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Una súplica personal de humanidad en la frontera entre México y EE. UU. – Charla TED Salon Border Stories

Charla «Una súplica personal de humanidad en la frontera entre México y EE. UU.» de TED Salon Border Stories en español.

En esta poderosa charla personal, el autor y académico Juan Enriquez comparte historias desde el interior de la crisis de inmigración en la frontera entre Estados Unidos y México, poniendo este debate a menudo abstracto sobre la mesa y mostrando lo que podemos hacer todos los días para crear un sentido de pertenencia a los inmigrantes. «No se trata de niños y fronteras», dice. «Se trata de nosotros. Se trata de quiénes somos, quiénes somos como personas, como nación y como individuos».

  • Autor/a de la charla: Juan Enriquez
  • Fecha de grabación: 2019-09-10
  • Fecha de publicación: 2019-10-09
  • Duración de «Una súplica personal de humanidad en la frontera entre México y EE. UU.»: 615 segundos

 

Traducción de «Una súplica personal de humanidad en la frontera entre México y EE. UU.» en español.

Este es personal.

Sé lo que es hacer que el gobierno diga: «Te vamos a matar en la mañana».

Sé lo que es salir de un país con seis horas de anticipación y aterrizar en el sofá de alguien.

Por eso escribí un libro sobre por qué los países funcionan bien y por qué no.

Permítanme resumir 250 páginas.

Los países tienen que ser compasivos, tienen que ser amables tienen que ser inteligentes, tienen que ser valientes.

¿Quieren saber qué no funciona? Cuando se gobierna utilizando el miedo y se gobierna utilizando la crueldad, simplemente no funciona.

Se puede jugar a Genghis Khan por un tiempo, a Stalin por un tiempo, a Pinochet por un tiempo.

Pero a la larga no funciona.

Y no funciona a la larga porque para gobernar utilizando el miedo y la crueldad, hay que crear división.

Hay que tomar grandes áreas del país y convencerlas de que no son como el resto.

de que no deberían asociarse con el resto, que no deberían hablar con ellos.

De que esas personas son desagradables, que esas personas son criminales y violadoras.

Y el país está en peligro debido a ellos.

Y si uno gasta millones de dólares haciendo eso en su país, tendrá enemigos en el extranjero, y creará divisiones dentro.

Y eso tiene consecuencias.

Las tres cuartas partes de las banderas, las fronteras y los himnos.

alrededor de Naciones Unidas hoy, no estaban allí hace unas décadas.

Esas líneas que están allí hoy, esas banderas fueron creadas porque alguien dijo: «Los escoceses no son como nosotros», «Los galeses no son como nosotros», «Los vascos no son como nosotros», «Los italianos del norte no son como nosotros», «Los musulmanes no son como nosotros», los negros, los blancos, los cristianos.

Creamos «nosotros contra ellos» destruimos naciones.

Parte del problema de crear división entre nosotros y ellos, es que es duro de hacer.

Lo que hay que hacer es hacer creer a la gente absurdidades.

Y una vez que la gente cree absurdidades, entonces comienzan a cometer atrocidades.

Esa es la dinámica de esta cosa.

No se puede crear «nosotros contra ellos».

No se puede tener las masacres que tuvimos en Ruanda, no se puede tener masacres que tuvimos en Yugoslavia, a menos que se cree esta dinámica.

Permítanme resumir la política de inmigración actual.

Vamos a disuadir a «ellos» siendo tan cruel como podamos ser, y apuntemos a sus hijos.

Ellos van tras los niños.

Hay abogados estadounidenses que argumentan que los niños no necesitan jabón o abrazos o duchas, o ayuda para adultos o una fecha de puesta en libertad.

A alguien se le detiene por una luz trasera rota, quien ha trabajado aquí por 20 años, se le mete en la cárcel, tal vez de por vida sin representación legal.

Los terroristas que explotaron el World Trade Center consiguen abogados.

Estos niños, estos padres, no tienen abogados.

Los gobiernos les dicen a algunas de las personas más desesperadas y lastimadas de la tierra, «Me llevé a tu hijo, paga USD 800 por una prueba de ADN antes de recuperarlo».

Los niños de tres años aparecen en los tribunales.

Todos hemos visto estos dramas de los tribunales.

Y es emocionante porque un sabio juez se sienta allí arriba, y los ataques del abogado defensor y los contraataques del fiscal, y luego uno ve qué va a suceder.

Quiero que entiendan lo que está sucediendo en este momento.

El fiscal está allí, es el fiscal duro.

Acusando, atacando, en nuestro nombre, el de la gente.

El juez está allá arriba con su túnica negra y está cuestionando al acusado desde allá arriba.

Y el acusado tiene tres años.

y los ojos no alcanzan el canto de la mesa.

El acusado no habla el idioma.

Los auriculares para el traductor se le han caído de la cabeza al acusado, porque no hay auriculares para niños de tres años en los tribunales de EE.

UU., porque no se supone que se deberían defender.

Esto es una burla a la justicia, es una burla del sistema de enjuiciamiento, una burla a quiénes somos como nación.

Esto son absurdideces.

Esto son atrocidades.

Esto es increíble.

Y vemos muchas estadísticas, pero quiero que entiendan que esto está sucediendo al ama de casa que crió a sus hijos.

Esto le está sucediendo al jardinero que se encargó de su casa.

Esto le está sucediendo al tipo que lavó los platos en el elegante restaurante al que fueron la semana pasada.

Esto le está sucediendo a las personas que entregan el periódico por la mañana.

Esta es su comunidad.

Estas son las personas que han vivido junto a Uds.

Aquellas que les trataron bien y con respeto, que cuidaron de sus hijos, y de sus abuelos.

Este es Luis, esta es Laura, este es Jaime.

Esto no es un entre abstracto, «Oh, está sucediendo en la frontera» Esto está sucediendo en nuestra comunidad, ahora mismo.

Y el peligro de estas cosas es que una vez se comienza a normalizar lo absurdo y las atrocidades, la gente piensa que esos instrumentos son legítimos.

Entonces hay juntas escolares que envían cartas como esta: «Queridos padres, debido a que su hijo debe dinero para el almuerzo de la cafetería, puede suceder que se lleven a su hijo y que lo pongan bajo cuidado tutelar».

Esto sale de las juntas escolares porque la gente piensa «Esto parece ser un instrumento de disuasión».

Cuando uno embarca en un avión, antes de los niños, antes de los pasajeros de primera clase, hay soldados uniformados.

Algunos de ellos son inmigrantes.

Aquí tiene contrato: únase al ejército, cumpla el mandato, licénciese con honores, obtenga la ciudadanía.

Se están rescindiendo esos contratos después de haber sido firmados.

Y si esos soldados son asesinados en acto de servicio, se deportan a sus esposas y, a veces, a sus hijos.

Estas son las personas que nos protegen.

Estas son las personas a las que honramos.

Estos son los valientes.

Y así es como los estamos tratando.

Estas no son las personas que cruzan la frontera ilegalmente.

Una vez que se comienza a permitir este tipo de comportamiento, se normaliza en una sociedad y la desgarra.

Los países se basan en el trabajo duro y el coraje de los inmigrantes; Todos somos inmigrantes.

Simplemente hemos llegado en diferentes momentos.

El 55 % de las principales empresas de este país, los negocios más exitosos en este país, los unicornios, son construidos por personas que vinieron como estudiantes o como inmigrantes, y son los fundadores o los cofundadores.

Esto es lo que sucedió en los últimos tres años a los mejores cerebros del mundo.

El 42 % de ellos no obtuvieron visas o eligiieron no obtener visas.

Así es como se aniquila una economía.

Esto no trata de niños y fronteras.

Se trata de nosotros.

Se trata de quiénes somos, quiénes somos como personas, como nación y como individuos.

Este no es un debate abstracto.

A muchos de nosotros nos gusta pensar que si hubiéramos vivido cuando Hitler estaba llegando al poder, habríamos salido a la calle nos habríamos opuesto a él, habríamos detenido a Mengele.

A muchos de nosotros nos gusta pensar que si hubiéramos vivido en los años 60, nos habríamos unido a los Freedom Riders.

Habríamos estado en ese puente en Selma.

¿Saben qué? Aquí está su oportunidad.

Es ahora.

Y mientras piensan en estas cosas, no son solo los actos gigantes, no es solo ir y bloquear el puente o encadenarse a algo.

Se trata de lo que hacemos en nuestra vida diaria.

El Museo de Arte de Harvard acaba de abrir una exhibición sobre cómo piensan los artistas acerca de la inmigración y la construcción de una casa en otro lugar.

Y la gente sale de la exhibición bastante conmocionados.

Había una pared en blanco al final.

Y los curadores hicieron algo que generalmente no sucede: ellos improvisaron.

Dibujaron cuatro líneas y pusieron dos palabras: «Pertenezco».

Así que uno sale de esta exhibición, y puede tomar una foto delante de ella.

No puedo decirles el impacto que tiene en las personas.

Vi gente salir y algunos de ellos se sentaron frente a esa foto, tomaron una foto y tenían una gran sonrisa en su rostro, y algunas personas solo tenían lágrimas.

Algunas personas se abrazaron y trajeron extranjeros, otros trajeron a su familia.

Pequeños actos de bondad recorren un largo, largo, largo camino.

Hay dolor en su comunidad que no se puede imaginar.

Así, la próxima vez que estén con un taxista que podría ser uno de «Ellos» para ciertas personas, denle a esa persona cinco dólares extra.

La próxima vez que vean a una camarera del hotel, deles las gracias y una propina doble.

La próxima vez que vean a su jardinero, a su niñera a alguien así, deles un gran abrazo y dígales que sí que pertenecen.

Dénles ese sentimiento de pertenencia.

Es hora de grandes políticas, pero también es hora de grandes actos de amabilidad.

Porque tenemos que reclamar quiénes somos, Tenemos que reclamar esta nación.

(Voz quebrada) Y no podemos sentarnos y ver cómo sucede esta mierda.

Esto tiene que parar, tiene que parar ahora.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/juan_enriquez_a_personal_plea_for_humanity_at_the_us_mexico_border/

 

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