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Charla «Un breve relato de la larga lucha de los transexuales por la igualdad» de TED Residency en español.
El activista transexual y residente de TED Samy Nour Younes comparte la extraordinaria historia centenaria de la comunidad trans, llena de historias de coraje y de logros inspiradores, y la lucha por los derechos de los ciudadanos que ha estado haciendo estragos durante mucho tiempo. «Imagínense cómo cambiaría la conversación si reconociéramos el tiempo que han estado
los transexuales exigiendo igualdad» nos dice Samy.
- Autor/a de la charla: Samy Nour Younes
- Fecha de grabación: 2018-12-05
- Fecha de publicación: 2019-03-28
- Duración de «Un breve relato de la larga lucha de los transexuales por la igualdad»: 374 segundos
Traducción de «Un breve relato de la larga lucha de los transexuales por la igualdad» en español.
¿Por qué, de repente, hay personas transgénero por todas partes?
(Risas)
Como activista trans, me hacen mucho esta pregunta.
No olviden que menos del 1 % de los estadounidenses se identifica abiertamente como trans.
Según una encuesta reciente de la GLAAD, un 16 % de los estadounidenses no trans afirman conocer a algún trans en la vida real.
Con respecto al otro 84 %, esto puede parecerles algo novedoso, pero los transexuales no son nada nuevo.
La disforia de género es más antigua de lo que creen y los transexuales son parte de ese legado.
Del centro de África, a Sudamérica, las islas del Pacífico y más allá, ha habido pueblos que reconocen múltiples tipos de género desde hace tiempo.
Por ejemplo, la hégira de India y Pakistán ya se mencionó en el Kama Sutra hace 2000 años.
Las naciones indígenas americanas tienen sus términos, pero la mayoría comparte el término global «dos espíritus».
Veían a la gente de género variante como chamanes y curanderos de sus comunidades y hasta la extensión del colonialismo no empezaron a ver las cosas de otra forma.
Ahora bien, al investigar la historia trans, buscamos dos cosas: a los transexuales y sus hábitos.
Por ejemplo, las mujeres que se hicieron pasar por hombres y luchar en la Guerra de Secesión de EE.UU.
Después de la guerra, la mayoría retomó su vida como mujeres, pero algunas, como Albert Cashier, siguieron viviendo como hombres.
Al final, Albert se vio confinado a un manicomio y obligado a llevar un vestido durante el resto de su vida.
(Suspiros) En 1895, un grupo autodenominado andróginos fundó el Cercle Hermaphroditos.
Su misión era unirse para defenderse de la cruel persecución mundial y al hacerlo, se convirtieron en uno de los primeros grupos de apoyo trans.
En los años 40 y 50, los investigadores empezaban a estudiar la medicina trans, pero contaron con la ayuda de sus pacientes trans como Louise Lawrence, una mujer trans que se correspondía ampliamente con gente a la que arrestaron por travestismo público.
Ella introdujo a estudiosos de la sexualidad como Alfred Kinsey en una red trans masiva.
Le sucederían otras personalidades como Virginia Prince, Reed Erickson y la conocida Christine Jorgensen, la cual fue noticia por su notoria transición en 1952.
Pero mientras los suburbios trans blancos organizaban sus propias redes de apoyo, muchos transexuales de color tenían que labrar su propio camino.
Algunos como Miss Major Griffin-Gracy formaron parte del voguing.
Otros eran los así llamados «reinas callejeras», que a menudo, eran el blanco de la policía debido a su expresión de género y que se vieron a la vanguardia de acontecimientos trascendentales del movimiento por los derechos del colectivo LGBT.
Esto nos conduce a los disturbios de Cooper Do-nuts en 1959, de la cafetería Comptons en 1966 y del conocido Stonewall Inn en 1969.
En 1970, Sylvia Rivera y Marsha P.
Johnson, dos veteranas de Stonewall, crearon STAR: Street Transvestite Action Revolutionaries.
Los transexuales siguieron peleando por la igualdad de trato ante la ley, a pesar de enfrentarse a mayores tasas de discriminación, desempleo, arrestos y una epidemia de sida inminente.
Durante todo el tiempo que llevamos existiendo, los de arriba han tratado de privar de sus derechos a los transexuales por atreverse a vivir sus propias vidas.
Esta imagen, sacada en Berlín en 1933, todavía se usa en ocasiones en los libros de texto de historia para explicar cómo quemaron los nazis las obras que no consideran alemanas.
Pero algo de lo que apenas se habla es que, en este enorme montón, se incluyen trabajos del Instituto para la Ciencia Sexual.
Como ven, he recapitulado el movimiento trans en EE.UU., pero Magnus Hirschfeld y sus compañeros alemanes se nos adelantaron unas décadas.
Magnus Hirschfeld defendió desde un primer momento al colectivo LGBT.
Escribió el primer relato completo sobre personas transexuales.
Les ayudó a conseguir atención médica y documentos de identidad.
Trabajó con el departamento de policía de Berlín para acabar con la discriminación contra el colectivo LGBT y contrató a gente de este último en el instituto.
Cuando los nazis quemaron su biblioteca, esto supuso consecuencias devastadoras para la investigación trans en el mundo.
Se trataba de un intento deliberado de hacer desaparecer a los transexuales y no fue ni el primero ni el último.
Por eso, cuando me preguntan por qué, de repente, hay transexuales por doquier, solo les digo que siempre hemos estado aquí.
Deben contarse estas historias junto con todas aquellas que han sido enterradas con el tiempo.
No solo no se celebraron nuestras vidas, sino que nuestra lucha se ha olvidado y sí, para alguna gente, eso hace que los temas trans parezcan algo nuevo.
Hoy día, me encuentro con mucha gente que cree que nuestro movimiento solo es una fase que pasará, pero también oigo a aliados de buena fe que nos aconsejan tener paciencia porque nuestro movimiento «aún es nuevo».
Imagínense cómo cambiaría la conversación si reconociéramos el tiempo que han estado los transexuales exigiendo igualdad.
¿Seguimos exagerando?
¿Deberíamos seguir esperando?
¿O deberíamos, por ejemplo, hacer algo acerca de las mujeres trans de color que son asesinadas y cuyos asesinos nunca se someten a la justicia?
¿Les parecen ya nefastas nuestras circunstancias?
(Suspiros) Por último, me gustaría que otros trans se dieran cuenta de que no están solos.
Yo me crié pensando que mi identidad era una anomalía que moriría conmigo.
La gente introdujo esta otredad en mi cabeza y yo la compré porque no conocía a nadie más como yo.
Quizás si hubiese conocido antes a mis ancestros, no habría tardado tanto en encontrar un motivo de orgullo en mi identidad y en mi comunidad.
Pertenezco a una increíble y efervescente comunidad de personas que se ayuda mutuamente incluso cuando los demás no lo hacen, que se cuida cuando las cosas son difíciles y que, de alguna manera y a pesar de todo, aún encuentra un motivo para celebrarse unos a otros, para amarse mutuamente y para mirarse a los ojos y decir: «No estás solo.
Nos tienes a nosotros y no nos iremos a ninguna parte».
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/samy_nour_younes_a_short_history_of_trans_people_s_long_fight_for_equality/