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Wingham Rowan: Un nuevo tipo de mercado laboral – Charla TEDSalon London Fall 2012

Charla «Wingham Rowan: Un nuevo tipo de mercado laboral» de TEDSalon London Fall 2012 en español.

Mucha gente tiene empleos con horarios muy flexibles, pero les resulta difícil conectarse con los empleadores que los necesitan. Wingham Rowan está trabajando en eso. Aquí explica cómo la misma tecnología que permite el funcionamiento de los modernos mercados financieros puede ayudar a los empleadores a contratar por pequeñas fracciones de tiempo.

  • Autor/a de la charla: Wingham Rowan
  • Fecha de grabación: 2012-11-08
  • Fecha de publicación: 2013-01-28
  • Duración de «Wingham Rowan: Un nuevo tipo de mercado laboral»: 740 segundos

 

Traducción de «Wingham Rowan: Un nuevo tipo de mercado laboral» en español.

Se trata de un costado oculto del mercado laboral.

Son las personas que necesitan trabajar de manera ultra flexible, si es que acaso trabajan.

Piensen, por ejemplo, en alguien que tiene una enfermedad recurrente pero impredecible, o alguien que está a cargo de un adulto mayor, o un padre con un niño que requiere cuidados.

Su disponibilidad de trabajo puede ser de «Pocas horas al día.

Quizá pueda trabajar mañana, pero aún no sé si podré y cuándo».

Y es extremadamente difícil para estas personas encontrar ese trabajo que a menudo tanto necesitan.

Eso es una tragedia porque hay empleadores que pueden usar grupos muy flexible de gente local reservados totalmente ad hoc cuando esa persona quiere trabajar.

Imaginen que administran un café.

Es media mañana, el lugar se está llenando.

Se viene un mediodía agitado.

Si pudieran contar con dos trabajadores adicionales por 90 minutos a partir de la próxima hora los tomarían, pero tienen que ser confiables, y saber cómo funciona el negocio.

Tienen que estar disponibles a tarifas muy competitivas.

Tendrían que ser contratables en pocos minutos.

En realidad, ninguna agencia de empleo quiere manejar ese tipo de cosas, así que saldrán del paso con falta de personal.

Y no ocurre sólo con camareros, también sucede con hoteleros, minoristas, es cualquier persona que presta servicios al público o a empresas.

Hay muchas organizaciones que pueden usar estos grupos de personas muy flexibles, quizá una vez que hayan sido capacitados.

En este nivel del mercado laboral, lo que se necesita es un mercado de horas libres.

Y existen.

Así es como funcionan.

En este ejemplo, una distribuidora dijo: tenemos un pedido urgente que sacar del depósito mañana por la mañana.

Muéstrame los recursos disponibles.

Encontró 31 trabajadores.

Las personas de esta pantalla realmente están disponible mañana en ese horario.

Todos están localizables a tiempo para esta reserva.

Todos han definido los términos bajo los cuales aceptan reservas.

Y esta reserva cumple con todos los parámetros de cada individuo.

Al hacer la reserva se cumpliría con todas las normas.

Claro, todos han sido entrenados para trabajar en depósitos.

Se puede seleccionar tantos como se desee.

Pertenecen a varias agencias.

Se calcula la tarifa de cada persona para esta reserva en particular.

Y se monitorea su confiabilidad.

Las personas de confiabilidad comprobada, figurarán primeras.

Es probable que sean más caros.

En una vista alternativa de este grupo de personas locales, muy flexibles, esta es una compañía de investigación de mercado, y ha capacitado quizá a 25 personas locales en hacer entrevistas de calle.

Y tienen una nueva campaña.

Quieren hacerla la próxima semana.

Y quieren ver cuántas de las personas que capacitaron están disponibles a cada hora la semana entrante.

Luego decidirán cuándo hacer las entrevistas de calle.

Pero, ¿puede hacerse algo más para este sector del mercado laboral? Porque en este momento hay muchas personas que necesitan cualquier oportunidad que se presente.

Veamos el factor personal.

Pensemos en una mujer joven, de la base de la pirámide económica, tiene muy pocas posibilidades de conseguir empleo, ¿en qué actividad económica podría, en teoría, participar? Bueno, podría trabajar por horas en un centro de llamadas, como recepcionista, en el correo.

Quizá le interesaría brindar servicios locales a su comunidad: cuidar niños, hacer comisiones externas, cuidar mascotas.

Podría tener pertenencias que quisiera comerciar cuando no los necesite.

Podría tener un sofá en la habitación de enfrente del que deshacerse.

Podría tener una bici, una consola de videojuegos que usa a veces.

Quizá estén pensando, porque Uds.

son todos afines a la web, sí, y estamos en la era del consumo colaborativo, así que podría hacer todo eso en la Web.

Puede ir a Airbnb y publicar su sofá, puede ir a TaskRabbit.com y decir: «Quiero hacer entregas locales», y cosas así.

Son buenos sitios, pero creo que podemos ir más lejos.

Y la clave es una filosofía que llamamos mercados modernos para todos.

Los mercados han cambiado de manera irreconocible en los últimos 20 años; pero sólo para las organizaciones de la cima de la economía.

Si eres un corredor de Wall Street, das por sentado que venderás tus activos financieros en un sistema bursátil que identifica las oportunidades más rentables para ti en tiempo real, y que opera en microsegundos dentro de los márgenes que definiste.

analiza oferta, demanda y precios y te dice por dónde viene la próxima ola de oportunidades.

Gestiona el riesgo de la contraparte de maneras muy sofisticadas.

Todo de modo extremadamente económico.

¿Qué hemos ganado en la base de la economía en materia de mercados en los últimos 20 años? Básicamente, avisos clasificados con buen servicio de búsqueda.

Entonces, ¿por qué existe esta disparidad entre estos mercados muy sofisticados de la cima de la economía, que distraen cada vez más actividades y recursos de la economía principal y los vuelcan en este nivel enrarecido de intercambio y qué queda para el resto de nosotros? Un mercado moderno es más que un sitio web; es una red de mercados interoperables, mecanismos internos, marcos regulatorios, mecanismos de pago, fuentes de liquidez, etc.

Cuando un corredor de Wall Street llega al trabajo por la mañana no hace una lista de todos los instrumentos financieros derivados que quiere vender hoy ni publica luego esa lista en varios sitios web y espera entrar en contacto con potenciales compradores, ni empieza a negociar los términos del intercambio.

En los albores de la tecnología de los mercados modernos las instituciones financieras elaboraron maneras de apalancar su poder de compra, sus procesos internos, sus relaciones, sus redes para dar forma a estos nuevos mercados que crearían esta nueva actividad.

Les pidieron a los gobiernos que apoyen marcos regulatorios y en muchos casos lo lograron.

Pero en toda la economía, hay estructuras que podrían apalancar del mismo modo una nueva generación de mercados en beneficio de todos.

Y esas estructuras…

estoy hablando de mecanismos como las pruebas de identidad, el otorgamiento de licencias que sabe qué puede hacer cada uno en materia legal a cada momento, los procesos de resolución de disputas mediante canales oficiales.

Estos mecanismos, estas estructuras no están en manos de Craigslist, Gumtree o Yahoo; están controladas por el Estado.

Y los políticos responsables de las mismas no están pensando, sugiero yo, cómo usar esas estructuras para sustentar toda una nueva era de mercados.

Como el resto de la gente, los políticos dan por sentado que los mercados modernos son del dominio exclusivo de las organizaciones lo suficientemente poderosas como para crearlas por su propia cuenta.

Supongamos que dejamos de darlas por sentado.

Supongamos que mañana por la mañana el PM de Gran Bretaña o el presidente de EE.UU., o el líder de cualquier otra nación desarrollada, despierta y dice: «Nunca podré crear todos los empleos necesarios en el clima actual.

Tengo que centrar la atención en cualquier oportunidad económica que pueda brindar a mis ciudadanos.

Por eso tienen que poder acceder a mercados de última generación.

¿Cómo hacer que ocurra eso?» Puedo ver algunos desmayos.

¿Los políticos en un gran proyecto informático complejo y sofisticado? Eso es un desastre en potencia.

No necesariamente.

Hay un precedente de servicios con componente tecnológica iniciado por políticos en varios países y que ha sido muy exitoso: las loterías nacionales.

Analicemos el caso de Gran Bretaña.

Nuestro gobierno no diseñó la lotería nacional no fundó la lotería nacional, ni opera la lotería nacional.

Votó la Ley de la Lotería Nacional y esto es lo que ocurrió.

Esta ley define las características de una lotería nacional.

Especifica ciertos beneficios que sólo el Estado puede otorgar a los operadores.

E impone algunas obligaciones a esos operadores.

En materia de difusión del juego de azar entre las masas tuvo un éxito sin parangón.

Pero supongamos que nuestro objetivo es brindar nueva actividad económica a la base de la pirámide.

¿Podríamos usar el mismo modelo? Creo que sí.

Imaginen que los políticos definen una estructura.

Llamémosla Mercados Electrónicos Nacionales, o MEN.

Piénsenlo como un servicio público regulado.

Está a la par del suministro de agua o la red de carreteras.

Y hay una serie de mercados bajo nivel de intercambio que puede ser atendido por una persona o una pequeña empresa.

Y el gobierno cuenta con ciertos beneficios que puede otorgar a estos mercados.

Es gasto público destinado a estos mercados para comprar servicios públicos a nivel local.

Se trata de interconectar estos mercados directamente con los más altos canales oficiales.

Se trata de consagrar el papel del gobierno como publicista de estos mercados.

Se trata de desregular algunos sectores para que pueda ingresar la gente local.

Los viajes en taxi pueden ser un ejemplo.

Y esos beneficios deberían acarrear determinadas obligaciones para los operadores, siendo la clave, claro, que los operadores paguen por todo, incluso por la interconexión con el sector público.

Imaginen que los operadores ganen dinero generando un porcentaje del margen en cada transacción.

Imaginen que hay un período de concesión definido en quizá 15 años en los que pueden quedarse con estos beneficios y operar con ellos.

Imaginen que a los consorcios que pujan para operarlos se les dice que quien entre con el margen porcentual más bajo de cada transacción para financiar todo cerrará el trato.

El gobierno entonces sale de la estructura que ahora queda en manos del consorcio.

Ellos o bien desatarán un montón de oportunidades económicas y obtendrán un porcentaje de ganancia o bien todo estallará en mil pedazos y será un duro golpe para los accionistas.

Esto no necesariamente debe impactar al contribuyente.

Y no existirían restricciones mercados alternativos.

Esta sería solo otra alternativa más entre millones de foros de Internet.

Pero podría ser muy diferente, porque tener acceso a esas estructuras con respaldo estatal podría incentivar a estos consorcios a invertir seriamente en el servicio.

Porque obtendrían un montón de pequeñas transacciones para empezar a recuperar dinero.

Estamos hablando de sectores como peluquería a domicilio, alquiler de juguetes, trabajos agrícolas, alquiler de ropa e incluso reparto de comida a domicilio, servicios para turistas, atención domiciliaria.

Sería un mundo de intercambios muy pequeños, pero muy bien informados, porque los mercados electrónicos nacionales entregarán datos.

Esta es una persona local que analiza incursionar en el mercado del cuidado de niños.

Y podrían tener que financiar investigación de antecedentes y capacitaciones si quisieran entrar en ese mercado.

Tendrían que evaluar entrevistas con padres locales que quisieran un grupo de cuidadores de niños.

¿Vale la pena? ¿Deberían mirar otros sectores? ¿Deberían mudarse a otra parte del país donde faltaran cuidadores de niños? Este tipo de datos puede tornarse una rutina.

Los inversores pueden usar estos datos.

Y si hay una falta de cuidadores de niños en una parte del país y nadie puede pagar la investigación de antecedentes y la capacitación, puede pagarla un inversor y el sistema devolverle pequeñas sumas por el aumento de ingresos de los individuos durante quizá los siguientes dos años.

Este es un mundo de capitalismo atomizado.

Es el comercio pequeño, de las personas comunes, pero muy bien informado, seguro, conveniente, económico e inmediato.

Algunas investigaciones sugieren que podría generar nueva actividad económica por unos 100 millones de libras al día en un país del tamaño del Reino Unido.

¿Les suena improbable? Eso decía mucha gente de las transacciones automáticas en los intercambios financieros hace 20 años.

No subestimen el poder de transformación de los mercados verdaderamente modernos.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/wingham_rowan_a_new_kind_of_job_market/

 

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