El aire es una mezcla de muchos gases. Rodea la tierra y todo lo que en ella. No se puede ver, pero penetra en todas partes, en todos los intersticios, y tiende llenar todos los huecos.
El aire está formado básicamente por dos fases: el nitrógeno y oxígeno. A ellos hay que añadir, entre otros, el vapor de agua, el gas carbónico, los gases raros y el polvo atmosférico. Para separar sus componentes se licúa el aire por enfriamiento y compresión. Sucesivas elaboraciones permiten obtener nitrógeno, oxígeno e incluso los gases más extraños como el neón, el argón, el criptón y el helio. El aire líquido es tan frío que alcanza temperaturas inferiores a los 200° bajo cero. Se emplea para templar algunas clases de acero entre otras cosas.