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Charla «¿Y si pagamos a los médicos para que nos mantengan sanos?» de TED@Merck KGaA, Darmstadt, Germany en español.
¿Y si incentivamos a los médicos para mantenernos sanos en vez de pagarles solo cuando ya estamos enfermos? Matthias Müllenbeck explica cómo este cambio radical de un sistema de cuidado de enfermos a un verdadero sistema de cuidado de la salud podría salvarnos de costos innecesarios y procedimientos arriesgados, y nos mantendría más sanos por más tiempo.
- Autor/a de la charla: Matthias Müllenbeck
- Fecha de grabación: 2017-11-26
- Fecha de publicación: 2018-03-26
- Duración de «¿Y si pagamos a los médicos para que nos mantengan sanos?»: 640 segundos
Traducción de «¿Y si pagamos a los médicos para que nos mantengan sanos?» en español.
Son las 4 de la mañana.
Me despierto en una habitación de hotel en Boston y solo puedo pensar en una cosa: dolor de dientes.
Una de mis incrustaciones de cerámica se había caído la noche anterior.
Cinco horas más tarde, estoy sentado en la silla del dentista.
Pero en vez de repararme la incrustación para aliviar mi dolor, el dentista me informa de las ventajas de una cirugía de implante de titanio.
¿Han oído hablar de eso antes?
(Risas)
Básicamente significa reemplazar un diente dañado por uno artificial, que se atornilla a la mandíbula.
El precio de una cirugía de implante puede ser de hasta USD 10 000.
Reemplazar la incrustación de cerámica que tenía antes serían solo unos USD 100.
¿Era mi salud o el dinero que podía ganar conmigo la mayor preocupación de mi dentista?
Parece ser que mi experiencia no fue un caso aislado.
Un estudio de un periódico estadounidense estimó que en EE.
UU.
hasta el 30 % de todos procedimientos quirúrgicos, incluyendo implantaciones de prótesis y marcapasos, reemplazos de cadera y extirpaciones de útero se llevaron a cabo sin antes analizar otras opciones no quirúrgicas por el médico encargado de hacerlas.
¿No son impactantes los datos?
Las cifras pueden ser algo diferente en otros países, pero si uno va a un médico en EE.
UU.
existe una probabilidad considerable de ser intervenido quirúrgicamente sin que haya una necesidad inmediata para ello.
¿Por qué pasa esto?
¿Por qué se incentiva la ejecución de tales procedimientos innecesarios?
Bueno, tal vez es porque los propios sistemas de salud incentivan de una manera nada ideal la aplicación o no de ciertos procedimientos o tratamientos.
Como la mayoría de los sistemas sanitarios remuneran a los practicantes en una forma de pago por servicios, considerando el número y tipo de tratamientos realizados, puede ser este incentivo económico el que tienta a algunos practicantes a realizar tratamientos quirúrgicos consiguiendo altos beneficios en vez de explorar otras opciones.
Aunque algunos países comenzaron a implantar la remuneración basada en el rendimiento, en la calidad y la eficacia, pero actualmente existen muy pocos sistemas sanitarios que incentiven a sus practicantes por prevenir activamente la apariencia de una enfermedad en primer lugar y limitar los procedimientos que se aplican a un paciente a las opciones más efectivas.
Y,
¿cómo arreglamos esto?
¿Y si rediseñamos la estructura de nuestro sistema sanitario y replanteamos completamente la lógica de incentivos?
Lo que necesitamos es un sistema de salud que pague a los médicos por mantener a sus clientes sanos en lugar de pagar por servicios una vez que la gente ya está enferma.
Necesitamos una transformación del sistema de hoy que principalmente trata la enfermedad, a un sistema que trate la salud.
Para cambiar nuestro enfoque actual de «cuidado de la enfermedad» en un verdadero enfoque de «cuidado de la salud».
Es un cambio de paradigma, que pasa de tratar a personas ya enfermas a preservar la salud de los sanos antes de que se enfermen.
Este cambio puede cambiar el enfoque de todos los involucrados, desde médicos, a hospitales, compañías farmacéuticas y médicas en el producto que esta industria en definitiva vende: salud.
Imaginen lo siguiente.
¿Y si rediseñamos nuestro sistema de salud para convertirlo en uno que no paga a los médicos por los procedimientos realizados al paciente sino que paga a médicos, hospitales, compañías farmacéuticas y médicas por cada día que mantienen a un individuo sano y libre de enfermedades.
En términos prácticos, podríamos, por ejemplo, usar dinero público para gastos sanitarios que pague a una compañía de seguros por todos los días que un individuo se mantiene sano y no se enferma o no requiere ninguna intervención médica.
Si el individuo se enferma, la compañía de seguros no recibirá ningún apoyo económico por las intervenciones médicas requeridas para tratar la enfermedad de esa persona, y estará obligada a pagar por cada opción de tratamiento viable para devolver al cliente la salud.
Una vez que el cliente está sano otra vez, el individuo volverá al pago de los impuestos sanitarios De hecho, todos los miembros del sistema ahora son responsables de mantener sanos a sus clientes y recibirán incentivos si evitan cualquier intervención médica innecesaria simplemente reduciendo el número de personas que se enferman.
Cuántas más personas sanas haya, menos se gastará en tratar a los enfermos, y mayor será el beneficio económico para todos solo manteniendo a estas personas sanas.
Este cambio en la estructura de incentivos gira la atención del sistema sanitario en su totalidad.
enfocado en tratamientos aislados y singulares, hacia una visión global de lo que es útil para un individuo para mantenerse sano y vivir mucho tiempo.
Ahora, para preservar la salud de manera efectiva, la gente tendrá que estar dispuesta a compartir sus datos sanitarios de forma constante, para que el sistema de salud identifique con antelación si existe la necesidad de asistencia sanitaria.
Exámen físico, supervisión de datos sanitarios de por vida, así como la secuenciación genética, perfil cardiometabólico y tecnologías basadas en imágenes, permitiría a los pacientes, junto con los orientadores de salud y médicos generales, tomar decisiones óptimas basadas en evidencia científica como dieta, medicación y actividad física, para reducir sus altas probabilidades de riesgo de sufrir una enfermedad en particular.
Análisis de datos de inteligencia artificial y la miniaturización de tecnologías de detección ya han empezado a hacer seguimientos del estado de salud individual.
Medición de parámetros cardiometabólicos por dispositivos como éste o la detección de circulación de ADN tumoral en sangre inmediatamente después de la aparición de cáncer son sólo dos ejemplos de tecnologías de seguimiento.
El cáncer Uno de los mayores problemas en ciertas enfermedades oncológicas es que muchos pacientes son diagnosticados demasiado tarde para poder ser curados, aunque haya medicamentos y tratamientos que podrían haberlos curado, que ya existen hoy, solo si la enfermedad se hubiese detectado antes.
Las nuevas tecnologías permiten ahora, con solo pocos mililitros de sangre, detectar la presencia de ADN tumoral circulante y, por tanto, la presencia de cáncer, al principio de una manera realmente conveniente.
El impacto de la detección en esta etapa inicial puede ser dramático.
La media de supervivencia de 5 años para el cáncer de pulmón de células no pequeñas cuando se diagnostica en la etapa uno, que es temprano, es del 49 %.
Lo mismo, cuando se diagnostica en la etapa cuatro, que es tarde, está por debajo del 1 %.
Ser potencialmente capaz de prevenir un gran número de muertes gracias a algo tan simple como un análisis de sangre para el ADN tumoral podría hacer de ciertos tipos de cáncer una enfermedad controlada, ya que el inicio de la enfermedad puede detectarse antes y así se incrementarían los tratamientos con resultados positivos En 2012 el 50 % de los estadounidenses sufría de enfermedad crónica, así un 86 % del presupuesto de asistencia médica de USD 3 billones.
se invirtió para tratar tales enfermedades crónicas.
El 86 %.
Si las nuevas tecnologías permiten hoy reducir este 86 %,
¿por qué los sistemas sanitarios no reaccionan y cambian ya?
Bueno, transformar lo que hoy es un sistema de «cuidado de la enfermedad» en un sistema de «cuidado de la salud», que se enfoque en la prevención y en cambios de comportamiento requiere que cada actor del sistema cambie.
Requiere la voluntad política para cambiar presupuestos y normas en la prevención y educación de la salud, y diseñar un nuevo conjunto de incentivos económicos y no económicos.
Requiere crear un marco regulatorio para la recopilación, uso e intercambio de datos personales sanitarios.
que sea al mismo tiempo riguroso y sensato.
Médicos, hospitales, aseguradoras, compañías farmacéuticas y médicas necesitan replantear su enfoque y, lo más importante, no puede suceder sin voluntad y motivación de las personas para cambiar su estilo de vida de forma sostenida y priorizar el mantenerse sano, además de compartir sus datos de salud de manera constante.
Este cambio puede no llegar de la noche a la mañana.
Pero reenfocando los incentivos dentro del actual sector de la salud para mantener activamente a las personas sanas, no solo podemos evitar más enfermedades en primer lugar sino que también podemos detectar la aparición de enfermedades prevenibles antes de lo que lo hacemos hoy, lo cual nos llevaría a vidas más largas y más sanas para más personas.
La mayoría de las tecnologías que pueden iniciar este cambio ya existen hoy.
Pero esta no es una cuestión tecnológica.
Es principalmente una cuestión de visión y voluntad.
Muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/matthias_mullenbeck_what_if_we_paid_doctors_to_keep_people_healthy/