de no tener un cerebro perfectamente programado para entenderse a sí mismo.

En cierto sentido, se siente más seguro estudiar el comportamiento o la cognición, algo que se puede observar, que de algún modo resulta más simplista y reduccionista, que abordar el estudio de este órgano tan complejo y misterioso que apenas empezamos a entender.

Ya en el caso de los trastornos cerebrales de los que les he hablado, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático, si bien no comprendemos profundamente cómo es su desarrollo o cómo se comporta el cerebro con estas enfermedades, hemos sido capaces de identificar algunas de las diferencias conectivas, o algunas de las formas en el que el circuito es diferente en las personas que tienen estos trastornos.

A esto lo llamamos el conectoma humano, y se lo pueden imaginar como el diagrama eléctrico del cerebro.

Profundizaremos el concepto en unos minutos.

Lo importante aquí es que al empezar a estudiar a las personas con estos trastornos, ese uno de cada cinco de nosotros que lucha de una forma u otra, encontramos que hay mucha variación en la forma en que está conectado el cerebro, pero hay algunos patrones predecibles que son factores de riesgo para el desarrollo de uno de estos trastornos.

Es un poco diferente a la forma en que imaginamos trastornos cerebrales como la enfermedad de Huntington, el Parkinson o el Alzheimer donde se tiene una parte de la corteza destruida.

Aquí estamos hablando de atascos de tráfico, o a veces de desvíos o problemas con la forma en que están conectadas las cosas y la forma en que funciona el cerebro.

Si quieren, pueden comparar esto, por una parte, a un infarto de miocardio, un ataque al corazón, donde hay tejido muerto en el corazón, frente a una arritmia, donde el órgano simplemente no funciona debido a problemas de comunicación.

Ambos lo podrían matar a uno; y solo en uno de ellos se encontrará una lesión grave.

Teniendo en cuenta esto, probablemente sea mejor profundizar en un trastorno en particular, que sería la esquizofrenia, porque creo que es un buen ejemplo para ayudar a entender por qué es importante considerarla como un trastorno cerebral.

Estos son análisis hechos por Judy Rapoport y sus colegas del Instituto Nacional de Salud Mental en los que estudiaron niños con esquizofrenia de inicio muy precoz.

Pueden ver en la parte superior que hay áreas rojas, naranjas y amarillas, áreas donde hay menos materia gris, y como los siguieron durante cinco años, comparándolos con otros de la misma edad del grupo de control, se puede ver que, sobre todo en áreas como la corteza prefrontal dorsolateral o la circunvolución temporal superior, hay una pérdida significativa de materia gris.

Es importante, si se intenta hacer un esquema, pensar al desarrollo normal como una pérdida de la masa cortical, pérdida de materia gris cortical, y lo que ocurre en la esquizofrenia es que se supera esa marca, y en cierto punto, cuando eso sucede, se cruza un umbral, y ese es el umbral que nos hace decir que esta es una persona que tiene esta enfermedad, porque muestran síntomas conductuales de alucinaciones y delirios.

Es algo que podemos observar.

Pero si se fijan bien, verán que en realidad han cruzado un umbral diferente.

Han cruzado un umbral del cerebro mucho antes, tal vez no a los 22 o 20 años, pero incluso hacia los 15 a 16 años se puede empezar a ver que la trayectoria del desarrollo es muy diferente a nivel del cerebro, no a nivel del comportamiento.

¿Por qué esto es importante? En primer lugar porque, para los trastornos cerebrales, el comportamiento es la última cosa para cambiar.

Sabemos esto porque para el Alzheimer, el Parkinson y el Huntington son así.

Hay cambios en el cerebro una década o más antes de ver los primeros signos de un cambio de comportamiento.

Las herramientas que ahora tenemos nos permiten detectar estos cambios en el cerebro mucho antes de que aparezcan los síntomas.

Pero lo más importante, volvamos a donde empezamos.

Las buenas noticias en medicina son la detección e intervención tempranas.

Si esperáramos al momento del infarto, estaríamos sacrificando 1.1 millones de vidas cada año en este país por enfermedades cardíacas.

Eso es precisamente lo que hacemos hoy cuando decidimos que cualquiera con alguno de estos trastornos cerebrales, trastornos de circuitos cerebrales, tiene un trastorno del comportamiento.

Esperamos hasta que el comportamiento se manifieste.

Eso no es detección temprana ni tampoco intervención temprana.

Para ser claros, no estamos bien preparados para esto.

No tenemos todos los hechos.

Ni siquiera sabemos realmente cuáles serán las herramientas, ni lo que hay que buscar exactamente en cada caso para poder intervenir antes de que se manifieste un comportamiento diferente.

Pero esto nos muestra cómo debemos pensar, y a dónde tenemos que ir.

¿Llegaremos pronto? Creo que es algo que ocurrirá en los próximos años, pero me gustaría terminar con una cita sobre cómo predecir el modo en que esto va a pasar, de alguien que ha pensado mucho acerca de cambios en los conceptos y cambios en la tecnología.

«Siempre sobrestimamos el cambio que se producirá en los próximos dos años y subestimamos el cambio que se producirá en los próximos diez”.

—Bill Gates.

Muchas gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/thomas_insel_toward_a_new_understanding_of_mental_illness/

 

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