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Una nueva forma de pensar la transición hacia la maternidad – Charla TED Residency

Charla «Una nueva forma de pensar la transición hacia la maternidad» de TED Residency en español.

Cuando nace un bebé, también nace una madre; sin embargo, el proceso de transición natural (y a veces inestable) hacia la maternidad suele ser silenciado por la vergüenza y el diagnóstico erróneo de una depresión posparto. En esta breve e informativa charla, Alexandra Sacks, especialista en psiquiatría reproductiva, analiza el conflicto interno de la mujer tras ser madre, y comparte un término que describe ese proceso: la «matrescencia».

  • Autor/a de la charla: Alexandra Sacks
  • Fecha de grabación: 2018-05-31
  • Fecha de publicación: 2018-08-30
  • Duración de «Una nueva forma de pensar la transición hacia la maternidad»: 376 segundos

 

Traducción de «Una nueva forma de pensar la transición hacia la maternidad» en español.

¿Recuerdan esa etapa de eclosión hormonal y cambios de humor?

La piel se llenaba de erupciones, el cuerpo empezaba a crecer en zonas extrañas y a un ritmo acelerado y, al mismo tiempo, los demás pretendían que actuáramos como adultos en este nuevo proceso.

Es la adolescencia,

¿verdad?

Pues bien, son los mismos cambios que una mujer atraviesa cuando va a tener un bebé.

Y si es normal que los adolescentes se sientan confundidos, entonces,

¿por qué no vemos el embarazo de la misma manera?

Hay libros enteros que tratan sobre el desarrollo en la adolescencia, pero no hay ni una sola palabra para describir la transición hacia la maternidad.

Y es necesario que exista.

Soy psiquiatra y atiendo a embarazadas y mujeres en etapa de posparto, es decir, hago psiquiatría reproductiva, y en estos diez años de trabajo dedicados a este campo, noté que había un patrón, que sería algo así: una mujer me llama, acaba de tener un bebé y está muy preocupada.

Me dice: «No sé hacer esto.

No lo estoy disfrutando.

¿Tengo depresión posparto?

«.

Analizo los síntomas de ese diagnóstico y compruebo que la mujer no está clínicamente deprimida, y se lo digo.

Pero no queda convencida.

«No es así como debería sentirme», insiste.

Y le contesto: «Está bien.

¿Cómo crees que deberías sentirte?

«.

Y ella dice: «Creí que la maternidad me haría sentir plena y feliz.

Creí que mis instintos me dirían naturalmente qué debo hacer.

Creí que siempre iba a querer poner al bebé como prioridad».

Esta es una expectativa poco realista sobre cómo debe ser la transición hacia la maternidad.

Y esto no le pasaba sola a ella.

Cientos de mujeres me manifestaban los mismos cuestionamientos, y pensaban que algo debía estar mal, porque no se sentían a la altura.

Y yo no sabía cómo ayudarlas, porque decirles que no era una enfermedad no las ayudaría demasiado a sentirse mejor.

Quise buscar una manera de normalizar esta transición, de explicar que ese malestar no siempre es una enfermedad.

Decidí entonces investigar sobre la psicología de la maternidad.

Pero los libros de medicina no incluían mucha información porque, en general, los médicos escriben sobre enfermedades.

Recurrí entonces a la antropología.

Al cabo de dos años, me topé con un ensayo ya fuera de circulación, escrito en 1973 por Dana Raphael, donde por fin encontré una manera útil de darle marco a esta conversación: la matrescencia.

No es casualidad que «matrescencia» suene como «adolescencia».

En ambas etapas, la transformación corporal y el cambio hormonal producen un cataclismo emocional y dificultan la capacidad de adaptarse a la realidad.

Al igual que la adolescencia, la matrescencia no es una enfermedad, pero como el término no es parte del vocabulario médico, dado que los médicos no educan a sus pacientes en este tema, se la suele confundir con una enfermedad más seria llamada «depresión posparto».

Tomando como base la literatura antropológica, y a partir de las conversaciones con mis pacientes sobre la matrescencia, empecé a usar el concepto de «tira y afloja».

Esta es la parte en que hay que «tirar».

Cuando el ser humano es bebé, su dependencia es absoluta.

A diferencia de otros animales, los bebés no saben caminar, ni alimentarse por sí mismos y requieren de cuidados muy especiales.

Pero la evolución nos ha dado una mano con una hormona llamada «oxitocina».

Esta hormona se libera en la etapa perinatal y también con el contacto piel a piel, es decir que puede aumentar aunque no hayamos dado a luz.

La oxitocina ayuda al cerebro de la madre a enfocar su atención y de ese modo el bebé pasa a ser el centro de su mundo.

Pero al mismo tiempo, la mente de esa madre se aparta cuando recuerda que otras cosas también son parte de su identidad, otras relaciones, su trabajo, sus pasatiempos, su vida espiritual e intelectual, además de sus necesidades físicas: dormir, comer, hacer ejercicio, tener relaciones sexuales, ir al baño, sola…


(Risas)
si es posible.

Este es el conflicto interno de la matrescencia.

Esta es la tensión que sentían las mujeres que me llamaban.

Era el motivo que les hacía creerse enfermas.

Si las mujeres comprendieran el proceso natural de la matrescencia, si supieran que, para la mayoría de ellas, fue muy difícil transitar este tironeo interior, si supieran que en estas circunstancias la ambivalencia es normal y no debería causar vergüenza, se sentirían menos solas, menos estigmatizadas, y hasta habría menos casos de depresión posparto.

Me encantaría investigar esto algún día.

Creo en la terapia conversacional, porque si queremos cambiar la mirada cultural sobre esta transición hacia la maternidad, es necesario que las mujeres hablen entre sí, no solo conmigo.

Así que, madres, hablen de la matrescencia con otras madres, con amigos, y también con sus parejas, si tienen, para que también comprendan su propia transición y así puedan brindarles mayor apoyo.

Pero no se trata solo de proteger la relación.

Cuando una madre preserva una parte de su identidad, también está dejando un espacio para que el hijo desarrolle la suya.

Cuando un niño nace, también nace una madre, cada uno con su inestabilidad particular.

La matrescencia es intensa, pero también es difícil, y eso es lo que la humaniza.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/alexandra_sacks_a_new_way_to_think_about_the_transition_to_motherhood/

 

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