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Una campaña para el periodo positivo – Charla TED-Ed Weekend

Charla «Una campaña para el periodo positivo» de TED-Ed Weekend en español.

La activista social Ananya Grover nos cuenta que tener el periodo es agotador y, para muchas mujeres alrededor del mundo, la menstruación es aún más complicada debido a los estigmas y lo difícil que es conseguir suministros de higiene básica. En esta charla estimulante y de llamada a la acción, comparte de qué forma «Pravahkriti», su campaña para difundir la positividad del periodo, involucra a todo el mundo de forma creativa para promover la salud menstrual, concienciar y romper los tabúes de la menstruación.

  • Autor/a de la charla: Ananya Grover
  • Fecha de grabación: 2020-02-08
  • Fecha de publicación: 2020-03-16
  • Duración de «Una campaña para el periodo positivo»: 548 segundos

 

Traducción de «Una campaña para el periodo positivo» en español.

Menstruación Una simple palabra que describe un proceso biológico natural cargado de estigmas durante siglos y que se ha transformado en algo de lo que solo podemos hablar entre susurros.

¿Por qué?

Mientras les hablo en este momento, más de 800 millones de mujeres están con el periodo.

Ninguno existiría sin ello y aún así sigue siendo algo embarazoso de lo que hablar.

Desde mi experciencia y la de las mujeres de mi alrededor, les aseguro que es agotador.

Es agotador sacar un papel marrón que esconde una compresa, meterlo en el bolsillo en mitad de la clase y correr al baño lo más discretamente posible.

Es agotador aguantar clases y reuniones fingiendo que todo está bien mientras gritas por dentro por los intensos calambres.

Es agotador que te digan, con desdén, que estás premenstrual o que estás en «esos días del mes».

Y es agotador luchar contra las tradiciones milenarias que te piden que no reces, no visites templos, no cocines no toques los pepinillos etc., etc., etc., mientras tú solo intentas sangrar en paz.


(Risas)
Pero,

¿saben cuál es la peor parte?

La peor parte es que todo lo que parece agotador para nosotras es apenas la punta del iceberg, porque las que estamos aquí tenemos el privilegio de permitirnos compresas todos los meses, poder visitar al ginecólogo en caso de tener algún problema, ser capaz de diferenciar entre lo que es normal de lo que no.

Tenemos acceso a agua, saneamiento y retretes que nos permiten mantener nuestra privacidad y nuestra higiene.

¿Qué hay con las que no?

¿Qué hay de las 335 millones de chicas en el mundo que van al colegio sin siquiera tener acceso a agua y jabón para lavarse las manos?

¿Qué hay de las estudiantes de 15 años en Kenya que tienen que venderse para comprar compresas?

¿Y de las dos terceras partes de las adolescentes rurales en India que ni siquiera entienden por lo que está pasando su cuerpo en la menarquía?

Ahora estamos reunidos en EE.

UU.

¿Qué hay entonces del 64 % de mujeres en St.

Louis, Missouri, que no pudieron permitirse productos de higiene femenina en los años anteriores?

¿Qué pasa con las dificultades de mujeres sin techo, trans, intersex y desplazadas que menstrúan?

¿Qué hay de ellas?

La escala del problema, cuyo origen se debe a los estigmas tan arraigados a la menstruación, es inimaginable.

Y el deseo de poner voz a la frustración me llevó, junto a otras tres compañeras de trabajo, a iniciar una campaña que aboga por el cambio, que cuestiona los tabúes que rodean a la menstruación y que difunde el periodo positivo.

El nombre de la campaña, «Pravahkriti», nació del mensaje que queremos transmitir al mundo.

«Pravah» significa «flujo» y «kriti» significa «bonita creación».

Porque,

¿cómo podía ser el ciclo mensual, a la que se le debe la creación, otra cosa que no fuera bonito?

Como cuestión social, la menstruación tiene varios aspectos que se sobreponen y empeoran la situación.

Así pues, nuestra campaña se basa en cuatro pilares fundamentales: salud, higiene, concienciación y difundir el positivismo.

¿Cómo podemos implementarlo?

Empezamos entre las las paredes de las clases de nuestra escuela.

En lugar de explicar a los niños la menstruación sin más con un libro de texto o desde una mirada biológica, hemos adoptado un método innovador.

Hemos hecho una actividad donde los alumnos elaboraban una pulsera hecha de 28 cuentas en referencia a la duración del ciclo mentrual y de los cuales, de cuatro a ocho, eran de diferente color, mostrando los días en los que la mujer sangra.

De esta forma, no solo explicamos lo que es el periodo de una forma educativa, sino accesible e involucrada.

Para darles otro ejemplo: hemos explorado nuevas formas de paliar los dolores menstruales, como preparar remedios naturales en la propia escuela.

Y no nos conformamos con involucrar a las niñas.

De hecho, a los niños se les involucró igual y uno de nuestros compañeros, como pueden ver, es un chico.

Gracias a las conversaciones donde las chicas podían compartir sus experiencias y los chicos podían preguntar sin importar cuan «estúpida» pareciera, nuestros voluntarios superaron en seguida la incomidad y no solo apoyaron en las sesiones, sino que las lideraron.

Está claro que empezar una conversación inclusiva, que supone incluir miembros de todos los géneros y escucharnos y apoyarnos los unos a los otros puede llevar tiempo.

Para que nuestra campaña funcione hemos llevado una extensa investigación, hemos entrevistado a ginecólogos, encuestado a personas para medir la opinión sobre el periodo y llevado un panel de discusión con profesionales en la materia.

Después, tomamos el camino para crear el cambio.

Montamos un stand en una feria local de Shilpotsav, donde distribuimos sobres con forma de compresa y marcapáginas con mensajes positivos sobre el periodo.

Donamos cientos de compresas que habíamos recolectado a través de donaciones en la escuela.

Interactuamos con chicas de escuelas gubernamentales y de caridad y les explicamos el periodo mediante el juego de la rayuela; distribuimos también kits hechos por nosotros compuestos por una compresa y útiles como jabón de papel o desinfectante para mantener la higiene, un trozo de chocolate negro para subirles la moral, una bolsita de té de jengibre y cosas así.

En cualquier cosa que hicimos, nos esforzamos por romper las barreras, ya fuera haciendo un seguimiento del periodo para ayudar a las niñas sin acceso a internet a registrar su ciclo, ya fuera sensibilizando a la gente con representaciones callejeras, o incluso con un videojuego llamado «La cruzada escarlata»
(Risas)
que presenta a niñas y a niños los problemas que enfrontan las mujeres que menstruan y donde los jugadores progresan derrotando monstruos menstruales.


(Risas)
Para apoyar este proyecto, hemos instalado 10 dispensadores de compresas en varias escuelas.

La mentalidad de la gente va cambiando.

¿Pero lo hace de forma tan fácil?

En una escuela para niños pobres, nos encontramos a una niña que tenía su primer periodo pero no llevaba nada que absorviera el flujo.

Imaginen ser ella, sentados en clase avergonzados e incómodos, mirando hacia abajo y viendo rojo, pidiendo ayuda a sus padres, preguntando que les iba a pasar y que ellos les rechazaran.

Imaginen la vergüenza y el miedo al «pillarles» haciendo algo malo que les obliga a vivir en la ignorancia y el silencio a costa de su salud y de su dignidad.

Poniendo de nuestra parte, nuestro esfuerzo solo tendrá éxito si cada uno de Uds.

interioriza y difunde la idea de que la menstruación es algo completamente normal, si cada uno transmite ese mensaje a cada persona que conoce.

Si podemos hablar sobre la digestión, la circulación sangüínea y la respiración, todos procesos biológicos naturales,

¿por qué la menstruación debería estar prohibida?

Y Uds.

pueden ayudar a que sea menos tabú simplemente abriéndose más a sus amigos y familiares varones, apoyando a organizaciones locales e internacionales que trabajan en mejorar la gestión de la higiene menstrual, haciendo pulseras con niños de secundaria o incluso jugando a La cruzada escarlata con sus amigos.

Cada paso cuenta, porque esconder el tema bajo la alfombra perpetúa la falta de acceso a compresas, la ignorancia sobre los problemas de salud menstrual, el absentismo escolar, la infección y mucho más.

Me gustaría terminar con algo que una voluntaria escribió para nosotros: «Deja que la marea roja gire.

Deja que haya olas de positividad, aplausos atronadores, villas repletas de mujeres que sangran con orgullo.

Deja que haya aroma a educación vagando por el oxígeno que inhalan hombres, mujeres y niños.

Deja que todos aprendan las maravillas de la menstruación y que celebren Pravahkriti».

Gracias
(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/ananya_grover_a_campaign_for_period_positivity/

 

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