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Charla «Una historia sobre las lenguas indígenas y de cómo revitalizarlas» de TEDxQueensU en español.
Las lenguas indígenas en América del Norte se encuentran en peligro de extinción debido al legado colonial de la supresión cultural, afirma la lingüista Lindsay Morcom. Al destacar las estrategias desarrolladas por el pueblo anishinaabe de Canadá para revivir su idioma y comunidad, Morcom presenta un apasionado caso para promulgar políticas que puedan proteger el patrimonio indígena para las generaciones venideras.
- Autor/a de la charla: Lindsay Morcom
- Fecha de grabación: 2019-02-03
- Fecha de publicación: 2020-04-07
- Duración de «Una historia sobre las lenguas indígenas y de cómo revitalizarlas»: 809 segundos
Traducción de «Una historia sobre las lenguas indígenas y de cómo revitalizarlas» en español.
El anciano Dene Paul Disain solía decir, «Nuestro idioma y cultura son la ventana por la que vemos el mundo».
Y en Isla Tortuga, hoy conocida como Norteamérica, existen muchas maneras únicas y maravillosas de ver el mundo.
Como heredera de la cultura indígena, me interesa aprender anishinaabemowin, mi lengua nativa, porque me permite ver el mundo a través de esa ventana.
Me deja conectar con mi familia, mis ancestros, mi comunidad, mi cultura.
Y me deja reflexionar sobre cómo puedo transmitirlo a las nuevas generaciones.
Como linguista, por lo general estoy interesada en cómo funcionan los idiomas.
Analizo la fonética y fonología, los sonidos del habla.
Observo la morfología, o la estructura de las palabras.
Observo la sintaxis, que es la estructura de las oraciones y frases, para aprender cómo los humanos guardamos los idiomas en nuestro cerebro y cómo los usamos para comunicarnos.
Por ejemplo, el anishinaabemowin, como la mayoría de las lenguas indígenas, es una lengua polisintética, lo que significa que existen palabras muy, muy largas, formadas por pequeñas piezas llamadas morfemas.
Puedo decir, en anishinaabemowin, «niwiisin», «yo como», con solo una palabra.
O decir, «nimino-wiisin», «comí muy bien», también con una palabra.
O «nimino-naawakwe-wiisin», «Yo como un muy buen almuerzo», ¿Cuántas palabras serían en inglés? Cinco palabras en inglés, solo una en anishinaabemowin.
Les he traído una pequeña prueba.
Solo respondan con una palabra, ¿De qué color es esta imagen? Público: verde.
Lindsay Morcom: ¿De qué color es esta? Público: verde.
LM: ¿De qué color es esta? Público: azul.
LM: ¿Y esta? (El público susurra) No son preguntas capciosas, lo prometo.
Uds., como angloparlantes vieron dos imágenes verdes y dos azules.
Pero la manera de categorizar los colores varía según los idiomas, si Uds.
hubieran sido rusos, habrían visto dos imágenes con distintos tonos de verde, una que era «goluboy», es decir, celeste, o la otra «siniy», azul oscuro.
Esos colores son vistos como distintos.
Si hablaran anishinaabemowin, habrían visto que esas imágenes eran ozhaawashkwaa u ozhaawashkozi, que significa ambas, verde o azul.
No significa que ellos no ven los colores, sino que la manera de categorizarlos y la manera de entender los tonos es diferente.
Al mismo tiempo, existen maneras universales que utilizamos para categorizar colores, y eso nos muestra cómo nuestros cerebros comprenden y expresan lo que están viendo.
Otra característica que es maravillosa, es que clasifica todas las palabras como animadas e inanimadas.
Entonces, a diferencia del francés o español que clasifican las palabras en femenino o masculino.
el anishinaabemowin y otras lenguas algonquian clasifican todas las palabras como animadas e inanimadas.
Aquellas cosas que creen que son animadas son animadas.
Cosas que tienen pulso: personas, animales, plantas creciendo.
Pero hay otras cosas que son animadas que podrían no imaginarlas, como las rocas.
Las rocas son animadas, y ese dato nos dice mucho sobre su gramática y también nos revela aspectos muy interesantes de cómo los hablantes del anishinaabemowin se relacionan o entienden el mundo que los rodea.
Ahora, lo triste es que esas lenguas originarias están en peligro.
Lenguas indígenas que poseen tanto conocimiento sobre cultura, historia, sobre formas de relacionarse con el otro, o con nuestro medioambiente.
Habiendo existido desde tiempos inmemoriales, estas lenguas se han desarrollado aquí y poseen conocimientos invaluables sobre el medioambiente que nos ayudarían a relacionarnos con la tierra en la que vivimos.
Pero están en peligro.
La gran mayoría de las lenguas indígenas en Norteamérica están consideradas en peligro, y aquellas que no están en peligro, son vulnerables.
Lo son así intencionalmente.
En nuestras leyes, políticas, en nuestras casas de gobierno, ha habido muchos intentos declarados de eliminar las lenguas indígenas y culturas en nuestro país.
Duncan Campbell Scott fue uno de los arquitectos del sistema de escuelas de internados.
Al presentar un proyecto que requería la asistencia a internados para niños indígenas en 1920, dijo: «Quiero deshacerme del problema indígena.
Nuestro objetivo es continuar hasta que no haya un solo indígena en Canadá que no haya sido absorbido por el mundo político y que no exista ningún asunto indígena, y ninguna Secretaría para indígenas; ese es el objetivo de la ley».
Las atrocidades que ocurrieron en esos internados fueron documentadas.
En 1907, el Dr.
Bryce, experto en tuberculosis, publicó un informe que revela que en varios internados un 25 % de los niños había muerto por epidemias de tuberculosis originadas por las malas condiciones de esos lugares.
En otros internados, ese numero de niños alcanzó un 75 %.
El gobierno federal le quitó su financiación por sus descubrimientos, y fue forzado a retirarse en 1921, y en 1922, publicó sus hallazgos.
Y durante ese tiempo, niños indígenas fueron arrancados de sus hogares, separados de sus comunidades para llevarlos a internados dirigidos por la iglesia en los que sufrieron, en muchos casos, graves abusos emocionales, físicos e incluso sexuales, y siempre, abusos culturales, ya que el fin de los internados era eliminar las lenguas indígenas y su cultura.
El último internado cerró en 1996.
Hasta ese momento 150 000 niños habían ido a esos internados en 139 instituciones a lo largo del país.
En 2007, entró en vigencia el Convenio sobre internados para indígenas.
Fue la demanda colectiva más grande en la historia de Canadá.
Se destinaron USD 60 millones para crear la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Canadá.
La CVR nos dio la posibilidad de conocer historias de sobrevivientes, ver el impacto que tuvo en las comunidades y familias y obtener acceso a investigaciones en las que se estudió el efecto completo de estos internados en las comunidades indígenas y en Canadá en su totalidad.
La CVR detectó que en estos internados se llevó a cabo lo que se llama genocidio cultural.
Afirman: «El genocidio físico es el asesinato en masa de los miembros de un grupo objetivo, el genocidio biológico es la destrucción de la capacidad reproductiva de ese grupo.
Y el genocidio cultural es la destrucción de esas estructuras y prácticas que permiten al grupo continuar como grupo».
Los objetivos declarados de Duncan Campbell Scott.
Entonces fue un genocidio cultural, aunque como señala el autor para niños y gran orador, David Bouchard, cuando construyes un edificio, y construyes un cementerio al lado de ese edificio, porque sabes que las personas que vivirán allí van a morir, ¿cómo le llamas a eso? La CVR también nos regaló 94 llamados a la acción, faros que nos pueden mostrar el camino mientras nos reconciliamos.
Varios de ellos pertenecen directamente al idioma y la cultura.
La CVR nos convoca a garantizar una educación adecuada y financiada que incluya el idioma y la cultura.
Reconocer los derechos indígenas, incluidos los lingüísticos.
Crear una Ley de Lenguas Aborígenes destinada a reconocer y preservar las lenguas indígenas, con la financiación necesaria.
Crear un puesto para un Comisionado de Lenguas Aborígenes y desarrollar programas de idiomas postsecundarios, así como reclamar por los lugares que hayan cambiado de nombre a lo largo de la colonización.
Cuando el Convenio sobre Internados para Indios.
entró en vigencia, Naciones Unidas incorporó la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en 2007.
Establece que los pueblos indígenas tengan derecho a establecer y controlar sus propios sistemas e instituciones educativas que imparten educación en sus propios idiomas, de manera apropiada a sus métodos culturales de enseñanza y aprendizaje.
En 2007, cuando entró en vigencia, cuatro países votaron en contra.
EE.UU., Nueva Zelanda, Australia y Canadá.
Canadá adoptó la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en 2010.
Y en 2015, el gobierno prometió ponerlo en práctica.
Entonces, ¿cómo vamos a responder colectivamente? Así está la situación actual.
De las 60 lenguas indígenas actualmente habladas en Canadá, todas menos seis, se consideran en peligro según Naciones Unidas.
Entonces, las seis que no están en peligro son el cree, anishinaabemowin, stoney, mi’kmaq, dene e inuktitut.
Y eso suena realmente mal.
Pero si ingresan al Atlas de las lenguas del mundo en peligro a través del sitio web de la UNESCO, verán una pequeña «r» justo al lado de ese idioma.
Ese idioma es el mi’kmaq.
El mi’kmaq ha experimentado una revitalización importante debido a la adopción de un acuerdo de autogobierno que fomentó cultura y educación mediante el idioma y ahora hay niños mi’kmaq tienen el mi’kmaq como primer idioma.
Hay tanto que podemos hacer.
Estos niños son estudiantes del Mnidoo Mnising Anishinabek Kinoomaage, una escuela de inmersión en la isla Manitoulin, donde aprenden en anishinaabemowin.
Llegaron a la escuela en jardín de infantes hablando muy poco, o nada de anishinaabemowin.
Y ahora, en tercer y cuarto grado, están trabajando en niveles intermedios y de manera fluida.
Al mismo tiempo, tienen una autoestima maravillosamente alta.
Están orgullosos de ser anishinaabe y tienen habilidades de aprendizaje sólidas.
No toda la educación tiene que ser formal tampoco.
Nuestra comunidad local tiene el Nido de Lenguas Indígenas de Kingston.
KILN es una organización ahora, pero comenzó hace seis años con miembros apasionados de la comunidad reunidos en una mesa de la cocina de un anciano.
Desde entonces, creamos experiencias de fines de semana de aprendizaje multigeneracional, donde enfocamos en transmitir el idioma y la cultura a niños.
Usamos juegos, canciones, comidas y actividades tradicionales para tal fin.
Tenemos clases en los niveles principiante e intermedio que se ofrecen aquí.
Nos asociamos a juntas escolares y bibliotecas para tener recursos e idiomas en la educación formal.
Las posibilidades son infinitas, y estoy muy agradecida por el trabajo que se ha hecho para permitirme transmitirle el idioma y la cultura a mi hijo y a otros niños dentro de nuestra comunidad.
También hemos desarrollado una comunidad fuerte, hermosa y vibrante, como resultado de este esfuerzo compartido.
Entonces, ¿qué necesitamos para progresar? En primer lugar, necesitamos políticas.
Necesitamos que se promulguen políticas con fondos que garanticen que las lenguas indígenas se incorporen significativamente en la educación, tanto dentro como fuera de la reserva.
En la reserva la educación se financia a niveles mucho más bajos que fuera de la reserva.
Y fuera de la reserva, la educación de lenguas indígenas suele descuidarse, porque las personas suponen que los pueblos indígenas no asisten a escuelas provinciales, cuando en verdad, un 70 % de los pueblos indígenas en Canadá vive fuera de la reserva.
Esos niños tienen el mismo derecho a acceder a su lengua y cultura.
Más allá de las políticas, necesitamos apoyo.
Y eso no solo significa apoyo financiero.
Necesitamos espacios donde llevar a cabo actividades como dar clases o para hacer contacto con poblaciones no indígenas también.
Necesitamos de un apoyo que resulte ser interesante para aprender esa lengua.
Necesitamos apoyo donde se hable sobre la importancia de estos idiomas.
Y para lograr eso, necesitamos educación.
Necesitamos acceso principalmente a la educación de inmersión, ya que esa es sin duda la forma más efectiva de garantizar la difusión de las lenguas indígenas.
Pero necesitamos educación en escuelas provinciales necesitamos educación para poblaciones no indígenas y así poder llegar a un mejor entendimiento mutuo y avanzar juntos de una mejor manera.
Tengo esta cita en un cuadro enmarcado en la pared de mi oficina.
Fue un regalo de un ex estudiante mío, aliado de colonos, hace unos años, y me recuerda que cada día podemos lograr grandes cosas si trabajamos juntos.
Pero si vamos a hablar sobre reconciliación, debemos reconocer que una reconciliación que no resulte en la subsistencia y continuidad de las lenguas y culturas originarias no es una reconciliación en absoluto.
Es asimilación, y no debería ser aceptable para ninguno de nosotros.
Pero lo que podemos hacer es mirar los llamados a la acción, ver la Declaración de Naciones Unidas de Derechos de los Indígenas y llegar a un entendimiento mutuo de que lo que tenemos, en términos de herencia lingüística y cultural para las comunidades en este país, merece ser preservardo.
En base a eso, podremos avanzar juntos, para asegurar que las lenguas indígenas se transmitan más allá del año 2050, o de la próxima generación, sino, a las próximas siete generaciones.
Miigwech Niawen’kó: wa.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/lindsay_morcom_a_history_of_indigenous_languages_and_how_to_revitalize_them/