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Charla «Un puente lírico entre pasado, presente y futuro» de TED2017 en español.
David Whyte, con su encanto característico y su penetrante visión, medita en las fronteras del pasado, presente y futuro, compartiendo dos poemas inspirados en la peregrinación a pie de su sobrina a lo largo del Camino de Santiago de Compostela en España.
- Autor/a de la charla: David Whyte
- Fecha de grabación: 2017-04-24
- Fecha de publicación: 2017-08-23
- Duración de «Un puente lírico entre pasado, presente y futuro»: 1215 segundos
Traducción de «Un puente lírico entre pasado, presente y futuro» en español.
La perspectiva juvenil sobre el futuro, la perspectiva actual sobre el futuro y el futuro, la perspectiva madura sobre el futuro.
Me gustaría tratar de reunir esos tres tiempos juntos en una identidad esta noche.
Y se podría decir que el poeta, en muchos sentidos, mira lo que yo llamo «la naturaleza conversacional de la realidad».
Y Uds.
se preguntan:
¿Cuál es la naturaleza conversacional de la realidad?
La naturaleza conversacional de la realidad es el hecho de que todo lo que deseen del mundo, lo que Uds.
desean de su pareja, en un matrimonio o una relación amorosa, todo lo que deseen de sus hijos, lo que desean de las personas que trabajan para Uds.
o con Uds., o su mundo, no sucederá exactamente como Uds.
quisieran que sucediera.
Pero igualmente, todo lo que el mundo desea de nosotros, cualquiera que sea nuestra pareja, nuestro hijo, nuestro colega, nuestra industria, nuestras demandas futuras de nosotros, tampoco sucederá.
Y lo que realmente sucede es esta frontera entre lo que uno piensa que es y lo que uno piensa que no es.
Y esta frontera de la reunión real entre lo que llamamos un yo y lo que llamamos el mundo es el único lugar, en realidad, donde las cosas son reales.
Pero es bastante asombroso, cuán poco tiempo pasamos en esta frontera conversacional, y no absortos lejos de ella en una estrategia u otra.
Yo venía por la inmigración, que es una frontera bastante dramática en este momento, en EE.UU.
el año pasado, y, ya saben, uno se embarca en un vuelo internacional a través del Atlántico, y no está en el mejor lugar; uno no está en su madurez espiritual.
Uno se pone impaciente con el resto de la humanidad, de hecho.
Así que cuando llegas a inmigración con el cuello de la camisa fuera y la barba de un día, y tienes muy poca paciencia, y el oficial de inmigración al mirar mi pasaporte dice:
¿Qué hace, señor Whyte?
Le dije: «Trabajo con la naturaleza conversacional de la realidad».
(Risas)
Se inclinó hacia adelante sobre su podio y me dijo: «Lo necesitaba anoche».
(Risas)
(Aplausos)
Le dije: «Lo siento, mis poderes como poeta y filósofo no llegan a tanto.
No estoy seguro de poder…
Pero antes de lo imaginado, estábamos en una conversación sobre su matrimonio.
Aquí estaba con su uniforme, y lo interesante fue que, estaba mirando hacia arriba y hacia abajo la fila de oficiales para asegurarse de que su supervisor no veía que estábamos teniendo una conversación real.
Pero todos vivimos en esta frontera conversacional con el futuro.
Me gustaría ponerles en los zapatos de mi sobrina irlandesa, Marlene McCormack, de pie en un acantilado en la costa occidental de España, con vistas al vasto Atlántico.
Veintitrés años, acaba de caminar 800 km desde San Juan Pie de Puerto en el lado francés de los Pirineos, por todo el norte de España, en este peregrinaje muy famoso, antiguo y contemporáneo llamado el Camino de Santiago de Compostela el Camino a Santiago de Compostela.
Y cuando llegas a Santiago, en realidad, puede ser un poco decepcionante, porque hay 100 000 personas que viven allí que no necesariamente aplauden cuando uno llega a la ciudad.
(Risas)
Y 10 000 de ellos tratan de venderles un recuerdo de su viaje.
Pero Uds.
tienen la posibilidad de continuar durante tres días más a este lugar donde Marlene estaba de pie y que se llama Finisterre, también en inglés, Finisterre, del latín, que significa «los extremos de la tierra» el lugar donde el suelo se convierte en océano; el lugar donde tu presente se torna futuro.
Y Marlene había caminado por este camino, acaba de graduarse con 23 años de la Universidad de Sligo con un grado en drama irlandés.
Y me dijo: «No creo que las grandes corporaciones del mundo llamen a mi puerta.
Le dije: «Escucha, he trabajado en corporaciones de todo el mundo durante décadas; un grado en drama es lo que más te prepara para el mundo…
(Risas)
para mundo corporativo adulto».
(Aplausos)
Pero ella dijo: «No estoy interesada en eso, de todos modos.
No quiero enseñar drama, quiero ser dramaturga.
Quiero escribir obras de teatro.
Así que hice el Camino para darme un poco de valor, para poder entrar en mi futuro».
Y le dije: «
¿Cuál fue el momento más significativo de todo el Camino, el momento más significativo?
» Ella dijo: «Tuve muchos momentos significativos, pero sabes, el momento más significativo fue después del Camino, fueron los tres días que vas de Santiago a este acantilado.
Y uno pasa por tres rituales.
El primer ritual es comer un plato de tapas de vieiras», o si eres vegetariano, contemplar la concha de vieira.
(Risas)
Porque la concha de vieira ha sido el icono y la insignia del paseo, y cada flecha que uno ha visto a lo largo de ese camino ha estado señalando debajo de una concha de vieira.
Así que realmente, este primer ritual dice:
¿Cómo llegaste a este lugar?
¿Cómo recorriste el camino para llegar hasta aquí?
¿Cómo entablas la conversación de la vida cuando no hay asedio.
cuando nadie molesta, cuando eres libre de ser tú mismo?
¿Cómo entablas la conversación de la vida que te trae a este lugar?
Y el segundo ritual es quemar algo que hayas traído.
Le dije:
¿Qué has quemado, Marlene?
Ella dijo, «quemé una carta y dos postales».
Yo dije: «Asombroso.
Veintitrés años y tienes papel.
No puedo creerlo.
(Risas)
Estoy seguro de que hay una aplicación del Camino donde puedes borrar un texto traumático,
¿sí?
(Risas)
Se activará la linterna, se llenará de color y desaparecerán en un fuego artificial de llamas.
Pero uno trae una carta o escribe una allí, y la quema.
Y por supuesto sabemos intuitivamente qué hay en esas cartas y postales.
Es una forma de afecto y amor que ahora ya no existe,
¿verdad?
Y luego el tercer ritual: entre todos estos fuegos hay grandes pilas de ropa.
Y uno deja una prenda de vestir que le ha ayudado a llegar a este lugar.
Y le dije a Marlene:
¿Qué dejaste en el borde del acantilado?
Ella dijo: «Mis botas, las mismas con las que caminé, en realidad.
Hermosas botas, me encantan esas botas, pero quedaron destrozadas tras siete semanas de caminar.
Así que me fui con mis deportivas, pero dejé allí mis botas».
Ella dijo: «Fue realmente increíble.
El momento fue muy intenso, el sol se estaba escondiendo pero la luna llena estaba detrás de mí.
Y la luna llena estaba iluminada por el sol moribundo de una manera tan poderosa que incluso tras haberse escondido el sol detrás del horizonte, la luna todavía podía ver ese sol.
Y yo tenía una sombra de luna, y miraba mi sombra de luna cruzar el Atlántico, a través de este océano.
Y pensé: ¡Oh! Ese es mi nuevo yo en el futuro.
Pero de repente me di cuenta de que el sol estaba en el ocaso.
La luna estaba perdiendo su reflejo, y mi sombra se desvanecía.
El momento más intenso que tuve en todo el Camino fue cuando me di cuenta de que yo misma tenía que cruzar ese mar desconocido hacia mi futuro».
Me conmovió tanto esta historia que le escribí esta pieza.
Estábamos conduciendo en ese momento; llegamos a casa, me senté en el sofá, y escribí hasta las dos de la mañana, todos se habían ido a la cama, y se lo di a Marlene a la hora del desayuno.
Se llama «Finisterre», para Marlene McCormack.
«El camino al final el camino al final tomando el camino que el sol había tomado el camino al final tomando el camino que la carrera había tomado en el mar occidental el camino al final tomando el camino que el sol había tomado hacia el mar occidental y la luna la luna que se levanta detrás de ti mientras estás donde el terreno cede el paso al océano: no hay forma para tu futuro ahora no hay forma para tu futuro ahora excepto la forma que adoptó tu sombra, caminando ante ti a través del agua, yendo adonde las sombras van, no hay manera de dar sentido a un mundo que no te deje pasar excepto para poner fin al camino por el que habías venido, para sacar cada carta que habías traído y alumbrar los rincones iluminados; y leerlas conforme se movían al compás de la última luz occidental; para vaciar tus maletas vaciar tus maletas; ordenar esto y dejar lo otro ordenar esto y dejar lo otro; para prometer lo que necesitabas prometer todo el tiempo prometer lo que necesitabas prometer todo el tiempo y abandonar los zapatos que te trajeron aquí justo en la costa, no porque te dieras por vencida no porque te dieras por vencida sino porque ahora, tú encontrarás una manera diferente de pisar, y porque, a través de todo esto, parte de ti seguirá caminando, no importa cómo, sobre las olas».
«Finisterre».
Para Marlene McCormack,
(Aplausos)
que ya realizó su tercera obra en el off-off-off-off Broadway, en Dublín.
(Risas)
Pero está en camino.
Esta es la última pieza.
Se trata de la supuesta llegada a la cima de todos nuestros esfuerzos.
En Santiago mismo, podría ser Santiago, podría ser La Meca, podría ser Varanasi, podría ser Kioto, podría ser ese umbral que te has propuesto, el enfoque perturbador para la consumación de todos tus objetivos.
Y una de las dificultades para entrar en la propia vida, para entrar en este cuerpo, en este mundo por completo, es empezar a darse cuenta de que has fabricado tres ilusiones perdurables que el resto de la humanidad ha compartido desde el principio de los tiempos.
La primera ilusión es que de alguna manera se puede construir una vida en la que uno no es vulnerable.
De alguna manera uno puede ser inmune a todas las dificultades y enfermedades y pérdidas a las que la humanidad ha estado sujeta desde el principio de los tiempos.
Si miramos el mundo natural, no hay parte de ese mundo que no pase por los ciclos del nacimiento, inicialmente, o del ocultamiento, y luego el crecimiento, la plenitud, para comenzar entonces una maravillosa decadencia y luego una desaparición muy austera y plena.
Miramos eso, decimos: «Es hermoso, pero
¿puedo tener la primera mitad de la ecuación, por favor?
Y cuando ocurra la desaparición cerraré los ojos y esperaré a que llegue el nuevo ciclo».
Lo que significa que la mayoría de los humanos están en guerra con la realidad el 50 % del tiempo.
La identidad madura es capaz de vivir el ciclo completo.
La segunda ilusión es, construir una vida en la que no quiero romper mi corazón.
El romance es el primer lugar donde empezamos a hacerlo.
Al comienzo de un nuevo romance o un nuevo matrimonio, uno dice: «He encontrado a la persona que no romperá mi corazón».
Lo siento; uno la ha elegido inconscientemente justamente por esa exacta capacidad.
(Risas)
Te romperán el corazón.
¿Por qué?
Porque te preocupas por ellos.
Si uno mira la crianza,
¿sí?
«Seré la madre y el padre perfectos».
Tus hijos te romperán el corazón.
Y ni siquiera tienen que hacer nada espectacular o dramático.
Pero por lo general, hacen algo espectacular o dramático
(Risas)
para rompernos el corazón.
Y luego viven con Uds.
como espías y saboteadores durante años, viendo cada movimiento psicológico, y detectando todas sus debilidades.
Y un día, cuando tienen alrededor de 14 años de edad, de espaldas a ellos, en la cocina, mientras que uno hace algo para ellos,
(Risas)
entra el estilete psicológico.
(Risas)
(Aplausos)
Y tú dices: «
¿Cómo sabías exactamente dónde colocarlo?
»
(Risas)
Y dicen: «Te he estado observando
(Risas)
unos cuantos años.
Y esperamos que nuestras personalidades blindadas y profesionales impidan que nos rompan el corazón en el trabajo.
Pero si uno es sincero sobre su trabajo, debe romper su corazón.
Uno debe llegar a los umbrales donde no sabe cómo proceder.
No sabe cómo pasar de aquí a allá.
¿Qué hace eso?
Nos pone en una relación apropiada con la realidad.
¿Por qué?
Porque uno tiene que pedir ayuda.
Angustia.
No tenemos una opción sobre la angustia, solo tenemos la opción de que nos rompan el corazón personas, cosas y proyectos que nos interesan profundamente.
Y la última ilusión es que de alguna manera puedo planear lo suficiente y arreglar las cosas que voy a poder ver el camino hacia el final desde donde estoy de pie, directo al horizonte.
Pero, si lo pensamos, el único entorno en el que eso sería cierto sería un desierto plano, vacío de cualquier otra vida.
Pero incluso en un desierto plano, la curvatura de la Tierra alejaría el camino.
Por lo tanto, no; uno ve el camino, y después no y luego lo ve de nuevo.
Así que esto es Santiago, la supuesta llegada, que es una especie de retorno al principio todo al mismo tiempo.
Tenemos esta experiencia del viaje, que está en todas nuestras grandes tradiciones espirituales, de peregrinación.
Pero solo al estar realmente en el suelo de la vida, y no absortos en un futuro estratégico que en realidad es solo un escape de la angustia actual; la capacidad de permanecer en el suelo de la vida y mirar el horizonte que nos llama, en ese momento, uno es el viaje entero.
Uno es la conversación entera.
«Santiago».
«El camino visto, luego no visto el camino visto, luego no visto la ladera que se esconde y luego revela el camino que uno debe tomar el camino visto, luego no visto la ladera que se esconde y luego revela el camino que uno debe tomar el camino que se aleja de ti como si te dejara caminando en el aire, y luego te atrapa, te atrapa y te sostiene cuando pensabas que caerías, te atrapa y te sostiene cuando pensabas que caerías.
Y el camino a seguir el camino a seguir siempre, al final, el camino por el que viniste, el camino a seguir siempre, al final, el camino por el que viniste, el camino que seguiste, el camino que te llevó a tu futuro, que te trajo a este lugar, que te trajo a este lugar, no importa si a veces te trajo una promesa, no importa si siempre te partió el corazón en el camino: el sentido el sentido de haber caminado desde lo más profundo de ti mismo hasta llegar a la revelación, de haberte arriesgado por algo que parecía estar dentro de ti y mucho más allá de ti, te llevó de nuevo al final al único camino que podías seguir, caminando como lo hiciste, con tus harapos de amor caminando como lo hiciste, con tus harapos de amor y hablando con una voz que por la noche se tornó oración por una llegada segura, para que un día te dieras cuenta de que lo que querías que ocurriese realmente ya había ocurrido te dieras cuenta de que lo que querías que ocurriese realmente ya había ocurrido hace mucho tiempo y en la casa en que vivías antes de comenzar, y que y que cada paso en el camino, en cada paso a lo largo del camino, habías llevado el corazón, la mente y la promesa que primero te expulsó y luego te atrajo, y que y que eras más maravilloso en tu simple deseo de encontrar un camino y eras más maravilloso en tu simple deseo de encontrar un camino que los techos dorados de cualquier destino que pudieses alcanzar.
Eres más maravilloso en ese simple deseo de encontrar un camino que los techos dorados de cualquier destino que pudieses alcanzar: como si desde el principio hubieses pensado el punto final como una ciudad con cúpulas doradas, y multitudes exultantes, y al doblar la esquina en lo que pensabas que era el final del camino, encontraste solo un simple reflejo, y una clara revelación bajo el rostro que mira hacia atrás y debajo de él otra invitación, todo de un vistazo todo de un vistazo: como una persona como una persona o un lugar que buscabas desde siempre como una persona o un lugar que buscabas desde siempre, como un audaz campo de libertad que te llevó más allá; como otra vida como otra vida, y el camino el camino que sigue extendiéndose».
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
Muchas gracias.
Gracias.
Muy amables.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/david_whyte_a_lyrical_bridge_between_past_present_and_future/