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Tres cuestiones para plantearte sobre todo aquello que haces – Charla TEDWomen 2018

Charla «Tres cuestiones para plantearte sobre todo aquello que haces» de TEDWomen 2018 en español.

Cómo respondes ante los contratiempos es lo que define tu carácter. Stacey Abrams fue la primera mujer negra en la historia de los Estados Unidos en ser nominada por un partido importante para ser gobernadora: perdió esa carrera muy disputada, pero como ella muy bien dice: «La única opción es avanzar». En una charla electrizante, comparte las lecciones que aprendió de su campaña a gobernadora de Georgia, algunos consejos sobre cómo cambiar el mundo y otros sobre sus próximos pasos. «Sé agresivo con tu ambición», dice Abrams.

  • Autor/a de la charla: Stacey Abrams
  • Fecha de grabación: 2018-11-28
  • Fecha de publicación: 2018-12-04
  • Duración de «Tres cuestiones para plantearte sobre todo aquello que haces»: 758 segundos

 

Traducción de «Tres cuestiones para plantearte sobre todo aquello que haces» en español.

Cuando estaba en la escuela secundaria a la edad de 17 años, —acabé la secundaria en Decatur, Georgia, como valedictoria de mi escuela secundaria— me sentía muy orgullosa.

Era de una comunidad de bajos ingresos, había crecido en Mississippi, nos habíamos mudado de Mississippi a Georgia para que mis padres pudieran lograr sus títulos como ministros metodistas unidos.

Éramos pobres, pero ellos no creían que fuésemos lo suficientemente pobres, así que se decidieron por la pobreza permanente.


(Risas)
Y así, mientras estudiaban en Emory, estudié en Avondale y me convertí en la valedictoria.

Una de las alegrías de ser valedictoria en el estado de Georgia es que te invitan a conocer al gobernador de Georgia.

Estaba algo interesada en conocerlo.

Fue algo genial.

Estaba más intrigada por el hecho de que él vivía en una mansión, porque veía con frecuencia «Hospital general» y «Dinastía» de niña.


(Risas)
Y así me levanté esa mañana, lista para ir a visitar al gobernador.

Mi mamá y mi papá, que también fueron invitados, se arreglaron y no fuimos allí.

Pero no nos subimos a nuestro auto.

Y en el sur, un auto es algo necesario.

No tenemos mucho transporte público, no hay muchas opciones.

Pero si tienes la suerte de vivir en una comunidad.

donde no tienes auto, la única opción es usar el transporte público.

Y eso es lo que hicimos.

Y así que nos subimos al autobús.

Tomamos el autobús de Decatur hasta Buckhead, donde estaba la Mansión del Gobernador en esta hermosa superficie de tierra, con estas largas puertas negras a lo largo de la propiedad.

Llegamos a la mansión del gobernador, tiramos de la pequeña palanca para indicar que esa era nuestra parada, nos bajamos del bus, mi mamá, mi papá y yo, cruzamos la calle.

Caminamos por el camino de entrada, porque había autos subiendo, autos con estudiantes de todo el estado de Georgia.

Así que estábamos caminando por el lateral.

Y mientras caminamos en fila por el lateral, mis padres me parapetaron para asegurarse de que no me atropellara ningún auto con otros valedictorios.

Nos acercamos a la puerta protegida por guardias.

Al llegar a la puerta, el guardia sale me mira a mí y a mis padres y dice: «No pueden pasar aquí, este es un evento privado».

Mi papá dice: «No, mire, esta es mi hija, Stacey.

Es una de las valedictoria».

Pero el guardia no mira la lista de invitados que está en sus manos.

Él no pide a mi mamá la invitación que está en el fondo de su voluminoso bolso.

En cambio, mira por encima de nuestro hombro el autobús, pues en su mente, el bus le explica una historia sobre quién debería estar allí.

Y sobre el hecho de ser demasiado pobres para tener auto propio…

Esa fue una historia que se contó a sí mismo.

Y puede que haya visto algo en el color de mi piel, puede haber visto algo en mi atuendo; no sé qué pasó por su mente.

Pero su conclusión fue mirarme de nuevo, y con una mirada de desdén, dijo: «Se lo dije, este es un evento privado.

No deben estar aquí».

Mis padres estaban estudiando para convertirse en ministros metodistas pero no eran pastores todavía.


(Risas)
Y así procedieron a iniciar con este caballero un robusto debate sobre sus habilidades de toma de decisiones.


(Risas)
Puede que mi padre llegara a decir que pasaría la eternidad en un lugar muy ardiente si no encontraba mi nombre en esa lista de invitados.

Y, de hecho, el hombre comprobó la lista al final, encontró mi nombre y nos dejó entrar.

Pero no recuerdo haber conocido al gobernador de Georgia.

No recuerdo haber conocido a mis colegas valedictorios de los 180 distritos escolares.

El único recuerdo claro que tengo de ese día.

era un hombre de pie ante el lugar más poderoso de Georgia, mirándome y diciéndome que no era lugar para mí.

Y así decidí, veintitantos años después, ser la persona que abriera las puertas.

(Aclamaciones)
(Aplausos)
Desafortunadamente, es posible que hayan leído el resto de la historia.

No funcionó de esa manera.

Y ahora tengo la tarea de averiguar:

¿Cómo puedo seguir adelante?

Porque, no solo quería yo abrir las puertas a las jóvenes negras quienes habían sido subestimadas y a quienes les dijeron que no era su sitio.

Quería abrir esas puertas a las latinas y a las asiáticas estadounidenses.

Quería abrir esas puertas a los indocumentados y los documentados.

Quería abrir esas puertas como aliada de la comunidad LGBTQ.

Queria abrir esas puertas a las familias que tienen que llamarse víctimas de la violencia armada.

Quería abrir las puertas de par en par a todos en Georgia, porque ese es nuestro estado y esta es nuestra nación, y todos somos parte de ella.

(Aclamaciones)
(Aplausos)
Pero lo que reconocí es que el primer intento no fue suficiente.

Y mis preguntas eran:

¿Cómo seguir adelante?

¿Cómo ir más allá de la amargura, la tristeza y el letargo viendo la televisión de forma desmedida mientras como helado?


(Risas)

¿Que debo hacer después?

E iba a hacer lo que siempre he hecho.

Iba a avanzar, porque retroceder no es una opción y quedarse sin hacer nada no es suficiente.


(Aplausos)
Comencé mi carrera a gobernadora analizando quién era yo y qué quería ser.

Y hay tres preguntas que me planteo sobre todo lo que hago, ya bien para la oficina o para iniciar un negocio; Cuando decidí comenzar el Proyecto Nueva Georgia para registrar personas para votar; o cuando comencé la última acción, Fair Fight Georgia.

No importa lo que haga, siempre me hago tres preguntas:

¿Qué quiero?

¿Por qué lo quiero?

¿Y cómo lo consigo?

Y en este caso, sé lo que quiero.

Quiero cambiar.

Eso es lo que quiero.

Pero la pregunta es:

¿Qué cambio quiero ver?

Y sé que las preguntas que me tengo que hacer son: Una,

¿soy honesta sobre el alcance de mi ambición?

Porque es fácil ver que, una vez una no obtiene lo que deseaba, piensa en tal vez poner su meta un poco más abajo, Pero estoy aquí para decirles que sean agresivos con sus ambiciones.

No permitan que los contratiempos les hagan retroceder.


(Aplausos)
Número dos, intenten entender sus errores.

Pero también entiendan los errores de los otros, porque, como mujeres en particular, se nos enseña que si algo no funciona, probablemente sea nuestra culpa.

Y por lo general, hay algo que podríamos hacer mejor, Pero nos han dicho que no investiguemos demasiado lo que el otro lado podría haber hecho.

Y esto no es partidista, es gente.

Muy a menudo nos dicen que nuestros errores son solo nuestros.

Pero la victoria es un beneficio compartido.

Y así, lo que les digo que hagan es entender sus errores, Pero entiendan los errores de los demás.

Y sean claros al respecto.

Y sean honestos consigo mismos y honestos con los que les apoyan.

Pero una vez que saben lo que quieren, entiendan por qué lo quieren.

Y aunque se disfrute de ella, la venganza no es una buena razón.


(Risas)
En su lugar, asegúrense de que lo quieren porque hay algo que no tienen que hacer, pero algo que sí deben hacer.

Tiene que ser algo que no les permita dormir por la noche, a menos sueñen con eso; algo que les despierta por la mañana y les emociona; o algo que les hace enojar, Saben que tienen que hacer algo al respecto.

Pero hay que sabe por qué lo están haciendo.

Y saber por qué hay que hacerlo.

Uds.

has escuchado a mujeres de todo el mundo hablar sobre por qué las cosas tienen que suceder.

Pero averigüen cuál es su «por qué» para sí mismo, porque al saltar del «qué» al «hacer».

no tiene sentido si no se sabe por qué.

Porque cuando se pone difícil, cuando nuestros amigos se alejan de uno, cuando nuestros partidarios nos olvidan, cuando no ganamos nuestra primera carrera, si no sabemos por qué, no podemos intentarlo de nuevo.

Así, primero sean conscientes de lo que quieren.

Segundo, sean conscientes de por qué lo quieren, Pero tercero, sean conscientes cómo lo van a hacer.

Me enfrenté a algunos obstáculos en esta carrera.


(Risas)
Solo algunos.

Pero en la persecución, me convertí en la primera mujer negra candidata a gobernadora en la historia de EE.

UU.

en un partido mayoritario.

(Aclamaciones)
(Aplausos)
Pero lo más importante, en este proceso, es que 1,2 millones de votantes afroamericanos en Georgia salimos.

Eso son más votantes que los que votaron en el lado demócrata en 2014.


(Aplausos)
Nuestra campaña triplicó el número de latinos.

quienes creían que sus voces importaban en el estado de Georgia.

Triplicamos el número de asiáticos esatdounidense quienes se pusieron en pie y dijeron: «Este también es nuestro estado».

Esos son éxitos que me dicen cómo puedo hacerlo.

Pero también me dejan entender que los obstáculos no son insuperables.

Solo son un poco altos.

Pero tambien entiendo que hay tres cosas que siempre nos mantienen como rehenes.

El primero son las finanzas.

Puede que hayan oído eso de estoy un poco endeudado.

Si no lo escucharon es que no salieron a la calle.


(Risas)
Y las finanzas son algo que nos frena tan a menudo, que nuestros sueños están limitados por cuánto recursos tenemos.

Pero oímos una y otra vez historias de quienes superan esos desafíos de recursos.

Pero no se puede superar algo de lo que no se habla.

Y es por eso que no les permití que me avergonzaran en mi campaña.

No permití que nadie me dijera que mi falta de oportunidad fue una razón para descalificarme de correr.

Y créanme, la gente trató de decirme que no debería correr.

Los amigos me dijeron que no corriera.

Los aliados me dijeron que no corriera.

«USA Today» mencionó que tal vez no debería correr.


(Risas)
Pero no importa quién sea, entendí que las finanzas son a menudo una razón por la que no nos dejamos soñar.

No puedo decir que siempre superararan esos obstáculos, pero les diré que se condenarán si no lo intentan.


(Aplausos)
El segundo es el miedo.

Y el miedo es real.

Es paralizante.

Es aterrador.

Pero también puede ser energizante, porque una vez se sabe a lo que se teme, se puede buscar la manera cómo evitarlo.

Y el tercero es la fatiga.

A veces simplemente uno se cansa de intentarlo.

Uno se cansa de leer sobre procesos y política y las cosas que impiden llegar allí donde uno quiere estar.

A veces, la fatiga significa que aceptamos la posición en lugar del poder.

Dejamos que alguien nos dé un título como premio de consolación, en lugar de ver que sabemos lo que queremos y lo vamos a conseguir, incluso si estamos cansados.

Es por eso que Dios creó las siestas.


(Risas)
Pero también aprendemos en esos momentos.

Ese cansancio es una oportunidad para evaluar cuánto los deseamos.

Porque si uno está exhausto, si uno ha trabajado tan duro como posible, si uno ha hecho todo lo que quería hacer y todavía no funciona, la fatiga puede minar la energía.

Pero es por eso que hay que volver al «por qué» de eso.

Porque sé que hay que tener mujeres que hablen por los que no tienen voz.

Sé que tenemos que tener gente de buena conciencia que se levanten contra la opresión.

Sé que tenemos que tener gente que entienda que la justicia social nos pertenece a todos.

Y eso me levanta cada mañana.

Y eso me hace pelear aún más duro.

Porque estoy avanzando, sabiendo lo que está en mi pasado.

Conozco los obstáculos que tienen para mí.

Sé lo que van a hacer, y estoy bastante segura de que ahora están energizando y creando nuevos obstáculos.

Pero tienen cuatro años para planearlo.


(Risas)

(Aplausos)
Tal vez dos.

(Aclamaciones)
(Aplausos)
Pero aquí está mi punto: Sé lo que quiero y eso es justicia.

Sé por qué la quiero, porque la pobreza es inmoral y una mancha en nuestra nación.

Y sé cómo lo voy a conseguir: avanzando cada día.

Muchas gracias.

(Aclamaciones)
(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/stacey_abrams_3_questions_to_ask_yourself_about_everything_you_do/

 

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