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Charla «Un mundo libre necesita la sátira» de TEDSummit 2019 en español.
Necesitamos el humor como el aire que respiramos, dice el caricaturista editorial Patrick Chappatte. En una charla ilustrada con los hitos de una carrera empleada en pinchar todo, desde dictadores e ideológos, hasta los selfies y la mafia de las redes sociales, Chappatte presenta un rotundo y a menudo hilarante argumento sobre la necesidad de la sátira. «Los caricaturistas políticos nacieron con la democracia, y son amenazados cuando la libertad es amenazada», dice.
- Autor/a de la charla: Patrick Chappatte
- Fecha de grabación: 2019-07-20
- Fecha de publicación: 2019-09-17
- Duración de «Un mundo libre necesita la sátira»: 866 segundos
Traducción de «Un mundo libre necesita la sátira» en español.
Hace 20 años que soy un caricaturista político en la escena mundial.
Vimos pasar muchas cosas en esos 20 años.
Vimos a tres papas católicos distintos, y fuimos testigos de un momento único: la elección de un papa en la plaza de San Pedro, ya saben, la fumata blanca y el anuncio final.
[¡Es un niño!!]
(Risas)
(Aplausos)
Vimos cuatro presidentes estadounidenses.
Obama, por supuesto.
¡Oh, a los europeos les gustaba un montón! Era un multilateralista.
Favoreció la diplomacia.
Quería ser amigo de Irán.
[Barak Obama quiere ser tu amigo]
(Risas)
Y entonces…
la realidad imitó la caricatura el día que Donald Trump se convirtió en el presidente de EE.
UU.
(Risas)
(Aplausos)
Saben, la gente se nos acerca y nos dice: «Uds.
los caricaturistas la tienen fácil.
¿Con personas como Trump?
» Bueno, no, no es tan sencillo caricaturizar a un hombre que es en sí mismo una caricatura.
(Risas)
No.
(Aplausos)
Los populistas no son un blanco fácil para la sátira porque un día tratas de captarlos, y al día siguiente, te superan.
Por ejemplo, tan pronto como fue elegido, traté de imaginarme el tweet que Trump enviaría en la víspera de Navidad.
Así que hice esto,
¿de acuerdo?
[Feliz Navidad a todos.
Excepto a esos páteticos perdedores.
Triste]
(Risas)
Y al día siguiente, Trump tuiteó esto: [Feliz año nuevo a todos, incluidos mis muchos enemigos y los que lucharon contra mí y perdieron tanto que no saben qué hacer.
¡Besos!]
(Risas)
¡Es lo mismo!
(Aplausos)
Esta es la era de los hombres fuertes.
Y pronto, Donald Trump fue capaz de conocer a su héroe, Vladimir Putin, y así es como fue su primer encuentro: [Te ayudaré a encontrar a los hackers.
Dame tu contraseña]
(Risas)
Y no me estoy inventando nada.
Salió de esa primera reunión diciendo que los dos habían acordado un grupo de trabajo conjunto sobre ciberseguridad.
Es cierto, si lo recuerdan.
¡Oh, quién hubiera imaginado las cosas que vimos en estos 20 años! Vimos a Gran Bretaña correr hacia una salida de la Unión Europea.
[
¿Un Brexit duro?
]
(Risas)
En Oriente Medio, creímos por un tiempo en el milagro democrático de la Primavera Árabe.
Vimos caer a dictadores, vimos a otros aguantar.
(Risas)
Y luego tenemos la intemporal dinastía Kim de Corea del Norte.
Estos tipos parecen recién salidos de Cartoon Network.
Tuve la suerte de poder dibujar a dos de ellos.
Kim Jong-il, el padre, cuando murió hace unos años, que fue un momento muy peligroso.
[¡Eso estuvo cerca!]
(Risas)
Eso fue…
(Aplausos)
Y luego el hijo, Kim Jong-un, demostró ser un valioso sucesor al trono.
Ahora es amigo del presidente de EE.
UU.
Se encuentran todo el rato, y hablan como si fueran amigos.
[
¿Qué tipo de gel fijador usas?
]
(Risas)
¿Deberíamos estar sorprendidos de vivir en un mundo dirigido por ególatras?
¿Y si solo fueran un reflejo de nosotros mismos?
Mirennos a todos, a cada uno de nosotros.
(Risas)
Sí, amamos nuestros teléfonos inteligentes, amamos nuestros selfies, nos amamos a nosotros mismos.
Y gracias a Facebook, tenemos un montón de amigos por todo el mundo.
Mark Zuckerberg es nuestro amigo.
[Lista de contactos]
(Risas)
Saben, él y sus compañeros en Silicon Valley son los reyes y emperadores de nuestro tiempo.
Mostrar que los emperadores están desnudos, esa es una tarea para la sátira,
¿verdad?
Diciendo la verdad al poder.
Este ha sido siempre el papel histórico del caricaturista político.
En la década de 1830, la Francia postrevolucionaria bajo el rey Luis Felipe los periodistas y caricaturistas lucharon duro por la libertad de prensa.
Fueron encarcelados, fueron multados pero prevalecieron.
Y esta caricatura del rey hecha por Daumier llegó a definir al monarca.
Marcó la historia.
Se volvió el símbolo intemporal del triunfo de la sátira sobre la autocracia.
Hoy en día, 200 años después de Daumier,
¿están los caricaturistas políticos al borde de la extinción?
Miren este espacio en blanco en la portada del periódico opositor turco «Chumhuriyet» Aquí es donde solían aparecer las caricaturas de Musa Kart.
En 2018, Musa Kart fue sentenciado a tres años de prisión.
¿Por hacer qué?
Por hacer caricaturas políticas en la Turquía de Erdoğan.
Caricaturistas de Venezuela, Rusia y Siria han sido forzados al exilio.
Miren esta imagen.
Parece muy inocente,
¿no?
Aun así es tan provocativa.
Cuando publicó esta imagen, Hani Abbas supo que cambiaría su vida.
Era el año 2012, y los sirios salieron a las calles.
Por supuesto, la pequeña flor roja es el símbolo de la revolución siria.
Muy pronto, el régimen lo persiguió y tuvo que huir del país.
Un buen amigo suyo, el caricaturista Akram Raslan, no consiguió salir de Siria.
Murió torturado.
Recientemente en EE.
UU., algunos de los mejores dibujantes, como Nick Anderson o Rob Rogers, esta es una caricatura de Rob, [Día de los caídos en guerra 2018] [Verdad.
Honor.
Estado de derecho] perdieron sus puestos porque sus editores consideraron su trabajo muy crítico de Trump.
Y lo mismo le ocurrió al dibujante canadiense Michael de Adder.
Quizás deberíamos empezar a preocuparnos.
Los dibujos políticos nacieron con la democracia y son amenazados cuando la libertad es amenazada.
Saben, con los años, con la Fundación «Cartooning for Peace» y otras iniciativas, Kofi Annan —esto no es muy conocido— era el presidente honorífico de nuestra fundación, el fallecido Kofi Annan, Premio Nobel de la Paz.
Era un gran defensor de las caricaturas.
O, en el consejo de la «Asociación de dibujantes editoriales estadounidense», hemos abogado en nombre de caricaturistas encarcelados, despedidos o exiliados.
Pero nunca vi que nadie perdiera su trabajo por una caricatura que no dibujó.
Bueno, eso me pasó a mí.
En los últimos 20 años trabajé para el «International Herald Tribune» y el «New York Times».
Y ocurrió algo.
En abril de 2019, el dibujo de un famoso caricaturista portugués que fue publicado por primera vez en el periódico «El Expresso» en Lisboa fue elegido por mi editor en el New York Times y reimpreso en las ediciones internacionales.
La cosa se salió de control.
Fue denunciado como antisemita, provocó indignación generalizada, disculpas, y un montón de control de daños por el Times.
Un mes después, mi editor me contó que iban a terminar del todo las caricaturas políticas.
Entonces podríamos, y deberíamos, tener una discusión sobre esa caricatura.
Algunas personas dicen que les recuerda a la peor propaganda antisemita.
Otros, incluyendo en Israel, dicen que no, que es solo una dura crítica de Trump, a quien se muestra siguiendo al primer ministro de Israel a ciegas.
Tengo algunos problemas con este dibujo, pero esa discusión no ocurrió en el «New York Times», Bajo presión, tomaron el camino más fácil: para no tener problemas con caricaturas políticas en el futuro, no tengamos ninguno.
Bueno, esto es nuevo.
¿Acabamos de inventar la autocensura preventiva?
Esto es más importante que las caricaturas.
Esto es sobre opinión y periodismo.
Esto es, después de todo, sobre la democracia.
Estamos viviendo en un mundo donde las masas moralistas se reúnen en redes sociales y surgen como una tormenta.
Las voces más indignadas tienden a definir la conversación y la multitud enojada los sigue.
Estas turbas en redes sociales, a veces alimentadas por grupos interesados, caen sobre las salas de redacción como un golpe abrumador.
Envían a las editoriales y editores en búsqueda de contramedidas.
Esto no deja lugar a discusiones significativas.
Twitter es un lugar para la furia, no para el debate.
¿Y saben qué?
Alguien describió muy bien nuestra condición humana en esta ruidosa era.
¿Saben quién?
Shakespeare, hace 400 años.
[La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de sonido y furia, que no significa nada] Esto me toca.
Shakespeare sigue siendo relevante,
¿no?
Pero el mundo ha cambiado.
[¡Muy largo!]
(Risas)
Es cierto.
(Aplausos)
Las redes sociales son tanto una bendición como una maldición para las caricaturas.
Esta es la era de la imagen, así que se comparten, se vuelven virales, pero también las convierte en un blanco fácil.
Casi siempre, el blanco real detrás del dibujo es el medio que lo ha publicado.
[
¿Cubriendo Irak?
No, ¡a Trump!] Esa relación entre los medios tradicionales y redes sociales es divertida.
Por una parte, tienen el proceso de tiempo consumido de información, verificación, preservación.
La otra parte, es francamente, un autoservicio abierto.
para rumores, opiniones, emociones amplificados por algoritmos.
Hasta los periódicos de calidad imitan los códigos de las redes sociales en su web.
Destacan los 10 más leídos, las 10 historias más compartidas.
Deberían presentar las 10 historias más importantes.
(Aplausos)
Los medios no deberían estar intimidados por las redes sociales, y los editores deberían dejar de estar asustados de la muchedumbre furiosa.
(Aplausos)
No vamos a poner advertencias como lo hacemos en los cigarrillos,
¿no?
[La sátira puede herir tus sentimientos]
(Risas)
¡Vamos! [Bajo su burkini podría esconder una bomba sexual] Las caricaturas políticas están destinadas a provocar, como las opiniones.
Pero ante todo, están destinados a provocar reflexión.
¿Se sienten heridos?
Ignórenlo.
¿No les gusta?
Miren al otro lado.
La libertad de expresión no es incompatible con el diálogo y escucharse el uno al otro.
Pero es incompatible con la intolerancia.
(Aplausos)
No nos volvamos nuestros propios censores en nombre de la correción política.
Necesitamos alzarnos, necesitamos presionar, porque si no lo hacemos, nos despertaremos mañana en un mundo desinfectado, donde cualquier forma de sátira y caricatura política se vuelve imposible.
Porque cuando la presión política se encuentra con la corrección política, la libertad de expresión muere.
(Aplausos)
¿Recuerdan enero de 2015?
Con la masacre de periodistas y de caricaturistas del «Charlie Hebdo» en París, cuando descubrimos la forma más extrema de censura: el asesinato.
Recuerden cómo se sintió.
[Sin humor estamos muertos] Independientemente de lo que uno pensara acerca de esa revista satírica, o como uno se sintiera con esas caricaturas en particular, todos sentíamos que algo fundamental estaba en juego, esos ciudadanos de sociedades libres…
de hecho, ciudadanos de cualquier sociedad necesitamos el humor tanto como el aire que respiramos.
Es por esto que los extremistas, los dictadores, los autócratas, y francamente, todos los ideólogos del mundo no soportan el humor.
En este mundo loco en el que vivimos en este momento, necesitamos las caricaturas políticas más que nunca.
Y necesitamos el humor.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/patrick_chappatte_a_free_world_needs_satire/