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Un día en la vida de una médica del antiguo Egipto – Elizabeth Cox – Charla TED-Ed

Charla «Un día en la vida de una médica del antiguo Egipto – Elizabeth Cox» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en: https://ed.ted.com/lessons/a-day-in-the-life-of-an-ancient-egyptian-doctor-elizabeth-cox

Es otra mañana sofocante en Menfis, Egipto. A medida que la luz del sol ilumina el Nilo, Peseshet revisa sus provisiones. Miel, ajo, comino, hojas de acacia, aceite de cedro… está bien abastecida de lo esencial para tratar a sus pacientes. Elizabeth Cox describe un día en la vida de una médica del antiguo Egipto.

Lección de Elizabeth Cox; animación de Echo Bridge.

  • Autor/a de la charla: Elizabeth Cox
  • Fecha de grabación: 2018-07-19
  • Fecha de publicación: 2018-07-19
  • Duración de «Un día en la vida de una médica del antiguo Egipto – Elizabeth Cox»: 270 segundos

 

Traducción de «Un día en la vida de una médica del antiguo Egipto – Elizabeth Cox» en español.

Es otra mañana sofocante en Menfis, Egipto.

A medida que la luz del sol ilumina el Nilo, Peseshet revisa sus provisiones.

Miel, ajo, comino, hojas de acacia, aceite de cedro.

Está provista con los elementos esenciales para tratar a sus pacientes.

Peseshet es «swnw», o médica.

Para ser médica tuvo que prepararse para ser escriba y estudiar los papiros médicos guardados en Per Ankh, la Casa de la Vida.

Ahora, tiene allí sus propios discípulos.

Antes de la clase, Peseshet debe examinar a un paciente.

Uno de los trabajadores en el solar del templo se ha lastimado el brazo.

Al llegar, Peseshet nota que lo tiene visiblemente quebrado y, para peor, el hueso se ha fracturado en varias partes.

Peseshet venda e inmoviliza la lesión.

Su próximo destino es la Casa de la Vida.

En el camino, una mujer intercepta a Peseshet en la calle.

El hijo de la mujer fue picado por un escorpión.

Peseshet ha visto picaduras similares y sabe exactamente qué hacer.

Debe decir un conjuro para expulsar el veneno.

Comienza a recitar el hechizo, invocando a Serqet, patrona de los médicos y diosa de las criaturas venenosas.

Peseshet recita el hechizo como si ella misma fuera Serqet.

Esta estrategia de superioridad garantiza mayor posibilidad de éxito.

Después de pronunciar la última línea, trata de quitar el veneno con un cuchillo, para asegurarse.

Peseshet se dispone a marcharse, pero la mujer tiene otra pregunta.

Quiere saber si está encinta.

Peseshet le explica su infalible prueba de embarazo.

Debe plantar dos semillas: una de cebada, otra de farro; luego, debe orinar en las semillas todos los días.

Si las plantas crecen, está embarazada.

La planta de cebada predice un varón, mientras que la de farro predice una niña.

Peseshet también recomienda orarle a Hathor, diosa de la fertilidad.

Cuando Peseshet finalmente llega a la Casa de la Vida, se encuentra con el médico-sacerdote Isesi.

Lo saluda con cortesía, pero los sacerdotes le resultan engreídos.

Peseshet no envidia el papel de Isesi como «neru pehut», que se traduce como «pastor del ano de la familia real», o «guardián del ano real».

En el interior, la Casa de la Vida se llena con el habitual bullicio de los escribas sacerdotes, médicos y discípulos.

Los papiros, que contienen todo tipo de registros, no solo información médica, están guardados en este sitio.

El hijo de Peseshet, Akhethetep, trabaja arduamente copiando documentos como parte del entrenamiento para ser escriba.

Es un estudiante muy prometedor, pero se le permitió estudiar porque Peseshet es escriba, como lo fue su padre antes que ella.

Sin familiares en la profesión, es muy difícil para los niños, e imposible para las niñas, acceder a esta educación.

Peseshet supervisa a todas las «swnws» y aprendices de «swnws» en Menfis.

Los hombres tienen su propio supervisor, pues los médicos varones no responden a una mujer.

Hoy, Peseshet enseña anatomía.

Evalúa a sus discípulos sobre el «metu», los vasos del cuerpo que transportan sangre, aire, orina e incluso malos espíritus.

Peseshet se dispone a partir cuando una mujer pálida y delgada la aborda en la puerta y le suplica que la atienda.

Debajo del brazo, tiene un gran bulto que le causa dolor.

Peseshet palpa la protuberancia y le resulta fría al tacto, dura como una fruta sin madurar.

Ha leído sobre dolencias como esta, pero nunca había visto una.

Para este tumor no hay tratamiento, ni remedio, ni hechizo.

Todos los textos dan el mismo consejo: no hacer nada.

Luego de dar la mala noticia, Peseshet sale del lugar.

Se demora en la escalinata de la Casa de la Vida para admirar la ciudad al atardecer.

A pesar de tan arduo trabajo, siempre habrá pacientes a los que no puede ayudar, como la mujer con el tumor.

Se quedan con ella, pero Peseshet no tiene tiempo que perder.

En pocas semanas, comenzará la anual crecida del Nilo, dando vida al suelo para la cosecha del próximo año y a un nuevo flujo de pacientes.

https://www.ted.com/talks/elizabeth_cox_a_day_in_the_life_of_an_ancient_egyptian_doctor/

 

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